Vida En La Preparatoria.

By Josevegajove

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Vida En La Preparatoria. Esta historia cuenta la vida de un joven adolescente de tan solo 16 años que recié... More

1. Presentación
2. ¡Estoy sólo!
3. Adiós chicos
4. ¡Malditas vacaciones!
5. Tú ¿qué haces aquí?
6. Todo por un beso.
7. Por fin se aclaran las cosas.
8. Sorpresa tras sorpresa.
9. Y pensar que te amaba
10. Te voy a extrañar.
11. No conozco a nadie.
Animales De La Selva Y Dos Ancianos.
Día Dos Y Ya No Aguanto.
¿Quienes Son Ellos?
¿Yo Qué Te Hice?
Regresan Los Tormentos.
Reencuentro Y Una Noche Muy Extraña.
Apenas Tres Días.
Un Nuevo Grupo Social.
Problemas Y Más Problemas.
La Llamada Y El Esperado Fin De Semana.
Un Pesado Amanecer.
¿Cuando Pararán Las Peleas?
Otra Ves Tú.
Tan Solo Una Mentira.
¡Qué No Digas Eso!
Un Buen Equipo.
Con Sueño Y En El Hospital.
El Primo Insoportable.
¿Vino En La Alfombra?
Accidente O Coincidencia.
El Paquete Y Planes Fallidos.
Llego El Día.
El Engaño.
El Nacimiento
Escogí a...
Mi cumpleaños en Hollywood
¡Party Rock!
40. Una verdadera historia
41. No es una película
43. Día de chicas, chicas al rescate y chicas en problemas.
44. Libre... ¿y ahora que?
45. Es Ramona no Cecilia... ¡ENTIENDES!

Odio Al Deporte.

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By Josevegajove

Samantha acababa de darme un beso, me asomo rápidamente a la ventana Aura ya se encontraba en el suelo esperado a mi ex, cuando esta por fin logra bajar sale corriendo para evitar ser vista Aura le sigue el paso, después de unos segundos las pierdo de vista y reingreso mi cabeza al interior de mi casa cuando me doy vuelta alguien estaba forzando la puerta para poder ingresar —¿Quién es?— pregunté pero nadie contestó —¿quien es?— volví a preguntar, pero nuevamente no hubo respuesta alguna, entonces lenta y sigilosamente me dirigí a la puerta para quitarle es seguro, al retirarlo la puerta se abrió de golpe y logro ver a Dane caer de cara —¡¿POR QUÉ NO ME AVISASTE QUE HABÍAS QUITADO EL P*TO SEGURO?!— comienza a gritar después de haberse levantado —Yo pregunté dos veces seguidas quien quiera entrar, ¿y contestaste?... no, así que cierra la boca— le dije con el tono más fresa y sarcástico que pude hacer.

(***)

Tiffany, Dane y yo estábamos esperando a mis padres en la sala mientras veíamos una película de suspenso, todo marchaba de maravilla hasta que cierta persona hablo.

—Mateo ¿con quienes estabas en tu cuarto?— Tiffany me ve de reojo —con nadie hablaba por teléfono, pero active el altavoz— dije de un modo que parecía bastante natural —¿entonces como explicas el que te hayan pedido ayuda para salir por la ventana?— se recarga hacía delante en espera de mi respuesta —¡aaah!, eso estudiaba mis líneas para una obra de teatro— si que estoy idiota —Dane ya cállate que no escucho nada— dijo Tiffany dándole un golpe en el hombro, continuamos mirando la película hasta el momento que llegaron mis padres, Tiffany sirvió la cena y al igual que el día anterior se marchó después de haber servido la comida.

(***)

