Los labios de James no se alejaron del cuello de Sophie a pesar de que la morocha le pedía que esperara para así poder abrir la puerta de su departamento. Luego de varios intentos, finalmente logró su objetivo y ambos estuvieron dentro en pocos segundos, segundos en los que, él, sin perder tiempo, se ocupó de hacer desaparecer algunas prendas como su camiseta blanca y la blusa de ella. Una risa casi silenciosa salió de la chica al ver la prisa y desesperación por parte de su novio, quien ahora la alzaba entre sus brazos, haciendo que sus piernas rodearan la cintura de él.
─Calma, James ─murmuró ella aún riendo mientras dejaba algunos besos en el rostro del muchacho, dejando que éste la llevara a la habitación, donde luego la recostaría sobre la cama, sin él apartarse en ningún momento.
─Llevas casi toda la semana sin darme un momento así, no pidas calma, cariño ─murmuró él en respuesta mientras su boca viajaba por el torso semidesnudo de Sophie, causando que la respiración de ella cambiara el ritmo poco a poco.
Las manos femeninas recorrieron los musculosos brazos desnudos de ropa pero no de tatuajes, terminando en la ancha espalda que cubría el pequeño cuerpo de ella. Mientras, las manos de él se encargaron de desabrochar su jean y deslizarlo hacia abajo hasta que terminó en el piso, acompañado luego por un pantalón negro perteneciente al chico.
—Eres hermosa —le susurró él mirándola desde arriba, tomándose todo el tiempo necesario para recorrer su cuerpo con la mirada, lentamente. Dos simples palabras que en Sophie produjeron un rubor en sus mejillas, aunque tal vez fue la intensidad en la mirada masculina al decir aquellas palabras lo que causó aquel rubor.
Ella se cubrió el rostro con las manos ante la vergüenza, pero él enseguida corrió sus manos y las sostuvo a cada lado de la cabeza de Sophie, para así poder besar sus labios mientras reía por la vergüenza de su novia.
─Llevamos meses haciéndolo, deja la vergüenza ─murmuró con un tono burlón y sin apartarse.
─Cállate, me pones nerviosa ─susurró ella, haciendo un pequeño puchero luego.
Él se siguió riendo sin alejarse de ella, repartiendo besos por todo su rostro hasta que finalmente llegó a su cuello y dejó de reír para concentrarse en disfrutar cada segundo con ella, cada segundo de tranquilidad que tenía en su vida. Desde que estaba con Sophie podía tener algunos momentos de tranquilidad, cosa que antes no sucedía muy a menudo. Los labios de James bajaron hacia los pechos de Sophie mientras sus dedos desabrochaban el sujetador, liberando así los pequeños pechos de ella con sus pezones ya duros por la excitación. Él dejó besos sobre ellos, con alguna que otra mordida y chupetón, para bajar a su vientre, haciendo lo mismo hasta llegar a la tela de su braga rosada, la cual bajó lentamente con sus dedos. Sophie gemía bajo por los besos y caricias de su novio, ya que intentaba controlarse al darle vergüenza hacer mucho ruido. Jamás le había gustado el hacer tanto ruido al tener relaciones sexuales, y no entendía cómo había chicas que gritaban sin pudor alguno haciendo que los vecinos se enteraran de lo que estaban haciendo... O les estaban haciendo. Se olvidó de las chicas ruidosas cuando sintió algo frío pasar por su centro... Y la lengua de James. Oh, sí, ese bendito piercing que te hacía tocar el cielo. La lengua de su novio se movió unas cuantas veces sobre su delicada piel, haciendo rozar el metal en su lengua a propósito, sabiendo sus efectos sobre ella. Gemidos y jadeos imposibles de contener por parte de ella era lo único que se escuchaba en la habitación, hasta que él se levantó, provocando una pequeña queja en la chica.
James se levantó para tomar el paquetito plateado del bolsillo de su pantalón y luego, observándola con lujuria, quitarse el bóxer negro que ocultaba su erección. La mirada de ella bajó por unos segundos pero al instante subió la mirada a su pecho, a sus tatuajes, ya que tenía demasiada vergüenza como para mirarle a los ojos o allí abajo mientras él se colocaba el condón. Él sonrió levemente cuando las mejillas de su novia se tornaron rosadas.
Una vez listo, volvió a la cama con ella y se colocó entre sus piernas, dejando caricias con su mano libre y besos por el cuerpo femenino hasta llegar a su boca. Lentamente movió sus labios sobre los de ella, lentamente masajeó con su mano uno de los pechos de ella, lentamente se introdujo en ella. Esperó unos segundos a que el pequeño cuerpo se acostumbrara al intruso para poder moverse con cuidado, hasta que ella misma le suplicó entre gemidos que vaya más rápido, aumentando así los gemidos y jadeos por parte de ambos.
