Chat noir nunca pensó que tendría que luchar contra su Lady, quizá derrotarla en un concurso de besos húmedos, pero no en lucha cuerpo a cuerpo.
El hermoso y vistoso traje moteado de la joven había cambiado a un traje totalmente negro, con una gota azul oscura en uno de sus pechos. Su antifaz también había cambiado, siendo de color negro y unas lagrimas oscuras caían de los lados del antifaz, dándole un aspecto más terrorífico. Su cabello seguía atado en sus coletas y sus ligas rojas habían sido sustituidas por unas negras y algo más largas.
Sus hermosos prodigios también habían sido contaminados de aquel color opaco y oscuro.
La oscura mariposa morada se visualizaba en su rostro, que ya no era tierno y dulce; sino frío y sin sentimientos.
"Acaba con Chat noir, Ladybug" Escuchaba la chica en su mente.
Ladybug tomó su yo-yo y lo lanzó contra el gato, quien lo esquivó. Repitió el ataque un par de veces más e hizo avanzar al gato por el edificio, buscando un mejor angulo para atacarle.
-Ladybug, esta no eres tú, reacciona-Decía Chat mientras esquivaba sus ataques-Soy yo, Chat noir. Te han akumatizado.
Él no podía atacarla.
-Acabaré contigo-Dijo la heroína con una voz seria y seca.
La pelea continuaba solamente por un bando. La chica hacía todo lo posible por golpearle con su yo-yo, utilizando toda su fuerza. Conseguía golpear algunas zonas con el objeto pero no era capaz de amarrar al felino, que corría para esquivar los ataques.
Sus ataques hicieron que el gato se desplazase por los edificios cercanos para intentar conseguir tiempo para pensar que podía hacer. Podía esperar a ver si su poder terminaba como ocurría cuando era Ladybug pero se arriesgaba a que él también los perdiera y no podía defenderse en su forma civil.
-Marinette!!-Probó a llamarla por su otra identidad pero eso solo hacía que su rostro se contrajera y lo atacase con aún más odio, acertando más sus golpes. Chat noir aún se encontraba debilitado por la antigua pelea con Copycat pero no podía dejar las cosas como estaban. Era su culpa que su princesa estuviera en ese aspecto, por haber sido un gato tonto y no hacerle ver sus sentimientos.
No supo cuanto tiempo estuvieron luchado, si bien era más de lo que hubiera estado con ningún otro akumatizado. Chat noir todavía no había sacado su bastón para atacarla, permanecía en su espalda baja y no estaba seguro de querer utilizarlo. Mucho menos su cataclismo.
-Lucha contra mi, gato-Escuchó la voz de la joven y esquivó de milagro su siguiente ataque. El yo-yo le golpeó el estomago y él rodó en el suelo, escuchando como su piel dolía a pesar de tener su traje puesto.
-No pienso luchar contra ti, Marinette-Confesó, al verse preso entre el suelo y ella, que estaba de pie a su lado. Uno de los pies de ella se apoyó en el pecho del felino, haciendo que este gimiera de dolor.
-¿Ohh, esto te duele?-Su voz también había cambiado. Era tan seria y ronca, ya no era la dulce y simpática voz de su compañera y amante. Chat noir gritó cuando ella apretó su pie contra su herida y vio como ella sonreía.
-Marinette...
-No me digas así-Gritó ella, ejerciendo más presión. El felino soltó algunas lagrimas mientras sentía como la persona que más amaba se divertía mientras le hacía daño-Ella ya no volverá
-Te traeré de vuelta, princess-Consiguió decir. Era una promesa y utilizando toda su fuerza, consiguió tomar su bastón y lo estiró, consiguiendo salir de la presión que lo estaba reteniendo.
Sentía su cuerpo adolorido y cada pequeño movimiento que hacia, le hacía sentir como si lo estuvieran apuñalando.
Tomando su bastón como si fuera un escudo, comenzó a contrarrestar los ataques de la chica, que seguía atacándolo sin descanso.
Para intentar ganar tiempo de nuevo, el felino comenzó a correr, alejándose de la zona, utilizando su bastón como un medio para ir más rápido. Escuchó como ella lo llamaba y lo perseguía, algo más torpemente puesto que la pelea le había pasado factura y la chica se estaba debilitando.
Chat noir llegó al puente de los candados, uno de los lugares más románticos y bonitos de París; se apoyó para recuperar el aliento y trazar algún tipo de plan.
-¿Que puedo hacer...?
Él era el destructor, no podía purificar akumas y siempre había sido el que distraía al akumatizado mientras Ladybug buscaba la manera de acabar con él. Simplemente hacía algo el tonto mientras su lady invocaba su lucky charm y salvaba el día.
¿Como podía él salvar el día ahora?
Si atacaba podía herirla y lo menos que quería era eso.
Su cuerpo dolía, como nunca pensó que pudiera dolerle, sobre todo le dolía su corazón, puesto que era su culpa que ella estuviera triste y dolida y que su enemigo lo hubiese aprovechado para akumatizarla y herirla.
Tenía que hacer algo.
