I don't want realism

بواسطة Roma_X

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"No quiero realismo. Quiero... ¡magia! (Mitch riendo) ¡Sí, sí, magia! Trato de darle eso a la gente. Le tergi... المزيد

Capítulo I
Capítulo III
Capítulo IV
Capítulo V
Capítulo VI

Capítulo II

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بواسطة Roma_X


Si pudiera poner en palabras la descripción de una pesadilla, seguramente sería ésta con todos sus detalles. Prácticamente no recuerdo nada, la cabeza me da vueltas y el dolor en mi cuerpo es descomunal. No tengo la menor idea de lo que ha pasado, de dónde estoy y por qué.

Ella está a mi lado y no reacciona, no entiendo el qué hacemos los dos juntos en un lugar que no logro definir. Quisiera pensar con claridad, cavilar posibilidades y entender lo que sucede, pero el dolor es muy intenso, el malestar es lo más cercano a lo peor que mi cuerpo haya sentido en la vida. No sé si estoy en peligro, no tengo la menor idea de si esto se trata de una broma de mal gusto, no sé absolutamente nada.

Como puedo me logro sentar sobre la cama donde nos encontramos, pero el esfuerzo ha logrado que mi flujo sanguíneo golpeé mi cabeza haciendo que en un acto reflejo la sostenga con ambas manos y apriete con fuerza tratando de contenerlo. Creo que el esfuerzo ha sido aparejado por un gruñido profundo que provino de mi garganta reseca.

El piso fresco bajo mis pies brindan un alivio momentáneo a todo mi malestar. Siento la debilidad en mis piernas, pero intento superarla y logro ponerme de pie. No alcanzo a ver nada con claridad, solo bultos indefinidos en la oscuridad que de a pocos y mientras mis ojos se acostumbran, van cobrando formas más definidas. Comienzo a identificar lo que podría ser muebles de una recámara. Flanqueando cada esquina de la cama se encuentra un poste o algo parecido, quizás una manta o tela cuelga del techo de la misma. Es clara por lo que contrasta lo suficiente como para alcanzar a percibirla.

Hay un punto de luz color rojo a la distancia y otro en el lado contrario de color blanco muy brillante. Decido acercarme al más intenso, primero porque alcanza a lastimar mis ojos y segundo, porque supongo lo que es. Me aproximo tratando de no chocar con nada en el camino y finalmente logro alcanzar mi objetivo. Me parece casi un triunfo cuando siento la gruesa tela que me parece claramente la de una cortina. Estúpidamente y presa de mi impulso jalo hacia un lado con fuerza y rapidez, sólo para que el golpe de luz me deje enceguecido de inmediato. Todo el fondo del ventanal se convierte en una inmensa pantalla de luz brillante, por instinto cubro mi rostro con el brazo pues el dolor que me produce en los ojos y cabeza es casi insoportable. Nuevamente aparece otro gruñido.


CÁMARAS LATERALES Y FRONTAL

HABITACIÓN PRINCIPAL

Centro de Control

Ha detectado cada uno de sus inseguros movimientos, los que a los ojos del infrarrojo parecen torpes y estúpidos. Al alcanzar la cortina y correrla de golpe ha logrado por un instante que las imágenes de todas las cámaras se velen, sólo para que al instante siguiente se adapten y cambien en automático a una magnífica y nítida imagen en alta resolución a todo color. Casi se puede sentir que estás ahí. Las maravillas de la tecnología que nos regalan instantes mágicos como ese.

El segundo gruñido aparece captado por uno de los cientos de micrófonos instalados por todo el lugar. Se cubre el rostro con el brazo y es evidente que por un rato no podrá ver nada, pero su necedad por mirar a fuera le impide pensar que se podría guarecer si girara su rostro hacia el interior de la habitación. Nuevamente se devela la estupidez humana y su irracional búsqueda de lo desconocido. Su lenguaje corporal denota el dolor que le invade, pues se ve encorvado y casi imposibilitado a mantenerse erguido.


INTERIOR DE LA

HABITACIÓN PRINCIPAL

Los niños juegan mientras los vigilo en el parque, Oscar empuja a Félix por la espalda y yo intento correr para ver si se encuentra bien, pero estoy estática, por más que corro no me muevo del lugar donde me encuentro, pareciera que algo me retuviera. La imagen de mis hijos se aleja, escucho el llanto de Félix y la risa de Oscar, la desesperación se apodera de mí, dentro del sueño golpeo mi rostro para hacerme reaccionar, sé que estoy soñando y son recurrentes, se apoderan de mí cada vez que estoy lejos de mis hijos. Mis ataques de pánico iniciaron cuando tuve a Piper y de ahí se han trasladado a muchos aspectos de mi vida consciente y aparentemente al inconsciente también.

Creo que el la pesadilla ni siquiera se traslada a mi accionar físico. Una bocanada de aire entra de golpe a mis pulmones y logra sacarme de la angustia. Estos sueños me han seguido por años y ninguno de mis compañeros de cama me ha dicho que haga algún sonido, o algo que denote que me encuentro presa de una horrenda pesadilla.

Apenas puedo controlar mi respiración cuando cobro consciencia de algo mucho peor, mi cuerpo se encuentra invadido por un dolor espantoso, mis articulaciones, los músculos y sobre todo la cabeza parecen estallar. Intento abrir los ojos y no sé si lo logro pues todo lo que puedo ver es oscuridad, parece que no he despertado de la pesadilla a pesar de que mi consciencia me indica lo contrario.

Escucho un gruñido que hiela mi sangre, no sé que sea, parece inhumano. Me paralizo por completo, sólo alcanzo a percibir los latidos de mi corazón y mi respiración entrecortada. Trato de darle sentido a lo que está pasando, no sé por qué esta oscuridad, no sé de dónde proviene el extraño sonido que alcanza a mis oídos.

Un sonido extraño es acompañado de un golpe de luz que hace que mi cerebro sienta algo parecido a un shock eléctrico. ¡Mis ojos! Dios, no puedo abrir los ojos, no puedo soportar el dolor que me produce. Mis brazos cubren mi rostro a pesar de que la debilidad en ellos es ostensible, siento que caeré presa del terror de un momento a otro, por no decir de la histeria pues al parecer del estado de pánico no he salido desde que desperté del sueño.

Un quejido se gesta desde lo más profundo de mi dolor y no puedo evitarlo. No puedo ver, no escucho nada y mi cuerpo apenas es consciente de que está recostado sobre una cama, esa es toda la información que poseo y con la cual no puedo hacer nada, hasta no controlar el dolor.

