¿El mejor sabor de helado? Tú...

By Zara_Black

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¿Novia? No, gracias. Lástima que el resto de sus amigos si pensasen que necesitaba una novia con urgencia. N... More

Sinopsis
1. El anuncio
2. El anuncio II
3. Señor, dame paciencia
4. Primera cita
5. ¿Admirador secreto?
6. Cinta aislante
7. ¿Hay algo más divertido que molestar?
8. Una futura promesa de ¿boda?
9. "Una importante investigación"
10. Matt vs Triz
11. Matt vs Triz (2º round)
12. El anillo perfecto
13. Hermanos
14. Helado
15. Estado: shock y profunda negación
16. Me niego a que me gustes
17. De luto
18. Admirador ya no tan secreto
19. ¿Chismosos? ¿Nosotros?
20. Yo no fui
21. Cita triple
22. ¡No me gusta!
23. Encuentros inesperados
24. Preocupado, estoy preocupado
25. Tiempo de espionaje
26. Aceptación
27. El esguince
29. Plan de conquista
30. Góngora y sus sorpresas
31. Enfrentando miedos
32. Quiero conmigo
33.No me gustas. Ni un poco.
34. Friendzone
35. Cuando los planes salen bien
36. ¿El mejor sabor de helado? Tú
"EMSHT" en librerías a partir del 13 de DICIEMBRE de 2018

28. ¿Qué le pasaba?

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By Zara_Black


(Matt)

―¿Dejarás de manosear mi coche alguna vez?—curioseó Triz con un brillo divertido en los ojos.

―Nunca—dijo con una sonrisa diabólica, Triz lo observó con irritación y vio como sus pecas se movían. Dios, estaban tan cerca que podría hasta contarlas, se inclinó un poco y acercó sus rostros unos centímetros haciendo que su corazón latiese descontrolado.

―¿Por qué sólo sales con chicas mayores que tú?—preguntó Triz en voz baja y él la miró con sorpresa, no esperaba que preguntase algo así. Ella se sonrojó levemente pero luego lo miró enojada—. Puedes estar descartando a tu pareja perfecta sólo por ser un año menor que tú, y no es como que ella estuviese encantada con el hecho de haberse enamorado de ti... ¡Eres manipulador, y entrometido y demasiado sobreprotector y un violador de coches y...

Triz no pudo seguir insultándolo pues sus labios se lo impidieron.

No supo cómo pasó, sólo sabía que tenerla tan cerca lo calmaba y que ella era preciosa cuando se molestaba y arrugaba la nariz y sus pecas se movían.

Además, desde el beso que le había dado en la comisura de los labios no había parado de pensar en las ganas que tenía de volver a besarla.

Sintió como Triz deslizaba sus dedos desde su rostro hasta su nuca y este simple acto hizo que por cada lugar donde ella había pasado sus dedos sintiese como se le erizaba la piel; lo que lo hizo volver a la realidad para darse cuenta de lo que estaba haciendo.

¡Estaba a punto de aprovecharse de ella!

Por suerte esta vez sus sentidos regresaron antes de que ese simple roce de labios se convirtiese en algo más peligroso. Necesito de toda su fuerza de voluntad para alejarse de ella, y cuando la vio casi se deja llevar de nuevo. Triz estaba con los ojos cerrados y los labios entreabiertos, preparada para devolverle el beso, aguantó estoicamente las ganas de darle un rápido besó y tosió con fuerza.

Triz abrió los ojos lentamente y miró a los lados con confusión para luego centrarse en él.

―Si no querías contestar, me hubiera bastado con un simple "sin comentarios" —se quejó ella haciendo pucheros pero con ojos brillantes y una gran sonrisa. La miró con vergüenza pero ella no pareció alterada ni enfadada, lo que lo hizo sentir peor—. ¿Ahora me cargarás como a una princesa?

