Corazón Oscuro (Tom Riddle)

By Kica_Ca

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¿Que hubiera pasado si Tom Riddle hubiera logrado matar a Ginny Weasley en la cámara de los secretos? Tom reg... More

Capitulo 1 El Regreso
Capitulo 2 Encuentro en las Mazmorras
Capitulo 3 Mansión Riddle
Capitulo 4 La Verdad
Capitulo 5 Vociferador
Capitulo 6 Jaulío
Capitulo 7 Entre La Sombra De Sus Pasos
Capitulo 8 ¿En mis sueños o en los tuyos?
Capitulo 9 Crucio
Capitulo 10 Una Decisión Equivocada
Capitulo 11 Una Nueva Vida
Capitulo 12 Perdiendo Un Sentido
Capitulo 13 Aprendiendo a ver
Capitulo 14 De Vuelta Al Castillo
Capitulo 15 Toma Mi Mano
Capitulo 16 Algo Cambio
Capitulo 17 La Culpa De La Muerte
Capítulo 18 El Sirviente
Capítulo 19 El Deseo No Es Amor
Capitulo 20 Rubio En Apuros
Capitulo 21 Luz De Luna
Capitulo 22 El Bosque De Sherwood
Capitulo 23 Edwinstowe
Capítulo 24 El Corazón de Tom Riddle
Capítulo 26 Si No Te Vuelvo a Ver
capítulo 27 Yo Te Cuido
Capítulo 28 El Juicio de Martine
Capítulo 29 Adiós A Los Disfraces
Capítulo 30 La Casa Del Callejón
Capítulo 31 La Forma En Que Vivimos
Capítulo 32 ¿Qué Es De Nosotros?
Capítulo 33 Donde Se Termina Todo
Epilogo

Capítulo 25 La Fiesta de Bienvenida

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By Kica_Ca

CAPÍTULO 25

LA FIESTA DE BIENVENIDA

- Está atada a él - dijo con lentitud

- ¿A qué se refiere? – preguntó Harry

- Él señor tenebroso la hechizo para que ella fuera devota a él, pero no le salió como esperaba. La magia de Martine es fuerte y junto con el odio acumulado no pudo hacer más que ella sintiera una breve devoción – decía el murciélago

- Pero ¿él sabe que hizo esa conexión?

- No, temo que él piensa que ella no podía ser controlada por el nivel de magia que había plantado en ella

- Eso explica por qué huyo con él y no lo pudo matar – intervino Ron

- Brillante deducción señor Weasley – dijo Snape con sarcasmo – pero es cierta, lo único que siente la señorita Martine se debe a un encantamiento realizado por él

- Bien – continuo Harry - ¿Y cómo se puede cortar?

El rostro del murciélago se tornó serio mientras miraba a ambos chicos con preocupación, Harry lo escuchaba atento, mientras Ron tenía la cabeza gacha.

- Con la muerte del señor tenebroso, es un lazo mágico el que los ata, sentirá aquello mientras él viva...

&&&

"Lo que sientes no es real" "No son sentimientos propios, tomaste el corazón de la niña y con ello sus emociones... eres más fuerte que el alma de una chiquilla de 11 años" "contrólate de una vez Tom"

Tom estaba hecho una bolita al lado de su cama, sudaba y estaba lleno de cólera, sabía que ella aún seguía en el piso de abajo, ya habían pasado muchas horas, pero él seguía escuchando sus pasos y como movía cosas en la cocina y en la sala. ¿Pensaba pasar ahí la noche?

El hambre lo inundo, solo había sobrevivido con lo poco que podía tomar sin necesidad de hacer nada, aquello también era lo que lo mantenía de mal humor. Odiaba no tener el control de su vida, que manera tan indigna de vivir era aquella para el mago más temido del mundo mágico.

Unos suaves toques en su puerta lo sacaron de sus pensamientos, dio un respingo y noto cabellos en sus manos, ese maldito estrés que sentía estaba acabando con él.

Xally esperaba al otro lado de puerta, se sentía estúpida con el platillo en las manos, pero sabía que no había comido y sentía una necesidad nauseabunda por cuidarlo, pensó en cuantos días él la había dejado sin comer absolutamente nada, suspiró, aquello iba de mal en peor, ahora apenas guardaba resentimiento.

