Atrapasueños "El Comienzo de...

By Deepwonkawilliams

1.5K 271 168

¿Qué pasaría si te enteras que la historia de la humanidad ha sido modificada, que tú no eres lo que aparenta... More

Capítulo I
Capitulo II
Capítulo III
Capítulo IV
Capítulo V
Capítulo VI
Capítulo VII
Capítulo VIII
Capítulo IX
Capítulo X
Capítulo XI
Capítulo XII
Capítulo XIII
Capítulo XIV
Capítulo XV
Capítulo XVI
Capítulo XVII
Capítulo XVIII

Prologo

336 40 68
By Deepwonkawilliams

Atrapasueños

El comienzo de una pesadilla

A. L. S. Cortés

"A las personas con mente abierta"

El señor vio que la maldad del hombre era grande

y que todos sus pensamientos tendían siempre al mal,

se arrepintió pues de haber creado al hombre

y sintió tristeza en su corazón.

Génesis 6: 5-6

Prologo

Siete años atrás

Primavera: Marzo

Las mañanas nunca son lo mío, me cuesta mucho trabajo levantarme, a veces desearía seguir durmiendo y soñar que descanso, así me relajaría el doble, incluso en mi sueño. Pero como siempre, alguien tiene que quitarte el sueño justo cuando más bonito se está poniendo.

-Aliz... ¡Levántate!, tienes que ir a la escuela -Escucho decir a Carlotta, mi abuela.

-No...-le digo en tono apagado y me cubro la cara con una almohada.

Ella me destapa los pies y comienza a hacerme cosquillas. Entonces me hago bolita y dejo salir algunas risas que quedan atrapadas en la almohada.

-Apúrate Aliz, te espero en la cocina, te prepararé un desayuno delicioso -le escucho caminar a la puerta -por cierto, parece que hoy será un día estupendo... creo que afuera está nublado.

Si había algo en la vida que me gustara más sobre todas las cosas, eran los días lluviosos, más de una vez había comprobado que estar por horas debajo de la lluvia no me hacía daño, ¡claro! siempre y cuando estuviera bien abrigada, con unas botas, un impermeable y mi inseparable sombrilla, después de eso, tomar un baño de agua caliente y un té antigripal, mi abuela sí que sabe cómo cuidarme.

Pero mi gran amor es sin duda Carlos, mi padre adoptivo, la abuela dice que mis padres murieron cuando yo tenía tres años, ellos eran fotógrafos y viajaban por todo el mundo, conocieron Francia, Inglaterra, España, China y todo el continente Americano, pero nunca estaban en casa y tampoco podían llevarme con ellos, debido a que el clima en la mayoría de los lugares a los que iban no siempre eran favorables para mí salud.

Por las noches la abuela me cuenta las aventuras que pasaron mis padres en sus largos viajes como cuentos para dormir, aunque después dejé de creerle, las pirámides de Giza no están en Brasil.

Al menos no que yo sepa.

Mi abuela era hermosa de joven, incluso en mi cumpleaños número tres lucía como una jovencita, pero la edad se le vino encima en los últimos años y de parecer una jovencita comenzó a parecer una persona mayor de cincuenta, ella dice que el siglo XXI no le sentó nada bien, aunque yo siempre he pensado que fue por la tristeza de perder a su esposo y después a mis padres.

En fin, mis padres fallecieron en Chile, en un accidente de carretera, un deslave de montaña cubrió su auto y no sobrevivieron, yo no los recuerdo, pero conservo una foto de ellos, la única foto.

Dos años antes del accidente, mi tía Lilian, la hermana de mi madre, se casó con Carlos, el me crió como a su hija después de que mis padres fallecieron, aunque era de esperarse que Lilian no lo tomara nada bien, a pesar de eso me importo poco, yo vivo feliz con mi Abuela y mi Padre.

No me remuerde la conciencia por llamar Papá a Carlos, porque la verdad es que siempre lo he considerado como a un padre, el me amó y me cuidó desde el día de mi nacimiento, en ese entonces Carlos solo era amigo de Lilian. Además sé que mi amor por él es correspondido, porque Lilian nunca podrá darle un hijo, por otra parte siendo yo la única nieta de la abuela, todos los afectos de cariño son para mí.

Me apresuro a levantarme de la cama para darme un baño caliente, me cambio con el uniforme del colegio y espero a que mi padre entre a peinarme como lo hace todos los días desde que tengo memoria.

-Y... ¿qué peinado quieres hoy?-me pregunta.

Lo pienso un momento y a mi mente llega el recuerdo del cuento que la abuela me contó hace un par de semanas, donde la princesa cepillaba sus cabellos bajo la luz de la luna hasta contar a cien.

