Mi Otra Mitad |LUCAYA|

By voidhartx

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Historia corta "Para el amor, no existen limitaciones" Esta historia esta separada a lo que es girl meets wor... More

Capítulo 2
Capítulo 3 [FINAL primera parte]
Capítulo 4 [FINAL segunda parte]
hola!

Capítulo 1

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By voidhartx

-Te estaba esperando. Tenemos que hablar. – le dijo él de forma seria, sin mirarla.

-Está bien. Pero... ¿Qué pasa? – pregunto y ambos se sentaron en un banco mientras ella observaba como florecía la primavera en esa plaza. El día era precioso y el sol iluminaba angelicalmente todo el lugar.

-Siento que... ya no te amo, – dijo pausadamente – conocí a alguien, y creo que lo mejor es separarnos. – dijo él mirándola fríamente.

-No, por favor no. – ella tomo una de sus manos. – Danos una oportunidad.

– No puedo, lo siento. – el soltó la de ella y comenzó a caminar, comenzó alejarse.

Ella se paro e intentó retenerlo, pero le era imposible; cada vez que tomaba una de sus manos sentía como se desvanecía junto a su alrededor. En un instante ella quedo en la plena oscuridad buscándolo con desesperación en ese infinito plano negro.

Observo una luz y pudo sentir que le decían:

-Peaches, despertate. – la zamarreaban.

-Fue un sueño... Fue un sueño. – susurro Maya mientras abría los ojos y observo el reloj de su celular, eran las 6:30 de la mañana y llegaba tarde al trabajo.

-¿Soñaste con él de nuevo? – le pregunto su amiga y compañera de departamento, mientras abría las ventanas de la habitación.

-Sí, Riley. – respondió levantándose para buscar ropa en su enorme placar. – Estoy tan cansada de soñar siempre lo mismo...

-Te está costando olvidarlo. Pero vos tampoco te esforzas, no salís desde que te dejo. Del trabajo a tu casa y de tu casa al trabajo. ¡Hasta dejaste la facultad!

-Hablando de trabajo, vamos a llegar tarde. Mejor me voy a bañar. – dijo Maya sin mirarla con la ropa en mano; no se encontraba de humor para escuchar los sermones de su amiga.

-¿Te preparo el desayuno? – le pregunto Riley mientras se observaba en el espejo de la habitación.

-No, deja. Me llevo una manzana para el camino.

-Maya, tenes que desayunar mejor.

-No tengo ganas Honey. – dijo y se dirigió al baño.

································

Esa noche, como todas las anteriores, le había costado dormir.

Esos extraños sueños mezclados con recuerdos inundaban su cabeza dando como resultado ese mal humor ante cualquier situación y persona. Generalmente, luego de un largo baño y unas cuantas lágrimas, esa nube negra sobre su cabeza se diluía junto al agua.

Luego de ducharse, se miro en el espejo del baño, tenía los ojos hinchados del sueño y de llorar. Se lavo los dientes, se arreglo su pelo y se puso un vestido azul francia con breteles finos. "Que la tristeza no deje que seas un desastre" pensó esa mañana, como siempre.

Maya salió del baño y abrazo a su amiga que la esperaba en la puerta del departamento; sabia que su actitud no había sido la mejor.

-Perdóname, te trate muy mal.

-No seas tonta, se que estas mal. – Maya la soltó sintiéndose aliviada y se sentó en el sillón del living para ponerse sus zapatillas de verano. – Pero tenes que salir, conocer chicos, personas y volver hacer lo que amabas. Olvidarte de ese tarado.

-Ya se, Riley. Pero no tengo ganas.

-Mira, este fin de semana hay una fiesta de la facu. – propuso su amiga luego de un silencio.

-Paso... – respondió mientras guardaba en su bolso cruzado su celular y billetera.

-Dale. Por favor, acompáñame. – dijo Riley rogándole mientras salían del departamento y Maya cerraba la puerta del mismo.

-Ya te dije, la respuesta es un enorme y rotundo no.

-Le voy a contar a tu vieja.

-Honey, ya tengo 25 años como para que le cuentes a mi mamá.