Entró, aunque no hubo respuesta por parte del mago, lo vio sentado en suelo hecho un ovillo, ladeo la cabeza un poco desconcertada, siempre se trataba de ver fuerte frente a ella o a cualquiera, las únicas veces que lo encontraba así era porque las esposas le impedían ponerse de pie, pero esta vez nada lo hacía.

- Te traje un poco de comida – no hubo respuesta – Note que no has comido en absoluto y creí que...

- ¿Podrías dejarme tranquilo? – por primera vez la bruja notó su voz apagada

- Lo único que intento hacer...

- ¡SOLO DEJAME TRANQUILO! – se paró de golpe, con la cara enrojecida y su grito llego más allá de la casa – Sería más fácil que te fueras de una vez por todas, no quiero ver tu estúpida cara. Me repugnas ¿no lo entiendes?

- No sentí eso hace rato – defendió ella

- ¿Qué acaso no lo entiendes despreciable cría de Muggle? No son mis impulsos ni sentimientos, estoy atrapado en esta maldita vitalidad que tome de tu estúpida amiga – la saliva de Tom salía por el impulso de sus palabras y su copete se despeino hasta cubrirle la frente. - ¡Todo esto que ha pasado desde que estuve en la cámara de los secretos ha sido un error! – la miró como maniaco – el peor error de todos – bajo la voz y no parpadeaba, tenía la mirada loca y llena de impotencia – puede que tú seas tan idiota como para sentir algo, algo en tu enferma cabeza está mal, pero yo – se señaló así mismo – Yo estoy atrapado en esta parte humana que tome, nada de esto lo hubiera hecho si fuera el mismo de siempre, no te ilusiones con esto ni por un segundo, jamás podría – la miró de arriba abajo de manera hiriente – jamás me denigraría tanto para estar con alguien como tú – sus palabras lo lastimaban a él mismo, pero debía alejarla, debía entender que aquello era bizarro e imposible. – Así que aléjate de una vez y entiende que en lo más profundo de mi en realidad lo que siento es asco de ti y de mí mismo por sucumbir a los impulsos de esta parte humana – apretó los dientes con rabia – Lárgate – dijo en un susurro.

Xally ya no podía parar las lágrimas que se habían acumulado en sus ojos, las dejo correr, sabía que estaba diciendo la verdad, pero que lo dijera tan crudamente le dolía. Simplemente asintió, jamás volvería a agarrarla de idiota.

Dejó caer el plato al piso, trozos de comida y de vidrio roto saltaron por el suelo, la bruja retrocedió y dio la media vuelta, cerrando la puerta tras de sí, no pronuncio una palabra ni hizo ningún ruido, tal vez hacía falta que él dijera aquello exactamente con esas palabras, para que ella se diera cuenta de lo absurdo de la situación y que todo aquello solo estaba acabando con su tiempo y su juventud. Como si no le hubiera ya robado suficiente.

&&&

- Es inútil, sin ayuda del ministerio ¿Cómo rayos lo vamos a hacer? – decía el pelirrojo

- No lo sé Ron, no sé por qué el ministro está actuando de ese modo, pero lo voy a solucionar, igual que la situación de Malfoy

- ¿Malfoy? – dio un respingo - ¿Estás loca?

- ¿para qué quieres ayudar a ese maldito?

- Porque Harry y Xally...

- Xally se escapó con el mismísimo señor tenebroso – hizo una mueca – no sé qué pensar de eso todavía

- Ronald toda su vida vivió con él. Y recuerda que ella fue quien lo detuvo cuando estuvo a punto de matar a Snape y derrotar a Harry

- Sí, pero lo que hizo ahora... no se me ocurre otra cosa que ver a Voldemort atado pies arriba y siendo masacrado por ella

- Tal vez – asintió Hermione – sufrió tanto que sus pensamientos eran muy obscuros ya cuando regreso a Hogwarts, tengo que regresar al ministerio, he conseguido ser la abogada de Malfoy y tengo que entrevistarme con él

- Cielos Hermione, estás loca, primero Xally se va con Voldemort y ahora tu defiendes a Malfoy... ah, sí y lo olvidaba Harry está siendo buscado por el ministerio.

