Frunció el ceño tratando de no desesperarse.
Frente a el habían casi cinco tipos de flores, todas igual de bellas y con un aroma refrescante. Se le hacía demasiado difícil decidirse por tan solo un tipo así que al final llamo al encargado de la tienda para que le armase un ramo con todas las flores que allí tenían. El hombre de la tienda le entregó su pedido y Jimin sonrió al ver lo hermosa que se veía su elección.
"A Jungkook le encantarán", pensó.
Como buen novio ese día se había levantado temprano para preparar las cosas de su aniversario. Tenía que esmerarse bastante para que todo saliera perfecto, cinco años de noviazgo no se cumplían todos los días. Además a Jimin le gustaba celebrar el hecho de que había encontrado a su alma gemela, no muchos tenían esa suerte así que el no daría las cosas sentado y le demostraría a Jungkook cada minuto del resto de su vida lo importante que es para el.
Se acercó a la caja registradora estirando su mano con el efectivo cuando escucha que alguien lo llama.
– ¿Jimin?
Al darse vuelta vio a su hermano mayor Yoongi mirándolo como si de un fantasma se tratase. Jimin no esperaba encontrarlo ahí, sobre todo ahora que tenía tan poco tiempo y no podrían charlar.
– Hola, Yoongi.
A Jimin le entregan su cambio por lo que ya podía marcharse de la tienda. Recargo las flores bajo su brazo mientras su hermano lo seguía viendo de forma asombrada, Jimin pensó que quizá era porque no se habían visto hace un montón de tiempo y se sintió un poco mal... De todas formas no podía hacer nada, si no se apuraba se arruinaría la sorpresa.
– Debo irme –le dijo a su hermano– hoy es mi quinto aniversario con Jungkook.
Yoongi abrió lo ojos confundido.
– ¿Jungkook?
Jimin miro su reloj y enserio iba tarde así que le regaló una sonrisa a su hermano mientras se dirigía a la salida.
– Adiós, Yoongi.
Cerró la puerta de la tienda e hizo parar un taxi para dirigirse a la casa.
• • •
Lo había logrado. Había alcanzado a preparar el desayuno, ordenar la casa e ir por el regalo de Jungkook antes de que este despertara. A decir verdad estaba totalmente exhausto, el sudor corría por si frente y su cuerpo rogaba unos minutos de descanso, pero estando estando tan cerca de la meta no podía rendirse.
Lo último que faltaba era que el se pusiera decente por lo que camino hasta el baño, se dio una ducha y luego se colocó el traje que rento especialmente para la ocasión. Enserio se había esforzado mucho para que fuese la mejor sorpresa del mundo, solo quería sorprender a Jungkook y ganarse esos besos que tanto le gustaban.
Normalmente era el menor quien se encargaba de estos detalles, siempre atento de mimar a Jimin en todo lo que quisiera. Desde que se conocieron Jungkook se había dedicado a proteger a Jimin a pesar que este último como hyung debía hacerlo. Ese día decidió dar vuelta un poco las cosas, por eso era importante que todo saliese a la perfección.
Cuando ya decidió que estaba listo colocó la comida en una bandeja dejando un costado para el ramo de flores, se peino una última vez y tomó el regalo que había comprado para dejarlo en su bolsillo. Con la bandeja en sus brazos se dirigió por el pasillo hasta llegar a la habitación que ambos chicos compartían.
Ahí estaba Jungkook durmiendo plácidamente.
Jimin sonrió de oreja a oreja, verlo así con sus ojos cerrados tan tranquilo hacia que su corazón se acelerase. Estaba muy enamorado de Jungkook y a pesar de que los años siguieran pasando parecía que ese amor solo lograba incrementarse.
Dio dos pasos hacia la cama y tosió ligeramente haciendo que el bello durmiente despertase. Cuando los ojos marrones de Jungkook se toparon con lo que el había planeado de forma instantánea llevo sus manos hasta su boca para ahogar un grito de emoción.
– Feliz quinto aniversario, mi amor.
Jimin habló fuerte y claro porque sabía que en cualquier momento se echaría a llorar. Jungkook le sonrió para luego palmear un costado de la cama en señal de que se acercase.
– Feliz aniversario, Minnie.
Jimin dejó la bandeja en el regazo de su chico y con cuidado depósito un casto beso en sus labios.
