HERMIONE P.V.O
Cuando he salido del baño, Draco se había quedado dormido sobre mi cama. Su túnica y jersey estaban tirados en el suelo, junto a los zapatos. Me acerqué despacito. Nunca le había visto dormido, por lo que aquello era nuevo para mí. Me senté a su lado y me quedé extasiada mirándolo. ¡Parece tan inocente cuando no está a la defensiva! Cuando duerme deben de ser sus únicos momentos de paz. Siempre se le ve en tensión, incluso cuando se supone que está relajado. Lo sé porque siempre hay un pequeño detalle que le delata: la sonrisa de medio lado, el levantar la ceja cuando algo aparentemente le sorprende, el quedarse mirando fijamente a las personas... Mil y un detalles que le hacen único.
-Como sigas mirándome de esa manera, me vas a desgastar. -Ni me había dado cuenta de que estaba despierto.
-Lo siento, no quería despertarte.
-No estaba dormido realmente. -Se ha sentado para verme mejor- Si lo pienso, nunca duermo totalmente.
-Eso es imposible, o se duerme o se está despierto. Nadie duerme a medias.
-Yo sí -me ha sonreído con petulancia- Puedo estar soñando algo, pero a la vez soy consciente de lo que me rodea. Siempre lo he hecho, pero en los últimos meses lo he convertido en todo un arte.
Me ha dolido cuando ha mencionado su situación tan a la ligera. A veces me preocupa que no se tome su seguridad demasiado en serio. Dí un bote cuando me cogió la mano.
-¿Asustada, Granger?
-Tienes las manos heladas.
Me ha soltado y se ha levantado. ¿Se va a ir ya? La sala común aún tiene que estar llena, es demasiado pronto para irse a dormir. Me ha sonreído, como si hubiese leído mis pensamientos.
-Si no es mucha molestía, me voy a dar un baño.
Y se ha ido, dejándome con la boca abierta. Mientras oía el agua correr, mi imaginación se ha disparado. ¡Cielos, Hermione! Contrólate. Sólo se está bañando. "Ya, pero eso implica..." esa parte de mi mente ha cobrado vida de sopetón. No, no implica nada. "Lo que tu digas, maja. Pero piensa...". Nada, no pienso nada. "Malfoy... la bañera..."
Me he levantado y he empezado a recoger la habitación. A ver si haciendo algo destierro estos pensamientos. Parezco tonta, discutiendo conmigo misma. Cuando he tenido el jersey de Draco entre mis manos no he podido evitar olerlo. ¡Me encanta! Aún conservo su capa en una caja en mi armario. Con un hechizo he conseguido que su aroma no desaparezca. ¿Puedo ser mas cría? Imposible. Creo que he llegado al límite.
-¿También voy a tener que regalarte el jersey? Mi madre va a pensar que me estoy volviendo un desastre con mis cosas.
He soltado la prenda de golpe, avergonzada. Cuando me he dado la vuelta, me he quedado sin respiración. ¿Por qué tiene que ser tan endiabladamente guapo? Ahí le tengo, vestido sólo con un pantalón, con el pelo mojado totalmente despeinado, con esos abdominales y pectorales tan perfectos.... Me he girado corriendo.
-¿Sabes que eres bastante graciosa a veces? -si, lo que él diga, pero no puedo verle así. De repente le tenía abrazándome. ¿Cómo hace para moverse así de rápido?- ¿Te estás sonrojando, leoncita?
-¿Yo? No, para nada -creo que mis mejillas al rojo vivo dicen todo lo contrario.- Lo que pasa es que me sorprende lo cómodo que te has puesto enseguida.
-Es toda una novedad. Por lo menos no hay una docena de histéricas a mi alrededor. ¿Sabías que por mi sala tengo que ir complétamente vestido para que no me asalten?
-¿Es que los de Slytherin os paseais desnudos por vuestra sala? -Me he girado para verle la cara. Sonreía.
-No, pero tampoco vamos como monjas, tapados hasta el cuello, como haceis los virtuosos leones. -Me ha besado la frente y ha vuelto a tumbarse a la cama.- No irás a decirme que nunca has visto a Potter o a Weasley sin camiseta...
