-Ella - dijo mi tia entrando abruptamente a la habitacion. Me abrazó y luego me miró a los ojos -¿Por que lo volviste a hacer Ella?
No sabia como responder. Estas cosas son dificiles de explicar, solo... pasan.
-¿Por que sigues haciendote esto? ¿Es que quieres volver a casa y regresar a tu terapista nuevamente?- dijo. Sus palabras dolían. Los terapistas son deprimentes, y mas aun mi casa. Estaba vacía.
-No, e-es que solo...- dije. No sabia que mas decir, no me salian las palabras -No puedo regresar, al fin tengo... ¿amigos?- dije algo incomoda. No sabia si eran mis amigos.
-Ella, estoy muy feliz que hayas construido tu vida aqui, que estas... iba a decir feliz, pero esto no es felicidad -dijo mirando hacia bajo, hacia mi brazo.
Lo escondi rapidamente contra mi.
-Entré corriendo a recepcion cuando me llamaron, maneje el camino de 3 horas en 1:30, cuando llegué todos los sitios de espera de este piso estaban ocupados. Y cuando el doctor salio a decir tu nombre, todas esas personas se pararon. Te estaban esperando - dijo y mi coracion se rompio. No se rompio por tristesa, si no por felicidad.
-¿En serio? ¿Como saben que estoy aqui?- dije y las dos volteamos a ver a Tyler. Cuando se dio cuenta que lo estabamos mirando nos sonrio como idiota.
-Tal vez estaba muy preocupado y no pude mantener mi boca cerrada - dijo rascandose la nuca algo avergonzado.
-¿Les dijiste?- dije un poco molesta.
-Si, pero nada de esto, les dije que algo que comiste el dia anterior estaba malogrado, pero que era muy grave - dijo un poco confundido. Se notaba que no la habia pensado bien.
-¿Quien esta aqui?- pregunté echandome en la camilla con cuidado de las agujas.
-Tania, Alex, Blaire, Emily, Bruno, Erik y Brian -dijo contando con sus dedos. No estaba seguro. - Brandom vino pero se fue porque Alex no lo queria ver.
-¿Asi que quieres hacer? - dijo mi tia. En verdad no sabia. No me queria ir, pero tampoco me queria quedar -Bueno, te lo voy a decir aunque no deberia. Hable con tu terapista y dijo que no te podia sacar de aqui, que si ya tenias amigos, no te voy a separar- dijo. Asi tendria mas depresion, se que estaba apunto de decirlo- Asi que, que tal si me quedo un mes en la ciudad. Te quedas en el internado, sigues con tu vida normal, pero alguien tiene que cuidar de ti. Facil un enfermero - dije e inmediato me negue- Alguien que se fije que comas todas tus comidas, que te de tus medicinas, porque las vas a tomar- dijo.
-No voy a aceptar um enfermero que me siga por el campus ni loca- dije negando con la cabeza.
-Yo puedo hacerlo -Tyler dijo y las dos volteamos a verlo. ¿Por que sigue aqui?
Se calló inmediatamente. Como un milagro, mi tia asintio.
-Esta bien, puede funcionar. Pero vas a ir al terapista una vez a la semana -dijo y gruñí -Vas a ir, y yo me voy a hacer segura que vayas- dijo y rodé los ojos - Y toma esta hoja- dijo y me dio una lista con dibujitos de pastillas de colores- Son las que tienes que tomar, la azul es para la depresion, te van a poner de buen humor, la blanca es para hierro, la rosada es para tu estomago, con barriga llena, y la amarilla con verde es vitamina - dijo y yo me quedé sorprendida - Son tres veces al dia todas
-Asi que voy a drogarme con la pastilla azul- dije incredula. Nunca tomaba las pastillas que me daban, las tiraba al basurero.
-No digas eso, es para ayudarte a sentirte de mejor humor- dijo y yo mire la hoja. Parecia una explicacion para una niñita. No soy una niñita.
-Esta bien- dije rindiendome. No es tan malo, digo, podria ser peor. O tal vez es porque hay alguien presente.
-Seguimos hablando despues. Tus amigos quieren entrar a verte - dijo y senti. Salio de la habitacion pero Tyler se quedó.
-Gracias por mentirle a mi tia... ella es algo sobreprotectora- dije seria.