―Ni loco—murmuró intentando sonar normal aunque en su interior estaba completamente alterado, Triz puso los ojos en blanco pero no se soltó de su cuello y él se percató de que durante todo este tiempo la había tenido sujeta de la cintura por lo que avergonzado las retiró; Triz apartó las manos de su cuello y él aprovechó para darse la vuelta y agacharse—. Sube.

―¿Seguro que estás bien? —preguntó Triz antes de subirse en su espalda.

―Estoy bien.

Menuda mentira.

Estaba de todo menos bien.

Tenía una mezcla contradictoria de sentimientos y unas enormes ganas de tirarse a las vías del tren. ¡La había besado! ¡Esta vez había sido él quien la había besado! Por suerte, había recuperado el control antes de hacer algo más estúpido pero eso no quitaba que la hubiera besado.

¡Se había aprovechado otra vez de ella!

¡Era muchísimo peor que Kyle!

En cuanto notó que Triz enrollaba los brazos alrededor de su cuello se puso en pie y comenzó a caminar. Sintió como Triz apoyaba la cabeza sobre su hombro y apretaba su agarre entorno a su cuello, por lo que sintió como la piel se le erizaba y su corazón latía a más velocidad.

¡Esto no era bueno!

¡No podía ser bueno que Triz le hiciese reaccionar de esa forma! ¡No podía estar desarrollando sentimientos románticos por ella! ¡Era Triz! ¡Estaba loca!

Refunfuñó frustrado y enojado consigo mismo. Triz era absolutamente todo lo que no buscaba, ¿qué le pasaba?

Para su sorpresa hicieron el resto del camino en un silencio digno de un cementerio, aunque tampoco es que estuviera de humor para hablar. Por lo que cuando llegó al Parque Lorca se sintió tremendamente aliviado.

―Llegamos—dijo rompiendo el incómodo silencio que se había establecido entre ambos. Esperó alguna palabra por parte de Triz pero ella se mantuvo en completo silencio, resopló y no pudo culparla por no querer hablarle. Seguro que estaba enfadada por el beso. La había atacado mientras trataba de ayudarlo, ¡era una persona horrible!—. Triz, hemos llegado.

―Cinco minutos más...—balbuceó ella por lo que ladeó la cabeza y la vio durmiendo cómodamente sobre su hombro. Parpadeó sorprendido, nunca la había visto dormir, de hecho por Góngora hasta hubo una leyenda que decía que Triz nunca dormía, así que verla tan relajada y tranquila era totalmente inesperado pero aún así no pudo evitarlo. Tenía que vengarse.

―¡Dan acaba de arrodillarse para pedirle matrimonio a Sonia y ella le ha dicho que si!

―¿¡Qué!? ¿Dónde? ¿Dónde? ¿Y mi móvil? ¡Díganme que alguien lo está grabando!—exclamó Triz a gritos por lo que comenzó a reírse sin parar—. ¡Serás timador!

Ella le golpeó la cabeza pero él continuó riendo sin parar mientras caminaba hacia el edificio donde vivía.

―A eso se le llama ser cruel—protestó Triz moviéndose sin parar en su espalda—; ¡me debes una noticia!

―Te compraré un helado.

―No quiero uno de tus cochinos helados, quiero mi noticia—protestó ella y él ladeó la cabeza ofendido pero no le contestó pues de reojo vio a Pablo. Puso los ojos en blanco y siguió caminando fingiendo no verlo pero por desgracia comenzó a llamar a Triz—. Anda, pero si allí está mi admirador secreto, ese que te provoca tantos celos.

―Que no estoy celoso—murmuró con irritación pero Triz lo ignoró y le devolvió el saludo a Pablo que según se iba acercando a ellos notaban un olor cada vez más horrible por lo que sonrió divertido—. ¿Qué tal Prudencio?

―¡Estoy seguro de que esto ha sido cosa tuya!—gritó Pablo de mal humor, señalándolo con el dedo—. Hemos tardado cerca de media hora en conseguir llegar aquí porque alumnos de Góngora no hacían sino lanzarnos globos llenos de "prefiero no saberlo".

