Gato callejero |BL|

By Ross_N

240K 34.7K 13.8K

"Asher Bullock es como un gato callejero... puedes darle comida, amor y un lugar donde dormir pero al final... More

Gato Callejero
Prefacio.
2. La nueva parada.
3. No lo intentes.
4. Hay cosas más difíciles
5. La nueva pareja de campus
6. Planes especiales y familia
7. Un poco de felicidad.
8. Quemándo recuerdos.
9. Más intimidad.
10. La triste verdad y el único remedio
11. La felicidad y Asher Bullock
12. A pesar de todo.
13. Ven por mí.
14. Mamá tenía razón.
Epílogo
Fragmento explícito del epílogo

1. Hogar prohibido.

16.7K 2.2K 1.5K
By Ross_N

Un día los rechazos de Ash me hicieron soltar una frase que no quería decir en frente de mis amigos.

—¿¡Cuál es su problema!? —exclamo mientras lo miro hablar con cierto chico que se le ha acercado en la cafetería, al parecer se conocen de antes y se están poniendo bastante amigables... mientras que yo fui sido rechazado, bateado fuera del campo y hasta la estratósfera hace solo un mes atrás.

—Oh ¿Hablas de ese chico? —Jules, uno de mis amigos quien comparte la mesa conmigo y los demás se sienta frente a mí y dirige su mirada hacia Ash—. Sí... ese chico tiene algunos problemas pero no es que sea mala persona. Digo, nunca lo he visto hacer nada malo al menos, como viva su vida realmente no es problema de nadie ¿No?

—¿A qué te refieres? —interrogo frunciendo el ceño—. Yo hablo de que no habla con nadie que él no elija... traté de hablarle muchas veces y siempre me trata como basura ¿Cuál es su problema?

—Llévale dinero —aconseja de repente Caleb, otro de mis compañeros con quien realmente no hablo demasiado pero que parecer llevarse bien con todo el mundo—. Es lo que le gusta. Una noche por algo de dinero y donde quedarse... aparentemente no le gusta dormir solo —él esboza una sonrisa maliciosa mientras mira a través de la sala a Ash quien está sonriendo coqueto, una expresión que realmente no lo había visto hacer antes.

—Oye, ¿Eso es cierto? —frunzo el ceño—. Él... me lo ofreció antes, pero no pensé que hablase en serio.

—Cada quien tiene sus problemas —Jules se encoge de hombros y enciende un cigarrillo que ha sacado de su bolsillo.

—Solo quiero ser su amigo, me gustan las personas interesantes... —volteo a mirarlo de nuevo y sonrió, porque sé que no es del todo cierto que solo lo encuentro interesante—. Estoy seguro de que debe de ser un buen chico... me gustaría conocerlo.

—Bueno, no es un experimento, Miles —la voz de Caleb se vuelve rasposa de alguna forma, como si estuviese enojado y conteniendo algo—. Ese chico es solo problemas, es un prostituto gay... no te le acerques, no es bueno para alguien como tú que no conoces de esos placeres ¿Eh? —él alza las cejas—. A ti te van las chicas bonitas, como a todos en esta mesa. Que se quede así ¿De acuerdo? No te hagas eso a ti mismo.

—Dije que solo quería ser su amigo...

—Una persona como él no puede tener amigos.

Miro a Caleb entrecerrando los ojos; parece que de verdad está enojado conmigo... o tal vez con Asher, no lo sé pero su actitud no me gusta nada así que me levanto sin decir nada y tomo mis cosas para largarme de allí.

—Oye Miles, odio estar de acuerdo con Caleb pero es verdad —me dice Jules antes de que me aleje—. Asher Bullock es como un gato callejero... puedes darle comida, amor y un lugar donde dormir pero... nunca será tuyo ¿Entiendes? Un gato callejero pertenece a la calle, así son ellos.

Asiento comprendiendo las palabras de Jules y luego me retiro; no puedo decirle nada porque en realidad yo mismo pensé exactamente eso cuando me rechazó la última vez. Sin embargo, eso no quiere decir que no haya una excepción. Aparte, es solo una comparación absurda... tal vez no estoy en lo cierto. Yo puedo sentir cuando lo veo que es una buena persona y mi instinto hasta ahora nunca ha fallado. Espero que esta no sea mi excepción. No quiero equivocarme con él siendo la única persona que realmente ha cautivado mi atención. Las personas suelen acercarse a mí bien sea porque soy amable y confiable, pero nunca he hecho un verdadero acercamiento... y de haberlo hecho antes, no creo haber insistido tanto como con Asher.