Una voz me llega desde lejos y logra hacerme pensar que efectivamente continúo inmersa en una pesadilla demasiado vívida. A pesar de todo, un impulso logra permitirme articular una sola palabra.

-¿David?


CÁMARAS LATERALES Y FRONTAL

HABITACIÓN PRINCIPAL

Centro de Control

Él al escuchar el primer quejido que proviene del pequeño cuerpo que se revuelve en la cama, se gira de golpe y pregunta dubitativo -¿Gillian?. Cuando la voz de ella se escucha en cada uno de los rincones de la habitación así como en cada uno de los aparatos para capturarla, yo siento que el corazón se saldrá de mi pecho, "Es ella, está aquí y está con él."

Todos mis sentidos se encienden y trabajan a toda marcha, su voz un poco enronquecida suena a casi un murmullo, mi imaginación vuela a lugares ya comunes a los que ya está acostumbrada, pero ahora se trata no sólo de mi florida mente visualizando miles de momentos parecido a éste, sino que ahora es de una realidad magnificada, tangible, al alcance de mis sentidos. Gritaría si no con ello perdiera detalles e instantes valiosos.

-¿David?

Un mi mente se gesta la primera escena y puedo visualizarla casi por completo. Mi hiperactiva imaginación se adelanta a los hechos, provocándome una extraña sensación de previsualización del futuro, nuevamente me siento un Dios al mando de los controles de la vida de alguien, pero mi ilusión llega hasta que ella habla de nuevo.

-¿Qué diablos es esto?

Su tono me descoloca más que a él, mata de golpe la romántica escena preconcebida en mi mente. Trato de tranquilizarme diciéndome que es normal, que es la respuesta obvia ante una situación que desconoce.

Sus palabras son un protesta que denota enojo, pánico y confusión, sus movimientos sobre la cama revuelta son más torpes que los de él hace unos instantes, es evidente que lucha con el cansancio y dolor corporal, pero la mujer tiene tesón y lo deja en evidencia. Cubre su rostro con ambas manos mientras dice por sobre la barrera corporal.

-Mi cabeza, por Dios. ¿Qué está pasando? ¿Dónde estamos? ¿Qué pasó?

Él se toma la cabeza con una mano y con la otra cubre sus ojos lo suficiente para protegerse de los rayos del sol, pero dejando un pequeño espacio para ver el camino de vuelta a la cama y tomar asiento con dificultad, recargando su peso sobre una mano. Con voz evidentemente dolorida responde a los cuestionamientos de ella, no sin dejar de incluir los propios.

-No tengo la menor idea mujer. ¿Qué diablos hacemos juntos? ¿Qué es lo último que recuerdas? ¿Dónde estabas, en Londres?

Ella se gira sobre su eje quedando completamente bocabajo, el movimiento con sus piernas, todo su cuerpo denota que el dolor de cabeza es prácticamente insoportable. Lo que sale de su garganta se asemeja a un pequeño chillido.

-No sé, me duele mucho la cabeza. Estaba en mi hotel, creo que a punto de dormir. No sé. Carajo, no puedo pensar con este maldito dolor de cabeza. Necesito algo para quitármelo. Cierra eso por favor, no soporto la luz.

Es caótico, todo lo que dicen aparejado a sus movimientos no encuentra sentido, pero él se levanta haciendo un esfuerzo máximo para obedecer a su pedido. Logra alcanzar el extremo de la cortina y la corre hasta dejar sólo una rendija por la cual se pueda colar un poco de luz y no quedar nuevamente en penumbras pues sabe que si la corre por completo no será capaz de ver absolutamente nada. Al sentir la oscuridad como un alivio momentáneo, ella levanta un poco la cabeza, pero descubre el haz de luz que la devuelve a su posición anterior y de nuevo pide con vehemencia.

-Todo por favor, no lo soporto.

Él trata de razonar con ella sin apartar la mano de sus ojos, sabe que si la retira sentirá el mismo dolor que ella, pero de lo contrario no serán capaces de ver absolutamente nada.

-Que no mujer, que si no, no podemos ver nada.

Hay algo en su tono de voz que no me agrada, las palabras en sí mismas podrían sonar a un intento de razonamiento, pero es el sentido en el que las dice lo que las trastoca, parece grosero, rudo, innecesariamente altanero. Aquello termina siendo una negativa en toda forma, entiendo que lo que dice es razonable, pero no me gusta en lo absoluto la forma en la que lo dice y la reacción en ella parece coincidir con mi precepción, pues gira su cabeza hacia el lado contrario de donde se encuentra la fuente luminosa y él.

Al tiempo él gira su rostro alejándolo de la dirección en la que se encuentra el haz de luz y de a pocos retira su mano tratando de acostumbrar nuevamente sus ojos. Sé que la lesión en su ojo nunca le ha permitido recuperarse del todo y la excesiva luminosidad le causa un dolor profuso desde entonces y también sé que de ahí proviene su necesidad de usar gafas de sol aún en los lugares más inverosímiles. Pero ahora mismo no tiene nada parecido al alcance, por lo que vuelve a interponer su mano entre sus ojos y la fuente del dolor.

Ella al sentirse un poco protegida de la agresión luminosa y mientras yo realizo los enfoques necesarios para centrarme en su rostro y mirada, comienza a poner atención a ciertos detalles y con dificultad achica los ojos tratando de enfocar algún punto fijo. La oscuridad que la protege es la misma que le impide ver absolutamente nada a excepción de un par de puntos luminosos de color rojo.


INTERIOR DE LA

HABITACIÓN PRINCIPAL

Me encantaría entender un ápice de lo que está sucediendo, pero mi cuerpo está mortalmente cansado a pesar de saber que acabo de despertar. Todo es confusión en mi mente, hago un esfuerzo enorme por tratar de recordar. Este tipo de sensación es muy parecida a los constantes blackouts que padecí en diferentes etapas y épocas de mi alcoholismo. Me niego a pensar que esto sea producto de algo similar pues en ese caso sería el peor de los que haya experimentado nunca pues ni siquiera alcanzo a recordar haber probado una sola bebida alcohólica.