– Pensé que yo era el que organizaba estas cosas –susurró Jungkook riendo.
– Yo también quiero mimarte, bebé.
Jungkook dejó un beso en su frente y Jimin se sintió completo, amaba con cada una de las células de su cuerpo a aquel chico con sonrisa de conejo. Cada vez que sentía el tacto de la piel de su novio una corriente de electricidad recorría su espina dorsal, Jimin estaba seguro de que ese el paraíso con el que siempre soñó.
– ¿Estuviste haciendo esto toda la mañana? –le preguntó Jungkook mientras olía el café que le había preparado.
– Me he levantado bastante temprano, tuve que ir a varias tiendas por distintas cosas pero lo logré.
– Las flores están preciosas... Todas tan distintas. Me imagino que alguien no supo decidirse por una solamente.
Jimin se rió porque si había alguien que lo conocía más que el mismo era Jungkook. Desde que se toparon por primera vez en la escuela fue como si mágicamente apareciera una conexión magnética entre ambos, no tomó más de tres meses que se volvieran inseparables y otros cuatro más para que Jungkook le pidiera ser su novio.
Era difícil describir su relación pero se complementaban de una manera impresionante, casi podían entenderse sin siquiera hablar y sabían solucionar sus problemas sin que las cosas pasasen a mayores. Se concentraban en ser felices y lo habían conseguido hasta el momento.
– Me conoces, ratita.
Jungkook frunció el ceño de forma adorable para luego dar un un sorbo a su taza de café.
– Estuve dentro de la tienda casi veinte minutos sin decidirme –comenzó Jimin– ¿sabes a quién vi allí?
– ¿A quién?
– A Yoongi, hace mucho no lo veía.
Fue ahí que la cara de su novio se desfiguro por completo. Si antes su semblante era de felicidad ahora solo reflejaba una mezcla de miedo y enojo.
– ¿Por qué hablaste con el?
Jimin no entendía por qué la voz de Jungkook era tan dura con el, tan solo estaban hablando de su hermano mayor.
– ¿Qué pasa, Jungkook?
– ¡No lo quiero cerca de nosotros! –gritó de repente haciendo temblar la bandeja en sus brazos.
– ¿Por qué?, siempre te llevaste bien con Yoongi... No entiendo.
Jungkook quito la bandeja de su regazo para dejarla a un lado y luego puso sus dos manos en el rostro de Jimin con un poco de presión.
– Trató de protegernos, ¿no lo entiendes?
Claro que Jimin no entendía, Yoongi no hacía nada más que preocuparse por ellos, siempre había sido un hyung considerado. Además no comprendía desde cuando Jungkook no quería que se acercase a ellos, habían pasado mucho tiempo en casa los dos solos, ya era hora de volver a su rutina normal junto a sus amigos y familiares.
– ¿No crees que estás exagerando? –le preguntó a su novio– Yoongi... Jamás haría algo para dañarnos.
– ¡No seas ingenuo, Jimin! Si no nos alejamos nos separaran, créeme.
Jimin no quería pelear con Jungkook en su aniversario pero el menor parecía tan afectado que se comenzó a preocupar. Quizá Jungkook tenía razón y debían alejarse de todos para estar juntos.
– Está bien... Yo no hablaré más con el.
En ese momento Jungkook volvió a sonreír de forma amable, como si todo volviese a la normalidad de un segundo a otro.
– Te amo, Minnie.
Se besaron de forma lenta al principio y luego dejaron que la pequeña llama de pasión que había en el aire se fuera agrandando. Jimin necesitaba sentir cerca a Jungkook, había pasado tanto tiempo desde que no se unían de verdad que ahora la desesperación se habría pasó en su pecho. Cuando hacían el amor era como si sus almas interactuaran entre ellas, era tan feliz en el momento en que se entregaba por completo a su chico, sentirse suyo era la sensación más reconfortante que Jimin había experimentado en su vida.
Pero cuando trato de acercarse para sacarle la camiseta Jungkook se alejo.
– No, Minnie, no me siento bien.
– Te necesito... Por favor.
Y enserio lo hacía, quería sentir a Jungkook dentro suyo para estar completo como piezas de rompecabezas, pero parecía que el no quería lo mismo.
– Yo...