No es mi culpa haber creído que era fácil; de donde vengo las personas suelen ser muy amigables, es un pueblo pequeño así que existe un ambiente familiar y cómodo entre las personas. Los Angeles es mucho más grande y simplemente es diferente, a pesar de que no he conocido a alguien que me trate precisamente mal... aparte de Asher.

Aun así, no logro librarme de él ni siquiera cuando escribo. Sucede que soy escritor de novelas de suspenso. Bueno... escritor amateur. Y Asher se ha metido en mis escritos disfrazado de un personaje que describo como sensual y persuasivo, un joven sin rumbo ni nada que perder que tiene un atractivo único y una cara de niño. La peor descripción del mundo, seguramente, pero cuando se trata de Asher, no puedo obligarme a mí mismo a ordenar todas las palabras con las que podría describirlo. En mi mente, he inventado miles de historias para mi personaje, a quien llamé convenientemente Ash, pero necesito conocer la verdadera historia de Asher Bullock.

Me siento como un sabueso corriendo detrás de un gato callejero.

―¿Hola? Tierra llamando a Miles ¿Estás ahí? ―una chica pasa una de sus manos delante de mis ojos, así que la miro, al parecer ha estado llamándome mientras pienso durante la clase―. La clase ya terminó ¿sabes?

Miro a mi alrededor y descubro que tiene razón.

―Que vergonzoso ―digo para mí mismo.

―Sí ¿verdad? ―ella se ríe, así que la miro y noto que es Mari, una de mis compañeras de clases más cercanas―. Oye, ¿Podrías ayudarnos a trasladar el equipo de audio-visión de vuelta en el salón de donde lo trajimos? Solo quedamos dos chicas y es demasiado pesado.

―Ah, claro ―me levanto mientras recojo mis cosas.

―Muchas gracias ―Mari sonríe.

Las ayudo a llevar el equipo a la sala audiovisual y luego los tres nos reunimos en la puerta del salón para hablar sobre la clase por un rato antes de que ellas se tengan que ir. Me dan la llave a mí así que cierro el salón yo y justo cuando dirijo hacia la sala de profesores para entregar la llave, escucho algunos ruidos viniendo de la habitación en frente de la sala audiovisual. Parece una pareja, porque se están riendo y bromeando y también hay sonidos de besos así que como buena persona curiosa que soy me acerco a la ventana de la puerta y echo un vistazo. Es una sala extra donde guardan cosas viejas que ya no se necesitan en los salones, como un cuarto de almacenaje pero tiene un sofá y una mesa de café. Lo sé porque debido a que nadie viene aquí casi nunca, los estudiantes se las han arreglado para pasar el tiempo allí con sus parejas cuando quieren privacidad.

Cuando me asomo, lo primero que veo es el sofá y dos personas sentadas en él, una sobre la otra. Para mi gran sorpresa, se trata de Asher quien está besando con muchas ganas a otro chico. Y casi me caigo para atrás cuando me doy cuenta de que ese chico no es nada más ni nada menos que el mismísimo Caleb. De pronto, algunos puntos se conectan en mi cerebro; como el por qué Caleb no quería que me acercase a Asher y se oía tan enojado cuando hablaba sobre Asher recibiendo dinero de otros chicos a cambio de sexo. Jamás habría llegado a esta conclusión por mí mismo, pero ahora tiene mucho sentido.

Lo que no tiene sentido es el que Caleb tenga una prometida y esté aquí, besando a Asher. ¿Qué clase de persona es? ¡Está engañando a su prometida con Asher! Me pregunto si Asher lo sabrá.

Me quedo mirando por un rato; ambos se besan sin parar ni siquiera para respirar, las manos de Asher pasan por todos lados y a diferencia de todas las veces en que lo he visto, esta vez su sonrisa es real, incluso mientras los labios de Caleb la están opacando. Entrecierro los ojos y aprieto los puños porque por alguna razón esto me enfurece.

De repente, el sonido de un tono de llamada los interrumpe y Caleb empuja a Asher hacia un lado para tomar el celular en su bolsillo. Él mira la pantalla y parece que está frustrado pero se levanta y le dice algo a Asher. Y se dirige hacia la puerta. Así que me escondo detrás de un montón de sillas apiladas cerca del final del pasillo. Él abre la puerta y sale, está en una llamada telefónica.

