Nuriel Flowers [Borrador]

بواسطة TheSuicideVerow

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Para Run la vida era demasiado monótona y aburrida, él desea que algo o alguien cambiaran aquella retrospecti... المزيد

Aclaraciones

✾ Capítulo Único ✾

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بواسطة TheSuicideVerow


22 de Marzo –Equinoccio de Primavera


                    Con fuerza la música se filtraba por sus oídos haciendo que el espacio de desvaneciera a su alrededor. Observó sin gran importancia a los jóvenes que estaban a su alrededor moviendo sus cuerpos como si aquellos fuera la mejor forma de pasar el tiempo, otros estaban deleitándose con aquellas extrañas bebidas que él no lograba conseguirle el gusto en lo más mínimo.

Para muchos que lo conocía pensaban que él era un bicho raro por su personalidad. Run era frío, lejano y era de ese tipo de persona que alejaba a todos con su mirada penetrante y oscura, inclusive cuando sus ojos eran de un chocolate profundo y no de un negro—no faltaba mucho para llegar a un negro, a decir verdad—. Pero aún así tenía ese estatus de popularidad por ser uno de pocos jóvenes con altas calificaciones y siempre estar presentes en aquellas estúpidas fiestas.

Run se quedó gran parte de la tarde en una esquina en el gran salón de aquella voluminosa mansión, con mirada fija en aquellos jóvenes que aparentemente eran sus compañeros de clase. Pasó una de sus manos por sus cabellos oscuros, despeinándolos un poco mientras se arregostaba con gran fastidio en la pared, acto seguido buscó en el bolsillo de su chaqueta, de cuero negro, su caja de cigarrillos colocando uno entre sus labios para proseguir a buscar su encendedor.

  —Morirás joven si consumes eso. —escuchó de una voz suave cerca.

Ignoró por completo aquellas palabras mientras continuaba buscando su encendedor.

Poco después sintió que algo tocaba su trasero a lo que se alejó chocando con un mueble cercano. Alzó la vista con gran enojo al joven que estaba cerca a él.

  —¡¿Pero qué mier-?! —Paró en seco al encontrase con una sonrisa juguetona en los labios del ajeno.

Los ojos azules profundos como el mar le observaban con descaro acompañando aquella sonrisa que lograba incomodar a Run de sobremanera. Él estuvo a escasos segundos de sentirse avergonzado cuando detalló el objeto brillante que tenía el ajeno entre una de sus manos. Su encendedor.

Sin esperar más le arrebató el encendedor al ajeno, dejándolo perplejo.

  —¡Oye! ¡Lo digo en serio, si sigues consumiendo eso no podrás tener una vida placentera! —replicó el joven de menor estatura frunciendo el ceño en dirección a Run.

Run alzó una ceja observando al menor, para sonreír leve y encender su cigarrillo.

  —No creo que eso sea tu problema. —respondió Run dejando salir el humo de boca, apenas viendo al ajeno, guardo su encendedor mientras se alejaba.

  —¡¿Cómo estás tan seguro de eso?!—contraatacó el menor.

Run paró un momento mirando de reojo al menor, rió leve para luego continuar caminando por entre los jóvenes que reían y se divertían en la fiesta.

Estoy tan seguro que eso aterra... Quiso decir pero esas palabras solo se quedaron en su mente.

Terminó en el gran patio trasero de la mansión donde estaba menos poblado y el ruido de la música apenas se sentían.

Agradeció con toda su alma que la fiesta hubiera sido en un lugar despejado como aquel, hubiera odiado un lugar pequeño y sin espacios al aire libre.

Transitó por el pequeño camino de concreto hasta llegar a la baranda de metal que limitaba la el patio trasero con el profundo y misterioso río, mientras consumía su cigarrillo observaba el atardecer, como el gran sol estaba en lo más alto esa tarde.

              Hace mucho que no presenciaba un equinoccio de primavera, me alegra haber vuelto... Pensó.

Una sonrisa se fue figurando en los labios de Run mientras observaba aquel paisaje tan cálido y colorido—una de las pocas cosas que le gustaba de aquella deprimente ciudad—.