-No estaba mintiendo Ella, me voy a asegurar que tomes tus medicinas, que comas todas tus comidas y que no hagas eso- dijo como si doliera -Nunca mas volvera a pasar- dijo y me quede sorprendida - Voy a estar aqui para ti Ella, te voy a ayudar.
Iba a decir algo pero se abrió la puerta.
-¡Ella! Estabamos preocupados -Tania dijo entrando a la habitacion con Alex detras.
-No pude detenerla mas - dijo Alex un poco agitada.
Las mire escondiendo mi brazo rapidamente. No queria que se enteraran de esto, de nada. Nadie se deberia enterar.
Se acercaron a mi y me abrazaron.
-Hola, estoy bien chicas - dije tratando de tomar aire. Se separaron y me miraron.
-Asi que ¿cuándo regresas al colegio?- Alex preguntó.
-No lo se- dije con voz baja.
-No creo que vuelva promto - dijo Tyler. Las dos se dieron cuenta que Tyler estaba ahi desde que entraron.
-¿Asi que ahora son mejores amigos?- Alex preguntó.
-Todo lasa muy rapido con ustedes, un dia se odian, otro dias son amigos, y despues son como hermanos - dijo Tania mirandonos. Acababa de mandar a Tyler a la friendzone.
Suprimi una risa. Y me miró con las cejas fruncidas.
-El doctor me dijo que va a ir al colegio esta semana, que va a estar desintoxicada- dijo mirandome.
Ah verdad, la mentira. Odiaba mentir, pero es necesario.
-Bueno chicos, necesita dormir, la hora de visita a terminado- dijo el doctor entrando a la habitacion.
* * *
Camine de la ultima hora de mi clase, con sueño. Necesitaba dormir. Salí de el hospital ayer. Y las pastillas que estoy tomando me dan cambios de humor. Me ponen de un extremado buen humor, por eso trato de tomarla una vez al dia. Si no saldrían caritas felices de mi boca y luces de mis ojos. La pastilla para el estómago me había chocado, me siento sedada.
Tania, Alex, Blaire y Emily me llevaron a tomar desayuno en la cafeteria del campus.
Ahora no tengo mada que hacer. Almorcé una ensalada, sin nada de hambre, me la tuve que empujar por la garganta.
Esta noche Tania y yo vamos a tener un maraton de peliculas.
Esta feliz de el echo que vine al internado, y Alex tambien.
-Ella- alguien me interrumpio los pensamientos. Me voltee y un agitado Tyler estaba parado en frente mio.
-Hola – dije y sonreí – No te preocupes, tome mis pastillas – dije pero me interrumpió.
-Eso no era lo que te iba a preguntar – dijo yo lo miré confundida. ¿Por qué otra razón me buscaría? – Queria preguntarte, querida Ella, si querias salir en una cita conmigo – dijo pasando sus manos por su cabello. Por primera vez desde que lo conozco, puedo decir que esta nervioso.
¿Qué?
-¿Qué? No puedo, Tania me pre-.-
-Esta bien, te recojo 7, usa algo comodo. Me tengo que ir, te veo a las 7 – dijo, me dio un beso en el cachete y se fue corriendo.
¿Qué acababa de pasar? Ya tenia planes con Tania.
Camine hacia mi dormitorio pensando en que acababa de pasar. Yo en una cita con ¿Tyler?. Es muy extraño. Además, estaba cansada por los medicamentos. Me hacia sentir mas sueño de lo que normalmente sentía.
Entré en el dormitorio y vi a Tania saliendo del baño.
A pasado un tiempo desde que no me corto. Una semana. Siento que debo controlarme y mantenerlo asi. Aunque tenga ganas, no puedo.
Tyler ha estado fijándose en mi antebrazo, piernas, etc, para ver que no haga nada.
-Hola desconocida, ¿lista para el maratón? – dijo saltando encima del sofá.
Voy a destruir su felicidad, no sabia como decirle. Iba a hacer una escena.
-Hay un problema, no puedo – dije y cerré mis ojos esperando su queja y sus gritos.
-¿Por qué? ¡Pensé que iba a ser una noche de chicas! ¿Qué es tan importante para cancelar un maratón de películas? – dijo cruzando los brazos enfrente de ella.
Dudé en responder. No quería que se emocionara ni nada por el estilo. La conocía, lo iba a hacer.
-Tengo una...- dije y bajé la voz lo mas que pude.