―Sí, solo me distraje, iré en unos minutos, cariño ―le dice, probablemente a su prometida―. Sí, no te preocupes. ¡Asher, ya me tengo que ir! ―exclama antes de cerrar la puerta―. Sí, estaba comiendo con Asher, me pidió que lo acompañase, ya sabes cómo es ―él se ríe y lo oigo alejarse por el pasillo hasta que al fin desaparece.

Cuando ya se ha ido, salgo de mi escondite y miro de nuevo a través de la ventanilla de la puerta; Asher se encuentra sentado en el sofá todavía, está abrazando sus piernas y la cara contra sus rodillas. Al parecer, está llorando. Y no quiero meterme en problemas pero siento que es mi deber hacer algo al respecto.

Abro la puerta con cuidado y me acerco dando pasos lentos, él ni siquiera lo nota hasta que llego a su lado y levanta su cabeza con una sonrisa y ojos soñadores diciendo―: ¿Caleb?

Cuando se da cuenta de que soy yo, su sonrisa cae y sus ojos llorosos me mira con furia.

―¿¡Qué haces tú aquí!? ―me espeta inmediatamente.

―Bueno, fue una coincidencia pero siento que vi algo que no debía ver ―le digo sentándome con cuidado a su lado.

Esta vez, su mirada se torna sombría, como si le hubiese dicho que voy a matarlo.

―No... ―él retrocede―. No, no... es un malentendido.

―No es un malentendido, tú y Caleb se estaban besando cuando él está comprometido con una chica, Asher... ―le digo, aunque intento tener tacto―. No creo que haya nada que malentender ahí.

―¡No puedes decirle a nadie! ―él se acerca a mí y bruscamente toma el cuello de mi camisa―. ¡Di lo que quiera sobre mí pero ni digas nada sobre Caleb!

―Oye, no voy a decir nada, no soy ese tipo de persona ―tomo su mano con cuidado y lo hago soltarme.

―¿Quieres algo a cambio? ―me pregunta.

Como si pensara que lee mi mente, él se baja del sofá y termina de rodillas en el piso.

―Puedo hacer lo que quieras ―dice ladeando su cabeza.

Pobre niño perdido.

―¿Quiénes son tus padres? ―le pregunto tomándolo por los hombros para hacerlo levantarse―. ¡Eso no se hace, niño malo! ―lo reprendo con un pequeño golpe en su brazo―. No puedes arrodillarte frente a otros hombres, algún día o te violarán o te golpearán a muerte ¿Entiendes? ¡Es peligroso!

―Ya ha pasado ―él se encoge de hombros―. Solo no quiero creer que me haces un favor sin pedir nada a cambio.

―Pues eso es lo que hago ―le digo―. O bueno... ―hago una pose pensativa―, hay algo.

―Ya sabía yo ―él rueda los ojos―. Haré lo que sea, así que... ¿Qué es?

―Seamos amigos ―propongo con una sonrisa―. Es lo único que quiero, la verdad. Eres interesante, ya te dije, quiero conocerte mejor.

―Ah... ―él se ve estupefacto―. ¿Por qué? ¿Qué tengo de interesante?

―Oye, no todos los días conoces a alguien que se arrodillaría ante ti y te la chuparía a cambio de guardar un secreto sucio ―yo me río―. Como te dije antes, a pesar de eso, pienso que eres una buena persona. No quiero estar equivocado.

―¿Buena persona? ―él sonríe con amargura―. ¿Una buena persona se acuesta con el prometido de alguien más? ¿Una buena persona tiene sexo por dinero? ¿Una buena persona no le habla a su padre porque tiene miedo de que él descubra lo que es? ¿Una buena persona está consciente de todo eso y aun así lo sigue haciendo?

Tomo los hombros de Asher y tiro de él un poco más cerca de mí.

―Las buenas personas también pueden hacer cosas horribles, Asher ―le digo―. Una persona no es buena por nunca cometer errores... creo que tal vez no existen las buenas personas de cualquier manera, es solo que... yo presiento que estás lleno de dolor ¿Sabes? Dolor porque cometiste un error y aunque quisiste enmendarlo, ya no pudiste parar. Dolor porque amas a Caleb y no puedes alejarte de él aunque quieras, dolor porque no te gusta estar solo y has caído en la rutina de acostarte con hombres por dinero y porque probablemente no quieres que tu padre se entere de que tiene un hijo que hace todas esas cosas. Y yo pienso que...no mereces todo eso.