Termino de comer y subo a mi cuarto para alistar la ropa que usaré el día de mañana, de ese modo si me llegara a despertar tarde no debería preocuparme por desidir qué usar, Dane entra sin haber tocado y se sienta al costado izquierdo de la cama —deberías tocar antes de entrar— le digo mientras intento escoger entre un pans o unos jeans —¿por que crees que debería hacerlo exactamente?— contesta defensivamente —pongamos un ejemplo— volteo a verlo —, un día como cualquier otro entras sin tocar y te encuentras a otra persona y a mi teniendo relaciones ¿qué harías?— se queda callado por un tiempo pensando su respuesta —después de pensarlo— hace una pausa de suspenso —he decidido que si te encuentras teniendo sexo con alguien que esté SUPER guapa me les uniría— al oír su respuesta busco un objeto que arrojarle, entonces veo uno de mis zapatos que por alguna extraña razón se encuentra en el mueble donde irónicamente debería estar una lámpara, no le tomó mucha importancia a ese asunto y le lanzó el zapato en la frente, termine de escoger mi ropa y bajo a darle de comer a Kirby que se encontraba en la veterinaria, mi perro se encontraba en patio trasero pero como el clima de California es impredecible comenzó a llover fuertemente —¿sabes qué significa eso Kirby?— el ni atención me prestaba, se encontraba más entretenido con su comida —¡hoy duermes en el cuarto de Tadeo!— siempre que llueve mi fiel mascota duerme en la habitación con mi hermano, ya que por algún extraño motivo no quiere entrar en la mía, Kirby termina si comida y comienza a subir por las escaleras, yo voy detrás suyo junto con su cama, cuando llegó arriba mi perro se encontraba rascando la puerta para que se la habrán, dejo la cama en el suelo para poder abrir, el perro entra corriendo y salta a la cama de Tadeo, en cuanto coloque la cama de mi mascota dentro, Dane llega al cuarto con su pijama puesta —¿qué hace el aquí?— dice bostezando al ver a Kirby —el dormirá aaaaqui— camine hacia la puerta —¡NO!— grita mi primo —, tu perro me odia— volteó y lo veo con una cara indiferente —¿sabes que ODIA más que a tí?— digo haciendo énfasis en la palabra "odia", y el niega con la cabeza —las noches lluviosas— me doy vuelta y terminó de salir, una vez en el pasillo comienzo a cerrar la puerta —SI TANTO LAS ODIA ¿POR QUÉ NO DUERME EN TU HABITACIÓN?— continuó cerrando mientras le contestó —porque... no sé, pero ahí de ti que el amanezca fuera— lo veo con odio —buenas noches— sonreí, termine de cerrar y me dirigí a mi cuarto para dormir.

Despierto muy temprano, me sentía tan cansado que cada intento de levantarme terminaba por tirarme de vuelta en la comodidad del colchón, cuando al fin logre levantarme y me pongo la ropa que había escogido en la noche, salgo al baño y me lavo la cara, me cepillo los dientes y como aún tengo el pelo corto no es necesario peinarlo, bajo a la cocina y Tiffany ya estaba cocinando —buenos días— dice la chef dejando un plato hondo con yogurt y granola —buenos días— contestó al mismo tiempo que me siento —¿cuando llegaste que no escuché que entrarás?— pregunté con la boca llena —no me oíste entrar porque entre por la chimenea— dice jugando, termine mi plato de yogurt y volví a subir, pero en esta ocasión no sabía el porque, no se si conocen esos momentos en los que buscan algo y al cabo de unos minutos olvidan por completo que hacían, de ser así eso me paso eso exactamente, bajo y recordé que no busque el celular por lo que tuve que volver a subir, ya con el celular y dinero suficiente estaba apunto de salir cuando Tiffany me para —Mateo espera, están reparando una calle y el transporte público está súper lento debido al tráfico— eso quiere decir que deberé tomar el metro, llegaré temprano el único inconveniente es lo mucho que este se llena —gracias Tiffany— salgo de la casa pateando y maldiciendo a la nada por el enojó.

(***)

Llegó temprano y camine a la parada del autobús para esperar a mis amigas, veinte minutos más tarde llegaron riendo como siempre, Alondra parecerá callada y sería, pero en realidad es un completo desmadre sólo debe tomar confianza, me les acercó y nos saludamos, caminos al lugar del cruce peatonal y debíamos esperar a que el semáforo cambie, nos encontrábamos parados esperando mientras los autos que pasan a alta velocidad causan que el viento que arrastran me de frío, la luz cambio a rojo y cruzamos la calle, yo me quejaba constantemente del frío —ahs, ¡ya cállate Mateo!— dice Alondra empujándome.

Intento no alterar me por eso, y de igual forma intento no caer debido al empujón, continuamos caminando pasamos al lado de una cafetería y no puede evitar leer el cartel "frape de galleta oreo" mi tipo de bebida fría preferida —¿Ana ya viste?— me detengo frente al cartel —ya se me antojó— digo palpándome el estómago.