-Solo quiero que me cepilles el cabello hasta contar a cien y me pongas un listón rojo ­-le pido.

Sé que a Carlos no le desagrada peinarme y la verdad es que me encanta que las cerdas del cepillo me relajen.

-¿Rojo? pero tu uniforme es negro con verde -me dice arqueando la ceja

-Bueno, la abuela dice que "todos los colores son hermosos"-decimos juntos la frase.

-La abuela tiene razón -dice y noto como una sonrisa de oreja a oreja se forma en su rostro.

Después del desayuno mi abuela siempre me lleva a la escuela. Mi mejor amigo es Marcos, tan solo nos llevábamos dos meses de edad, él es de Mayo y yo de Julio, somos amigos desde siempre, mis padres se llevaban bien con los papás de Marcos desde antes de que él y yo naciéramos. Somos algo parecido a ser primos por parte de mi abuela, pero muy lejanos.

Por las tardes, a veces jugamos en su casa, Lilian no es una persona que reciba con gusto a la familia. Es por eso que el casi no viene a la casa, sin embargo, Carlos también se lleva con los padres de Marcos y de vez en cuando él me acompaña a verlo.

La mamá de Marcos es muy linda, tiene el cabello rubio y la piel blanca, delgada y de ojos claros, su nombre es Denisse.

El padre de Marcos se llama Tomás, es un hombre muy alto -¡claro! con nueve años todos los adultos son altos -tiene el cabello oscuro y los ojos color café oscuro, como toda la familia.

Marcos lo considera como a su héroe.

-Cuando sea grande, seré como él ¿verdad que se parece a Súperman?-me pregunta Marcos con mucho entusiasmo y orgullo mientras jugamos con acuarelas en la casa del árbol que hay en su patio, yo pinto un castillo, o bien, lo que parece ser una castillo, mientas él hace un retrato de su padre y él vestidos con una capa roja.

-"No"-le respondo-Súperman es más gordo, tu papá parece lombriz con nudo-mi tono fue muy cruel, pero que niño no es cruel en el siglo XXI, las nuevas caricaturas para niños no enseñan nada más que violencia.

-Pues tu papá tiene cara de lombriz-dice enojado y me salpica la cara con pintura azul.

-Pues tú tienes cara de popo de perro-le grito, me levanto y le vacío el recipiente de agua sucia sobre la cabeza, él inmediatamente se levanta, sacudiéndose como perro mojado.

Si algo era seguro, era que si uno de los dos se metía con el Papá del otro, siempre terminábamos peleando.

-"Escarabajo"

-"Bicho raro"

-Por lo menos "yo no me como la popo"-me dice refiriéndose al escarabajo.

-Por lo menos "yo no soy la popo"-le digo, refiriéndome al primer insulto que le he dicho.

Aunque estas discusiones no son siempre, a veces reímos tanto que tenemos que cambiarnos los calzoncillos,  eh incluso lloramos, sobre todo cuando hay que enterar a nuestras mascotas.

Lilian no permite el acceso de animales en la casa, así que Papá y Tom, compran una mascota para que entre Marcos y yo la cuidemos, claro, las mascotas siempre se quedan en casa de Marcos.

Lilian es la hija menor de mi abuela, y se podría decir que la única, se caracteriza, por tener un carácter espantoso, lo que nunca comprenderé es como una persona tan amorosa como mi padre, se allá casado con ella, una vez escuche decir que polos opuestos se atraen, supongo que ha de ser por eso.

֍֍֍

Otoño: Octubre

"A veces las noticias malas llegan cuando menos te lo esperas"

Cientos de veces he escuchado esa frase que en cierta forma me parece tonta.

¿Quién en su pleno juicio esperaría una noticia mala para recibirla con los brazos abiertos?

Sí "nadie"

Las lluvias de las últimas semanas habían estado muy fuertes, incluso renuncie una temporada a jugar debajo de ella, eran las últimas lluvias del año y con el frío entrante del invierno, el clima había afectado a la abuela, estaba muy enferma, le habían diagnosticado pulmonía y estaba muy grave. Carlos había contratado a los mejores médicos de la capital, pero ninguno daba buenos resultados y todos decían siempre lo mismo.

-Lo lamento, solo queda esperar, me temo que deberán prepararse para lo peor.

No me habían permitido el acceso a la habitación de la abuela, porque estaba en cuarentena, y... o bien yo podía contagiarme o podría llevar un virus que la afectara aún más.