Los ojos de Asher están fijos en mi cara, mirándome como si se preguntara por qué yo, una persona que no lo conoce en lo absoluto sabe algo así sobre él. Y no es que lo sepa, son solo mis especulaciones pero su reacción me dice que he dado en el clavo. No es que me alegre tener razón de cualquier modo, la verdad... me siento mal por Asher, por verlo de esta forma.

―Tú ni siquiera me conoces ―me dice―. ¿Por qué me dices todo esto?

―No lo sé... ―ladeo la cabeza―. Tal vez te conocí en otra vida ―le digo encogiéndome de hombros.

―¿Crees en esas cosas? ―él levanta las cejas y suelta una carcajada.

―La verdad no, pero te reíste ―una vez más, como la última vez que me rechazó, levanto mi mano para secar una de lágrimas pero esta vez él no se aleja―. Aunque tu cara si me parece conocida, pero... tal vez solo tienes una cara común. Tal vez solo vi a un niño en el parque que se parecía a ti.

―¿Un niño? ―él frunce el ceño.

―Tienes cara de niño ¿No te lo han dicho? ―le digo―. Un niño bonito.

―¿Y me dices que no eres gay? ―él alza las cejas de nuevo.

―No sé si soy gay, la verdad ―me encojo de hombros―. Nunca me ha gustado un hombre pero si llegara a gustarme, simplemente lo aceptaría ¿Sabes? Así es como soy. Sin embargo, no tengo problema para reconocer la belleza de otros hombres ¿Entiendes? No sé qué hay de malo en eso. Las chicas se dicen que son lindas las unas a las otras y nadie se queja.

Él sube una de las comisuras de su boca con lentitud y me mira como si eso le hubiese satisfecho. Yo le sonrío de vuelta y él vuelve a poner su cara de seriedad pura. Al parecer, estoy quitando sus capas una por una.

―Escucha... si me siento contigo en el almuerzo más seguido ¿Aceptarías guardar el secreto? ―me pregunta cruzándose de brazos.

―Eso y de vez en cuando, siéntate conmigo en clases e intercambiemos números de celular, salgamos alguna vez ―agrego igualando su pose―. Seamos amigos normales.

―Estás forzando esto.

―Vayamos con calma entonces ―le ofrezco mi mano―. Mi nombre es Miles Fairchild, es un gusto conocerte.

―Me llamo Asher Bullock ―él estrecha mi mano―. El placer es mío.

―Buen comienzo ―asiento―. Ah, por cierto... no quiero que le digas a Caleb que lo sé, eso jodería todo. Realmente no me agrada.

―Está bien ―Asher desvía la mirada―. ¿No vas a preguntar?

―¿Qué?

―¿El porqué de mi relación con él?

―Oh, bueno... pensé que mientras más nos vayamos conociendo, más sabré sobre ti ―le pongo una mano en el hombro y la sacudo―. Puedes confiar en mí, de ahora en adelante, Asher... todo lo que me quieras decir, se quedará conmigo y puedo ofrecerte ayuda cuando quieras y también... un lugar donde quedarte. Tengo en departamento, así que... no tengas miedo de pedirme ayuda.

Asher me mira con una especie de luz en sus ojos que pienso nunca olvidar.

Luego de terminar aquel acuerdo, acompaño a Asher hasta la salida de la universidad; ambos caminamos en silencio hasta dejar la universidad. Yo me detengo antes de salir del campus y lo miro. Él se detiene cuando se da cuenta que lo acompaño y me mira con curiosidad, ladeando la cabeza. Realmente es un gato callejero; lleno de heridas que encontró en algún lugar que nunca podré conocer, volviendo al mismo sitio aunque signifique arriesgarse, buscando la comodidad en un hogar que no es el suyo. Y también es hermoso, dentro de todo su conflicto personal, su libertad es lo que lo representa. Así se ve desde afuera, pero en realidad, es prisionero de una vida que no desea.

―¿A dónde irás hoy? ―le pregunto mientras guardo mis manos en mis bolsillos.

―No lo sé ―él se encoge de hombros―. Creo que llamaré a alguien frecuente para ver si quiere ir a cenar.

―No hagas eso ―mis piernas inmediatamente me guía hasta él―. Yo te acompaño a cenar.