En mi mente vuelvo sobre mis pasos y hago un esfuerzo supremo para localizar mi último recuerdo consciente. La última imagen al alcance de mi memoria es: El botones entra a mi habitación, me muestra la cena, le entrego la propina y se marcha. Termino de comer la ensalada y me recuesto, creo haberme quedado dormida. Hasta ahí, es todo lo que mi cerebro localiza, nada extraño, nada fuera de lo ordinario.

Mi mente se pierde en ese mar de confusión tratando de encontrar una explicación lógica a esto y por otra parte está el hecho de que él está aquí. Nada tiene sentido, no quiero ni recordar cuándo fue la última vez que lo vi, los recuerdos desagradables son los que deberían desaparecer con mayor facilidad, pero es todo lo contrario, por eso su imagen viene de golpe; las mortales horas de entrevistas sentada a su lado, sonriendo y fingiendo estar a gusto, mi panza de embarazo de no sé cuantos meses, las interminables alfombras rojas y todo para qué, para que eso no fuer más que un maldito fracaso.

Recuerdo claramente las palabras de mi agente "Tienes que volver a ser visible en América, no puedes abandonar tu carrera allá, es importante y qué mejor que hacerlo con este proyecto." Maldigo la hora en que le escuché, pasé tantos años tratando de liberarme de esa lápida y estúpidamente volví a colocármela, y ¿Para qué? Ojalá y hubiera recibido un pago medianamente cercano a lo que realmente me costó. Soportarlo a él, volver a ese cúmulo de recuerdos dolorosos, colgarme un fracaso más y además de proporciones internacionales.

Mi estómago comienza a sentir los estragos del coraje que comienza agestarse en mí, el hecho de escuchar su voz genera una cascada de sentimientos incontenibles, pero algo en lo que no había reparado me distrae del tren de confusión y enojo. Trato de enfocar, pero mi pésima visión aunada al cansancio me impiden ver con claridad.

-¿Qué es eso que brilla? ¿Por qué estás aquí?


CÁMARAS LATERALES Y FRONTAL

HABITACIÓN PRINCIPAL

Centro de Control

El que ella dirigiera su mirada hacia el punto exacto donde se encontraba la cámara casi me lanza de golpe hacia el suelo. De pronto sentí que era mí al que se dirigía, que era a mí al que le preguntaba directamente. Con el infrarrojo no podía distinguir el color de su mirada pues no era más que un par de puntos luminosos en la pantalla, pero la sensación fue impactante. La voz profunda y cansina de él me sacó del embrujo momentáneo.


INTERIOR DE LA

HABITACIÓN PRINCIPAL

Si ella está confundida cómo diablos espera que yo no, por qué me pregunta como si yo supiera. Primero lo de la cortina y ahora esto. Por años tuve que soportar el tono de su voz, pero ahora por qué diablos debo hacerlo. Al principio entendí que sonaba así por falta de entrenamiento, quizás hasta por el nerviosismo de enfrentarse a algo desconocido, es posible que hasta la mía sonara terrible, pero después... Dios, después se convirtió en la voz que tenía que soportar todos los malditos días. Lo único que deseaba cada día era terminar de grabar y salir corriendo de ahí para refugiarme en casa y no tener que verla.

La maldición de la supuesta química entre los dos nos persiguió desde el primer momento. Si yo hubiera sabido que ese maldito día cambiaría mi vida, quizás no me hubiera levantado, hubiera hecho hasta lo imposible para evitar todo lo que sucedió después.

Cuando la vi por primera vez me pareció hasta simpática, era un bicho raro que desentonaba en toda forma en el lugar, era evidente que no pertenecía al medio, que no tenía una pizca de experiencia y me enterneció verla ahí; apartada, descuadrada, insegura. Parecía un animalito asustado y raro, muy raro; su corte de cabello, el tono de tinte, su estatura. Absolutamente nada en ella era común y mucho menos en un medio como éste. Me he arrepentido tanto de haberme acercado aquél día, yo sólo quise ser amable con ella y para qué mentir, con el resto de las aspirantes también; porque uno nunca sabe cuándo puede conseguir pasar un buen rato con una actriz novata. No me pude detener, las hormonas Duchovny no pueden ser controladas y nos han jodido la vida.

En el momento en el que Cris vio en nosotros algo que ignorábamos, que éramos incapaces de percibir y ahí comenzó el calvario, el estigma que nos perseguirá hasta el final de los tiempos.

Hay cosas que la gente desconoce por completo de este medio; hay rostros y cuerpos que fotografían muy bien a cámara fija, hay otros que la cámara digital o de cine los ama y hay otros que poseen suma belleza en vivo, pero que la cámara es incapaz de captarla y la excepción a la regla es aquél que posee las tres cualidades. Los modelos bien entrenados conocen el ángulo perfecto en el que la cámara debe estar colocada para que el resultado final parezca impresionante, así como las poses y contorciones físicas y faciales que ellos deben hacer para que eso suceda. Si el público viera una de esas sesiones fotográficas en vivo, se percataría de que en ocasiones el modelo viviente parece más un jeroglífico retorcido que un humano, pero en la foto parece un Dios griego.

Así de deforme es la realidad en este medio, casi ningún aparato logra captar la realidad tal cual es, por el contrario, la modifica o transforma. Así con nuestra química en cámara. Cris la vio en vivo y se percató de ella pues tiene un ojo sumamente entrenado en el medio o Dios sabe qué artilugio del destino lo hizo darse cuenta y encontrar a la gallina de los huevos de oro. Una maldición que a trastocado nuestras vidas y transformado aquello que no debía ser mas allá de un simple trabajo, en algo casi incontrolable y a la larga explotable, pero al fin y al cabo una maldición. Así es este medio, así es el dinero y el poder. Me arrepiento de todos acuerdos a los que accedí, todos eso documentos legales que firmé y consentí.

Infortunadamente mi juventud e inexperiencia me impidieron ver que firmaba el contrato en el que vendía mi alma al demonio y como en todo pacto con el diablo los posibles beneficios deslumbran, enceguecen y convencen. No niego que he disfrutado y a la larga explotado al máximo todo lo que he podido, pero ¿cómo no había de hacerlo? si el precio ha sido demasiado alto, literalmente mi alma ha quedado empeñada en la transacción.