―¿Hemos?—preguntó Triz con curiosidad pero él no le dio importancia a que Pablo se hubiera traído a un amigo que claramente lo había abandonado.

―¿Y qué culpa tengo yo de que a te hayan usado como diana? —preguntó con inocencia sintiendo como Triz apoyaba la cabeza contra su cuello y murmuraba entre tos fingida "celoso" por lo que puso los ojos en blanco. ¡No estaba celoso! Sólo no quería que Pablo se acercase a ella, ¡la había estado acosando y siguiendo durante más de un mes! Por no mencionar, la nota amenazante que le había dejado. Y nadie lo amenazaba sin atenerse a las consecuencias. Así que, sí, le había pasado una foto de Pablo a todos los alumnos de Góngora que vivían en el Parque Lorca y les había ordenado no dejarlo llegar hasta la casa de Triz, ¿quién podía culparlo por hacer eso? El tipo se lo había buscado solito—. Eres de Quevedo y esto es territorio de Góngora, vienes aquí bajo tu propio riesgo.

―Cuéntale ese rollo a otro—dijo Pablo malhumorado y él empezó a sentir arcadas, ese chico apestaba—; no tengo pruebas pero sé que por tu culpa me han lanzado una botella de agua a la cabeza, me han envenenado, han llenado el depósito de gasolina de mi coche de plátanos y hoy he sido la diana de millones de globos de agua mezclada con... realmente no quiero saberlo.

―No creo que debas salir más con él—dijo ladeando la cabeza para mirar a Triz—. Tu admirador secreto atrae la mala suerte y tú no sabes lo que es el sentido de auto conservación, temo por vuestras vidas.

―Deja de molestar a mi admirador secreto, señor "sólo-estoy-preocupado"—regañó Triz aunque parecía igual de molesta que un niño al que acababan de dar una piruleta—. Y yo sí sé lo que es el sentido de auto conservación.

―Si, ya lo veo—murmuró mirando hacia el pie vendado.

―Esto fue culpa de la loca de tu hermana—indicó Triz moviendo el pie vendado en el aire.

―Y aún así conduce mejor que tú—se burló y sonrió al escuchar el grito de frustración de Triz.

―Conduzco perfectamente, ¿a que sí Pablo?—Triz miró a su admirador y él asintió.

Enarcó una ceja y miró a Pablo con fastidio. ¿Cuándo se había subido al coche de Triz? ¡Eso era intolerable! Y peligroso, a saber lo que podía haberle hecho en ese espacio tan reducido.

El castaño se dio cuenta de que lo observaba fijamente y le sonrió con malicia.

―La he acompañado a un par de investigaciones—indicó Pablo con soberbia, entrecerró los ojos y lo miró fijamente con odio.

Quevedo. El maldito admirador de Triz tenía que ser ex-alumno de Quevedo. Si hubiera sido de cualquier otro instituto ya lo hubiera espantado pero ¡no! Tenía que ser de Quevedo, el único instituto con los alumnos suficientemente locos como para enfrentarse a los alumnos Góngora.

Iba a tener que esforzarse el triple si quería alejarlo de Triz.

―Mofeta—dijo divertido.

―¿Qué? —preguntó un confuso Pablo.

―Es pis de mofeta lo que estaba mezclado en los globos—comentó con una sonrisa malvada, ese olor le iba a durar un par de días—; los vi hacer los globos de agua y estaban mezclando pis de mofeta con... Mmm... creo que es mejor que no te diga con qué lo estaban mezclando.

―Cretino—masculló Pablo oliéndose la ropa para luego hacer muecas de asco por lo que sonrió complacido, al menos por hoy había frustrado sus planes de acercarse a Triz.

―Eres malo—murmuró Triz en su oreja con la voz demasiado divertida y alegre. Si no fuera porque sería una completa locura, juraría que a Triz le gustaba que torturase a Pablo.

―¡Eh Matt!—Al escuchar el grito de Dan volteó hacia atrás y vio a su amigo acompañado de una rubia que reconoció al instante—. Mira a quién me encontré.