La mano que se encontraba sobre el pecho derecho de Sophie comenzó a masajearla con un poco más de presión, dos dedos tomaron su pezón para pellizcarlo y tirar de él de vez en cuando, causando una mezcla de dolor y placer que la ayudó a llegar al clímax varios minutos más tarde. Él siguió moviéndose y besando el cuello femenino por un par de minutos más, alcanzando finalmente su orgasmo con un gemido.
Dejó besos donde se encontraban sus labios apoyados y luego un camino de ellos hasta llegar a la boca de Sophie, quien sonrió levemente cuando sintió la boca de James sobre la suya.
─Te quiero ─le susurró él entre besos.
─Y yo a ti ─respondió ella sin dejar de sonreír y devolver sus pequeños besos.
Él salió lentamente de ella y se quitó el condón para hacerle un nudo y tirarlo en el cesto de basura del baño, volviendo a la cama despreocupado por su desnudez. Se encontró con Sophie ya debajo de las sábanas y esperándolo para dormir. Sin dudar, se metió bajo las mantas boca arriba, levantando un brazo para dejar que la morocha se acurrucara en su costado, con su cabeza sobre el pecho de él, y así quedarse dormida minutos después con ayuda de las caricias que él repartía por su espalda con sus dedos. Cuando notó que ella estaba completamente dormida, lentamente y con cuidado de no despertarla, se movió para salir de los pequeños brazos que lo abrazaban y así poder sentarse en la orilla de la cama, dándole la espalda a ella. Tomó de su pantalón la caja de cigarros y el encendedor; se llevó un cigarro a la boca y lo encendió para fumarlo en silencio y con tranquilidad, disfrutando del silencio y de la paz.
Dejando la caja con el encendedor dentro sobre la mesita de luz de Sophie, sacó su iPhone del pantalón negro y abrió la aplicación de WhatsApp, encontrándose con varios mensajes en el grupo que tenía con sus amigos.
Chase: Ya tengo lo de hoy. ¿Están seguros que será suficiente?
Luke: De última conseguimos más, tampoco es tan difícil.
Luke: O James nos consigue de lo suyo ;)
Melanie: ¿Qué cosa dicen que consiguieron para qué?
Chase: Lo de siempre, Mel... 🍁
Melanie: Son unos idiotas. Y ese es un emoji de mierda para lo que quieres decir.
Jackson: Bien que luego te la pasas genial, eh.
Melanie: Cállate.
Chase: Disculpe, policía de emojis. Dígale al que crea los estúpidos emojis que haga uno de la hierba.
Jackson: Bueno, bueno... Cambiando de tema, ¿mañana quién me acompaña a comprar las cosas?
Luke: ¿Acaso necesitas compañía para ir de compras? ¿No quieres que también vaya a hacerte compañía en tu cama ahora...?
Chase: JAJAJAJAJAJAJAJA. Claro, tú ve con él y yo voy a tu cuarto para hacerle compañía a Kiara... ;)
Jackson: ERES UN IDIOTA, LUKE. SIMPLEMENTE NECESITO UN AUTO Y EL PUTO DE JAMES NO SÉ SI MAÑANA ESTARÁ EN PLAN NOVIO GOBERNADO O NO.
Luke: QUÉ MIERDA ACABAS DE DECIR, CHASE. TE VOY A PARTIR LA CARA.
Melanie: SON INSOPORTABLES, NO LOS AGUANTO MÁS. ESTÁN A CINCO METROS DE DISTANCIA ENTRE CADA UNO. JÚNTENSE EN LA SALA A PELEAR, PERO DEJEN DE JODER POR ACÁ QUE ESTA MIERDA VIBRA CADA DOS SEGUNDOS E INTENTO DORMIR.
Chase: ...
Jackson: ...
Luke: ...
James reprimió una risa al leer los mensajes para no despertar a Sophie y se llevó el cigarrillo a los labios para inmediatamente teclear en la pantalla y enviar el mensaje en respuesta al de la chica: "Siempre supe que eras la única inteligente del grupo, nena."
En pocos segundos obtuvo una respuesta.
Melanie: ;)
Melanie: Ahora, hablen seriamente sin pelear o vayan a dormir todos.
Luke: Buenas noches, mañana hablamos.
Jackson: Sí, mejor... Buenas noches.
James: Hasta mañana.
Chase: Descansen.
James revisó la información de su último mensaje mientras daba caladas a su cigarrillo y dejaba salir lentamente el humo... Sí, ella lo había visto. Y estaba en línea.