Por años he tratado de olvidar que mi vida está en prenda en algún lugar de una maldita oficina del departamento jurídico de la Cadena, que no soy dueño de mis decisiones por más que lo parezca. He luchado por enterrar eso con tanta vehemencia que incluso he llegado a cometer actos estúpidos y desesperados por tratar de arrancar esa lápida de mi historia. He consultado con cuanto abogado especialista en la materia hay, incluso mi suegro revisó mi caso con un grupo completo del bufete y no hay esperanza, no hay nada que pueda hacer por deslindarme de aquélla decisión que tomé como imbécil por estar enceguecido por un poco de fama y dinero. Lo dicho, vendí mi alma al diablo y no leí las letras chiquitas del contrato.

Quizás ella no tenga la culpa, de hecho no la tiene, pero su presencia o cercanía me recuerda todo aquello de lo que me quiero deslindar, de todo aquello que me repugna de mí mismo y que en ella está representado en todos sentidos.

Su voz, ¡Dios! Su voz es una de las cosas que más me altera, siento de inmediato como mi sangre comienza su proceso de ebullición hasta alcanzar mi lengua.

-No sé qué es, están por todos lados. Si levantaras la cara podrías verlos. ¡Ah! Y no tengo la menor idea de qué diablos hago aquí al igual que tú o qué pensabas, ¿que yo tenía la más jodida idea de lo que está pasando? Pues no, no tengo ni la más remota o fregada idea de lo que sucede, pero acepto sugerencias.


CÁMARAS LATERALES Y FRONTAL

HABITACIÓN PRINCIPAL

Centro de Control

Ese maldito tono de nuevo, pero ahora más elevado y más grosero. No entiendo el por qué de su reacción. Enfoco la cámara en su mirada y parece que le fueran a salir chispas de ahí, muerde su labio inferior y su potente mandíbula aprieta como tratando de evitar que salgan más palabras o más violencia. Evidentemente trata de controlarse y yo trato de hacer lo mismo. Un hombre o debe hablarle así a una dama y mucho menos a ella. Entiendo que la situación pueda ser tensa y que el miedo los obligue a actuar de forma irracional, es evidente que ninguno de los dos sabe lo que sucede, pero eso no lo justifica, siento que mis sentidos comienzan a perder el control. En este momento tengo gana por lo menos de partirle la cara, de hombre a hombre.

La reacción de ella me sorprende y preocupa a la vez, lleva sus brazos a la cabeza y la cubre por completo, en este momento pienso que en verdad está apunto de reventarle por el dolor, pero no es así y su respuesta en grito ahogado contra el colchón me lo confirma.

-Awwww. Por qué diablos me tienes que hablar así. Yo no te traje aquí, no tengo la menor idea de lo que está pasando y en definitiva yo no tengo la culpa.

Lo que empieza a suceder me saca totalmente de balance. Esperaba muchos tipos de reacciones ante la adversidad; evidentemente sorpresa, molestia, confusión, yo qué sé. Esto no estaba en mi guión, no esperaba que lo que estaba a punto de presenciar pudiera ser parte de la historia que me había imaginado. Nada más lejano.

-¿Y yo sí? ¡Eh! ¿Yo sí? ¿Por qué crees que yo... Por un minuto pudo haber pasado por tu loca cabeza que existiera alguna circunstancia en esta vida por la que yo desearía estar cerca de ti si no fuera por estricta necesidad? ¡Cómo se te ocurre mujer!

En ese momento ella levanta de golpe la mitad de su cuerpo y se sostiene en sus dos manos. Parece que el enojo le ha hecho olvidar el inmenso dolor de cabeza que parecía sentir. Seguramente ellos no sean capaces de ver absolutamente todos sus movimientos faciales pero yo sí puedo y no me gustan nada.

-¿Y yo? ¿Crees que muero por estar un maldito minuto cerca de ti? Ni loca, ni lo sueñes. Mira que todo un océano no ha sido suficiente distancia para mí, si hubiera podido me hubiera ido más lejos, pero implicaría acercarme del otro lado a tu estúpido... (En claro tono de burla) "Los Ángeles." No señor, si soportarte embarazada en DOS ocasiones ha sido más que suficiente y el peor infierno que he tenido que vivir. No sé cómo diablos pude hacerlo.

Él golpea con fuerza sobre la cama haciendo que ella respingue levemente y no por la superficie en movimiento puesto que el colchón es el de más alta calidad como para que uno pueda brincar a lado del otro sin que éste lo sienta, más bien ha sido el sonido y la pequeña ráfaga de viento que produjo el propio movimiento de la enorme mano de él sobre su cabello y seguramente sobre su rostro, pues ha pasado demasiado cerca. La voz que acompaña al movimiento es varonilmente potente.

-Cállate por favor, que el dolor de cabeza ya era suficiente hasta que le adicionaste tu infernal voz.

Ella suelta una sonora carcajada y voltea todo su cuerpo poniéndose de lado, dándole la espalda por completo. Toma una de las almohadas, la abraza con brazos y piernas, desde ahí responde con potencia.

-¡Ja! Ahí está, el gran macho haciendo valer su poca hombría con aspavientos y gritos. ¿No sabes hacer otra cosa?

Por primera vez puedo presenciar aquello que para mí siempre fue nada más que un mito, un montón de habladurías a las que no pude dar cabida en mi pensamiento. El corazón se me estrujaba a cada grito, con cada insulto. Efectivamente me generó la clara sensación que de un momento a otro este par podrían desatar un maremoto con la potencia de su furia. Él continuó con un tono de burla y descaro.

-¡Ay! Pobrecita, ¿la señorita se sintió agredida? Disculpe usted, su majestad. Como si no hubieras soportado más de un golpe sobre tu inmaculado rostro. No finjas que conmigo no puedes jugar a la dulce e inocente mujer indefensa.

Golpe más bajo desconozco si pueda haberlo. Como hombre a mí me ha ofendido y no quiero imaginar lo que ella pueda sentir en este momento pues yo siento unas ganas inmensas de partirle la cara sin miramientos. Es un imbécil redondo y con todas su letras y ella al parecer de indefensa no tienen nada pues se gira de golpe y lo encara.

-A mí no me vengas con esas imbécil. Sabes que hay cosas mucho peores que pegarle a una mujer y bastará con preguntarle a tu esposa la cantidad de barbaridades que le habrás hecho como para que te mandara derechito al carajo. Por lo menos te logró exhibir en una de tus asquerosas "debilidades", de haber sido yo...