El sonido de la puerta interrumpió a Jungkook quien de inmediato puso la misma cara que tuvo apenas nombro a Yoongi. Jimin se acomodo un poco la ropa dispuesto a atender pero Jungkook tomo su brazo para detenerlo.
– No abras la puerta, Minnie.
Jimin alzó una ceja, la puerta seguía sonando y esta vez más fuerte, no podía evitar pensar en que alguna desgracia había pasado o una emergencia había surgido. Trato de levantarse de nuevo pero Jungkook volvió a sujetarlo.
– Por favor, no lo hagas.
Pero Jimin se levanto y caminó hasta la puerta principal. Cuando giro el pomo fue como si una ventisca empujara el pedazo de manera dejando ver la figura de su hermano mayor entrando. Jimin debió haberle hecho caso a Jungkook, no era una buena idea abrir la puerta.
– ¿Qué haces aquí,Yoongi?
Vio cómo su hermano mayor cubrió su rostro con el antebrazo antes de responder.
– ¿Qué es lo que hiciste, Jimin?
Yoongi rápidamente se dirigió al pasillo, el corazón de Jimin se aceleró porque sabia claramente a donde se dirigía. Siguiéndole el paso trató de detenerlo pero su hermano no lo dejo así que ambos terminaron en la habitación donde Jungkook parecía un conejito asustado.
Jimin miro a su novio y corrió a arrodillarse al lado de la cama para tomar su mano.
– Lo siento... Lo siento, no sabía que era el.
Jungkook se zafó de su tacto con brusquedad, Jimin sabía que estaba enojado.
– ¡Lo dejaste entrar!, ¡lo dejaste entrar y ahora nos separara!
Entonces Jimin supo que Jungkook tenía razón, Yoongi era un peligro para su relación por lo que debía deshacerse de él rápido. Se colocó de pie y miro a su hermano quien seguía cubriendo su rostro.
– ¿Ves lo que haz echo? –le preguntó Jimin– ¡lo arruinaste todo!
Yoongi sacó su brazo de la cara y Jimin pudo notar como las lágrimas descendían de su rostro.
– Estas enfermo, Jimin.
Su hermano se acercó y lo abrazo con fuerza, Jimin no entendía nada tan solo quería que se alejara lo más pronto posible para poder vivir feliz con Jungkook para siempre.
– Debes irte –susurró en el oído de su hermano– Jungkook ni yo te queremos aquí.
Apenas nombró a su novio Yoongi lo soltó para mirarlo asustado.
– No puedes hablar enserio, Jimin.
– Vete, Yoongi.
Pero no lo hizo, en vez de eso tomó la cara de Jimin con su mano derecha para hacerlo mirar hacia la cama donde Jungkook lloraba a causa de la pelea que estaban teniendo. No quería ver a su chico en esas condiciones, debía sacar a su hermano mayor de ahí antes de que fuese demasiado tarde.
– Míralo, Jimin –le dijo Yoongi sin soltar su cara– Jungkook está muerto.
Y aquellas palabras fueron el click para hacerle recordar los últimos meses de su vida.
Recordó a su lindo novio y su hermosa relación. Recordó el día en que Jungkook fue al doctor por un dolor en su costilla. Recordó el cancer. Recordó las horas en el hospital. Recordó sus últimos momentos juntos. Recordó cuando murió en sus brazos. Y recordó cuando fue a desenterrar su cadáver del cementerio.
Cayó al piso porque ya no veía a su chico en la cama, solo era un montón de carne podrida. El olor a putrefacción llego a sus fosas nasales como un knock out haciendo que Jimin comenzara a llorar como lo había hecho durante todos estos meses. Sintió los brazos de su hermano rodeándolo pero eso no disminuyó el dolor, él necesitaba que le devolvieran a su Jungkook.
Jimin tan solo era un necrofílico con alucinaciones.
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Nota: DAAAAMN, ¿demasiado creepy? sorry, se acerca Halloween y mi imaginación esta a mil por hora. Tengo preparado otro One-Shot también en honor a las fiestas y quizá (si me da el tiempo) un tercero. Gracias por leer mis historias, enserio son mi motor para actualizar💞, eso es todo, un beso.
PD: ¿VEN COMO JIMIN LO MIRA? Ahre, mi pasiva esta demasiado enamorada de su Kookie💕