"Desde que te vi la primera vez, todos los puntos cardinales del mundo vinieron a converger en tus labios".
~Marta Salas.
—¡Claro! ¡Ahora entiendo todo! El nombre del chico... me lo dijiste y yo jamás pensé que sería él...Es Niklas ¿cierto? — preguntó Mel sorprendida.
Yo asentí.
—Es que no lo puedo creer —dijo esto y me abrazó.— Salo, es que ¿Acaso te gusta Niklas?
¿Gustarme? Pero si a penas lo había visto dos veces en mi vida. ¿Cómo me iba a gustar?
—No, claro que no. Pero sabes que soñé con él, incontrolablemente, pero lo hice— respondí con la voz entrecortada. Yo no sabía por qué estaba así— Y bueno, al menos un "Hola" de su parte hubiera esperado. Pero simplemente ni siquiera se acuerda de mí. Bueno igual, me prestes atención, mi periodo está por llegar así que seguro es eso lo que me tiene tan sensible — expliqué.
—No sé qué decir, salo. Niklas es mi amigo y yo lo quiero mucho. Pero... tratarlo a él es algo dificil, él no suele decir lo que siente y siempre quiere resolverlo todo por sí mismo. Digo, eso es positivo pero a veces no se deja ayudar. La relación con su padre está algo dañada después de un incidente. Pero eso también te lo comentaré después y no hoy. El caso es que, Niklas es demasiado impredecible. ¡Pero es una buena persona! Aunque él piense que todos creemos lo contrario, los que lo conocemos sabemos que es así. Yo... no me explico como te olvidó, fue hace a penas algunos meses pero Dios, ese chico no olvida nada, es por eso que estudia lo que estudia— comentó Mel.
—¿Qué es lo que estudia? ¿Qué pasa con su padre Mel?— pregunté.
En ese momento fuimos interrumpidas por Gabriel quien necesitaba de inmediato a Melanie para preparar la primera subasta. Yo les dije que necesitaba unos minutos más y que pronto entraría y me quedé pensando y tratando de aclarar un poco mi mente.
(...)
No tenía motivos para estar así. No era mi asunto y tampoco arruinaría mi noche. Así que entré y no sólo eso sino que me senté justo en la mesa donde estaban todos los jóvenes. Mel se sentó a mi lado mientras me decía "Todo listo" indicándome que en pocos minutos empezaría la primera subasta. A mi otro lado estaba una silla vacía; vi como Niklas venía con un chico riendo a carcajadas y se sentó justo a mi lado. Se balanceó en dirección a su amigo y me dio la espalda—Otra vez— «Maldito maleducado«
(...)
Después de unas cuantas subastas me paré y me dirigí hacia Lilly y la agarré de la mano a regaña dientes para bailar; mi hermanito estaba quedándose casi dormido, antes de que varios chicos de su edad se acercarán a él y lo invitaran a jugar en sus tablets.
Aunque Lilly no lo admitía, sabía de sobra que estaba feliz de haberla liberado del aburrimiento eterno que tenía sentada en esa mesa.
Bailamos riéndonos a carcajadas y tarareando la canción. Sentía como liberaba poco a poco todo el estrés que me venía produciendo la situación con Nate, me olvidé de Niklas y cerré mis ojos mientras movía mis caderas de un lado a otro al ritmo de la música.
«¡Dios, estos tacones me están matando!»
Reí al ver como Mel se dirigía a nosotras para bailar también, se agachaba y movía sus hombros para adelante y para atrás.
Niklas estaba del otro lado del salón junto Willi, Gabriel y otro chico mirándonos bailar. Me intimidó un poco pero luego ignoré el hecho de que estaba ahí y seguí bailando. Una y otra vez recordé mis tiempos en el grupo de danza de mi colegio. Bailar era una de las cosas que más me gustaban y hacía mucho que no lo hacía.
De repente la música se detuvo y el Dj empezó a hablar. Noté como dos filas se iban formando de lado a lado y solo seguí a los demás.
—Es momento del baile de chicas y chicos— mencionó Mel.
Estupendo, pensé que esa clase de cosas solo lo hacían en las películas.