Tomó el cigarrillo de sus labios dejándolo caer al río, para luego dejar salir el humo de sus pulmones.

Se inclinó en la baranda dejándose distraer por los colores cálidos, sintió un extraño cosquilleo en su nuca como si estuviera siendo observado.

  —¡Run-Rin! ¡Run-Rin!—escuchó unos gritos a su espalda a lo que volteó encontrándose con un llamativo vestido rojo en el cuerpo bien formado de su prima.

  —Ya te he dicho que no me llames de esa forma, Lena. —reclamó Run con una voz queda, observando a la joven de cabellera castaña clara, rostro perfilado con maquillaje un tanto exagerado, luciendo un hermoso y provocativo vestido rojo, quien estaba acompañada del joven de ojos azules y cabellera castaña, que momentos antes había visto. Sin poder evitarlo intentó alejarse olvidándose en donde se encontraba, recibiendo un fuerte golpe con la baranda—¡Maldita sea!—susurró para él.

La joven de cabellera castaña clara observó con alarma su primo.

  —Run-Rin, ¿te encuentras bien?—preguntó con su voz fina y preocupada, Lena.

Run asintió desviando su atención de su prima al joven que estaba detrás de ella, el joven mantenía una leve sonrisa ladeando el rostro para luego fijar sus ojos en los de Run, incomodándolo nuevamente.

¿Qué es lo que miras con tanto empeño? Pensó con incomodidad, Run.

  —Me alegro, Run-Rin.

  —¿Para qué me buscabas?—preguntó Run bajando la mirada.

La joven sonrió ampliamente mientras se acercaba a Run, colocó ambas manos cerca de sus mismos labios para alzarse en las puntillas de sus pies.

  —He encontrado la solución a tus problemas, querido Run-Rin—susurró Lena guiñándole un ojo—. Run-Rin te presento a Nuriel, mi encantador amigo—agregó la joven con voz más alta señalando al castaño de ojos azules—. Nuriel te presento a Run, mi querido y antisocial primo.

El joven se aproximó un par de pasos para ofrecerle la mano a Run, quien le observaba con descaro.

  —Es un placer, Run 'chico antisocial con una corta vida a causa de la nicotina'.

Una divertida risa se escapó de los labios de Run al tiempo que estrechaba la mano ajena—la cual encontró suave y extremadamente cálida—.

  —El placer es mío, Nuriel 'chico entrometido'—contestó Run con una sonrisa sosteniéndole la mirada a Nuriel.

Aún puedo recordar la calidez de tu mano...

●●●


10 de Abril –Primavera

El extraño y embriagador aroma a flores pronto empezaba a llenar la pequeña habitación, aunque los perfumes nunca habían sido tolerados por el delicado olfato de Run, no le tomó importancia, además estaba concentrado en otra cosa.

Los ojos de Run detallaron la fotografía que estaba dentro del retrato de madera, en donde claramente se podría apreciar a un pequeño niño de no más ocho años de cabellera sedosa de un castaño oscuro, con un short celeste y una camiseta sin mangas de un rosa claro, dejando al descubierto los brazos y piernas blanquecinos y delgados del pequeño además de aquella sonrisa característica del oji-azul.

Rió un poco pasando sus dedos por el pequeño que aparecía en la fotografía.

  —¡¿Q-Qué haces, Run?! —se alarmó Nuriel entrando a la habitación observando aquello.

Run alejó la mano de la fotografía carraspeando con fuerza. Alzó la mirada en dirección al joven de cabellos castaños que estaba en la entrada de la habitación.

El ajeno llevaba una camiseta sin manga de color blanco y unos pantalones cortos por sobre las rodillas de color negro con unos zapatos cómodos de trenzas.

Inclusive ahora no has cambiado en nada. Pensó sonriendo leve.

Ante la mirada—un tanto devoradora— de Run, las mejillas blanquecinas de Nuriel se pintaron de un rosado claro, invadiendo gran parte de su rostro. Run no puedo evitar sonreír a gusto mientras se acercaba al ajeno.