Dan señaló a Tania con emoción y se puso a mover las cejas con picardía de arriba abajo. Inmediatamente sintió como Triz se apretaba contra su espalda y pegaba los labios contra su cuello lo que lo hizo sufrir un escalofrío.

―¿Qué te pasó? De repente desapareciste—preguntó Pablo y lo miró con sorpresa; ¿desde cuándo esos dos eran amigos?

―Me perdí pero Dan me encontró y me ayudó a llegar—explicó Tania con felicidad señalando a Dan que asentía contento.

―Imbécil—masculló Triz con rencor, y él levantó una ceja un poco confuso—. ¿Y de qué os conocéis?

―Nos hicimos amigos hace unos días, cuando os tuvisteis que ir porque su hermana se encontraba mal—explicó Tania y él recordó el día que Ann se había sentido mal y se había marchado a toda prisa dejando allí a Tania y Pablo—. Y hoy nos volvimos a encontrar por casualidad, me dijo que venía hacia aquí y decidí acompañarlo.

―¿Por qué?—preguntó Triz entre dientes; Tania lo miró de forma coqueta y notó como Triz se pegaba más a él y enroscaba sus brazos alrededor de su cuello de forma posesiva.

―Creo que es obvio por qué—comentó Dan con diversión guiñándole el ojo, luego deslizó la mirada hacia el pie de Triz y lo señaló—. ¿Y a ti qué te ha pasado?

―Que se creía manzana—comentó con burla recibiendo un coscorrón por parte de Triz.

―Las chifladas de Dafne y Ann chocaron una moto contra el árbol en el que estaba subida—explicó Triz para luego echarse hacia delante y señalar a Tania—. Deberías ir a ducharte cuanto antes, los globos estaban llenos de pis de mofeta.

―Ya decía yo que olía fatal—aseguró Dan y Tania se encogió avergonzada, se olió la ropa y frunció el ceño—. ¿Por qué te lanzaban globos de agua?

Tania se encogió de hombros y Pablo le dirigió una mirada de odio.

―¿Qué importa? Tenéis que ir a casa a ducharos cuanto antes—indicó Triz y tanto Pablo como Tania asintieron.

―Me alegra haberte visto—anunció Tania y él le sonrió.

―La próxima vez que nos veamos te invitaré a... ¡ay!—gritó al sentir un golpe en la nuca.

―¡Tenías un bicho!—exclamó Triz y vio como Dan se reía; frunció el ceño pero decidió dejarlo pasar—. ¡Nos vemos mañana en clase Pablo!

―Hasta mañana—se despidió Pablo sonriéndole a Triz y dirigiéndole una mirada amenazante a él por lo que enarcó una ceja. Pablo le causaba el mismo miedo que un chihuahua.

―¡Nos vemos!—se despidió Tania con una sonrisa encantadora y sacudiendo la mano para a continuación desaparecer junto a Pablo.

―¿Pis de mofeta? —preguntó Dan negando con la cabeza.

―A mí no me mires, eso fue idea de los gemelos—indicó alzando a Triz un poco, necesitaba mover los brazos, empezaba a notar molestias después de cargarla durante tanto rato.

―Ya, claro—masculló Dan pero él lo ignoró y comenzó a caminar—. Eres un celoso.

―¡Que no estoy celoso!—gritó dándose la vuelta para ver como Dan se reía a carcajadas y se iba en dirección al restaurante de Sonia—. ¿Estarás contenta?

―¿Sabes? No deberías salir con Tania, mi instinto periodístico me dice que esconde algo—dijo Triz entregándole un gracioso llavero de Desdentao (el dragón de Hippo en Cómo entrenar a tu dragón); soltó la pierna derecha de Triz y abrió la puerta de cristal, entró en el edificio y devolvió la llave a Triz—. ¿Y si es de la mafia rusa y quiere secuestrarte para venderte en Moscú como esclavo?