Él levanta su vista hacia mí y la comisura de su labio sobre la que descansa ese lunar se eleva.

―¿Y vas a pagar? ―su mano va directamente a mi pecho―. Porque no tengo dinero.

Me río, porque jamás pensé que a un hombre le saliera tan bien el arte de seducir.

Me gusta como sus ojos brillan cuando sabe que se va a salir con la suya y como sus manos delgadas y pálidas actúan sin vacilación a la hora de acariciar mi pecho. Es todo un artista, así podrías llamarlo.

―No tienes que seducirme ¿Sabes? ―le digo, removiendo su mano de mi pecho―. Te estoy invitando yo, como amigos.

Él resopla y baja su cabeza.

―Ya, es la costumbre ―se da la vuelta y empieza a caminar hacia la parada autobús―. Hay un restaurante por aquí cerca que vende comida tailandesa ¿Te gusta la comida tailandesa?

―Como lo que sea ―respondo.

Él pasa la parada y se voltea de repente, mueve su mano hacia mí y la ondea indicando que me apresure. Yo troto más cerca de él y comenzamos a caminar por la calle hacia cualquier lugar al que él debe estar pensando en ir.

―¿Vives en las residencias? ―le pregunto.

―No, tener compañeros fijos siempre es problemático ―dice él―. Tengo un pequeño departamento no muy lejos del campus.

―¿Por qué no duermes ahí? ―interrogo.

―Duermo ahí, es solo que... estar solo no me gusta ―él se encoge de hombros―. Incluso cuando estoy con esas personas me siento solo pero eso no es lo que importa, importa el que no lo esté en realidad.

―¿Duermes con todos ellos? ―siento que estoy haciendo muchas preguntas pero aun así continúo.

―Con algunos sí ―me dice, no parece incómodo por las preguntas―. Otros ya me conocen y saben que es lo que necesito y cuando no tienen ganas solo me dejan quedarme.

―¿Y no trabajas?

―Lo hago ―él asiente―. Pero el recibir dinero surgió como un malentendido pero al final resultó fructífero; un chico en la universidad oyó a uno de sus amigos hablar de haber pasado una noche conmigo y malentendió completamente el asunto. Creyó que yo en serio cobrara por ello así que fue hasta mí y me ofreció doscientos dólares. Yo no gano lo suficiente en mi empleo y quería comprarme una tostadora, así que lo tomé. El rumor se regó y ahora si alguien viene a mí con cinco dólares, lo tomo.

―Eso está mal ―le digo―. Todo el mundo cree que eres un prostituto.

―No lo creen, lo saben ―me corrige―. No es que yo quiera degradarme pero velo así; recibo dinero por chupar unas cuantas pollas. Esa es la definición correcta de prostituto. No me malinterpretes, no me avergüenza, yo hago lo que quiera con mi cuerpo. Aun así, tampoco me enorgullece.

Me quedo en silencio por unos cuantos segundos sopesando sus palabras y casi me siento triste por él pero no es eso lo que siento realmente. Es algo más, no sé qué nombre ponerle aun. No es lástima, eso es seguro.

―Esta mañana, me quejé de actitud hacia mí con Caleb y Jules ―le digo―. Y Caleb se oía muy enojado acerca de ti compartiendo tu cuerpo con otros hombres.

No sé por qué le estoy diciendo esto. Tal vez él ya lo sepa y si no lo sabe ¿Por qué quiero que lo sepa? No es justo para mí.

―Lo sé ―él se adelante y voltea para mirarme―. Caleb quiere poseerme, mantenerme a su lado siendo su fiel amante... pero eso nunca podrá funcionar ¿Entiendes?

Él sonríe, tan cínico y hermoso.

―Tal vez mi corazón le pertenezca pero mi cuerpo... no le pertenece a nadie.

Continue Reading

You'll Also Like

12.7K 1.9K 17
todos sus derechos reservados. con fines de entretenimiento. sinopsis dentro de la historia. kookjin Alteraciones de edades. Es ficción
52.4K 2.9K 30
Marco acosa mucho a Star que hace lo que sea para estar con ella que seria papaz de lo que fuera esto hace que Star tenga miedo de el por su obsepció...
187K 18.8K 24
Spencer sabía que Connor era su perdición. Lo supo desde que lo conoció, y aun así se dejó arrastrar por él. Porque, en el fondo, necesitaba sentir a...
4.6K 137 5
Pequeño relatos basado en un capítulo