—¿qué son exactamente?— pregunta Alondra, Ana y yo continuábamos observando el letrero así que le prestábamos mucha atención a nuestra amiga — ¿que son Anahi?— volvió a preguntar, en esta ocasión si la escuchamos y volteamos a verla —son café helado— le contesta Ana, el cartel tenía escritos varios tipos de bebidas, pero el que mas había llamado mi atención era el de galleta, tanto que sentía la necesidad de comprar uno —Ana, ¿que tal si compramos uno?— no podía disimular la emoción que sentía por probar esa bebida, podría decirse que mis ojos brillaban de la emoción, los tres entramos al pequeño local, dentro se encontraban dos personas, la que se encarga de atender a los comensales y una señora que le hace plática a la empleada.

Alondra y yo nos sentamos en un sillón, en lo que Anahí pregunta los precios, una e las paredes se encuentra pintada con pintura para pizarra y se encuentra apuntado la clave del wi-fi y varios garabatos, nombres, hojas de marihuana, y una infinidad de otras cosas, Alondra se levanta y se dirige a esa pared, toma una tiza y comienza a escribir, dejo de tomarle importancia cuando regresó Ana

—¿y entonces?— pregunté alargando la última letra.

—¿entonces qué?— contesta indiferente.

La observó fríamente —no me retes jovencita— intento no romper en risa —sabes a que me refiero.

Anahí se sienta y contesta mientras buscaba en su mochila —hay de $20, $30 y $40. Háblale a Alondra para decirle— continuo buscando entre sus cosas.

Me levanté y camine hacia la pared-pizarra para comentarle lo de los precios, después de hacerlo ambos regresamos a la mesa para buscar el dinero, una vez reunido el dinero Anahí regresa al mostrador para comprar los frapes (dos de galleta y uno de café para Alondra), me había hartado de esperar así que saque mi celular del bolsillo y escribo la cable que está escrita, cuando está se conecta entró rápidamente a mi facebook, el celular vibró y en la barra de estado aparece una notificación "dos mensajes nuevos de Tadeo", ignore la notificación y continúe con mis asuntos entonces Anahí regresa y nos dice:

—Mateo, Alondra... hace falta dinero— desvía la mirada de nosotros

—¿por qué?— pregunta Alondra

—Me confundí y no cuestan $20, son de $30 en adelante— contesta sin más

—¡Hay niña!, nunca pones atención— digo en un tono de burla

—si lo hago, pero se me olvidó cuando comenzaste a molestar

—jajaja... Ahora yo tengo la culpa de todo— comente sarcásticamente —¿ya que podemos hacer?. Nada, solo pagar lo que falta

—yo ya no tengo más dinero— interviene Alondra

Volteo a verla y algo me hizo tener algo de compasión por ella, y me dispuse a pagar lo que le faltara «adiós dinero» paso el pensamiento en mi mente, pero a pesar de ello pague lo que falta, tanto mío cómo lo de Alondra.

(***)

Salimos del local con los frapes en mano, pregunté la hora y yo mismo revise mi celular para ver, después de ello les menciono a mis amigas la hora (07:40 de la mañana, algo tarde para subir a pie) Ana propuso que subamos en taxi y nos pareció perfecto en ese momento, en menos de 10 minutos ya estábamos en la preparatoria, en esta ocasión no fuimos directamente al salón de clase, no esta vez tomamos una desviación para poder pasar un poco de tiempo juntos y disfrutar de nuestras bebidas, saque mi celular, le tome un par de fotos a Alondra y de paso me saque un par de selfies, el aire comenzó a correr con más fuerza, una de las palmeras que se encontraba cerca nuestro bailaba con el correr del viento.

—Ana, la palmera se te va a caer encima— río bruscamente —te vamos a extrañar.

—No solo me caería a mi, tú también estás en la posición en la posiblemente caiga.

Continuamos discutiendo, cuando después de un rato suena el timbre de entrada y mis amigas se dirigen a su salón y yo al mío, estaba subiendo las escaleras cuando de repente comienzan a bajar todas la personas que se encontraban arriba, me apego a la pared para no tropezar con alguien, a unas personas de mi posición se encontraban bajando Alisson y Anton, me les uno y comienzo a bajar con ellos.

—Hola, que dijeron— saludo a ambos

—Nada solo que bajemos a las canchas— me contesta Alisson —hubieras visto la cara de Anton cuando vio un vídeo que le enseñé— se ríe y Anton se estremece al recordarlo

—Si, era una muchacha a la que la violan unos tentáculos y...— vuelve a estremecerse y deja de relatar.