  —Esperándote—contestó Run, con una voz suave y delicada, acorralando a Nuriel contra la puerta—. Te estabas tardando mucho, Nuriel.

La mirada de Nuriel vaciló mirando los ojos de Run a sus labios y finalmente ubicarla en el suelo a causa de los nervios que empezaba a apoderarse de él, poco a poco.

  —Es tu culpa por aparecer sin avisar antes—excusó el menor sin verle.

Las manos inquietas de Run se posaron en la cintura de Nuriel acercándolo un poco a él, logrando que el menor alzara un poco la mirada y en ese momento colisionó sus labios con los de castaño, con gran delicadeza, recibiendo el sabor dulce que ya se había imaginado.

Y como si aquello le hubiera quitado todas las fuerzas, Nuriel se relajó rodeándole el cuello mientras abría un poco la boca dejando que la lengua de Run invadiera por completo su boca. Momentáneamente el beso fue subiendo de tono, ante las manos curiosas de Run que acariciaban la espalda ajena, en un intento de invadir cada centímetro del menor logrando además que la mente de Nuriel volara en cuestión de segundos.

Una cosa llevó a otra hasta que ambos jóvenes terminaron sobre la cómoda cama, Run sobre el indefenso Nuriel, apenas alejando sus labios por segundos para recuperarse y nuevamente apoderarse de los ajenos, con ferocidad.

Run estaba a solo segundos de llevar sus manos al broche de los pantalones de Nuriel cuando recibió una mordida en su labio inferior un tanto fuerte seguido de un leve empujo, un poco más fuerte y hubiera terminado en el suelo.

Miró perplejo a Nuriel sin lograr entender.

  —N-No tenemos tiempos para esto, Run—habló Nuriel sin verle.

Se levantó un tanto tambaleante de la cama, miró de reojo a Run para sonreír con picardía.

  —Tenemos una cita pendiente ¿recuerdas? —agregó Nuriel volteándose con un puchero en sus labios—No podemos tener sexo antes de la cita, así no son las cosas, Run.

Run suspiró para desplomarse sobre la cama observando a Nuriel apenas. Se acomodó en el colchón ocultando parte de su rostro debajo de su antebrazo.

  —Y pensar que estuve a punto de...

  —¡Quiero mi cita!—Interrumpió Nuriel tomando del brazo a Run y así sacándolo de la cama—¡Vamos y ya luego puedes...! Hacerme... lo que quieras...—agregó Nuriel, bajando la voz a lo último.

Una sonrisa triunfante se apoderó de los labios de Run levantándose de la cama de un brinco. El rostro de Nuriel estaba nuevamente sonrojado haciendo a Run feliz y deseoso de poder descubrir hasta dónde era capaz el menor de sonrojarse.

Era sorprendente como en menos de tres semanas Nuriel había logrado entrar en la impenetrable muralla de Run. Después de que se habían conocido en aquella fiesta ellos había estado encontrándose en otras fiestas, en un principio Run pensaba que Nuriel era demasiado entrometido e inclusive llego a pensar que era un acosador debido a que siempre lo encontraba en cada fiesta que asistía. Tardó un poco en darse cuenta que asistían al mismo instituto y eran del mismo año.

Poco a poco Run se fue contagiando de Nuriel, necesitándolo para poder sentir que el día tenía sentido, le gustaba los gestos que realizaba el menor ante cada una de sus acciones. Aunque no le agradaban los sermones que éste le impartía cuando lo encontraba con un cigarrillo, por lo que había optado en dejarlo en segundo plano, fumando cuando Nuriel no estaba cerca suyo.

Esa tarde habían planeado una cita, como cualquier pareja enamorada normal.

El día estaba fresco y con un clima enteramente agradable.

Nuriel convenció a Run de ir al zoológico de la ciudad, lo que sorprendió al inexperto de Run—quien acostumbraba llevar a sus citas al cine o a un restaurante cercano a un motel—.

Supongo que a los chicos les gustan otras cosas... Pensó Run en el autobús junto a un Nuriel excesivamente alegre y emocionado.