"Chat noir"
El gato se quedó rígido. Algo había hablado en su mente.
"Chat noir, soy yo...Tikki..."
Era el kwami de Marinette. Le estaba hablando en su mente, como cuando Plagg interactuaba con él. Sus orejas se erigieron, curiosas.
-¿Tikki? ¿Que sucedió? ¿Que...Que puedo hacer para ayudar a Marinette?
"Ella esta dormida, el akuma la poseyó totalmente. No pude hacer nada"
Chat noir asintió a pesar de que no podía verlo.
-¿Que debo hacer?
"Haz que ella vuelva, si Marinette vuelve aunque sea un momento, podríamos hacer algo"
El chico estaba confuso.
-¿Como lo consigo? No puedo purificar akumas...
"Te daré un poco de mi poder para ayudar a Marinette...Lo que tienes que hacer es que ella reaccione, no me gusta pero tendrás que...golpearla.."
-¿Que dices? NO, me niego. NO puedo hacerle daño-Dijo Chat noir, negando furiosamente con la cabeza.
"No queda otra opción...no tengo...fuerzas...tienes que ayudarla...Chat.."
La suave voz del kwami se fue apagando. Tan rápido como vino, se fue.
Chat noir estaba tan concentrado en sus pensamientos que no notó como la figura akumatizada de Ladybug llegaba hacia donde estaba él y lo atacaba de nuevo, tirándolo al suelo.
-¿Te has cansado de correr, gatito?-Preguntó con malicia la chica. Aquella sonrisa malvada seguía plasmada en sus labios, ahora más pálidos.
-Marinette...
-Te he dicho que no soy ella
-Haré que vuelvas
-Ella no volverá
-La amo
-Me heriste
El chico recibió un golpe en su rostro, puesto que la ultima frase de ella lo había pillado por sorpresa. Su labio empezó a sangrar y el sabor metálico le llegó a la boca. Le faltó un momento el aire y tosió, manchando el rostro de ella de su sangre, pues se encontraban muy cerca.
-Lamento haberte hecho daño-Dijo dulcemente el chico. Intento tocarla pero ella se resistió.
-No trates de confundirme
-Fue mi culpa, lo sé, pero quiero redimirme, en verdad te amo, princess
El rostro de la chica fue cambiando y por un momento, la mariposa que lucia en su rostro se desvaneció. Chat noir tiró de ella, haciendo que cayera al suelo y se golpease la cabeza. El felino no quiso pensar en aquello, solo tenía en su mente que debía ayudarla.
Se colocó sobre ella, intentando sujetar sus manos que intentaban golpearlo, apartando su yo-yo con una pierna. Los dos se miraron a los ojos y él extraño aquellos días en los que aquellos ojos eran brillantes y azules, que lo miraban solamente a él. Con amor.
Apretó un poco su agarre y levantó el brazo para golpearla, tal cual le había dicho el kwami de la heroína. Pero su mano quedó allí, suspendida, sin moverse, pues no era capaz de hacerle daño. Sus ojos lloraron, puesto que nada de lo que hacía parecía ayudar a su amada azabache.
-Marinette...-Al final terminó acariciando la mejilla de la chica-Perdóname...yo te amo...no, no me dejes...déjame compensarte por todo el daño que te hice...
La chica gruñía y él ya no sabía que podía hacer. Su cuerpo seguía doliendo y su mente estaba completamente en blanco. Viendo que no podría hacer nada, se acercó y besó los labios entreabiertos de la chica, quien se tensó automáticamente bajo su cuerpo.
"Tus labios ya no están cálidos, princess.." Pensó el felino mientras intentaba dar calor a aquellos pálidos labios. Chat noir puso toda su energía en aquel beso, sintiendo como sus energías se desvanecían.
Mientras sus labios se mantenían unidos, una luz empezó a salir del pecho de la chica y unas alas empezaron a emerger de aquel lugar, donde se convirtió en una mariposa oscura.
Chat noir activo su cataclismo al verla salir y antes de que pudiera cerciorarse de que la había destruido, cayó sobre su amada y perdió el conocimiento.
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Adrien despertó en un lugar blanco y la repentina luz lo cegó momentáneamente. Sus parpados pesaban como si estuvieran hechos de plomo, por lo que le costó abrirlos completamente.
Se encontraba en algún tipo de habitación, en una cama y con varios tubos que salían de su cuerpo, los cuales parecían estar conectadas a maquinas.
Intentó mover la cabeza para ver la totalidad de la habitación pero un repentino dolor lo hizo desistir y soltar todo el aire que había estado reteniendo.
¿Que había pasado?¿Donde estaba? ¿Y Plagg?
Volviendo a intentar moverse, buscó con la mirada aquel ser negro que siempre estaba a su lado. No podía oler el horrible olor del queso favorito de su kwami.
-¿Plagg?-Su voz salió pastosa, y tuvo que intentar humedecer su boca para pronunciar bien-¿Plagg, donde estas?
Su anillo seguía en su dedo, donde debía estar, a pesar de que podía notar otras cosas en sus otros dedos.