-No me importa. – dijo su amiga mientras apretaba con insistencia el botón del ascensor. – No viene más esta porquería.

-Tenes que apretar una sola vez... nerviosismo. – la puerta del ascensor de abrió. – ¿Ves?

Riley puso los ojos en blanco y entro apretando el botón de planta baja.

-¿Por qué no queres ir? – la puerta se cerró.

-Por qué seguro es una fiesta de uno de los tantos estudiantes caretas de la facultad, con amigos aun más careta e insoportables que lo único que quieren es tener sexo. – respondió ella en forma burlona y todo de corrido, eso indigno a Riley que prefirió quedarse callada.

Maya, internamente, sonría cuando lograba callar a su amiga que a veces resultaba bastante insistente; pero era algo peculiar y característico de ella que había logrado amar y controlar luego de 15 años de amistad interrumpida. Ambas aun recordaban ese primer día de clases en el cual se hicieron inseparables a pesar de tener personalidad tan diferentes; Riley era persistente, nerviosa, ansiosa y siempre era de pensar miles de veces las cosas antes de que sucedan; todo lo contrario a Maya, que prefería ser mas racional, tomarse las cosas con calma y serenidad, y, sobre todo tener el control de las situaciones.

Llegaron al primer piso y ambas salieron del ascensor para dirigirse hasta el garaje en busca de sus bicicletas para emprender camino a la cafetería en la que ambas trabajaban.

-¡Me olvide la manzana! – dijo Maya luego de acomodarse en el asiento de su bicicleta, apoyando su mano derecha en la frente.

-Yo te la traje. – dijo su amiga.

-Gracias. – dijo estirando su mano.

-Si salimos el fin de semana te la doy. – dijo Riley mostrando todos sus dientes.

-Prefiero morirme de hambre.

-Hace calor, estamos en verano con una temperatura de 30ºC a las 7 de la mañana, dudo que quieras salir sin tu manzana. – esa respuesta hizo pensar a Maya.

-¿No tengo otra alternativa? – pregunto ella y su amiga respondió efusivamente con la cabeza que no. –Está bien, dame la manzana que el fin de semana te voy acompañar.

-Gracias, gracias.

Riley le entrego la manzana sintiéndose internamente victoriosa, y comenzaron el trayecto hacia su trabajo. Maya era de cantar y escuchar música atreves de su i-Pod, que junto la cálida mañana y el viento que despeinaba su pelo, lograba tranquilizarla y hacerla recordar, que cosas mejores se aproximarían. Le gustaba esa Nueva York veraniega en la cual había pocas personas y era fácil transitar por las calles de la ciudad.

Luego de varias cuadras, ambas llegaron a esa reconocida cafetería y posteriormente de colocarse sus uniformes, comenzaron arreglar todo lo necesario para ese día. Farkle y Zay, dos de sus compañeros, arreglaban las sillas, mesas y vasos plásticos necesarios, mientras las chicas gestionaban las tortas, pasteles, leche y café que utilizarían en la jornada matutina.

A partir de las 7:30 de la mañana, el lugar se abre y a los pocos minutos, las personas invaden el local sin darles descanso a sus empleados.

Era un trabajo que Maya disfrutaba, le gustaba ver a las madres junto a sus hijos yendo al colegio cercano del lugar, a los estudiantes debatir sobre temas de sus materias, a los abogados siempre apresurados y a las parejas que solían pasar por un café, o reunirse para iniciar, o terminar una relación. Sentía como la vida de esas personas transcurría y ella era una simple espectadora momentánea.

································

-Chicos, ¿quieren ir cerrando? Es la hora del almuerzo. – propuso el gerente del lugar al observar que el reloj marcaba las 13:30hs. de ese Lunes.

Luego de acomodar la cafetería para el próximo turno, los 4 empleados decidieron almorzar en un pequeño bar cercano al lugar del trabajo.

-Chicos, este fin de semana ¿tienen algo planeado? – pregunto Riley luego de pedir su almuerzo.

-Si, el sábado hay una fiesta en la casa de un amigo. ¿Quieren ir? – pregunto Zay.

-Nosotras también, es una fiesta de mascaras.