Tomó con delicadeza la mano de Nuriel mientras ambos paseaban con tranquilidad por el inmenso zoológico. Visitaron diferentes lugares del mismo como el área de los mamíferos y los animales salvajes, Nuriel se emocionó tal como un niño de primaria lo haría al ver como el viejo león se levantaba y gruñía cuando al fin se cansó de ver a Nuriel ordenándole.

Justo en ese momento Run pensó que quizás había errado y había terminado con un chico demasiado infantil y que había dejado al tranquilo y serio Nuriel en algún lado. Pero no podía negar que el día trascurría de manera entretenida con aquel energético Nuriel de compañía.

  —Jamás había visto a un león gruñirme ¡Eso fue muy emocionante!

Run rió ante sus palabras.

  —Seguro, eso demuestra que ni un león podría soportarte—dijo en broma sin evitar sus carcajadas.

Nuriel asintió una vez presionando la mano de Run que estaba entrelazada con la suya. Fijó su atención a lo lejos, hallándose con unos hermosos arboles de gran altura con muchas flores de tonos rosados. Apresuró el paso jalando un poco a Run quien aún reía.

Ambos llegaron hasta los árboles de color rosa, llenando el cielo de su magnífico y delicado color como si pintaran el cielo celeste de su sumiso rosa pálido.

Las carcajadas de Run cesaron al ver los ojos iluminados de Nuriel observando las flores que rodeaban a gran cantidad de árboles y arbustos. No se fijaba mucho de su alrededor sino de cómo la aura de Nuriel encajaban perfectamente en aquel paisaje primaveral.

Su pecho se oprimió un poco sin despegar sus ojos chocolates del menor.

  —Puedo sentir que me estas comiendo con la mirada, Run—comentó Nuriel mirándolo de reojo.

  —Nuriel—Susurró tomando de ambas manos al menor acercándolo poco a poco a él—, te amo...—agregó cerca de los labios ajenos.

Acto seguido, besó los labios del menor, impregnándose del dulce y adictivo sabor de los mismos.

Como era de esperarse las mejillas de Nuriel se calentaron sonrojando su juvenil rostro, correspondiendo con felicidad al beso de su amado.

'Yo también te amo, Run...' articuló con alegría el frágil corazón de Nuriel en ese momento.

Y así me enamoré aún más de todo tu ser...

●●●


31 de Mayo – Primavera

Pronto las lágrimas empezaron a caer de los ojos de Nuriel mientras se encogía en el sofá viendo por unos momentos a un Run totalmente confundido.

  —L-Lo siento, R-Run—alcanzó a decir Nuriel bajando el rostro, sin dejar de sollozar.

  —Nuriel... ¿H-Hice algo mal?—empezó Run arrodillándose frente a Nuriel— S-Sé que soy un pésimo novio y muchas de las veces siempre te seduzco para que me complazcas, p-pero eso se puede arreglar—agregó Run intentando no caer en la desesperación—... por favor, déjame arreglarlo...

Nuriel negó varias veces sin lograr ver a Run.

  —N-No, es mejor dejarlo hasta aquí... perdóname, por favor...—pidió Nuriel rompiendo en llanto.

Run se dejó caer en el suelo sintiendo como su corazón eran destrozado en mil pedazos por la persona que más había amado en toda su vida, percibió como algo tan valioso como lo era Nuriel se alejaba cada vez más de su alcance dejándolo nuevamente solo en la oscuridad de un pasado que empezaba odiar.

La calidez de Nuriel la sintió tan lejana que dudo aún si seguía con vida.

Si nos amábamos tanto... ¿Cómo es que terminamos de esta forma?

●●●


4 de Junio – Primavera

  —¡Run-Rin! ¿Quieres explicarme porque terminaste con Nuriel?—preguntó Lena, claramente furiosa, viendo a Run con el ceño fruncido.

Run rodó los ojos alejándose de su prima, sin la más mínima intención de responder a su pregunta, se movilizó entre la multitud que estaba a su alrededor sacando de su bolsillo un cigarrillo y su encendedor.

Lena se le adelantó mientras se posicionaba justo en frente del peli-negro.

  —¡¿Qué le hiciste al pobre de Nuriel, Run?!—demando a saber, Lena.