-Al fin despiertas-La voz de kwami lo hizo voltear a la izquierda, donde lo vio, planeando en el aire hacia él.
-Plagg
-¿Como te sientes?
-No...recuerdo nada...¿Como llegué aquí?-Preguntó confuso el chico. Su kwami se apoyó en la almohada, aunque siguió planeando para que el chico no estuviera tan incomodo.
-Perdiste tu transformación al usar tu cataclismo-Comenzó a decir el kwami-Estabas muy herido y te desmayaste. Los dos estabais heridos y tardaron en encontraros. Unos policías os encontraron y los trajeron al hospital.
-¿Hospital?-Claro, por ello las habitaciones claras y las maquinas que pitaban. Estaba en una habitación de hospital-¿Cuanto tiempo llevo aquí?
-Cinco días
Los ojos del rubio se agrandaron, sorprendido por la nueva información que su compañero le había proporcionado.
-¿Donde esta...ella?-Preguntó al final, recordando a su amada-¿Ella esta...aquí?
-No sé a donde se la llevaron-Respondió Plagg-Conseguiste purificarla, y Tikki salió de sus pendientes pero...ella no despertaba-El kwami bajó la voz mientras hablaba. Luego señaló con sus manitas y el rubio vio a un pequeño ser rojo apoyado en un cojín junto a su cama.
-¿Es la kwami de Marinette?
-Si, la tomé cuando cayó de sus pendientes-Dijo el kwami negro.
Adrien se apoyó en la almohada e intentó levantarse, por lo que las maquinas comenzaron a pitar de manera exagerada.
-Adrien, que?-Plagg se movió nervioso.
-Debo ir...con ella
Una puerta se abrió bruscamente y una enfermera apareció corriendo.
-¿Que hace? No debe levantarse-Dijo apoyando las manos en los hombros del rubio y empujándolo para que volviera a la posición anterior en la cama-Esta muy herido y ha perdido mucha sangre. ¿Que esta haciendo?
-Tengo..que ir con ella...
-¿Quien?
-My lady....Marinette-Dijo Adrien con voz queda
-¿La chica que encontramos con usted?
-¿Le ha pasado algo?-Los ojos del rubio se llenaron de lagrimas-¿Ella esta bien?-La alarma teñía su voz.
-No le puedo ofrecer datos de ella, pero la estamos tratando con prioridad. A diferencia de usted, la señorita no ha despertado todavía
-Debo verla...
Cuando el rubio intentó volver a levantarse para ir a por su amada, la enfermera lo sujetó y colocó una jeringa en su gotero, ocasionando que el chico cerrase sus ojos y cayera en un profundo sueño.
Despertó cuando la oscuridad ya cernía su habitación de hospital. Se sentía confuso de nuevo, e intentó comprender que había sucedido.
-No hagas ninguna estupidez-La voz de Gabriel Agreste se escuchó. Adrien se sorprendió por ver a su padre allí, sentado entre las sombras.
-¿Pa-pá?
-Me llamaron diciendo que estabas herido en un puente, junto a una mujer cualquiera-Dijo con sus manos entrelazadas y su voz grave y seria de costumbre-¿Acaso sabes lo que eso supone para tu reputación?
-¿Reputación?
-Desobedeciste ordenes, te alejaste de tus protectores y fuiste a...hacer vete a saber que cosas con aquella muchacha
-No hables mal de Marinette-Dijo Adrien, completamente serio
-Es una mala influencia
-La amo
-No puedes estar hablando en serio
-Nunca lo he dicho más enserio
-Ella no te conviene
-Ella lo es todo para mi
Sus voces se elevaron de tono.
-Tienes una posición que respaldar
-Me importa poco eso
-Eres mi hijo-Dijo Gabriel algo furioso
-Nunca te preocupaste por mi-Dijo Adrien igual de furioso-Ella es la única persona que no me ha visto por ser un Agreste, ni se ha fijado en mi posición. Ella me quiere por quien soy-Dijo mirando aquellos ojos que pensaba que eran de su familia-Como lo hacía mamá
Gabriel curvo los labios en una fina linea.
-¿Enserio crees que alguien no ve tu fortuna?
-Solo tú pareces creer que no puedo ser algo más que tu sombra
-¿Que insinúas? ¿Que esa chica te querría si no fueras Adrien Agreste?
Adrien nunca se sintió más seguro en toda su vida.
-Ella me amaría, estoy seguro
Gabriel se levantó de la silla donde estaba sentado y abandonó la habitación. Poco después llegó otra enfermera y le colocó otro sedante en una bolsita.
El chico se mantuvo quieto y no dijo nada.
-Me dijeron que preguntó por cierta jovencita-Dijo mientras colocaba una bolsa y cambiaba otra-Una tal Marinette
-¿Sabe algo de ella?
-Ella se encuentra inconsciente todavía. Le hemos practicado algunas operaciones y parece estar fuera de peligro. Pero todavía no ha dado señales de despertar
A Adrien se le secó la boca.
-¿Que quiere decir?
-Si no despierta pronto, podría quedar en coma inducido