―¿Qué te ha dado con la mafia rusa?—curioseó entrando en el ascensor, ella apretó el botón de la octava planta y las puertas se cerraron.

―Sólo digo que tiene toda la pinta de esconder un oscuro secreto, no creo que sea buena idea que salgas con ella—indicó Triz.

―Alguien suena celosa—comentó divertido sabiendo perfectamente lo que iba a responderle Triz.

―Preocupada, estoy preocupada—contestó ella imitándolo.

―Pues no te preocupes, no es de la mafia rusa, sólo quiere hacer "ejercicio" conmigo.

―¡Precisamente por eso me preocupo!—gritó ella con fuerza y los se quedaron en silencio.

En cuanto las puertas del ascensor se abrieron, salió y cuando llegó hasta la puerta de la casa de Triz volvió a entregarles las llaves, abrió la puerta y se dio la vuelta para depositarla con cuidado en el suelo. Triz se apoyó en el marco de la puerta y lo miró fijamente.

―Admitiré que estoy celosa si tú admites que también lo estás—ofreció Triz mirándolo con interés.

―Yo no estoy celoso.

No lo estaba.

Tener celos implicaría que sentía algo más que amistad hacia ella y esa idea de sentir algo más que amistad hacia Triz, lo asustaba terriblemente.

Triz puso los ojos en blanco y él le dio un golpecito en la frente.

―Devuélveme mi móvil.

―¿Para qué? —preguntó ella frunciendo el ceño.

―Para que puedas llamarme cuando decidas ir en busca de una noticia, porque ambos sabemos que ese esguince no va a detenerte—dijo mirando su pie vendado, Triz pareció contenta con esa respuesta y comenzó a rebuscar en su bolso.

―Cierto, cierto...—murmuró Triz con entusiasmo—. Este pequeño contra tiempo no va a detenerme, tengo muchos reportajes en mente y necesitaré que alguien me acompañe.

Sacó su teléfono del bolso y lo miró fijamente.

―Supongo que tendré que conformarme contigo—dijo ella y él levantó una ceja y se apoyó ligeramente en el marco de la puerta.

―Pero si te encanta que te acompañe—respondió tomando su móvil y guardándolo en el bolsillo.

―Error—indicó Triz apoyándose en el mismo sitio que él, quedando enfrente suya—. A ti te encanta acompañarme, yo te sufro en silencio.

―¿En silencio? Estoy seguro que hasta mis abuelos oyen tus quejas, y ellos viven en Manchester—dijo en tono burlón, ella puso los ojos en blanco y movió la nariz de forma graciosa.

―Mi admiración por Ann crece cada vez que me acompañas, no entiendo cómo ha podido soportarte durante tantos años y no matarte.—Triz lo miró de arriba abajo fingiendo desprecio pero sus ojos brillaban divertidos—. Eres insufrible.

―Habla la que ha intentado entrevistarme mientras dormía y no ha parado de intentar hacerme chantaje para que le dé una entrevista, podría denunciarte por acoso.

―Es gracioso que tú digas eso cuando has lanzado una botella de agua sobre la cabeza de Pablo, obligaste a Kyle a envenenarlo y has convencido a todo el vecindario para que le lance globos con pis de mofeta—dijo Triz cruzando los brazos sobre su pecho, él levantó las manos con inocencia.

―¿Tienes alguna prueba que demuestre algo de eso?

―Tengo una grabación en la que le entregas una botella de agua a Nora.

―Exacto, yo le entrego una botella de agua a Nora, ella la lanza, no yo... por lo tanto, soy inocente.—aseguró con confianza levantando las cejas con seguridad, Triz negó con la cabeza mientras sonreía—. Y empiezo a pensar que Pancho me tiene manía, me acusa de todo lo que le pasa.