- Basta Ron – dijo cansada – Harry me lo pidió

- Por supuesto. Él es el más loco de los cuatro

Hermione se incorporó y camino hasta la puerta con pesar, a veces su novio la sacaba de quicio, pero sabía que las cosas no andaban bien con ninguno de ellos, dándole la razón al pelirrojo. Pero si Malfoy era inocente no iba a permitir que lo condenaran a Azkaban o a su muerte.

&&&

- Malfoy necesito que cooperes conmigo – la castaña ya estaba dentro de la celda del rubio – Si sigues de este modo, lo único que vas a lograr es que te trasladen a Azkaban ¿Eso quieres?

- Granger – dijo con la mirada perdida – dime la verdad. Mis padres ya están ahí ¿cierto? – su pecho estaba oprimido

- Me temo que si – dijo con un hilo de voz – Apenas hace una semana se llevaron a tu madre

- Esos malditos... ellos no hicieron nada, salvo resguardar la vida de su familia para que no los mataran

Hermione asintió por fin estaba pudiendo sacarle algo al mago, hizo un gesto para que continuara hablando, pero él se detuvo mirándola despectivamente.

- Los rumores son muchos aquí – arqueo la ceja – Dicen que tu amigo Potter está siendo buscado por el mismo ministro

- Por desgracia para ti, esos rumores son exagerados, lo único que tuvo es una falta administrativa – alzó los ojos hacía él para intentar descifrar que lo que iba a revelar era una buena idea – Según entiendo fue por tratar de ayudarte a ti y a tu amigo ¿me equivoco?

- Tanto me ayudo que dejo que me atraparan – dijo con mal sabor de boca

- No es como si tuviera muchas opciones, intentaron buscar a una amiga en común ¿no?

- Draco dio un respingo - ¿Disculpa?

- ¿Qué clase de relación tienes con Xally Martine? – sonrió de lado, mientras anotaba, si lograba demostrar que Draco Malfoy no tenía problemas con los hijos de Muggles... aunque ella misma había sido víctima de lo contrario justamente.

- Ninguna Granger

- Ya veo, pero la ayudaste a escapar y te aseguraste de que estuviera bien todo el tiempo ¿no? ¿O crees que Scabior no me contó ya que le pediste que la ayudara cuando la dejaron ciega? – Hermione estaba satisfecha por todas las emociones que veía en el rostro del rubio, ahora sabía que todo era cierto y que Malfoy era inocente.

- Ese maldito carroñero

- Cuéntame más, por favor

- No hay nada más que contar Granger – se acercó – Salvo que caí en la trampa de tus amigos y mira donde me guiaron

- ¿Torturaste, mataste o reclutaste a algún mago? – continuo la bruja

- No – dijo tajantemente

- ¿Puedes hablarme de lo que paso con Dumbledore?

- Draco se movió incomodo – Yo no lo mate, no hice nada, un par de trucos de niños para que me dejaran en paz, para que no mataran a mi familia – la miro serio

- Podemos llamar como testigos a Harry y a Snape, son los que más te ayudaran, a Snape le dieron el perdón por ayudar con los planes de Dumbledore y trabajar como espía – explicó después de ver la cara de desconcierto del rubio – Necesitaríamos a Xally también, pero ella...

- Está siendo buscada – asintió - ¿Cómo puedes trabajar para ellos? – se acercó más haciendo que la chica se hiciera para atrás – Son unos malditos injustos y nosotros éramos los malos ¿no?

- Estoy aquí para ayudar lo más posible, sé que no están actuando de la mejor manera, a mí misma me enoja esta situación

Malfoy la veía en silencio, no sabía porque rayos estaba ahí o porque estaba abogando por él, cuando había hecho de la escuela de la bruja un infierno, la había molestado, degradado e insultado de todas las maneras posibles, y ahí estaba ella, tomando notas y viendo que podía servir para salvarle el pellejo.