Él se levanta como impulsado por un resorte y en este momento pienso con desesperación que si no hago algo este par acabará agarrándose a golpes o cosas mucho peores, pero mi estupefacción es indecible, he quedado petrificado y me siento con las manos atadas. Nada, absolutamente nada de lo que está pasando cruzo por un instante en mi mente, ni por un momento imaginé que algo así pudiera suceder. Esto sale por completo de cualquier plan trazado y premeditado. Han echado por la borda en unos instantes todo mi guión, todo lo que imaginé o soñé. Mientras yo dudo en si intervenir aún en contra de todos mis planes, ellos continúan en ese tren desbordado de violencia.

-De haber sido tú ¿qué? De ella no hables que no tienes ni de cerca la talla de mujer que es ella. De ti puedo esperar cualquier cosa, si no fuer por la cantidad de compromisos que adquiriste, seguramente hubieras salido a gritar a los cuatro vientos cuanta estupidez se te hubiera atravesado por esa boquita abierta.

Esto es demasiado, por un momento estúpidamente pensé que esto podría acabar en un romántico encuentro entre ambos, que toda esa furia no sería más que pasión contenida que se desbordaría de un momento a otro lanzándolos uno contra otro, labio a labio en una lucha frenética en el colchón, pero nada más lejano a eso. Evidentemente tenía que detenerlo o aquí podía pasar algo verdaderamente lamentable. Por otra parte, mi corazón y mi alma estaban siendo masacrados en un instante. Las palabras de ambos herían por partida doble, así que decidí que ya no lo permitiría más. Mientras ella continuó con su embate defensivo...

-¿Qué, no conoces otra forma de insulto hacia mí que no sea mi estatura o mi boca "abierta"? Que poca imaginación, que corto de pensamiento...

...me veo en la obligación de irrumpir abruptamente aún en contra de mis propias reglas. Lo que imaginé está saliéndose de control y mi intervención no estaba planeada para este momento, pero en vista de la situación, no he tenido más remedio, el fuerte sonido de una alarma invade el lugar.

Les doy un instante para reaccionar, quizás eso sea más que suficiente para detener la pelea a muerte que habían emprendido. Espero a observar sus reacciones con detenimiento. Él busca por todas parte el lugar de donde proviene el sonido, empresa que es totalmente inútil pues el audio de cinco canales emite un sonido surround que lo envuelve todo y por su parte ella ha pegado un sonoro grito acompañado de un salto descomunal que casi la tira de la cama. Para estar tan adoloridos de la cabeza como lucían al principio, ahora parecen haberlo olvidado por completo y el caos se apodera de ellos.

-¡Pero qué diablos!

-¡Carajo! ¿qué fue eso?

-¡Abre la cortina! ¡Abre la maldita cortina!

Él corre y lo hace sin cuestionárselo, sin pensar que nuevamente el golpe de luz les descontrolaría aún más, jala la cortina la cortina para encontrarse con la puerta corrediza. Para mi asombro soy yo el que ha sido sorprendido, pues el instante que el golpe de luz enceguece a las cámaras me impide ver sus movimientos.


JARDÍN-ALBERCA

Corro desesperada, no tengo la menor idea de lo que ha sido eso y mi corazón desaforado no me permite más que reaccionar, el golpe de adrenalina ha sido brutal y la luz se siente como millones de pequeñas agujas clavándose en mis ojos como en mi cerebro. No sé hacia dónde voy, no sé hacia dónde corro.

El impacto luminoso es muy potente, pero mayor es mi instinto de supervivencia, lo que le ha impedido a mi cuerpo recordar que todos mis músculos se sentían débiles antes de esto, que el dolor invadía mi cuerpo. Maldita sea, algo nos habló, estoy segura de haber escuchado una voz y evidentemente él también, de lo contrario sentiría que estoy cayendo en un estado grave de delirio.

Sólo veo su cuerpo y su enorme espalda detenerse de golpe, es sólo un instante el que tarda mi cuerpo en darse cuenta del motivo, el ardor en mis pies es insoportable y le sigo al área empastada, la frescura de la hierva me proporciona un alivio instantáneo.

Mi mente vuela a mil revoluciones por segundo, ¿dónde diablos estamos? Esto parece ser un hotel o algo similar. El aire cálido y la temperatura del ambiente me indica que de ninguna manera podemos estar cerca de la ciudad. Es evidente que la habitación en donde nos encontrábamos estaba climatizada, pues la temperatura ahí dentro era muy parecida a la de la ciudad, en ésta época. ¿Cómo diablos hemos llegado hasta aquí? Nunca en mi vida había sufrido un blackout de esta magnitud, no puedo recordar nada y cualquier otra posibilidad me parece inverosímil. No alcanzo a imaginar ninguna situación o circunstancia que me haya traído hasta aquí por mi propia voluntad.


CÁMARAS 360º

JARDÍN-ALBERCA

Centro de control

Busco con frenesí en el control de mandos el botón que me amplíe la imagen en esa área de la casa. Todas se encuentran en pequeños recuadros en las múltiples pantallas, pero debo hacer el acercamiento pertinente para observar sus reacciones con claridad. Finalmente entre la confusión y premura logro encontrar el botón adecuado. Eso me recuerda que deberé ponerme a practicar y que lo debí haber hecho mientras esperaba a que ellos despertaran, pero no se me ocurrió que tan pronto tuviera que hacer uso de todos los aparatos a mi alcance.

Ambos están descalzos y el pavimento que rodea la alberca debe quemar como el infierno, en cuanto lo han sentido se han lanzado al área de pasto y se han estacionado ahí de golpe. Giran sus cabezas hacia todos lados en busca de algo indeterminado hasta que ella cubre la parte superior de sus ojos con su mano haciendo una visera humana y señala.

-¡Son cámaras! Maldita sea ¡son cámaras!

La expresión de asombro es evidente, pero me hace gracia el que no lo hubieran considerado ni un instante. Estaban tan enclavados en su ardua discusión que no se permitieron un instante para pensar, si bien se lo preguntaron, no se dieron la oportunidad de analizarlo. Ahora se muestran infinitamente sorprendidos y él parece no entender nada y ella tampoco.

-¡Pero qué carajos pasa aquí!


JARDÍN-ALBERCA

Estoy estupefacto por decir lo menos, el maldito susto me ha bloqueado la mente, mi respiración no alcanza a acompasarse, mi flujo sanguíneo no se controla y ahora esto. ¿Cámaras? ¿Por qué un maldito hotel al que no sé cómo diablos llegué, estaría plagado de cámaras? Están por todos lados, en cada esquina, en cada rincón, en las palmeras. "Palmeras" Cómo diablos llegamos a un lugar donde hay palmeras y un clima cálido como de playa.