—O-DI-O EL DE-POR-TE— comento al bajar por otras escaleras que se encuentran cerca del área deportiva —en especial el fútbol, no se que tiene de divertido correr detrás de un balón como retrasado de un lado a otro.

Alisson asiente dándome la razón, Antón reflexiona respecto a mi comentario, al final asiente y me da la razón, les expliqué que mi odio no es el deporte en si, sino más bien el sentimiento de suciedad, el sentirse pegajoso y andar por ahí oliendo a sudor. Nos adentramos al área deportiva y desde lejos distingo a mis amigas de secundaria, me despido de Alisson y Antón, después corro hasta alcanzar a Anahí y Alondra.

Llego con las chicas, y nos dirigimos a las gradas par ver jugar a algunos equipos que se inscribieron el día anterior, detrás jugaban basquetbol y lo que estábamos por ver era mi "deporte preferido (fútbol)", comenzaron a jugar y uno de los primeros equipos se conformaba por compañeros del grupo de las chicas que me hacen compañía en este instituto de m*erda, el sol me pegaba directamente en la cara, meto la mano a mi mochila y saco mis gafas oscuras para pasar por alto ese inconveniente, Alondra se encontraba a mi lado, además la plática que entablaban ella y Ana parecía entretenida, así que me recosté en las piernas de Alondra y me dediqué a simplemente escuchar.

—y entonces el estaba ahí— dice Anahí —y me dio tanta risa.

—le hubieras dicho algo— le dice Alondra

—¡NO!, me muero en ese instante— dramatiza y se tapa la boca, como yo no entiendo sus claves me incluí en su plática tarareando la marcha fúnebre

Las chicas se quedan calladas por unos segundos, para después continuar su plática, al no tener la mínima idea de lo hablan continué observando a los estudiantes jugar un deporte tan absurdo, el sol comenzaba a calar y estar bajo el sol, tampoco es una de mis actividades preferidas, pobre de mi si viviera en el planeta de Luke de la película del la guerra de las galaxias. mi celular vibra dentro de mi bolsillo un par de veces, al revisar la notificación era un mensaje del único hermano que tengo afortunadamente.

—Hola Mateo, Feliz casi cumpleaños— decía el mensaje que envió —,me gustaría estar contigo el día de mañana, pero de seguro tu y Dane se la pasaran bien juntos

—No creo que Dane este bien a mi lado— le conteste de vuelta—, ya sabes soy una bomba de tiempo activa.

Espere por unos minutos a que Tadeo contestara, pero no fue así, voltee a ver a las chicas y ellas continuaban platicando con sus claves, pensar que hace unos meses nos contábamos todo y ahora que nos separamos en la preparatoria nos escondemos cosas o debemos tener claves para esconder ciertos asuntos, me desespere de solo ver jugar a aquellos, jóvenes además el sol seguía dándome en la piel expuesta de mis brazos por lo que comenzaba a arder y no pasaría mucho antes de me quemara y la piel quedé enrojecida.

—¿Podríamos irnos a un lugar con mas sombra?— pregunte al mismo tiempo que guardo mis cosas.

—No creo que podamos salir de las canchas; es decir, por alguna razón nos mandaron a este lugar— menciona Anahi volteando a ver los alrededores— también quiero salir de aquí pero no se si nos dejaran.

Impaciente volteo a ver las entradas y salidas, puedo observar como entran y salen estudiantes del área deportiva como perros por su casa, después de haber visto que podíamos salir volteo la mirada hacia Ana y sonrió en un gesto invitación a seguirme, me levanto tomo la mochila y camino sin voltear atrás. A unos minutos después me alcanzan Alondra y Ana, justo a tiempo para salir de las estúpidas canchas deportivas.

—Bien ya salimos, ¿pero a donde vamos?— pregunto Alondra, nos detuvimos a pensar, le propuse ir al comedor y después podríamos decidir donde pasar el rato. Al llegar a la cafetería busco dinero para comprar unas papas, y al decir comprar me refiero que mandaré a mi "sobrina" Anahi.

—Ana, ¿podrías comprar unas papas para mi?— digo con un tono gentil e inocente.

—¿Y yo por que?— reprocho —¿acaso tengo cara de sirvienta?

Callo por unos segundos —plissssss, me las compras y te quiero más que ayer— pongo ojos de perrito.