  —¿Qué te hace pensar que he sido yo quién le hizo daño a alguien?—dijo con frialdad Run sin ver a la cara a la joven, colocó el cigarrillo entre sus labios mientras lo encendía.

Lena se sobresaltó por aquello, dejando caer un poco su rostro serio y enojado por uno preocupado y un tanto confuso por unos pocos segundos, para luego golpear con fuerza el hombro de Run.

  —Auch—se quejó Run.

  —¿Por qué lo hiciste, Run?—preguntó indignada Lena— Nuriel era un buen chico, no tenías porque alejarlo de esa forma...

  —Te equivocas, Lena—susurró Run con el rostro decaído quitando el cigarrillo de sus labios, dejando salir el humo de su interior—. Nuriel fue quien me dejó...

  —¿Eh? ¿Por qué? ¡Espera! ¡Lo engañaste!

Run alzó la vista con enojo, detallando sus ojos nublados en su prima, para negar una vez y continuar su camino antes de que sus ojos se nublara aún más dejando caer dolorosas lágrimas. Él se odiaba a sí mismo por como habían terminado las cosas tan de repente.

Caminó entre la multitud buscando la salida de aquella fiesta, intentando retener aquellas lagrimas que amenazaban con salir haciéndole recordar la dulce sonrisa de Nuriel y sus palabras—que en ese momento carecían de sentido—.

Algo había pasado entre ellos que hizo que perdiera a Nuriel. Quizás él sí había metido la pata en alguna ocasión, pero no recordaba cuando, solo estaba consciente que pronto Nuriel dejo de sonreírle con la misma sinceridad característica en él. Ya no le hablaba y le empezaba a esconder muchas cosas consiguiendo que Run se imaginara demasiadas cosas y empezara a ser excesivamente más celoso de lo usual.

Probablemente habían sido sus agobiadores celos los que habían alejado por completo a Nuriel de su lado...

O quizás Nuriel simplemente lo había dejado de amar...

Puede que nunca él me haya amado como yo a él... Pensaba con desesperación, justo cuando al fin consiguió la salida de la residencia.

Algo que deseo no haber hecho, puesto que al salir de la residencia se encontró con la persona que más deseaba pero no quería ver.

Los ojos de Nuriel lo miraron con tristeza por unos pocos segundos, pero Run aún lo miraba notando que había cambiado mucho.

El saludable y delicado rostro de Nuriel había desaparecido por completo dejando atrás un rostro lleno de ojeras y marcado, al igual que su cuerpo, era más escuálido y débil que la ultima que lo había visto.

Run se olvido por completo de todo su dolor, cuando unas finas y cristalinas lágrimas empezaban a recorrer las mejillas blanquecinas de Nuriel, se precipitó hacia él abrazándolo con desesperación como si su vida dependiera de ello.

Nuriel se aferró desesperadamente al cuerpo de Run, ocultando su rostro en el pecho de Run.

Ambos dejaron salir todo aquel dolor que sentían sus corazones en aquellas delicadas lágrimas, hasta que lograron calmarse, Nuriel intento separarse de Run, pero este se lo impidió por completo.

  —Por favor, Nuriel. No me alejas otra vez de ti—pidió Run aún abrazándolo.

Nuriel incapaz de reclinar aquella petición se mantuvo en los brazos de Run. Deseando en el fondo de su corazón que el tiempo se detuviera en ese momento y que ambos pudieran estar así para siempre.

Pero el tiempo siempre ha sido cómplice del terrible destino.

  —Quiero que te olvides de mí, Run—articuló Nuriel.

  —Eso jamás sucederá, Nuriel.

  —No quiero que sufras por mi culpa, entiéndeme...

Run se alejó un poco, tomó del mentón al menor haciendo que éste lo mirase a los ojos, negó una vez para rozar su nariz con la de Nuriel.

  —Lo siento, pero no te entiendo—admitió— ¿No me quieres hacer sufrir? Entonces quédate a mi lado, Nuriel.