La adrenalina que corre por mi cuerpo me ha hecho olvidar por un instante el dolor, la fatiga y la molestia de hace unos instantes. Definir mi estado mental como confuso se reduciría solamente a una vaga descripción, es evidente que no sólo estoy confundido; estoy molesto, preocupado, aterrado, yo qué sé qué más se pueda agregar a la lista, son tantas cosas que difícilmente puedo identificar algo coherente.

Ahí está de nuevo su maldita voz y no sólo eso, sino que ahora me encuentro con su mirada enfurecida y no entiendo el por qué, pero lo que siempre ha conseguido cuando veo eso en sus ojos es que mis neuronas espejo simplemente reflejen lo que veo y mi nula inteligencia emocional haga lo mismo.


CÁMARAS 360º

JARDÍN-ALBERCA

Centro de control

Giran sobre su propio eje y buscan con la mirada, pareciera que contaran las cámaras y trataran de identificar el por qué de su disposición. Sus movimientos se parecen a una escena cliché de alguna serie policiaca, la de ellos podría ser buena referencia. Sus cuerpos se mueven coordinadamente y sus rostros estupefactos me están regalando una de las mejores escenas del tipo; en tiempo real, en vivo y a todo color.

No puedo más que emocionarme, imposible negar que todo esto no hace más que alimentar mi ego, mi sensación de poder y sobre todo mi diversión. Si ellos pudieran verse, se ven tan hermosos bañados por la luz del sol, juntos y sin nadie alrededor. Cuando se percaten de ello se sentirán libres, sabrán que no hay quien les juzgue y entonces podrán mostrar todo ese amor que yo sé sienten el uno por el otro. Yo sé que es cuestión de tiempo, sólo debo tener la suficiente paciencia y la magia aparecerá de un momento a otro.

De inmediato reacciono y tomo una captura, una postal de este instante que enmarcaré para ponerla en mi galería particular para verla todo el día. Comenzaré mi nueva recopilación, aquélla que de ahora en adelante invadirá la memoria completa de mi computadora, esa que no tendré que compartir con nadie, esa colección de instantes de los que seré el único testigo.

La emoción puede conmigo, quiero gritar, brincar, bailar. Soy el único fan que tendrá acceso a ellos las veinticuatro horas del día; viviré, comeré y dormiré junto con ellos. Soy el ser humano más afortunado del universo y agradezco a todos los dioses haberme dado los recursos necesarios y sobrados para hacer mi sueño realidad. Pase lo que pase, podré ser testigo único de sus pequeños detalles, de sus gestos y gustos reales. Son míos ahora y para mí sólo.

Observo con atención el monitor pues ella se ha quedado paralizada, por un momento me hace pensar que la imagen se ha congelado, pero los movimientos de él desmienten a mi primera suposición.


JARDÍN-ALBERCA

Una idea que me parece absurda a surcado mi mente y paraliza mi cuerpo, todo esto es demasiado armado, algo cercano a una producción; la casa, la alberca, las cámaras. No puedo creer que él haya sido capaz de algo así, me niego pues a pesar de creerlo capaz de muchas estupideces y brutalidades en su vida, sería inverosímil, además de que sus reacciones me parecen auténticas y no es ni de cerca un buen actor como para hacerme creer en algo así sin que yo pueda notarlo.

Pero la idea insiste, no se detiene. Cámaras, reflectores, ser el centro de atención, siempre han sido sus deleites y debilidades. Quizás pocas cosas tan absurdas han cruzado por mi mente en la vida, pero por alguna extraña razón todo comienza a cobrar sentido.


CÁMARAS 360º

JARDÍN-ALBERCA

Centro de control

Ella gira con brusquedad, achica los ojos y lo mira nuevamente con furia en la mirada. Ahora sí puedo distinguir con claridad el penetrante azul de sus ojos a pesar de que debo hacer varios cambios de ángulo y un acercamiento para conseguirlo pues ella vuelve a utilizar su mano para cubrirse de los fuertes rayos del sol, pero la labor me la facilita el que ella tenga que mirar hacia arriba para verlo a los ojos. Con claro tono sarcástico le responde.

-¿Tú que crees Einstein?

Él mira hacia abajo para encontrarse con su mirada. Sus ojos son ridículamente pequeños cuando trata de protegerse del sol, pareciera que los tiene totalmente cerrados y las arrugas que se le forman alrededor por el esfuerzo no mejoran la imagen. Extiende los brazos y suelta una falsa carcajada.

-¡JA! No lo sé, explícamelo tú señora sabelotodo. ¿Qué diablos significa lo que está pasando? Quizás estamos aquí por algún ardid publicitario que te convenga, yo que sé.

Y ahí vamos de nuevo. Pareciera que no pueden estar un instante sin discutir estúpidamente, pues de ninguna manera esto se acerca a una reacción adulta o coherente de parte de ninguno de los dos. Quizás verdaderamente piensan que están en un juego orquestado por el otro, pero eso, hasta a mí me parece ridículo, por decir lo menos. ¿Qué calidad de persona creen que es uno o el otro como para considerarlo una opción plausible? De a pocos eso comienza a quedar en evidencia.

-¿Yo soy la que utiliza a los medios para sostener mi ridícula carrera? ¿Soy yo la que expone a sus hijos para conseguir una nota mediocre en una revista de chismes? No señor, yo sí tengo talento, no necesito de esa clase de estupideces. Quizás todo esto sea cosa tuya, el señor simpático de bromas pesadas que a nadie hacen gracia.

Él se gira pues al parecer quiere dar por terminada la absurda discusión, pero me equivoco al pensarlo pues lanza la estocada desde donde está y además dándole por completo la espalda, lo que para ella se convierte en un verdadero muro infranqueable o eso me parece a mí desde la distancia.

-Pues la señora talento no parece haber conseguido nada. Aquí desapareciste del mapa hace años, nadie sabe quien eres y nuestra mediocre película no ayudó ni de cerca a que reaparecieras en el mapa de nuevo o por lo menos no en uno decente más que en el de los fracasos absolutos de taquilla. Yo por lo menos soy un rostro visible y reconocible en este lado del mundo. Por cierto, eso me recuerda... ¿quién diablos te conoce en Londres? Nadie señora "talento"

Ella lo toma por el brazo y aunque no lo parezca, tiene la suficiente fuerza como para girarlo de golpe y encararlo de frente sin miramientos. No sé si es porque de alguna manera intuyen que no hay nadie cerca para escucharlos, por lo menos ningún ser vivo, o les importa poco lo evidente, que están siendo escuchados y grabados. A pesar de ello, gritan a voz en cuello sin restricciones.