-¿Qué? – dije frunciendo el ceño.
-Tengo una cita ... - dije bajando la voz nuevamente. Sus ojos se abrieron como platos.
-¿Con quien?- preguntó emocionada. Miré hacia los lados dudando su en decirle.
-Con Tyler- dije finalmente mientras que tosía con la esperanza de que no entienda. Pero luego apareció una gran sonrisa en su rostro que demostraba que si había escuchado.
-O mi ¡DIOS!- dijo saltando. Rodé los ojos y caminé hacia mi cama.
-Pero tienes razón, ya te había dicho y habíamos quedado en que ibamos a tener una noche de chicas –dije escondiendo una sonrisa burlona.
-O no, vas a ir. Esto va a ser algo grande y especial – dijo y corrió a su closet – Tengo el atuendo perfecto – dijo sacando un simple vestido negro y unos tacones muy altos.
-No voy a usar tacones ni loca, además me dijo que me ponga algo comodo, asi que me voy a pone mi converse rojas – dije apuntando mis converses.
Abrió su boca para quejarse pero al final no dijo nada. Solo cerró sus ojos y tomó una bocanada de aire, y respiró profundo.
-Esta bien, aceptaré eso –dijo mientras que caminaba a su mesa de noche – Pero yo te maquillaré – dijo sonriendo con malicia. Tragué con dificultad y asentí. Que no me ponga como un payaso.
Cerré los ojos echándome en mi cama. Solo iba a descanzar los ojos un rato.
-¡Oye! – dijo y su voz me despertó -¿Qué eperas? Levantate – dijo y me jaló del brazo haciendo que me caiga de la cama. Gruñi del dolor y de la molestia y me levanté.
Tomé una ducha. Todo el tiempo en el que estaba dentro de la ducha no paraba de ver el escondite en el que estaba mi cuchilla escondida. No puedo, no debo. Me repeti mil veces en mi cabeza.
Desde ahora toda mi vida será diferente, muy diferente.
Tres horas después (si, tres malditas horas) estaba lista. Tania había laciado mi pelo con su plancha y me había pintado la cara con mi maquillaje. Aunque sea la pasamos bien, nos divertimos. A quien engaño, aunque sea ella la pasó bien.
Me puse el vestido que Tania me había sacado. Era pegado, hasta la mitad del muslo, y era de manga larga, negro. Pero tenia un corte, que havia que el cuello se junte con los hombros. Una ralla horizontal que dejaba mis clavículas, cuello y hombros descubiertos.
Tania tomó una foto, y automáticamente me tapé la cara.
-¡Oye! – dije tratando de quitarle el celular de las manos. Corrió hacia el otro lado del cuarto para que no la atrapara.
Miró la foto y lueg a mi – Te vez linda en esta foto, no la voy a borrar, perdón – dijo y se guardó el celular en su bolsillo.
-Te voy a-.- dije cuando unos golpes en la puerta me interrumpieron. Tania me sonrió y luego caminó hacia la puerta.
La abrió con una gran sonrisa, que se le borró al ver a la persona del otro lado.
-Hola chicas – dijo Sarah entrando con una inmensa sonrisa. Tiró su bolso en su cama y se volteó a verme –Que mal que ya regresaste del hospital – dijo y Tania le frunció el ceño en reproche –Ups, perdon, estoy muy feliz de que hayas vuelto. Por que tan...¿aseada? – dijo mirándome de arriba abajo.
Aj, esa perra.
-Va a ir en una cita - dijo Tania sentada en su cama con una sonrisa de superioridad.
-¿Una cita? – preguntó sorprendida -¿Con quien? ¿Sebastian el emo? ¿O acaso fue el apocalipsis y vas a salir con ese Nicholas, el chico malo, que se viste de negro? – dijo riendo –Ninguno de los dos aceptaría salir en una cita contigo – dijo y no nos permitió responder, porque entró al baño.
La odio. Rápidamente saqué una pastilla azul de mi pastillero y me la tomé con un poco de agua que me quedaba en un vaso. Iba a necesitar ese buen humor.
Tania abrió la boca molesta pero otros golpes en la puerta la interrumpieron. Caminó hacia la puerta y la abrió bruscamente.