La había visto por última vez desde hace una semana y media, y solo me quedaba afuera de la puerta de su habitación, viendo entrar y salir a los doctores, a Carlos, a Lilian, y si, también a Tom y a Denisse.

A pesar de que a Lilian no le pareció agradable tener visitas en casa, tuvo que aguantar su presencia pues son como los sobrinos de la abuela.

A veces los ataques de tos de la abuela llegan a mi habitación y me despiertan a media noche, corro en dirección a su recamara y cuando llego a la puerta siempre hay alguien que no me deja entrar, así que solo me quedo llorando en el pasillo.

Un lunes la abuela amaneció un poco mejor, pero tenía escuela y no me pude quedar, aún no había pasado la hora del receso cuando Tom paso a recogernos a Marcos y a mí. Nos llevó a casa y cuando llegamos todos estaban en la sala, Lilian lloraba en los brazos de mi padre y Denisse estaba sentada en un sillón con la cabeza baja, fija en el movimiento de sus manos.

-Sube-me dice mi padre sin alejar a Lilian de su pecho

-¿En verdad? ¿Puedo pasar a verla?

-Si nena, solo no la toques con fuerza-me dice Denisse

Sin esperar dejo caer mi mochila y subo corriendo a la recamara.

¡La abuela ya estaba bien! ¡Me habían permitido verla! por fin podría abrazarla.

A medio camino, me pellizco el hombro para confirmar que no es un sueño, llego a la puerta de la recamara y a pesar de querer tirarla para entrar y así poder ver a la abuela, me contengo, solo le doy unos golpes suaves y espero a que mi abuela me conceda el paso.

-Pasa pequeña-contesta la abuela en su tono de voz suave.

Al entrar la veo acostada en su cama, pero a su alrededor tiene varios aparatos y una manguera está conectada a su nariz.

-Siéntate-me ordena y toca la cama a su lado, me acerco a ella y con suavidad me siento, entonces se da cuenta de que la estoy mirándola con sorpresa-no te espantes, solo es oxígeno, me ayuda a respirar, ya no puedo hacerlo por mí misma-finaliza y comienza toser.

-¿Ya te sientes mejor?

-Ahora que estas a mi lado me siento mucho mejor.

-Entonces no me iré para que te recuperes.

-Me temo que esto no se quita con compañía, pequeña.

-¿Te vas a morir?

-Sé que serás fuerte cuando ya no esté-no quiero llorar, pero me doy cuenta de que ha contestado la pregunta que le eh hecho y dejo salir unas lágrimas, para después abrazarla-Carlos cuidara bien de ti, sé que no te haré falta, te dejo en las mejores manos.

El silencio llega a la habitación y solo se escucha el motor de algún aparato, no quiero que mi abuela se muera.

-Aliz, la abuela necesita descansar, vamos abajo-es papá asomándose por la puerta.

-No, déjala, ya pronto descansaré, quiero que se quede un rato más conmigo-mi padre asiente y nos vuelve a dejar solas.

-¿Quieres que te cuente alguna aventura de tus papás?-me pregunta

-No, quiero que me cuentes la historia de la Puerta de Hierro.

-Esperaba que dijeras eso, no la debes de olvidar, cada que te acuerdes de ella acuérdate de mí-me dice

-Bajo la estrella más brillante de la creación...-comienza a contar la historia que tanto me gusta escuchar hasta terminarla -...a la puerta de hierro bajo el puente, no debes jamás entrar-dice, su voz suena cansada, dejo de abrazarla y la miro-no me olvides nunca-dice despidiéndose cuándo nuestros ojos se encuentran con los míos.

-Jamás abuelita-le digo y le doy un suave beso en la frente, ella me sonríe y cierra los ojos.

Parece dormida, como si tuviera un sueño encantador, la vuelvo a abrazar y segundos después un sonido largo comienza a sonar, me doy cuenta de que proviene de uno de los aparatos a los que está conectada.

-Abuelita ¿Qué es eso?-le pregunto, pero no me contesta-¿Abuelita?-la vuelvo a llamar pero no reacciona, es como si no me escuchara.

Entonces lo entiendo, ha muerto pero no lo quiero aceptar.

-¡Abuelita despierta! ¡Por favor! ¡Abre tus ojitos! ¡Por favor! ¡Abuelita! ¡Nooo! ¡Despierta por favor!-Mis palabras salen envueltas en desesperación y llanto, le toco las manos y están heladas, su rostro comienza a tornarse pálido al igual que todo su cuerpo y su cabello de ser castaño se vuelve blanco.

-Abuelita ¿qué te sucede? ¡Abuelita despierta por favor! ¡Abuelita!...

