Jesús.
Abro los ojos y veo a Martina con los ojos cerrados, su pecho sube y baja lentamente acompasado con su respiración.
Me acerco a ella y beso su mejilla.
Abre los ojos y me mira con una sonrisa.
-Buenos días- se frota los ojos
-Buenos días- me acerco a sus labios y dejo ahí un suave beso.
Se incorpora en el cabecero de la cama y remueve su pelo con su mano.
-No se que ha significado esto para ti, pero para mi ha significado mucho- sonríe tímida
-Ha significado más de lo que tú crees- acaricio su mejilla con mi mano.
Me besa con intensidad y yo la rodeo con mis brazos.
Al separarnos sus ojos brillan.
Brillan como la primera vez que nos besamos.
-Esto ha sido mejor que nuestro primer beso- sonríe y yo hago lo mismo.
Con primer beso ella se referirá al segundo que nos dimos, en la tienda.
-Aunque bueno, las circunstancias eran parecidas- ríe -hubo cervezas de por medio, pero fue en tu casa- mis ojos se ensanchan
-¿Te acuerdas de eso?- cuestiono sorprendido
-Me acuerdo tan bien como tu- me guiña un ojo y se levanta con la sábana cubriendo su cuerpo.
Se pone su ropa interior, al igual que yo, y deja la sábana sobre la cama.
-Tengo un dolor de cabeza impresionante- hace una mueca de dolor
-Se llama resaca- le bromeo y ella ríe, después me saca la lengua
-Ya sé que se llama resaca- rueda los ojos divertida -voy a tomarme un ibuprofeno-
Se dirige hacia su bolso y coge la pastilla.
******
-¿Qué hora es?- pregunta haciéndose una coleta
-Las diez menos diez- contesto mirando la pantalla de mi teléfono
-Joder que pronto es- murmura -¿hoy trabajas?- enfoca su mirada en mi
-Tengo el día libre hoy- ella sonríe con amplitud.
Se acerca a mi y me besa.
-Genial, porque yo en sábado no tengo que ir a la universidad- paso mi mano por su mejilla y su cara se vuelve roja
-Pues tenemos todo el día para nosotros- ronroneo en su oído y empiezo a besar su cuello.
Ella gime y eso me hace sonreír.
Yo le estoy provocando eso y no otro.
Estoy con ella.
Su mano izquierda me rodea atrayéndome más hacia ella y su mano derecha baja por mi abdomen llegando a mi entrepierna.
Le da un ligero apretón que hace que gruña.
-¿La princesa quiere guerra?- siseo pícaramente en su oído y muerdo su lóbulo
-La princesa es guerrera- contesta con una voz algo ronca.
Tras esas palabras en cuestión de segundos, ambos nos encontramos sin la ropa interior, está ella debajo de mi y yo colocándome un preservativo.
Me introduzco en ella con dulzura, encaja sus manos en mi espalda y rasguña ésta ligeramente.
Formo un hematoma en su cuello, y tras gemidos, jadeos y gruñidos, llegamos ambos al clímax.
Ella se recuesta en mi pecho y yo la abrazo.
-¿Tienes sueño?- pregunto apartando unos mechones de pelo sueltos que se han posado en su cara
-El buen sexo me cansa- me guiña un ojo y poco a poco empieza a quedarse dormida.
Yo no tardo mucho más en hacerlo.
******
-¿Y qué va a pasar ahora con nosotros?- cuestiona la morena después de besar mis labios castamente
-¿Tu qué quieres que pase?- mi pregunta le sorprende
-A mi me encantaría que estuviésemos juntos ¿sabes? Pero también entiendo que Gaby necesita a sus padres juntos y llevas muchos años con Lara- suspira pesadamente.
La miro, acaricio su mejilla y vuelvo a dejar mis labios sobre los suyos.
-¿Y tú, Jesús, qué es lo que quieres que pase?-
-Yo quiero dejar a Lara, estar contigo y poder decirte cada día que me gustas desde el primer momento en el que te vi. No me importaría perder la amistad de tu padre, incluso mi trabajo, si con eso estoy contigo. Esto es arriesgado, pero yo se que quiero estar contigo, Martina Llera, estoy seguro-
La castaña oscura me mira atónita y enseguida empiezan a brotar de sus ojos.
Mi primer instinto es abrazarla y besar su coronilla una vez está entre mis brazos.
-Joder como he soñado yo con esas palabras- dice secándose los ojos con la manga de su chaqueta
-¿Entonces, quieres algo entre nosotros?-
Me mira, sonríe y me besa.
-¿Contesta eso a tu pregunta?- me mira divertida, yo sonrío y asiento.
Nos volvemos a besar, pero esta vez de forma más intensa y duradera.
-Martina, solo te voy a pedir una cosa- voy a continuar la frase pero ella me corta
-Tiempo para dejar a Lara-
-Si- admito
-No te preocupes, no te voy a meter presión en cuanto a ese tema. Entiendo que lleváis mucho tiempo juntos y con una hija de por medio puede ser más complicado- coloca su mano encima de mi mejilla
-Gracias, amor- beso el dorso de su mano
-¿Amor?-
-Si. Mi amor-
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Entramos en la tienda, y gracias a Dios hoy no le toca turno a Damián.
A María del Mar se le ha acabado el turno y Mónica no entra hasta dentro de un rato, con lo cual está Carolina sola.
Termina de atender a dos chicos y fija su mirada en nosotros y en nuestras manos entrelazadas.
-Hola parejita- saluda sonriente
-Hola Carol- contesto de la misma manera y la morena hace un gesto con la mano.
Nos acercamos a ella y sigue mirándonos sonriente.
Aunque bueno, Carolina sabía que Martina me gustaba.
-Por lo que estoy viendo, por fin estáis juntos ¿o me equivoco?- enarca una ceja y Martina sonríe tímida
-Estamos juntos- beso su sien
-Por fin, anda que no os ha costado- los tres reímos -que si el uno le miraba el culo a la otra, que si la otra se mordía el labio cuando veía al uno. Habéis tardado mucho- niega con la cabeza divertida
-Tu, ¿Tu lo sabías?- cuestiona la de ojos marrones, atónita
-Yo sabía que te gustaba, y también sabía que a él le gustabas-
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Llego a casa, me cambio y me tumbo en la cama con una sonrisa.
Voy a estar con la chica a la que quiero.
Cojo mi teléfono y con una enorme sonrisa, llamo a mi hermano.
-Dime Jesús-
-Estoy con ella, Toni- hablo entusiasmado
-¿Con quién?- pregunta algo confuso
-Con Martina, estoy con Martina al fin- le aclaro
-Joder, Jesús como me alegro por ti, hermanito-
-Y yo, Toni, y yo-
-¿Ves lo qué te decía? En esta vida, si tú quieres, puedes. Y el que no arriesga, no gana-
Y cuánta razón tiene mi hermano.