Los labios del menor temblaron amenazando con recaer nuevamente al llanto, entrecerró los ojos observando con cariño aquellos ojos chocolate que tanto le gustaban. A continuación negó un par de veces.

  —No te dejaré ir, no esta vez.

Y con esas palabras Run acercó el rostro de Nuriel para besar aquellos suaves labios.

Run temió por ser rechazado por el ajeno, pero a pesar de la diminuta resistencia, los labios de Nuriel terminaron por acceder a aquellos labios que lo deseaban como a nadie.

Y no solo se rindió ante los besos de Run, sino también ante su desenfrenada pasión que carcomía el cuerpo de Run...

Desde la última vez que había estado juntos...

Desde la última vez que se había tocado...

Esa noche, sin que lo hubiera planeado ambos, terminaron por entregarse mutuamente en la pequeña y poco cómoda cama de Run. Las prendas estuvieron de más para ambos jóvenes que, sin duda alguna, se deseaban con tanto fervor.

Esa noche pude sentir las llamas de pasión de tu corazón, de tu cuerpo y de tu alma...

¿Cómo no amarte...?

●●●


20 de Junio– Día antes del Solsticio

A pesar que las hermosas flores de la primavera estaba empezando a caer, aún se sentía el dulce aroma a juventud que siempre dejaba la primavera. Run caminó por la acera llevando consigo un pequeño paquete de color rosa en donde aguardaban un dulces de chocolate en forma de rosas, esta considerablemente feliz de haberlos conseguido a tiempo.

Pasó cerca de una floristería deteniéndose para comprar un ramo de flores.

Él no era de las personas que regalaban flores, ya que lo veía demasiado cursi o, mejor dicho, así había sido en el pasado, ahora encontraba aquello como un detalle con gran importancia y más cuando la persona a quien se las daría era un fiel admirador de las flores.

Al entrar a la floristería una joven de lentes y cabello corto lo atención, sugiriéndole un extraño pero delicado ramo de flores con extraños nombres—que no logró memorizar del todo—, pero que al ver el ramo accedió a comprarlo.

El ramo era sencillo pero lleva justamente las mismas flores que había visto hace un tiempo con Nuriel en el parque, la florista le dijo que además entre las flores se encontraba una flor de primavera que traía felicidad a quien se le fuera dada.

Luego de comprar el ramo de flores, Run salió de la tienda caminando con una amplia sonrisa en sus labios, observando aquellas magnificas flores.

Seguro que le encantaran, lo sé.

Los sábados no había mucha actividad en el hospital, era una suerte, así no tendría que terminar tomando las escaleras sino que subiría con tranquilidad por el ascensor.

  —¡Oh, Run! Veo que vienes a visitarlo—declaró una enfermera, de piel morena, subiendo al ascensor junto a Run.

Run asintió sin poder borrar un pequeño sonrojo que se apoderó de sus mejillas al notar que la enfermera detallaba su arreglo floral y el paquete de chocolates.

  —Disfruta al máximo el día con él—Comentó con una voz menos alegre la enfermera—. Él necesita ahora más que nunca tu apoyo, Run.

  —Lo sé—asintió—. Le prometí que jamás lo dejaría solo y no pienso alejarme de él, nunca—dictaminó Run.

La enfermera le miró de reojo, sonriendo leve.

Pronto el marcador del ascensor marcó Piso 9, bajándose Run dejando atrás a la enfermera que lo miraba con cierta tristeza en los ojos.

Run retomó nuevamente su semblante alegre sin el más mínimo atisbo de tristeza antes de ingresar a la habitación en donde aguardaba la persona que más amaba en el mundo.

Como era de esperarse Nuriel estaba acostado en su habitual camilla de sabanas blancas, la bata de hospital dejaba ver los frágiles brazos de Nuriel, ocupando parte de una de las muñecas por un fino tubo de plástico que le suministraba liquido además de aquellos cables—que salían por debajo de las sabanas— conectados a un extraño aparato que lograba que el joven de cabellera castaña continuara con vida.

Los ojos del menor se iluminaron al ver a Run entrar a la habitación, sonrió leve acomodándose en su cama.