Miré a la persona que estaba en frente de mí y agradecí a Dios que no era un chico lindo que lograra intimidarme. Busqué a Niklas con la mirada pero ya no estaba en el lugar de antes. Seguro había huido evitando este baile. Podía entenderlo, yo también tenía ganas de salir corriendo, además era imposible imaginármelo bailando alguna canción lenta y siendo romántico. Era lo último que me imaginaba de él.
Volteé nuevamente hacia el chico que estaba en frente mío hace unos segundos y me di cuenta que ya no era el mismo; Niklas había tomado su lugar. Vi como una sonrisa de satisfacción se dibujaba en sus labios.
¡Mierda! Sus labios.
«¡Concéntrate Salomé!».
Quería salir corriendo de ahí.
La canción empezó a sonar y los chicos se fueron acercando poco a poco hacia nosotras.
Mierda. ¡No quiero hacer esto!
«¡Corre, Salomé, corre!»Era lo único que escuchaba decir a mi voz interior.
Esto debía ser una broma.
Niklas tomó mi mano. Sentí como mi corazón latía cada vez más rápido, ¡Dios juro que lo tenía fuera de mi pecho!
Su mano, tan suave.
Me agarró de la cintura con su otra mano y me atrajó hacia su entrenado cuerpo. Sentí como por mis arterias la sangre fluía más y más rápido hacia mi corazón. Sentí como mi cara se enrojecía poco a poco. Sentí como mi mente gritaba de la emoción y mis manos sudaban de nervios. Mis piernas tambaleaban y él solo me miraba y sonreía. Su sonrisa no me causaba gracia, era como si supiera todo lo que está produciendo en mí y se sintiera satisfecho por eso.
"I have died every day waiting for you
Darling, don't be afraid
I have loved you
For a thousand years
I'll love you for a thousand more"
Esa canción me ponía los pelos de punta y este chico también. Me sentía más roja que un tomate y tenía la piel de gallina. Niklas se acercó un poco más a mí, posando mi mano en su pecho. Sentía también los latidos acelerados de su corazón. ¿Estaba tan nervioso como yo? Seguro que no. Seguro que era efecto simplemente del hecho de tener que bailar y eso le molestaba.
Acercó su cabeza un poco más hacia mí para luego susurrarme al oído.
—Al parecer el destino si quiere que te siga fastidiando, Pumba.
«¿Qué? ¿Me ha llamado Pumba? ¿Pero que se está creyendo?»
«Esperen lo otro que dijo, eso significa ¿Qué se acuerda de mí ?»
—Al parecer sigues siendo el mismo animal de siempre, Tarzan– respondí. Él río. Yo tampoco pude contener una sonrisa.
"I will be brave
I will not let anything take away
What's standing in front of me
Every breath
Every hour has come to this
One step closer
I have died every day waiting for you"
Seguíamos bailando con nuestras manos entrelazadas.
Ninguno decía nada, solo estábamos los dos ahí, bailando esa canción.
Su semblante se aflojó un poco más y me agarraba la mano más suavemente que antes. Mi tensión también disminuyó y sentí una pizca de emoción por saber que no me había olvidado.
«¿Entonces se la ha pasado todo este tiempo comportándose como un idiota?»
Me separé un poco de él y su expresión cambió.
Me miró confundido y antes de que la canción pudiera terminar salí apresurada hacia el jardín.
No quería estar al lado de él.
¿Qué me estaba pasando?
¡Nate! Necesitaba llamar a Nate. Agarré mi teléfono y le marqué, luego dos veces más. Una vez más...nada. Grité frustrada y lancé mi cartera al piso por rabia.
—¿Cuántas veces te tengo que decir que ese grito espanta a cualquiera que se quiera acercar a ti? — escuché a Niklas decirme mientras caminaba hacia mi.
—Entonces ¿Qué diablos pasa que no tiene efecto en ti? —respondí frustrada. Precisamente en él debería tener efecto.
Me miró y se acercó un poco más.
«Aléjate, aléjate de mí »
—Tu codo, ¿se curó bien? —preguntó. No pues que lindo, después de meses venía a hacerme esa pregunta. Asentí, fue todo lo que me provocó hacer.
Estaba molesta, y no sabía porqué.
Quizás estaba molesta con él por reaparecer en mi vida y molesta por sentirme tan inmune y débil a su lado.
—¿Por qué no me dijiste que tu papá era el dueño el insti? Por eso te conocía tanta gente, por eso te saludó de esa manera Bárbara. Te lo pregunté y nunca dijiste nada.
