⭐Seudónimos del corazón.⭐
Me senté en la cómoda cama en la cual descansas al menos unas seis horas diarias, hasta cierto punto he llegado a dudar que realmente duermas, múltiples veces he fijado mi mirada en tu ser y puedo asegurar que en realidad te mueres murmurando cosas sin sentido por aquellas seis horas que a mi parecer son eternas.
Entras en tu recámara y puedo visualizar que tu expresión desborda cierta molestia hasta que la mirada que tenías se desvaneció al encontrase con la mía, algo no andaba bien, de eso estoy seguro.
—Yami, ¿Cierto?.—sonríes al término de pronunciar tus palabras que fueron dichas con cautela y sensibilidad. Un bello detalle que aprecio a pesar de que te encuentras molesto.
—Llámame como guste.— expreso sin interés ya que realmente me da igual como me nombres, para mi espíritu no es un tema relevante, llámame "guapote" si es que te agrada ése seudónimo. Te detienes a pensar unos segundos y al final expresas:
—Mou Hitore no Boku.— vuelves a sonreír al término, noto que realmente te gusta sonreír. Otro bello detalle que se ha sumado.
— ¿Disculpa?.— arqueo una ceja, siendo sincero me has sorprendido con aquél nombre, ahora noto las palabras me odian en éstas situaciones, porque me he olvidado de ellas y perplejo me quedé.
—"Mí otro yo".— haces un puchero explicando que significa el "seudónimo" que desprende hasta cierto punto cariño. Ahora cambias la expresión de tu rostro siendo este uno de entusiasmo encantador.
—Supongo que ahora me toca escoger uno para ti.— digo pensando que es lo que quieres darme a entender. Eres bastante extraño y detallista. Me agradas.
—¡Si!.— afirmas con emoción clara en tu tono de voz. Pienso unos momentos.
¿Qué nombre te puedo dar? Siendo sincero me gusta tu nombre. "Yugi" fácil de pronunciar y un significado bastante interesante.
Se me ocurre: "Enano" u "Ojón" pero es más que probable que tires el rompecabezas por la ventana. Me miras molesto, creo que mis pensamientos no los he dejado en "privado".
— ¡Oh,vamos! No iba en serio Aibou.— digo tratando de enmendar esta situación. Soy un idiota, cosa que ya sabía.
Tus ojos se cristalizan, comenzando a que cascadas de agua salada se deslicen por tus mejillas ahora coloradas. Extrañamente me siento mal.
—De verdad lo siento, no he tratado de ofender...— te me acercas con la suficiente distancia como para darme una paliza pero en cambio de ello recibo un abrazo de tu parte.
—¿Ah?.— expreso incrédulo.
—Me gusta...
— ¿Qué te gusta qué?.- pregunto, aunque ahora noto que el sonrojo en tu rostro se intensificó, tal vez porque te he correspondido el abrazo que me has plantado.
—Mi seudónimo...— susurras en mi pecho sin verme a los ojos. ¿Qué seudónimo? ¿Ojón o Enano? ¡Demonios de verdad no te entiendo!
Notas mi cara de confusión porque me lo dices al oído...
—"Compañero"
—Que bueno que te guste, Aibou...- sonreí de medio lado.
Aunque fue un accidente aquél seudónimo que te di, debo admitir que también me gusta pero no tanto como me gustas tú, mí "Aibou"...