- Nunca entendí algo – dijo ella

- Eso sí es de sorprenderse, eras la maldita genio insoportable de todo el colegio – sonrió de medio lado

- Qué bueno que tienes animo de bromear, pero lo que nunca entendí es porque a ella nunca la molestaste, ni la llamabas san... como me llamabas a mí – trago saliva – nunca la denigraste, recuerdo que incluso una vez la defendiste... en el baile de navidad fuiste con ella, muchos pensaban que lo hacías como burla, pero no era así ¿cierto?

Draco la miro sin comprender, sabía que hablaba de Martine, lo que no sabía era porque se escuchaba ese resentimiento en su voz tan pronunciadamente, como si por primera vez estuviera dejándose ver cómo débil.

- Era de Slytherin

- ¡Patrañas! – alzó la voz – por eso mismo es que los demás la molestaban el doble, alegando que no debía ni tenía en honor de estar en esa casa ¿me equivoco? ¿no todos debían pensar así?

- ¿querías que la molestara? – se incorporó quedando a unos centímetros - ¿no era tu amiga?

Hermione guardo por unos segundos silencio, no sabía porque había empezado a decir aquellas cosas, tal vez era algo que llevaba dentro hace muchos años, pero no sabía por qué le interesaba tanto, después de todo Malfoy era un imbécil.

- No es eso, simplemente quiero saber porque... ¿Estabas acaso enamorado?

- Deja de decir estupideces – la voz de Draco se cortaba por supuesto era así en un principio, pero después de mucho tiempo logró resignarse por el origen de la chica y lo imposible que era algo así, así que decidió cuidarla únicamente en medida de sus posibilidades

- El gran príncipe de las serpientes enamorado de una hija de Muggles – algo en aquella frase no complacía como debía a la bruja

- Cierra la boca Granger

- Esto te ayudara – dijo cortante – si estás enamorado de una hija de Muggles los perjuicios a los que te hacían acreedor quedan sin validez y más aún cuando probemos que la ayudaste a escapar una vez

- Yo no... - no sabía que decir – No es como lo dices

- Por supuesto – sonrió fingidamente – Es todo por hoy Malfoy, nos veremos pronto

Salió con rapidez preguntándose así misma que carajo había sido todo aquello, y porque había actuado de esa manera tan infantil, se reprendió y respiró profundamente tratando de aclarar sus ideas.

&&&

DOS DÍAS DESPUÉS

Xally estaba ajetreada hasta los codos, había pedido la ayuda de dos señoras del pueblo para que la ayudasen a hacer la comida, ella sola no podía, era imposible sin usar la varita y no sabía si el ministerio seguía registrando sus hechizos, no quería que la localizaran por ninguna razón, ya se había arriesgado demasiado con los hechizos que le colocaba a Tom para que no escapara, lo había hecho como él le había enseñado para no ser detectada, pero aun así no se iba a arriesgar por hechizos tontos de cocina.

Apenas había visto a Tom un par de veces, bajaba a regañadientes por agua o un pedazo de pan cuando ella estaba encerrada en su cuarto y pensaba que no lo veía, aunque siempre había comida prepara en la estufa o en la nevera, él jamás agarraba aquello.

Pero si se quería torturar así mismo, por ella mejor, se lo merecía y que su orgullo lo hiciera comportarse como un completo idiota era su problema, no el de ella.

- Querida no hemos visto a tu marido en todo este tiempo – dijo la señora Taylor - ¿Es muy tímido?

- Lo es – dijo asintiendo – Es muy reservado en realidad

- Pero mi niña – protestó la regordeta señora Smith – Tu eres muy alegre y vivaracha ¿Cómo es que logró conquistarte alguien tan mezquino?

- Ella sonrió al mismo tiempo que movía la pasta – No lo sé, supongo que nos complementamos

- Pues espero que se comporte de manera más accesible – alego la señora Taylor – aquí todos somos muy comunicativos

- Lo sé – rodó los ojos – Pero deben ser amables con él

- ¿lo amas?

Xally se paró en seco y su mirada quedo paralizada, por supuesto que debía decir que sí, se suponía que era su esposo y que era fingido lo que tenía que responder, pero era tan extraño y se estaba haciendo esa pregunta a sí misma.