Mis gritos debieron haber llegado lejos, porque mi Papá y Tom llegan corriendo.

-Sácala de aquí-le ordena Carlos a Tom mientras comienza a desconectar todos los aparatos de la abuela.

-¡No! ¡nooooo!-les grito entre mi llanto y me sujeto a mi abuela, aunque después de todos esos cambios, ya no parece mi abuela, es más bien una especie de mujer fantasma.

Carlos cubre su rostro con una sábana para que ya no la siga observando, pero no me importa lo que veo, la abrazo y me aferro a ella.

Tom me sujeta de la cintura y jala de mí, aún sostengo una de sus manos y no la quiero soltar, no a ella, no a la que había sido mi madre durante estos años, no a la que había estado ahí en mi primer día de escuela, la que estaba ahí en el desayuno preparándome cosas deliciosas, la que me acompañaba a casa de Marcos, la que me contaba historias por las noches, la que me cantaba, la última persona que veía al dormir y la primera que veía al despertar, no a ella, no a la que jamás me había soltado.

Pero la solté y me dolió en el alma.

Los funerales de la abuela fueron al día siguiente, había llorado todo el día anterior hasta quedar profundamente dormida por el cansancio, que creí que no volvería a llorar nunca.

Cuando desperté, desee en el fondo de mi corazón que el día anterior solo hubiese sido un sueño, y que en cualquier momento mi abuela atravesaría la puerta y me daría los buenos días. Pero cuando abrieron la puerta era Carlos quien me saludaba, fue extraño verlo a él en lugar de la abuela, desde ese momento supe que nada había sido un sueño y que esa sería mi triste realidad, no le devolví el saludo a Carlos y tampoco le conteste a Marcos cuando me había preguntado cómo estaba, la verdad es que no quería hablar con nadie.

Sin embargo ese silencio que tanto me había callado durante la mañana estalló por la tarde. No soporte ver como la tierra cubría la tumba de la abuela. Quería que se detuvieran, quería sacarla de la caja y regresarla a casa, quería verla sentada en la cocina o dormida en su cama, en cualquier lugar, menos en esa horrible caja.

Estaba a punto de lanzarme en el pozo cuando las manos de Carlos me detienen, me sujeta con fuerza a pesar de que yo lo estoy golpeando para que me suelte y me retira de ahí, me sienta sobre una tumba lejana y se arrodilla a mi lado.

-Suéltame por favor, quiero ir con mi abuela, diles que no la entierren, por favor, diles que no lo hagan-le digo entre sollozos, él me sujeta de los hombros y me sacude con rudeza.

-Aliz, no te lastimes más, tu abuela está muerta, ¡entiéndelo!-me grita, pero no pudo evitar que la voz se le quebrara al decirlo.

-¡Cállate! ella no está muerta-grito, pero no aguanto más, siento una opresión en el pecho, lo abrazo con todas mis fuerzas y él también me abraza.

Lloré, lloré tanto, más de lo que había llorado el día anterior y aunque no podía verle la cara, sé que el también lloraba conmigo.

Toda la semana no fui a la escuela, estuve en casa y Marcos se quedó conmigo, él sabía lo mucho que le necesitaba.

Y si creía que la muerte de la abuela afectaría a Lilian y se volvería más dulce y comprensiva, estaba equivocada. Una vez finalizada la semana, Lilian corrió a Tom y a su familia, además, los amenazo diciéndoles que jamás quería volver a verlos poner un pie en "SU CASA". Ya suficiente tenía conmigo, pues ahora me había convertido en una carga para ella.

-Los muertos solo dejan problemas-me decía cada que la veía.

Lo que no pudo evitar fue que Marcos y yo nos siguiéramos viendo, pues íbamos en la misma escuela.

֍֍֍

CINCO AÑOS DESPUÉS

Invierno: Enero

Llegado el año nuevo, una tragedia ocurrió en la familia de Marcos, Tom recientemente había recibido el título de detective, en el departamento de policías de la ciudad, estaba tras la pista de un asesino en serie, que recientemente había provocado un incendio en la fábrica de hilos a las afueras de la ciudad, había ocasionado pérdidas humanas y destrozos a propiedad ajena. Al parecer, como me había contado Carlos, el incendio solo era una especie de carnada, pues atrajo a más de la mitad del departamento-forenses, investigadores, policías y por supuesto al detective-sin embargo el asesino buscaba la cabeza del Sargento Nicolás y confundió a Tom con él porque tenían la misma complejidad física, según la declaración del asesino.