Anahí bufa —no se porque te hago caso— voltea los ojos y dice —ya dame el dinero

Le entrego el dinero, agradezco y le pido que también me compre un jugó en cuanto se retira Alondra comienza a buscar en su mochila dinero para comprar y se encamina al mostrador junto a Anahí, después de su regreso lo primero que abro es el juego, salimos de la cafetería para comenzar a caminar sin destino alguno simplemente caminábamos, por unos de los pasillos nos topamos con Alisson, Antón, Diego y los dos Carlos, mis amigas siguen caminando en cambio yo me detengo a saludar.

—¿ y esas gafas?— pregunto Diego en tono de burla.

—Mis ojos son sensibles a la luz del sol— veo a lo lejos a mis acompañantes y me apresuro a despedirme —bueno bye, me están esperando.

—¿Quien tu novia?— Antón pone una mirada pícara.

Me detengo y doy vuelta hacia ellos —¿cual novia?

—La chica del pelo largo y liso— señala a Alondra —, siempre están juntos y pelean por todo.

—No es mi novia, es mi amiga desde la secundaria, si fuéramos novios desde cuándo habríamos terminado— le comenté y me retiro del área. Llegó al sitio donde me estaban esperando Anahi y Alondra y comenzamos a caminar nuevamente por los pasillos del instituto justo como lo hacíamos en la secundaria, solo faltan unas cuantas personas con nosotros para estar completos, caminábamos cerca de los baños hasta que Alondra, se detiene y pregunta algo sensato.

—¿A dónde vamos?— pregunta Alondra —llevamos rato camino sin llegar a ningún lado.

—No Se, yo las venía siguiendo— le contesté con la boca llena.

—¿Enserio?— pregunta Ana sorprendida —, yo te venía siguiendo a ti.

Nos quedamos ahí parados discutiendo sobre aquel asunto por no más de unos cuantos minutos, en la pared que se encuentra fuera de los baños se encuentra un gran espejo así que tome el celular y le saque a Alondra un par de fotos frente al espejo, entonces ella me pidió el celular para seguir tomándose fotos y con gusto se lo entregue, yo y Anahi tomamos asiento en unos lavabos en muy mal estado y comenzamos a platicar sobre las caricaturas viejas que son mejores que las adaptaciones modernas, cuidando que ningún prefecto o encargado de limpieza nos viera ahí sentados.

(***)

Permanecimos en ese lugar por unas horas platicando, junto con nuestra amiga fotogénica (Alondra), que después de haberse tomado varias fotos, incluso unas cuantas dentro del baño de damas decidió sentarse con nosotros e incluirse en nuestra plática, que para ese entonces había cambiado a series de televisión canceladas.

—"Sam y Cat", fue cancela por disgusto de Jannette McCudy, en cuanto a la paga de Ariana Grande ya que está exigía una paga más grande por realizar la misma cantidad de trabajo que Jannette— Dije mientras platicaba por facebook con Tadeo.

—Yo escuché, que la cancelaron por que Jannette le tomo una foto al perfil izquierdo de Ariana— comento Alondra —, y está se disgusto y renunció.

Mientras platicábamos, olvidamos observar que no se acercara ningún prefecto o encargado de limpieza, por lo que cuando menos no lo esperábamos un conserje se nos acerca y nos hace bajar del lugar en el que nos encontrábamos sentados y nos amenaza diciendo que nos vuelve a encontrar ahí sentados nos pondrá a limpiar los baños, los tres nos retiramos del área aguantando las ganas de reír y yo las ganas de querer decir todos lo que pasaba por mi cabeza «ja, si apenas limpio los baños de mi casa, ¿que le hace pensar que voy a limpiar los de la escuela?» pensé y se dibujó una sonrisa en mi rostro que quite rápidamente.

Caminamos hasta salir al patio, que se encuentra casi en soledad, llegamos a una banca que está bajo la sombra de los árboles, tomamos asiento y dejamos las mochilas a un lado, entonces repentinamente estallamos en risa, cuando callamos Anahi dijo algo muy sensato.

—Deberíamos comprenderlo habiendo tantos lugares donde sentarse fuimos y nos sentamos en ese lugar.

—Touché— dije asintiendo con la cabeza lentamente.

Justo en ese momento uno de los prefectos pasaba a nuestro lado hablando por teléfono, de entre todo lo que estaba diciendo mis oídos detectaron una frase que me hizo saltar de alegría: —¿Entonces no habrá clases durante la próxima semana?, cuando se encontraba lo suficientemente lejos como para oírnos, comenzamos a asegurarnos de haber escuchado bien.