- Por supuesto – logró articular

- ¿mucho? – anexo la señora regordeta

- Mucho – ella misma se vio sonriendo como una boba y sintió escalofríos por todo el cuerpo

Tom escuchaba en las escaleras toda la conversación, sintió un respingo al escuchar todo aquello, que señoras más entrometidas e indiscretas, quería parar la estúpida sonrisa que se le quería formar en los labios, se escuchaba nerviosa como si no se tratara solo de fingir, sacudió su cabeza, es justo lo que estaba haciendo, se sentía tan humano que tuvo que optar por subir, pero un escalón que rechino lo delato.

- Oh querido – se escuchaban los pasos pesados de la señora Smith que andaban lo más rápido que sus regordetes pies podían – me alegra que hayas bajado, necesitamos a un joven fuerte que nos ayude a cargar la garrafa de agua, oh pero que apuesto eres, ya veo por qué te enamoraste mi niña

Xally los veía por el arco que había en la cocina, se sonrojo de inmediato y asintió, evitando ver a Tom, seguía picando tomate, nerviosa de saber que tal vez había escuchado la bochornosa conversación.

- Ven querido – la señora lo tomo del brazo

Xally casi se cortó el dedo tras ver aquello, esperaba que no se le aventara encima para estrangularla, vio como Tom abría los ojos como platos, el labio le temblaba al muchacho, mientras veía con horror la mano regordeta de la señora.

Lo vio avanzar tieso hacía la cocina, ella no podía contener las ganas de reírse o echarse a llorar, por lo que pudiera pasar.

- Mire señora Taylor ¿acaso no es bien parecido?

- Mucho – dijo la señora flacucha – Ahora entendemos todo cariño – se dirigió a Xally guiñándole el ojo

Un rubor apenas previsible se le acumuló a Tom en las mejillas, Xally lo interpreto como cólera y probablemente así era.

- Un placer – dijo tratando de no hacer una masacre de Muggles en Edwinstowe

- Por favor – dijo la regordeta – tratamos de vaciar esa garrafa a la pasta, solo pon la mitad querido

Aquella preparación de comida fue agotadora para el muchacho, sin mencionar incomoda, le dolía a un lado de la costilla causado por el enojo que le hacía sentir todo aquello.

La miró estaba tan metida en la preparación de los platillos Muggles que apenas notaba su presencia, aquello pudo hacer que fuera más fácil observarla sin que se diera cuenta. Llevaba un vestido blanco con flores rojas, unos zapatitos rojos y llevaba el pelo recogido en un moño, se veía hostigosamente pueblerina.

Se reía con los comentarios sosos y simples de las Muggles, pero no parecía que estuviera fingiendo alguna, se veía genuina y sencilla, no podía quitarle los ojos de encima, pues jamás la había visto de aquel modo, en su libertad y haciendo cosas cotidianas, tranquila, sin angustia o miedo en el rostro, siendo simplemente ella.

El timbre sonó y volteo a la puerta instintivamente, pero sabía que estaba hechizada, la miro y ella asintió.

- Abre la puerta amor – dijo melosamente en tono burlón.

- Enseguida – dijo seco

Con la mano temblando abrió la puerta, para su sorpresa esta cedió, esperaba encontrarse con tres Muggles a lo mucho, pero no era así, era una multitud de ellos, todos con la cara rosada sonriéndole, muchos con postres en la mano. Eran alrededor de 15 familias.

Todos se iban presentando, uno a uno, unos le daban la mano la cual tomaba a regaña dientes, las señoras le daban melosos besos en la mejilla, una que otra aprovechándose de la guapura de Tom y abrazándolo para tocar lo que más pudieran del chico.

Xally se mordía las uñas mientras pasaba los platillos a la mesa, había hecho comida para un regimiento.

El enojo de Tom se fue cuando vio todas aquellas delicias ¿tenía que fingir que comía bien no? Se iba a atascar como para que no le diera hambre en los próximos tres días, no había mejor excusa que aquella.

- Por favor pasen todos a la mesa, muchas gracias por los presentes que nos han traído. Douglas y yo estamos tremendamente agradecidos

Tom únicamente asintió. Todos pasaron a sentarse, Tom ocupaba la cabeza de la mesa, como el señor de la casa, los invitados no paraban de darles palabras de felicitación y de bienvenida, todos esperaban que se quedaran el mayor tiempo posible.