-Pues... -ahora que lo pienso, nunca lo he hecho.- No, la verdad es que no. Ni a ellos ni a ningún otro chico del colegio...excepto a tí.
-Es que soy un desvergonzado -Ha palmeado la colcha. Casi corro para tumbarme a su lado.- ¿Tardarán mucho tus leones en irse a dormir?
-No lo sé. Normalmente los últimos en acostarse son Ron y Harry, pero como...
-Ya. bueno. Si no te importa voy a dormir un poquito antes de irme. -Se ha acurrucado junto a mí mientras me pasaba un brazo por encima del estómago- Se está tan agusto aqui....
Y ya no ha dicho nada más. Tengo que reconocer que me acostumbraría rápido a esto. Creo que yo también voy a dormir un ratito.
DRACO P.V.O
He abierto los ojos cuando alguien me ha sacudido suavemente del hombro. Al principio no he sabido muy bien dónde estaba, pero luego la he visto a ella, ahí dormida, y lo he recordado todo. Me he soltado con mucho cuidado de su abrazo y me he girado para ver quién me ha despertado. ¡La pelirroja!. Sin hacer ningún ruido ha señalado la puerta con la cabeza. Me he levantado y he cogido mis cosas. Antes de irme le he dado un beso en la frente a Granger, que ha sonreído en sueños. ¡De verdad que resulta muy graciosa a veces!.
La pelirroja me ha precedido hasta la sala común , que estaba completamente vacía. La única luz provenía de la chimenea. La chica se ha sentado en una butaca y me ha señalado la otra. Mientras terminaba de vestirme no ha dicho ni pio. Me he sentado donde ella me ha dicho y he esperado en silencio. Una de las cosas que he aprendido últimamente es a ser muy paciente.
-¿Qué hacias ahí arriba? -directa al grano.
-¿No lo has visto? Creo que estaba durmiendo. -me ha soltado un bufido.- ¿Qué hacias tú ahí arriba?
-Normalmente Herm suele estar despierta a estas horas, estudiando. Cuando no puedo dormir voy a su habitación y hablamos de todo.
-Y hoy te he fastidiado la charla.
-Puede. Pero no es de eso de lo que te quería hablar, Malfoy -se me ha quedado mirando fíjamente- Como podrás imaginarte, Herm me lo cuenta todo -no he podido evitar un quejido bajo- sé lo de ... -ha señalado mi brazo izquierdo- Y todo lo demás. Si te soy sincera, al principio no me creí lo que me contó sobre tus.... cicatrices. Pero ahora que las he visto, veo que me ha dicho la verdad.
-¿Acaso te preocupa mi salud, Weasley?
-Me preocupa mi amiga, Malfoy -me ha sonreido pícaramente- Cuando he entrado ahí y os he visto a los dos en la misma cama, he pensado que.... Pero luego me he dado cuenta de que estabais vestidos, así que no podría haber sido eso.
Para ser una chica tiene una mente vastante calenturienta. Ese comentario me lo habría esperado de Potter o del pelirrojo, pero de ella.... con ese aspecto tan frágil que tiene. Ha debido de leer mis pensamientos en mi cara porque se ha reído.
-Tengo seis hermanos. A la fuerza tengo que ser tan desvergonzada, Malfoy. -no he podido evitar reirme- Lo que me preocupa es que le hagas daño a Herm por culpa de las otras chicas.
-Eso ya lo hemos aclarado entre nosotros. Le he dado mi palabra de que no habrá nada más que besos entre ellas y yo y así será. Yo nunca miento, Weasley.
-Ya. Los Malfoy siempre cumplen sus promesas. O al menos eso hacían ....
Me he puesto de pie, molesto por su comentario. Hasta ahora la conversación había ido muy bien, pero su bocaza la ha perdido. Me he puesto la túnica y he caminado hacia la salida. Sin volverme,le he espetado:
-Se os da bastante bien el etiquetar a la gente, Weasley. Pero tened cuidado, porque el día que os pongan a vosotros la etiqueta puede ser el último de vuestra vida.
Y me he marchado de bastante mal humor.