Tom murió haciendo su labor, incluso después del disparo que recibió en el abdomen, logro tomar su arma y herir al delincuente en la pierna, cuando la policía llego al lugar, encontró a un asesino herido y a Tom desangrado, pero a pesar de la rapidez de la ambulancia, no logró llegar al hospital y falleció en el camino.

Lástima que el país aún no acepte la pena de muerte, Denisse y Marcos se tuvieron que conformar con que solo fuera condenado a cadena perpetua y llevado a uno de los planteles de máxima seguridad del país.

Marcos estaba desecho, yo sabía lo mucho que significaba su padre para él, si algo le pasara a Carlos yo también me sentiría igual, no desearía estar en su lugar. Tom era su héroe, su ídolo, era su mejor amigo, yo no podía dejarlo solo en estos momentos.

Así que tome la decisión de irme a vivir con él y con su madre por una temporada. Lilian por supuesto acepto encantada, con tal de no tenerme en casa, pero mi padre no quería y por primera vez Lilian y yo estábamos en contra de él.

-Por favor papá, sabes lo mucho que significa Marcos para mí y como su mejor amiga es mi deber estar a su lado, además Denisse está sola y también está sufriendo la muerte de su esposo.

-Aliz no insistas por favor, te eh dicho que no y es mi última palabra, no quiero seguir discutiendo este asunto-me dice enojado mientras toma un trago de licor.

Aunque no lo diga sé que también sufre la muerte de su mejor amigo. Sé que debería quedarme con él porque también perdió a un ser querido, pero mi amigo me necesita.

-¿Acaso te tengo que recordar? ¿Cuál fue el lugar de Marcos y Denisse cuando murió la abuela?

-Aliz no empieces por favor.

-Demasiado tarde, ya empecé-no se en que momento me volví un poco respondona con mi padre, tal vez eran los cambios de la adolescencia, aunque yo seguía pareciendo una niña, pero esta era una de las conversaciones en las que dejaba salir mi "yo rebelde"-Fue a nuestro lado, Marcos estuvo siempre a mi lado, desde el primer día sin ella, y Denisse, ella se encargó de todo, "de todo papá", por favor déjame estar a su lado ahora que lo necesitan.

-Aliz, no toleraré otra palabra de insolencia más, si te eh dicho que no es porque tengo mis razones-deja salir un quejido

-Por favor Carlos ¿Cuáles razones?-le pregunto, pero no contesta y el silencio hace un gran paréntesis en la conversación.

Por lo regular, jamás lo llamaba por su nombre, siempre le decía papá, pero cuando estaba muy enojada con él, lo llamaba así.

-De acuerdo-dice, y no pude evitar alegrarme-pero con tres condiciones-ahí venia de nuevo el padre sobreprotector-"Uno" no quiero que descuides la escuela. "Dos", no quiero que andes sola en la calle y que tampoco vayas a lugares desconocidos, sobre todo por las noches y si necesitas ir a algún lugar a esa hora me avisas y yo te llevo, y "Tres..." -se detiene-Cuídate mucho mi pequeña-dice y me abraza.

Y así, cumplí con el reglamento de papá.

Vivir en una casa ajena me hizo volverme más responsable, siempre había sido una niña inteligente, pero esta vez me apliqué más, me volví más nerd y Marcos también, tres meses después volví a casa, la Señora Denisse me había ido a dejar, agradeció mi compañía y mi colaboración en la casa, además, me agradeció porque gracias a mí, Marcos se había vuelto más aplicado que nunca. Pero nada como el hogar, y ahí como siempre en el marco de la puerta, papá me esperaba con los brazos abiertos.

-Bienvenida a casa pequeña.

-¡Papá! nos vimos ayer-digo, tratando de respirar por el fuerte abrazo de mi padre.

-Para mí fue una eternidad Aliz, te extrañe mucho.

Pasaron los meses, terminé la secundaria y como era de esperarse Marcos y yo entramos en la misma preparatoria.

Continue Reading

You'll Also Like

5K 237 14
Despues de 8 años volviste a japón para tener una mejor vida y terminar tu preparatoria y ademas tambien para cumplir la promesa que le hiciste a una...
1.5M 125K 50
Daphne y Reece han presenciado un asesinato. Salvo porque no hay cuerpo, no hay rastro, y la persona a la que creían haber visto está viva. ¿Qué pasó...
6.4M 653K 20
Tercer libro en la Saga Darks (2021) Portada: BetiBup33 design studio.
70M 6.9M 49
[COMPLETADA] Una noche fue suficiente para cambiarlo todo, para destruirlo todo. Él acabó con mi familia, con todo lo que amo y por alguna razón me d...