—Nunca preguntaste si era el hijo del dueño del Insti —musitó. Puse mis ojos en blanco.
—¿Y de dónde pitos se supone que iba yo a sacar esa idea? Te pregunté que porqué conocías tanto el lugar o por qué te conocía esa gente y nunca dijiste nada— respondí casi gritando.
—¿Qué es exactamente lo que te molesta Salomé? ¡No lo entiendo! —Buena pregunta Niklas, dime tú porqué ni yo misma lo sé.
—No importa, volvamos a entrar–Me levanté y seguí caminando en dirección a la fiesta.
—Luces hermosa con ese vestido— admitió.
«Santa magdalena bendita de las mercedes.
¿Qué? ¿Escuché bien?»
La sangre subió de inmediato a mi cara y sentí como me enrojecía. Me di la vuelta y lo miré. Él estaba sonriente.
Estúpida sonrisa perfecta que tiene.
—¿Me acabas de hacer un cumplido? — pregunté dibujando una sonrisa de satisfacción en mi cara, mientras intentaba no sonrojarme tanto.
Niklas se acercó un poco más a mí y separó un mechón de cabello de mi cara, acarició mis mejillas y volvió a sonreir.
—Sé que esto sonará muy raro y normalmente no me atrevería a decirlo y es por qué normalmente esto no me pasa — vi como su manzana de Adam se movía indicando que estaba tragando saliva para poder continuar con lo que decía, lo miré fijamente y esta vez, por primera vez, vi expresión en sus ojos, una mezcla, de hecho, pero no podía ordenar una por una.— Siento unas ganas incontrolables de besarte. ¡Maldita sea, necesito hacerlo!.— hizo una pausa tratando de mantener relajada su expresión.— No me preguntes por qué, pero desde que te vi cuando llegué siento unas malditas ganas de besar tus labios. Por eso trataba de evitarte, hasta que te vi bailar...eres tan jodidamente hermosa y lo mejor de todo es que ni tu misma lo sabes— Si antes mi corazón no estaba fuera de mi pecho, ahora sí. No podía pensar en nada, tenía la mente en blanco, estaba completamente bloqueada. Sólo quería una cosa.
Me incliné hacia él y miré sus labios, él con la yema de sus suaves dedos comenzó a dibujar las líneas de los míos. Vi pasión en sus ojos, ganas, deseo y ¿a quien engañar? Yo también quería lo mismo. Moría por besar esa hermosa sonrisa. Me agarró de las caderas y me acercó más a él, me agarró tan fuerte como si quisiera evitar que yo saliera corriendo. Y en unos cuantos segundos sus labios se encontraban unidos con los míos. Sentí como su lengua se movía lentamente pidiéndole permiso a mis labios para poder entrar y saborear mi boca, formé un pequeño espacio entre mis labios permitiéndole a su lengua encontrarse con la mía. La armonía entre ellas era mágica, se entendían a la perfección. En medio del beso sentí como una sonrisa se dibujaba en su cara. No había ni la más mínima distancia que separara nuestros labios.
Agarré su cabello con mis manos y entrelacé mis dedos con él. No quería dejarlo ir,no quería que ese beso se acabara nunca. Me besó como nunca antes me habían besado, ni siquiera Nate. Y fue justo en ese momento en el que en contra de la voluntad de mi cuerpo, decidí separarme de él. Recordé a Nate y al hecho de que no podía fallarle de esta manera.
Él me miró confundido y agarró mi brazo, tratando de evitar que yo saliera corriendo como hace un momento.
—¿Dime que pasa Salomé? — preguntó
—Yo..yo...es que yo no... — no hallaba las palabras para decirle esto. Me alejé un poco más de él pero el no aflojaba su agarre—Niklas es que yo....yo no puedo hacer esto. Yo tengo novio— finalmente lo dije.
Vi como el semblante de sus ojos cambiaba y se tornaba frío una vez más, como antes. Soltó mi brazo y era ahora él quien se alejaba de mí. Pasó al lado de mi hombro y susurró en mi oído:
—Disfrutalo, yo ya obtuve lo que quería contigo y era solo besarte, comprobé que en serio no tienes gracia. Feliz navidad,pum a–y se marchó. Sentí como una lágrima recorría mis mejillas. Era un completo estúpido y yo una tonta que había caído bajo.