-¿Qué?- dijo secamente y cortante. Luego vio a la persona que estaba parada – Tyler perdón, no sabia que eras tu – dijo cerrando la puerta y sacando su cabeza por un espacio que dejó –Ella sale en un segundo – dijo y sin mirarme señaló la puerta del baño, en donde estaba Sarah. Si descubría esto, se moriría. Asentí y salí de la habitación –Buena suerte- me susurró, lo que me hizo sonreir.
-Hola – dije cerrando la puerta detrás mio.
-Hola, estas son para ti – dijo y me extendió unos tulipanes naranjas, mezclados con unas blancas. Pude ver que sus ojos no habían salido de mi desde que Tania abrió la puerta.
-Gracias – dije y luego lo recordé, el libro –Espera, ¿de verdad leiste el libro? – dije sin creerlo. El asintió.
-Sip, se lo pedi a Tania hace una semana maso menos. Pensé en que los tulipanes naranjas se verían un poco potentes asi que los mezclé con blancos, pensé que te agradaría, y además, tengo otra sorpresa parecida.
-Obvio que si me gustan, es uno de mis libros favoritos – dije mirándolas.
-Me acuerdo que me lo dijiste. Y felizmente viniste con zapatos comodos, y no viniste con tacones – dijo mirando mis pies.
-Si, los tacones no son lo mio – dije mirándolo con una sonrisa. Los podía usar, pero enserio no eran ni mi primera ni segunda opción.
-Te ves hermosa – dijo sonriendo.
-Gracias, tu...¿también? – dije dudando.
Caminamos hacia el estacionamiento, cuando Tyler me hizo cerrar los ojos. Me subí en su auto y comenzó a manejar.
Me sabia de memoria la letra de todas las canciones que pasaban por la radio, asi que inconcientmente comencé a cantar. Cuando me di cuenta, paré y mis mejillas comenzaron a quemar. Sabia que me había puesto como un tomate.
-No pares – dijo y sentí como mi cara quemaba aun mas. Me había escuchado.
-No gracias – dijo volteando hacia la ventana. No podía ver nada por una bandana que me había amarrado en los ojos, pero no quería que Tyler vea mi cara roja de vergüenza.
-No pares por mi – dijo pero me quedé en silencio – Hello... it's me... - Tyler comenzó a cantar y yo me quedé con la boca abierta – I was wondering if after all these years you'll like to meet...- cantó y me reí. A la mierda con todo.
Comencé a cantar con él, y a hacer mímicas, no podía parar de reirme, aunque Tyler cantara muy bien. Cuando la siguiente canción sonó, cantamos los dos nuevamente. Cuando cantó la parte de rap de Shake it off, no pude mas, y exploté de la risa.
Después de unos diez minutos, el auto paró. Tyler abrió su puerta y luego la cerró. Trate de ver por debajo de la bandana, pero fue en vano. La puerta de mi lago se abrió y el cantante me ayudó a salir.
-Vamos – dijo y comenzó a caminar, agarrándome del brazo, guiándome. Después, tomó mi mano en la suya y seguimos caminando. Algo extraño recorrió mi brazo. Nuestras manos juntas, se sentía bien. Su mano era perfecta, encajaba con la mia.
-¿Ya estamos ahí?- pregunté. No me gustaba no poder ver nada.
-Se paciente, ya casi estamos ahí- dijo riendo. Esa risa, estaba tan acostumbrada a ella, y a sus sonrisas también.
Sentí el suelo mojado y esponjoso. ¿Estabamos en pasto?
Subimos unos cuatro escalones, en los que milagrosamente no me tropecé.
-Ahora estamos aquí – dijo colocándome en frente de él. Cuidadosamente me sacó la bandana de los ojos. Mi mandibula se cayó hasta el piso.
Era una pérgola blanca en forma de templete con rosas enredadas, una mesa con mantel blanco y dos sillas. Luces por todos lados, habían las que se usaban para navidad, pero de color amarillo, lamparitas. Todo tenía un tono calido.
Estábamos en medio de un gran parque, que no tenia acera, y al frente de nosotros había un lago, con patos.
-Esto es hermoso – dije mirando alrededor sorprendida.
-Es nuestra propia versión de Bajo la misma estrella – dijo sonriendo, al igual que yo. Esto es contagioso.
Nunca nadie había echo algo asi para mi.
Nos sentamos, y él sacó una canasta de picnic. ¿Nuestra Bajo la misma estrella? Esta va a ser una noche larga.