HERMIONE P.V.O
Cuando me he despertado Draco ya se había ido. Me he sentido mal por ello. Me hubiera gustado tenerle ahí al abrir los ojos. Pero claro, no podría hacerlo. ¿Y cuando bajasemos a la sala común? No le veo yo saludando a todos mis compañeros como si tal. Aunque siendo él.... Cualquiera sabe. Me he vestido rápidamente y he bajado a la sala común. Ginny estaba allí, con mala cara. Pobre, debe de haber dormido poco con el susto del envenenamiento de Ron. Me he acercado a ella y la he saludado.
-Ah, hola. Anoche tuve una charla con Malfoy la mar de interesante -no parece muy contenta.- Ha admitido que seguirá viendose con otras chicas.
-Lo sé. -Y tanto que lo se. Me repatea mucho, pero comprendo el por qué- Siempre ha estado con un montón de chicas. Si tu fuese un hijo de mortífago y uno de los tuyos cambiara de la noche a la mañana drásticamente, ¿qué pensarías?
-Que algo raro pasa -me ha sonreido, un tanto aliviada- Visto así tiene bastante sentido. Bueno, a otra cosa ¿Qué tal anoche?
Ya salió la Ginny de siempre. A ver si empieza a salir con Harry de una vez por todas. Así nos ahorrará a todos sus comentarios.
-¿Anoche? No pasó nada. Me dí un baño, luego se lo dió él y nos dormimos.
-¿Me estás diciendo que has tenido ese cuerpazo en tu cama y que lo único que has hecho es dormir? -ha soltado una carcajada. El resto de la sala nos ha mirado, curiosos.- Le vi anoche sólo con los pantalones. Si yo le hubiese tenido en mi cama...
-¡Ginny! De verdad que voy a tener que hablar seriamente con tus padres. Esos brutos te están corrompiendo.
-Ya. No me vengas con el cuento de mis hermanos. ¿Ni siquiera tuviste una pequeña tentación?
-Puede que una .... muy, muy pequeñita. Pero se quedó dormido inmediatamente. Y cuando se ha ido no me ha despertado.
-Te dió un beso en la frete de despedida. -Mi amiga ha sonreido un poquito y luego se ha puesto seria- Vi las cicatrices. Es horrible. ¿Cómo aguantaría semejante castigo?
-Es fuerte. Creo que lo hace por su madre. No me lo ha dicho, pero lo intuyo.
-Tiene que ser horrible no poder vivir una vida normal. Ahora comprendo por qué ha sido tan capullo los últimos años.
-De vez en cuando sigue siéndolo, Ginny. Creo que es ya parte de su personalidad.
Iba a decirme algo cuando McLaggen irrumpió en la sala siguiendo a un más que agobiado Harry. McLaggen le iba dando instrucciones de quiddicht que, por la cara de mi amigo, éste no estaba escuchando. Y no me extraña porque del otro lado tenía a Lavender, que iba medio llorosa, quejándose de que Ron siempre estaba dormido cuando le iba a visitar. Harry ha murmurado algo y ésta se ha puesto como una loca. He oido mi nombre de por medio.
-¡Vámonos, Ginny! Creo que Harry está a punto de explotar.
Hemos salido a la carrera. Según hemos pasado por su lado, Harry nos ha lanzado una mirada de desesperación. Lo siento mucho, chico, pero esos dos son superiores a mis fuerzas. Hemos bajado riéndonos al Gran Comedor (Pero que malas somos). Malfoy no estaba en su mesa, pero su amigo, Zabini, sí. Éste me ha pillado mirando en su dirección. Ha cogido un trozo de pergamino y ha garabateado algo con rapidez. Luego lo ha hechizado y lo ha lanzado contra mí. Lo he abierto allí mismo ante la impaciencia de Ginny. "Si lo buscas, está detrás de la cabaña de Hagrid, en un claro a unos doscientos metros.". Ginny se ha llenado los bolsillos de tartaletas, bollos y me ha metido en los míos tres botellas de zumo de calabaza.
-Vamos. Esto no me lo pierdo por nada del mundo.