—¿Escucharon lo mismo que yo cierto?— pregunté con emoción.

—Si escuchaste que no habrá clases la próxima semana entonces si— me contestó Alondra.

—Que suerte, ¡aaaah! me levantaré tarde todos los días, e iré a visitarte— dije al mismo tiempo que me recostaba en las piernas de Alondra.

—¿Que hora es?— Pregunta Ana fatigada.

Revise la hora en el celular —falta solo media hora para poder irnos de este lugar— después de eso nos quedamos en ese lugar sin decir nada, solo en espera de poder salir de la escuela.

(***)

Nos encontrábamos en la entrada a solo unos minutos de que abrieran la puerta un prefecto de una edad un poco avanzada se encuentra dando el aviso del que yo y mis amigas ya sabíamos por accidente, cuando termino de dar el anuncio, se abren las puertas y todos los impacientes comienzan a salir a empujones por la puerta, yo y mis acompañantes nos quedamos parados esperando a que la multitud de personas disminuyera de tamaño cuándo eso ocurrió salimos y tomamos rumbo a la parada del camión a un ritmo relajado, lo que me beneficia en este momento ya que no quiero llegar a mi casa tan rápido, en el camino la luz del sol lástima mis ojos aún con las gafas oscuras puestas además mi piel se enrojecía poco, por ese motivo no suelo salir de día y las pocas veces que lo hago suelo usar, camisas de manga larga o una sudadera sin importar cuanto calor haga, así que me puse el suéter para cubrir mi piel expuesta y evitar quemarme, una vez que llegamos a la parada se encontraban muchas personas en ese lugar, entonces les propuse a las chicas ir a nuestras casas en metro ellas aceptaron, por lo que tuvimos que caminar hasta la estación. En el camino pasamos frente a una frutería, en la cual venden distintas bebidas, comidas y botanas, claro y fruta.

—Deberíamos pasar algún día a comprar algo— propone Anahi.

—Si, el día que ustedes quieran podemos pasar y comprar algo— dije con la visita pérdida.

—Pero que sea improvisado, ya que cuando planes las cosas no siempre salen como se esperaba— dice Alondra adelantándose en el camino.

Llegamos a la estación del metro y después de haber pagado esperamos a que llegue el tren, que a decir verdad se encontraría más vacío que el camión, tan solo unos minutos más tarde este llegó y tal como pensaba se encontraba casi vacío, entramos y tomamos asiento juntos, me pongo los audios y reproduzco la música, pierdo en sentido por un momento, cuando desperté el tren se encontraba cerca de mí parada, así que pause la música y guarde los audífonos, cuando el tren se detiene me despido de las chicas y espero a que las puertas se abran, al bajar junto con un par de personas solo falta que camine unas calles para llegar a mi casa.

(***)

Lo primero que veo al llegar, es a mi primo tomar el sol en el patio principal como si estuviera en Miami, camino intentando ignorarlo y queriendo borrar esa imagen de mi mente, entro y subo las escaleras corriendo para llegar al cuarto de mis padres y poder tomarle una foto a Dane desde la ventana, se que quería olvidar haberlo visto así, pero la foto me serviría para futuras extorsiones, una vez tomada camino lentamente para no hacer ruido o tropezar con algo y poder salir desapercibido de la habitación, pero por accidente dejo caer una pila de libros de la mesa de lectura de mi madre.

—¿QUE FUE ESO?— grita Tiffany desde la cocina —¿MATEO ERES TU?

Rejunte los libros y los coloque en su lugar, salgo del cuarto y lo cierro con cuidado —SI TIFFANY, SOY YO ME TROPECÉ SUBIENDO— conteste fingiendo dolor, entre a mi habitación y arroje la mochila a la cama, bajo a la cocina y después de haberme lavado las manos tomo una manzana verde del frutero, observo por la ventana de la cocina que tiene vista al patio trasero y siento un silencio perturbador, voltee para ver a la cheff y está se veía no necesariamente bien.

—Tiffany, ¿estas bien?— pregunté con un tono de consuelo

Ella voltea y finge una sonrisa —¿por qué no habría de estarlo?— la sonrisa falsa se pierde poco a poco.

—El hecho de que "sonrías" no quiere decir que estés bien— dije desanimado —, créeme siempre que estoy mal hago eso y me sale mucho mejor que a ti.