-No pienso discutir eso con el ser humano más ególatra y egocéntrico del planeta. No todo el mundo es como tú, no a todos nos importa el tener una cámara o reflector cerca para sentir que somos alguien en la vida. Te sientes tan poca cosa que si alguien no te mira u observa, sientes que no vales. Pobre hombre tan pequeño, de nada te sirve la estatura.

Si alguien me dijera cualquiera de las cosas que este par ha soltado en tan sólo unos minutos, seguramente me sentiría devastado, ofendido y con toda seguridad dolorido, pero ellos no se muestran ni siquiera tocados por alguna de las hirientes palabras que se profieren y continúan sin cuartel. Por mi parte me he perdido en tratar de analizar lo que estoy presenciando y en mayor medida en intentar digerirlo, pues si a ellos no les duele a mí sí y en demasía. No entiendo, de verdad que nada me preparó para esto.

-Ahora mira quién hace burla de la estatura...

Por extraño que parezca él se detiene y clava su mirada hacia un punto indeterminado en el horizonte. Me apresuro a cambiar el ángulo de las cámaras para tratar de captar aquello en lo que se ha fijado. Me siento sumamente torpe en la labor y sus acciones están siendo más agiles que mi ritmo de aprendizaje. Por unos instantes me siento el cazador cazado cuando él emprende una carrera frenética hacia el punto al que ha dirigido la mirada, casi la tira al comenzar su movimiento, pero a luces vistas le importa muy poco el haberlo hecho. Ella gira por inercia del movimiento al golpe con su hombro y le sigue con la mirada al igual que yo.

-¿Qué? ¿Qué es?


JARDÍN-ALBERCA

Ella me confronta, me encara y reta. Como en muchas otras ocasiones, eso no hace más que enceguecerme. Fueron incontables las ocasiones en el pasado en las que tuve que soportar situaciones similares y además delante de los técnicos y equipo de producción.

En principio sé que se controlaba, sé que hacía un esfuerzo por contenerse, pero después todo perdió piso, ella tomó confianza y el resto del universo nos podíamos ira al carajo en el momento en el que a la señorita se le antojara "Mi cabello está esponjado" y a esperar mil horas a que la señora se sintiera a gusto, "Quiero escuchar música mientras me maquillan" y entonces el mundo a soportar cuanta estruendo se le ocurriera. Hasta el pobre de William tuvo que callar por años su molestia, él que es uno de los actores de teatro más respetados de su región, pero la señora "estrellita" no le importaba eso o nada a su alrededor.

Estoy hasta la coronilla de ahora recibir la carga de recuerdos como una maldita oleada, le he evitado, he rehuido hasta donde me ha sido posible y ahora la vida me obliga a compartir mi espacio vital con ella. ¿Qué hice para merecer semejante castigo? La gente la ve a la distancia de una pantalla y seguramente piensa que es un bombón, un caramelo dulce y tierno, lo que no saben es que el maldito caramelo se atraganta y te puede matar. No soy el único y lo sé de sobra, ¿realmente la gente pensará que ha brincado de marido a marido porque ellos son malos y la hacen sufrir? Hay patrones, si una vez fallas puede ser culpa del otro o de los dos, pero si todas tus relaciones son fallidas, ¿de quién será la culpa? Por el amor de Dios, hay un factor en común en todos eso fracasos. Yo ni loco me aventuraría a perderme en ese bosque del que nadie sale vivo.

Después de tantos años mi cerebro responde casi por inercia, conoce la dinámica y omito cualquier proceso racional, de nada sirve con ella, pero parece que mis entrañas no reciben la orden, comienzo a sentir la sangre hervir. Sus palabras son hirientes, no me extraña en lo absoluto que tenga un concepto tan equivocado de mí, nuca tuvimos la necesidad de personalizar nuestra "relación", nunca fuimos íntimos amigos o confidentes, ella no tenía por qué saber nada de mí o yo de ella.

Termino por perderme pues una imagen ha captado mi atención. Al final de la altísima barda que rodea el lugar, veo una puerta blanca, quiero saber qué hay más allá, necesito salir de aquí o terminaré haciéndole algo a esta mujer y no me quiero arrepentir después de lo que pueda pasar pues está logrando sacarme de mis casillas de nuevo.

Me dirijo a mi objetivo sin importarme que ella esté delante de mí, están pequeña que no supone un obstáculo en lo absoluto. Corro pues quiero alcanzar la maldita puerta y salir de aquí, no me importa a dónde, me conformo que sea lejos de su presencia.


CÁMARAS 360º

JARDÍN-ALBERCA

Centro de control

Corre, él corre y su movimiento súbito me toma desprevenido, estaba tan centrado en tratar de leer en sus rostro, sus miradas, en el lenguaje de sus cuerpos, que no he tenido tiempo de reaccionar con rapidez y él corre más rápido de lo que yo puedo girar una de las cámaras y seguirle, lo que me hace olvidar por un momento que cuento con muchísimas más cámaras que esa. Finalmente lo atrapo a cuadro y me permite hacer un acercamiento, pero me percato de que es insuficiente. De momento siento un vuelco en el estómago pues pienso que ha encontrado una vía de escape. Me tranquilizo al recordarme que es imposible, que si de algo me cercioré fue de que así fuera. Nadie pudo escapar mientras mi padre vivió aquí, así que no existe manera de hacerlo. Más de uno estuvo a punto de perder la vida en los innumerables intentos, además de aquellos a los que pagué para que hicieran las pruebas pertinente. Nadie lo logró.

Hay dos cosas que por un instante detienen mi corazón, la primera es el percatarme de que él no lo sabe y que en la desesperación pueda hacer el intento y ponerse en una situación de riesgo innecesario y la segunda, es que en mi desesperación por tratar de seguirlo, la he perdido de vista a ella. Busco con impotencia en todos los recuadros de las pantallas al tiempo que pretendo estar al tanto de los movimientos que él haga. Caigo presa del pánico por un instante hasta que mi paciencia se colma y hago lo que debía haber hecho desde hace mucho, tomo el radio intercomunicador y giro la orden.