―Tú eres el responsable de todo lo que le pasa a PA-BLO—indicó ella golpeando su pecho con el dedo hasta que se cansó y tomó una de sus manos lo que lo sorprendió bastante pero no le desagradó, Triz colocó las palmas de sus manos y pareció medir sus tamaños—. ¿Y dónde está mi compensación? Me despertaste diciendo que Dan le había pedido a Sonia que se casaran, ¡eso no se hace!

―Te compraré un helado—dijo sonriendo mientras sentía un cosquilleo en la palma de la mano.

―El helado que yo quiero no puedes comprarlo—contestó Triz y él la miró confuso, ella levantó la mirada y apretó su mano para usarlo de apoyo mientras se ponía de puntillas y acercaba peligrosamente sus rostros.

―Beatriz, ¿ya se comprometieron Dan y Sonia?—preguntó la madre de Triz apareciendo por detrás de la peliblanca para mirarlos con expectación, Celia lo saludó con la mano y él no pudo evitar fijarse en su peinado. Como buena peluquera que era, lucía un peinado nuevo cada semana, aunque el de hoy no le favorecía mucho. Su pelo rojo estaba sujeto en un moño alto en el que supuso que llevaba unas extensiones trenzadas pero el moño estaba muy apretado y se notaba a leguas que usaba extensiones—. Me alegra verte Matt, ¿nos vamos de boda o no?

―Aún no, mamá—contestó Triz con desgana—. ¿Y qué te has hecho en el pelo?

―Estaba probando una muestra de extensiones de un proveedor nuevo, pero creo que no son muy buenas—contestó Celia sacudiendo la cabeza haciendo que un trozo de pelo saliera disparado hacia ellos—. ¿Veis? Una basura.

Asintió lentamente y con delicadeza separó su mano de la de Triz, se pasó la mano por la nuca y le lanzó una rápida mirada a Triz que veía como su madre se acercaba y recogía el trozo de pelo falso del suelo.

Tenía que alejarse de ella y poner sus ideas en orden. Tenía la cabeza hecha un lío y estaba más que demostrado que con Triz a su alrededor no podía pensar claramente. En cuanto vio lo que estaba haciendo lejos de apartarla o decir algo, se había quedado quieto, esperando el roce de labios que desataría todas sus hormonas.

Había deseado el beso, lo había deseado tanto que hasta maldijo la aparición de Celia. Pero ahora agradecía la aparición de esa mujer, no sabía qué hubiera pasado si se hubieran besado y eso lo asustaba muchísimo. Pudo controlarse una vez, dos era tentar demasiado la suerte y no quería cargarse su amistad por esta cosa rara que estaba pasando entre ellos.

―¿Qué te ha pasado? ¿Por qué tienes el pie vendado? —La pregunta de Celia lo sacó de sus pensamientos, Triz se mordió el labio y su madre la miró furiosa—. ¡¿Otra vez te has caído de un árbol?!

―¿Cuántas veces te has caído de árboles exactamente?—curioseó divertido en forma de susurro, Triz le dirigió una mirada de odio y movió la nariz con irritación por lo que él sonrió. Sus pequitas eran tan lindas y graciosas.

Carraspeó y decidió que lo mejor que podía hacer era marcharse. Se incorporó y se despidió de Celia con la mano, la madre de Triz dejó de fulminar con la mirada a su hija durante un segundo y lo saludó con la mano.

―¿A dónde vas? —preguntó Triz.

Lejos de ti que me vuelves loco.

―A ver cómo Dan es torturado por Marco y Matías—comentó sin mirarla a los ojos, Triz asintió lentamente y él se dio la vuelta y comenzó a caminar.

Necesitaba aire y pensar.

Pero sobretodo necesitaba alejarse de ella.



(Triz)

¡Matt la había besado!

Bueno, había sido un mísero roce de labios pero, ¡la había besado! ¡Él a ella! No al revés. Y no para despistar a alguien, la había besado por qué sí.

Sonrió emocionada.

Había sido tan maravillo.

La había tomado totalmente por sorpresa pero en cuanto sintió los labios de Matt sobre los suyos sintió toda la piel erizarse y quiso devorarlo; desgraciadamente él decidió terminar el beso antes de empezarlo.