Y ha tirado de mí con fuerza. Hemos recorrido los pasillos a toda velocidad para ir a dar al huerto de Hagrid. Ginny iba tan rápido que me ha costado seguirla el ritmo. Se ha metido por detras de la casa de Hagrid para que éste no nos viera y ha caminado un poco más despacio. Cuando llevábamos casi doscientos metros andados, hemos oído un ulular. Un búho enorme, negro como la noche, estaba posado en un tronco caído, sobre una túnica y una camisa. En la hierba, hechos una bola, unos calcetines, un jersey y una corbata verde y plateada. Un poco más allá había un par de zapatos. Nos hemos acercado sin hacer ruido y nos hemos sentado en el tronco, maravilladas.
Allí estaba él, de nuevo vestido sólo con los pantalones a pesar del frío que aún hacía, practicando con dos espadas, una un poco más corta que la otra. Sus movimientos eran fluidos, más que ensayar una lucha parecía estar bailando. Sus músculos estaban en tensión, pero nada en su forma de moverse denotaba rigidez. Ginny ha suspirado sin darse cuenta. La he dado un golpecito en el brazo y se ha limitado a pasarme un bollo. Entonces Draco cambió el ritmo de la lucha. Empezó a moverse cada vez más rápido, tanto, que nos costaba distinguir las espadas. Y de repente, se ha quedado inmovil, con ambas armas cruzadas a la altura del pecho. Le he mirado atentamente. Ni una gota de sudor, ni un jadeo. Nada. es como si se acabase de levantar.
-Ahora entiendo de dónde ha sacado ese cuerpo -Ginny le dió un mordisco a un trozo de tarta.-Nunca había visto moverse a nadie así. Ha sido..... excitante.
-¡Ginny! - Me he encontrado mirando fijamente a un sorprendido Draco. Ha hecho desaparecer las espadas y se ha acercado a nosotras despreocupadamente.
-¿Un bollo? ¿Tarta? Quizás un poco de zumo -Ginny ha ido sacando nuestras provisiones. Draco se ha sentado en la hierba, sin molestarse por ir medio desnudo. Ha aceptado el zumo y se lo ha bebido en silencio. Ginny no ha estado mucho rato callada- ¿Dónde has aprendido a moverte así?
-Aquí y allá, Weasley -no parece muy comunicativo.- ¿Cómo me habeis encontrado?
-Zabini nos dijo donde estabas -ha murmurado algo como "ya le daré yo a ese...." y ha cogido un trozo de tarta.- Ha sido, impresionante, Malfoy.
-Gracias, Granger.
-¿Por qué has aprendido a pelear con espadas? -Ginny se moría de curiosidad.- Quiero decir, con la magia ya tenemos más que de sobra.
-¿Y si en una lucha a vida o muerte pierdes tu varita? Creo que es muy importante saber defenderse de otras maneras.
-Pero para invocar las espadas necesitas tu varita -Ginny seguía erre que erre. Draco se ha reido a desgana.
-¿Me has visto utilizarla, Weasley? -luego se ha señalado el brazo izquierdo. No me había dado cuenta, pero llevaba la Marca cubierta con una venda- Privilegios del gremio.
-¿Quieres decir que los... que podéis hacer magia sin la varita? -estoy alucinando.
-Algunas cosas sí. Pero la varita sigue siendo nuestra principal arma. -Se ha levantado y ha cogido su varita. Luego me la ha tendido.- Ahora quiero que me ataqueis con vuestros mejores encantamientos. Y no os contengais, que vayan con intención.
-Esto empieza a gustarme -ha murmurado Ginny. Ha cogido su varita y ha lanzado un potente embrujo de mocomurciélagos. Malfoy ha levantado ligeramente la mano y el hechizo a rebotado contra una pared invisible.- ¿Cómo demonios... ?
-Granger.... -me ha lanzado una mirada provocativa. He cogido mi varita y he lanzado un silencioso pero potentísimo expelliamus. Y al igual que el mocomurcíelagos de Ginny, ha rebotado.- Ahora que habeis visto una pequeña demostración, quiero que me prometais una cosa. -Hemos asentido, incapaces de hablar por la conmocción- Preparaos a fondo, preparaos para la lucha, porque a partir de ahora, cada vez que os enfrenteis a vuestros enemigos, estos irán a muerte. Y no solo vosotras, decirselo a todos vuestros amigos y conocidos.
Ha cogido sus cosas, se ha vestido a toda velocidad y se ha marchado, no sin antes decirnos:
-Y gracias por el desayuno.