JARDÍN-ALBERCA

Mientras él corre yo me paralizo. Desconozco el motivo de su movimiento aunado al hecho de casi me tira al pasar, todas mis neuronas se ponen en estado de alerta al tiempo que se paralizan, creo que giran instrucciones contradictorias. Por un lado unas me indican que corra tras él, que algo está sucediendo aunque yo no sepa qué y por el otro lado, el resto ordena alejarme lo más posible de ese hombre, si tengo la oportunidad de no verlo más, mi ser entero podrá descansar.

Todo, absolutamente todo pasa a segundo plano cuando el sonido ese comienza a invadir el lugar. En principio no logro identificarlo, no sé de lo que se trata, en realidad no tendría por qué saberlo, pero de pronto todo en mi universo se detiene al ver a David parar de golpe su frenética carrera, girar sobre su eje y tirarse al suelo cubriendo su cabeza con sus dos brazos. Hasta entonces lo entiendo, hasta ese momento mi cerebro conecta con la realidad y me congelo, mi cuerpo petrificado es incapaz de reaccionar.

Puedo escuchar a lo lejos y entremezclado con ese sonido infernal, su voz en grito. A mis oídos llega distorsionada como si de un eco lejano se tratara, "agáchate", pero mi cuerpo no reacciona.


CÁMARAS 360º

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Centro de control

Mi orden ha sido acatada de inmediato. Brutal pero necesario, él me obligó, no me ha dejado salida y he tenido que utiliza uno de los recursos que estaba dispuesto sólo para casos de emergencia y finalmente llegó antes de lo previsto.

La imagen parece de película, si la pusiera en cámara lenta y con diferentes ángulos podría funcionar sin problema. El se tiende en el piso y cubre su cabeza hasta darse cuenta de que ella se ha quedado paralizada en medio de la nada. Le grita pero ella no reacciona.


JARDÍN-ALBERCA

La puerta está cada vez más cerca, no pongo atención en los detalles, no tengo la menor idea de si podré salir de aquí o no, aún se encuentra lo suficientemente lejana como para que yo pueda identificar incluso si es posible salir por ahí, pero todo se paraliza en el momento en el que escucho una ráfaga de tiros.

Mi cuerpo entero se estremece, no sé si es el último instante de mi vida, no sé si las balas están dirigidas a mi cuerpo, no sé nada. En ese momento el mundo se detiene y todo corre en cámara lenta, puedo ver como mi mirada gira violentamente y se aproxima cada vez con mayor velocidad hacia el pasto, en el trayecto puedo mirarla a ella ahí parada. Mis brazos han cubierto mi cabeza por completo y las detonaciones continúan, aquello parece un infierno de guerra.

El sórdido y hueco sonido de las detonaciones retumba en mi cavidad craneal, pareciera que los disparos se están produciendo dentro de mi cerebro. Creo que grito, creo que lo hago pues siento un algo rasposo en mi garganta y es posible que sea producido por el esfuerzo de mi propia voz al salir.


CÁMARAS 360º

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Centro de control

Su rostro está lívido, su piel blanca en demasía se ha tornado pálida. No ha logrado reaccionar a tiempo, no ha logrado reaccionar a nada, sólo ha gritado y gritado y gritado. Él ha hecho su esfuerzo, desde donde se encuentra y con la cabeza cubierta le ha indicado que se agache, pero tampoco a salido de su estúpida protección, no ha saltado heroicamente a protegerla, no ha hecho absolutamente nada más que paralizarse ahí tendido sobre el pasto.

Quizás sea normal, quizás para cualquier ser humano común y corriente el sonido de las balas se a aterrador. Eso me hace pensar el por qué para mí no, es posible que esté demasiado acostumbrado a eso, nunca he tenido miedo a nada y mucho menos a un sonido tan cotidiano y familiar desde mi infancia. Nosotros festejamos con ráfagas de alto calibre, mi padre mostraba su entusiasmo con una descarga completa de la escuadra automática que le acompañó de por vida. Pero supongo que mi historia hace la excepción, es posible que sean mis antecedente los que me distinguen.

No puedo dejar de reconocer que la reacción de ellos, sobre todo la de él, me decepciona. Esperaba un poco más de valentía, quizás un acto heroico me hubiera complacido y más después de haber presenciado sus aspavientos de macho. Ojalá que esto le demuestre un poco que el macho dominante aquí soy yo y no él. Poco a poco irán aprendiendo las lecciones que les tengo preparadas.

Por su parte me desquebraja el corazón haberla hecho pasar por un momento así, ella no se merece esto, pero hasta cierto punto es tan culpable como él. Siempre consideré a las mujeres mucho más aptas para percatarse de la verdad, poseen un sexto sentido que nosotros no tenemos, una intuición que infortunadamente no compartimos con ellas y para asuntos del corazón siempre las concebí más sabias. Pero ella ha caído presa de la necedad, no quiere reconocer su error y se mantiene en su posición si ceder un milímetro.

No niego que todo lo sucedido ha salido de cualquier panorama previsto por mí, sus discusiones, la violencia con la que se hablan, nada de esto pensé que pudiera suceder, pero con todo lo que he presenciado hasta ahora, reitero mi convicción. Ellos sin mi ayuda serían incapaces de reaccionar a la verdad, aún teniéndola de frente.

Cuando escucho que las detonaciones han cesado, les doy un momento para calmarse, sólo un instante pues ninguno de los dos se mueve de la posición en la que han quedado, es evidente que están petrificados y continuarán así por un tiempo.

Decido que es el momento, abro el micrófono ambiental y la sola idea de que mi voz invada el lugar y llegue hasta sus oídos me emociona sobremanera.

-¡Esto no es un juego! Repito ¡Esto no es un juego! Oficialmente se encuentran en calidad de invitados forzados en mi propiedad y espero no hagan ningún intento estúpido si no quieren que alguno de los dos salga lastimado. ¡Su vida no corre peligro si no intentan nada estúpido! Sigan mis instrucciones al pie de la letra y nade saldrá herido. Son libres de moverse dentro de la propiedad a placer, pero no intenten abandonarla por ningún motivo. Siéntanse como en su casa y sean bienvenidos. Estas vacaciones corren por mi cuenta.

Cierro el micrófono y espero impaciente sus reacciones. Sé que deberé ser paciente, Roma no se construyó en un día y yo tengo todo el tiempo del mundo para conseguir lo que quiero. No saldremos de aquí hasta que ellos no valoren el tesoro que Dios puso en sus manos y que estúpidamente han despreciado.

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