Había querido más, mucho más pero Matt pareció un poco avergonzado y decidió hacerse la loca. Estaba clarísimo que estaba en estado de negación, pero le gustaba. Sus ojos se lo decían. Esos preciosos ojos azules brillaban y lanzaban chipas cuando discutía con ella.

Aún con la toalla alrededor del cuerpo dio pequeños saltitos a pata coja y se dirigió a la cómoda, sacó la ropa interior y se la puso, a continuación fue saltando hacia el armario y sacó unos leggins grises y una de las nuevas camisetas frikis que se había comprado. En ella se veía a Mario atascado en la tubería mientras Peach le daba un beso en la mejilla.

Iría a casa de Ann y Matt con la excusa de que iba a buscar a Ann para que le contase qué tal había ido el rescate de Kyle y los demás. A Matt iba a encantarle su camiseta y mientras lo distraía, Ann podría robarle de nuevo el móvil y así evitar que llamase a la perfecta de Tania.

Ag, casi le da un infarto cuando la vio aparecer con Dan. ¡Estúpido Dan! ¿Cómo se le ocurrió llevarla hasta ellos? Matt no debía juntarse con otra mujer que no fuera ella.

Se colocó la camiseta justo para escuchar como la llamaban por skype, se acercó al ordenador y vio la foto de Héctor parpadeando.

―Cuando creo que Dafne y Ann no pueden sorprenderme más, van y lo consiguen—dijo Héctor mostrándole el vídeo que hacia una media hora había subido a la página web de su periódico—. ¿De dónde sacaron la vespa?

―La "tomaron prestada" de una compañera de clase de Kyle—explicó brevemente.

―Lo chido es lo de la profesora de Lengua, menudo placaje le hace a su prometido para salvarle la vida—comentó Héctor con alegría reproduciendo varias veces el momento en que la profesora aparta a su futuro marido con un fuerte empujón—. Y supongo que lo último eres tú, cayéndote del árbol.

―Supones bien.

―Eres todo un caso—aseguró Héctor negando con la cabeza.

Ladeó la cabeza y miró a su ex-novio, ni un qué tal estás, ni un solo reproche por ser una temeraria. No le echaba en cara que no se preocupase por ella, porque cuando estuvieron saliendo siempre se preocupó por ella, pero debía admitir que Héctor era muchísimo más relajado que Matt.

Matt podía resultar cargante y muy pesado pero había llegado a gustarle que la regañase y le preguntase un millón de veces si se encontraba bien, la hacía sentir importante.

―¿Vas a ver a Matt?—aunque su pregunta parecía más bien una afirmación, su ex señaló la camiseta y ella sonrió contenta.

―Me he comprado un montón de camisetas de videojuegos, así cada vez que me vea me relacionará con algo que le gusta—contó contenta, no llevaba ni un día usando esas camisetas y ya Matt la había besado por propia voluntad. En un par de días lo tendría arrodillado rogándole ser su novio.

―Bien pensado, pero creo que necesitarás algo más para enamorarlo.

―No te preocupes, Will ya está trabajando en ello—explicó sin darle importancia y Héctor parpadeó sorprendido.

―What?! What?!—Giró hacia la puerta de su habitación y se encontró con una Annalise indignada mientras Dafne negaba con la cabeza con diversión—. ¿¡Le has pedido ayuda a Will antes que a mí!? ¿A mí? ¡Qué voy a ser tu cuñada!

Ann la miró con cólera y ella respiró profundamente.

Escucharía sus quejas por un rato, pero luego ellas tres iban a planear cómo iban a hacer para que Matt admitiese sus sentimientos. Porque estaba enamorado de ella, sólo había que darle un pequeño empujoncito para sacarlo de la zona de negación.

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Ya avisé por facebook y twitter pero aviso también por aquí, a partir de ahora las actualizaciones serán los domingos (cada 2 semanitas como siempre).

Nos leemos! (^-^)/

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