Sus ojos se cristalizaron y evade el contacto visual conmigo, para que después se escuche como intenta esconder su llanto, al verla así me recordó el día que me enteré que Samantha había besado a mi mejor amigo, y el sentimiento que me trajo esa noticia.

—¿Tienes novio?— pregunté temeroso.

—Tenía— contestó limpiando sus lágrimas —el bastardo termino conmigo por una estupidez.

—¿Te.... negaste a acostarte con el?— dude al comenzar la pregunta.

—No, no fue eso...— inhaló mucho aire —me negué a acompañarlo a un partido de béisbol, entonces se molestó conmigo, intento golpearme...

Tiffany comenzó a llorar nuevamente, y yo llore con ella —¿entonces que pasó?— pregunté entre lágrimas para saber de una vez por todas que le perturba.

—Nada termino conmigo, después de confesar que se había acostado con mi hermana y me corrió de su casa— intento retener el llanto —y no se donde dormiré, donde viviré. Tal vez deba renunciar y volver con mi madre y su esposo a Texas.

Permanezco en silencio, le doy unas cuantas palmas en su hombro para darle a entender que puede contar conmigo —veras en la casa hay dos cuartos de invitados y las recamaras de empleados, que en realidad no se utilizan, mis padres te dejarán quedarte si les cuentas— le comento y la abrazo.

—No me gustaría abusar de ustedes— se aparta de mi lentamente.

(***)

Mis padres llegan unas horas más temprano, Tiffany se encontraba cocinando todavía así que sin que ella supiera le comenté a mi madre su situación y está a su vez se lo dijo a mi padre, después de que ellos lo conversaran mi madre entro en la cocina y comenzó a servir los platos, a la hora de la cena Tiffany comió con nosotros y se le podía ver que se encontraba más tranquila. Al terminar la cena mi padre la llevo en su auto por sus cosas por lo que me sentí más ligero y después de haberme bañado me quedé leyendo en mi cuarto con las cortinas abiertas, de esa manera podía ver la luna y las estrellas, incluso la más brillante de ellas.

Narra Tiffany:

Mateo fue muy considero al pedirle a sus padres que me permitieran vivir en su casa mientras consigo otro lugar en que establecerme, el padre de Mateo me comenta que mañana será el cumpleaños de su hijo y quería que le prepara un pastel de chocolate el cual es el preferido de ambos. Llegamos a la casa de mi ex novio André y bajo del auto, camino hasta la puerta y entro sin tocar la casa se encontraba a oscuras, algo inusual porque para esta hora André ya debería haber llegado me encamino a la habitación para tomar mis cosas, pero desde que subía las escaleras escuchaba unos gemidos de gozo que provienen de uno de los cuartos de invitados quería ignorarlos, pero dicen que la curiosidad mató al gato así que me asome ligeramente por la puerta que se encontraba emparejada y vi lo que menos esperaba, André y a mi hermana Carolina revolcándose como animales en la cama que yo usaba cuando André se enojaba conmigo, me cubrí la banca con la mano para que no me escucharán.

Llegó al armario de la habitación principal, tome una maleta y comencé a meter en ella todas mi pertenencias para salir antes de que André terminara y tuviera la necesidad de venir aquí, cuando me encuentro por salir André me detiene tomándome del brazo.

—Sabia que volverías Tiff— intenta abrazarme , pero me aparto —¿que traes en la maleta?

—Mis cosas, hoy mismo me regreso a Texas— le dije balbuceando y cabizbaja.

—Tiff, podemos intentarlo otra vez— me toma del mentón y levanta mi rostro —dame solo una oportunidad más.

—¡NO!, lo nuestro no es sano— giro la cabeza para librarme de su agarre —me haces daño cada vez que te enojas y yo no lo puedo soportar.

—Pero, mi vida nunca me quieres acompañar a ver ningún deporte— me toma con más fuerza del brazo —YA NO SE COMO HACERTE FELIZ.

Logro hace que me suelte y lo veo a los ojos —mi padre murió solo por culpa del deporte, yo no quiero tener nada que ver con esas actividades— tomo la maleta y salgo corriendo de la casa, el padre de Mateo me esperaba afuera, el hombre guardo mi maleta en lo que me subía al coche.

—¿Estaba el ahí?— pregunto con la vista en el camino.

Callepor unos segundos —si, pero le dije que me iría a Texas para que no me busque—me sentí aliviada el resto del viaje.

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