- Y díganme – dijo un señor calvo que estaba cerca - ¿Cuándo piensan tener bebes?

Xally casi se ahoga con su bebida, mientras Tom se atragantaba con un pedazo de pollo, ambos tosieron al mismo tiempo y se dieron golpes en el pecho para poder respirar.

- ¡Oh no me digas que ya estas embarazada! – grito la señora Smith y toda la mesa guardo silencio mientras los veía

- ¡no! No, por supuesto que no, queremos esperar – se apresuró la chica

- ¿Esperar a que? Ya están casados y a una muy buena edad, deben tener hijos cuanto antes – contesto el señor Taylor

- Es muy pronto aún – estaba totalmente roja

- ¿Y tú qué opinas muchacho? – se dirigió a Tom

Tom apenas volteo a verlo, estaba totalmente indiferente, resignado a comentarios estúpidos por parte de todos.

- Precisamente lo mismo que mi... esposa – siseo con asco

Ella bajo la mirada, por si no estaba claro que él no la quería, ahora podían estar totalmente seguros, se escuchó un murmuro por toda la mesa, y la chica sintió unas ganas de llorar sobrehumanas.

Aunque eran más de treinta personas, la mesa quedo en silencio y la nueva pareja era más observada que nadie.

- Tom – dijo a lo bajo - ¿puedes al menos fingir esto por tu bienestar?

- Me importa un carajo lo que digan

Xally carraspeo la garganta para que aquellas palabras no se escucharan, no esperaba un comportamiento dulce por parte de él, pero por lo menos uno que no hiciera iniciar rumores y preguntas.

Después de largos minutos cuando todos habían terminado y las nuevas platicas surgían, la chica se sintió un poco mejor.

- Bien es hora de probar sus exquisitos postes – sonrió

La chica se incorporó, iba a caminar a la cocina para traerlos, pero la voz de la señora Kipper, una señora bastante dura y rígida sonó de entre la gente.

- Deberías acompañarla para ayudarla, como el esposo que eres – dijo de manera dura y fría

- Por supuesto – se limitó a decir él mientras iba tras la bruja, aquella Muggle iba a ser la primera en morir.

Llegaron a la cocina, Xally temblaba de todo el cuerpo, por un instante pensó que hacer que él pasara todo eso le iba a causar satisfacción, estaba equivocada, ella misma había provocado la muerte segura de muchas personas de Edwinstowe.

- Ellos son de ese modo – dijo en modo de súplica – No vayas a hacer una estupidez

- Lo dices como si supieras que tarde o temprano escapare y mataré a todas esas escorias

Ella suspiró, no sabía qué diablos iba a pasar, solo quería seguras a todas esas personas, termino de cargar con dos postres.

- Trae aquellos dos y terminemos con esto de una vez

Tom obedeció, quería que aquella horrible velada terminara, llegaron y partieron el postre tras aplausos bastante incomodos e inconformes.

La bruja iba por servir el primer plato cuando un estruendoso ruido inundo el lugar, la puerta había volado en mil pedazos, todos taparon sus oídos y se agacharon tras el estallido.

Xally reacciono enseguida, y abrió los ojos queriéndose morir ahí mismo. Era Greyback junto con los hermanos Carrow. Tenían sus varitas extendidas mientras lanzaban imperdonables a los Muggles.

La bruja empezó a sollozar mientras veía a sus amigos caer muertos, ancianos, niños, mujeres, no tenían piedad.

- Basta – se tapó los oídos – paren

Sintió una mano coger la suya que la llevo hasta debajo de la mesa, era Tom cubriéndose también, esos idiotas no veían adonde apuntaban, la miro un instante, tenía los ojos llenos de lágrimas y lo vio con resentimiento y miedo, pues sabía lo que iba a suceder.

Después de cortos minutos ya no había voces de auxilio, ni gritos desgarradores, todo era silencio salvo por las carcajadas de los Mortifagos quienes veían con orgullo su obra.

- Mi señor somos nosotros – grito la hermana Carrow – salga, está a salvo, hemos venido para que retome su poder y acabe con los indeseables.

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