  —¡Llegas tarde, Run!—regañó Nuriel haciendo un débil puchero.

Run rió por lo bajo acercándose, accediendo a mostrarle las flores a Nuriel. Pronto los ojos azules del menor se cristalizaron al ver las flores que muy bien conocía. Miró con sus ojos cristalizados a Run, el cual se inclinó para besar sus labios con delicadeza.

  —Estoy aquí, Nuriel—susurró Run cerca de los labios de Nuriel—. Perdona la espera—agregó besándole la frente.

Como pudo, Nuriel pasó su mano libre de tubos o cables por el cuello de Run atrayéndolo hacia él dejando que sus lágrimas cayeran.

  —Me alegro que estés aquí... tenía miedo que no vinieras...—sollozó Nuriel—no quisiera irme sin verte, Run...

  —Tonto ¿qué dices? Todo saldrá bien mañana—la voz de Run era firme a pesar que estaba a punto de sollozar al igual que Nuriel.

Nuriel se alejó para poder verle a los ojos, sonrió de lado siendo incapaz de sonreír en su totalidad.

  —Quiero... volver a ver... el equinoccio de primavera contigo, Run.

Run asintió un par de veces acercando su rostro al ajeno entrecerrando los ojos.

  —Lo veremos, Nuriel. El año próximo, lo prometo.

Una alegre sonrisa se fue moldeando en los débiles y pálidos labios de Nuriel, una sonrisa que fue enteramente admirada por Run, apreciándola y guardándola en sus recuerdos.

Jamás olvidaré esa hermosa sonrisa que me regalaste al final...

Esa misma sonrisa que me llenó de felicidad y de color...

●●●


Puede que ahora mis palabras no tengan sentido, porque no eres capaz de escucharlas, pero quiero decírtelas, ya que es mi única forma de recordarte...

Quiero que sepas que aún puedo recordar la calidez de tu mano... la primera vez que nos conocimos...

Recuerdo el sonrojo que se creó en tus mejillas cuando te dije que te amaba y así me enamoré aún más de todo tu ser...

Recuerdo cuando nos separamos y pensaba una y otra vez 'Si nos amábamos tanto... ¿Cómo es que terminamos de esta forma?'

Pero esa noche pude sentir las llamas de pasión de tu corazón, de tu cuerpo y de tu alma...

¿Cómo no amarte...?

Jamás olvidaré esa hermosa sonrisa que me regalaste al final...

Esa misma sonrisa que me lleno de felicidad y de color...

Antes de conocerte pensaba que mi vida sería igual de monótona como el resto de las personas, pero esa tarde... en ese equinoccio de primavera pude conocerte y no me arrepiento el haberte conocido y mucho menos el haberte amado con tanta intensidad.

Cómo me hubiera gustado pasar más tiempo a tu lado, pero el destino no nos lo permitió.

¡Vaya que el destino fue cruel con nosotros!

Pero ¿sabes algo?

Le agradezco intensamente al cruel destino que nos separó, porque fue el mismo destino el que nos unió en esa hermosa epoca, Nuriel.

Atentamente, Run 'el chico antisocial con una corta vida a causa de la nicotina y que te ama con toda su alma'.



*********

N/A: Gracias a todos por leer este One-Shot, espero de corazón que les haya gustado tanto como a mí al escribirlo, recién lo termino de escribir por lo que puede que tenga algunos errores ortográficos los cuales luego me dedicaré a editar (de los cuales creo que son más que todo los acentos, ya que donde lo escribí la acentuación no funciona).

¡Apuesto a que los hice llorar!

O al menos llegue a entristecerlos un poco ¿No? En ese caso, son de corazón fuerte.

Yo en lo personal me sentí triste, eso porque soy difícil para llorar (¿el secreto? Tengo un corazón de piedra, a veces)


Recientemente me eliminaron la cuenta por las historias de boyslove. Pero en fin, aquí he vuelto, espero que no me vuelvan a eliminar ¬-¬

No se olviden de votar y comentar, si les gusto, si los hice llorar, gritar o si me odian (es aceptable, así que no se preocupen)

¡Hasta la próxima!

MOZZY VENOM

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