-No me dijiste que eran de mascaras. – dijo Maya abriendo los ojos grandes.

-Para Riley... Creo que es la misma fiesta. ¿La organizan los chicos de la facultad? – pregunto Farkle.

-Sí. Es una fiesta de mascaras para juntar a los que están por hacer cursos de verano. Como Maya y yo vamos hacer uno de literatura y filosofía, vamos a ir.

Maya se perdió en el medio de la charla. Realmente no quería hacer ese curso, ya bastante mal le había ido ese año con la fotografía como para emprenderse en algo sumamente exhaustivo. Había perdido un año y ni siquiera le importaba, había dejado de sacar fotos y tampoco le importaba; todo aquello que alguna vez tenia sentido en su vida, ahora se veía tan poco inspirador e interesante. Estaba tan perdida, tan mareada que no sabía hacía donde iba su vida.

-Maya... Maya. – su amiga la trajo a la realidad.

-¿Qué pasa? – la miro aturdida.

-No comiste nada. ¿Queres otra cosa?

-No, no importa. – contesto al observar su plato completo de ensalada.

-¿Tenes pensado volver a la fotografía? – pregunto Zay – Los profesores de la facultad son de preguntar por vos. Realmente tus fotos eran únicas.

-No creo Zay. Últimamente no siento inspiración.

-Tendrías que volver, todos te ayudaríamos. Por lo menos tenelo en cuenta.

Maya continuo el resto del almuerzo pensando en su futuro. Zay había logrado que sintiera esa incertidumbre sobre lo que vendría; le gustaba trabajar en la cafetería junto a sus amigos, pero sabia que ni ellos ni ella, harían eso durante toda su vida. "¿Hacia donde voy?" se pregunto internamente mientras jugaba con su ensalada. Ella siempre fue una persona con metas y muchas expectativas sobre su futuro, pero últimamente todo eso que antes la movilizaba, ahora la paralizaba, no la emocionaba. En ese momento se sentía un ente, un ser inanimado que vivía por inercia.

Luego de almorzar, Maya se sentía aturdida...

································

Las dos amigas se despidieron de sus compañeros de trabajo para descansar terminado el día laboral. Ambas tomaron sus bicicletas y emprendieron nuevamente el trayecto hacia su departamento; el día resultaba agobiante hasta cuando se encontraban bajo las sombras de los árboles.

-Estoy mareada Riley.

-Seguro es un golpe de calor, eso te pasa por que no comiste nada... Aguanta que faltan dos cuadras para llegar.

Cuando se encontraban a una cuadra del edificio en el cual ambas vivían, Maya sintió que todo le daba vueltas, el piso, el cielo, todo su alrededor. Intento sacar fuerzas para poder llegar a su departamento, pero le era imposible. Con ayuda de su amiga y del conserje del edificio pudo llegar a su cuarto y recostarse.

Riley prendió el aire acondicionado de la habitación y preparo en la cocina una ensalada repleta de distintas frutas, acompañado de yogur. Entro a la habitación con la bandeja y le pregunto:

-¿Cuánto tiempo vas a seguir así? – Maya estaba pálida, transpirada y con los ojos llorosos.

-Nada me moviliza... nada me da vida... todo me da lo mismo. – dijo ella mientras tomaba de la bandeja uno de los recipientes que contenía la ensalada. – Siento que cada instante en mi cabeza se repite la secuencia de ese día. Quiero saber donde falle, donde se quebró todo; y repito una y otra vez los años que estuvimos juntos sin encontrar y mucho menos sin entender que paso. ¿Cómo terminamos así?

-Son cosas que pasan, Peaches. Hace casi un año que todo eso termino, es hora de avanzar, de cerrar esa parte de tu vida. No podes seguir de esta forma, lo que te paso recién es una clara señal que es momento de mirar para adelante y no quedarte en el pasado. – aconsejaba Riley con tono de preocupación.

Ambas se quedaron en silencio, Maya como siempre recorriendo en sus miles de recuerdos buscando algo imposible de encontrar. Su amiga ya no sabia que palabras utilizar para hacerla entender, se recuesta a su lado y se queda dormida.

Maya cierra sus ojos y sintió como se trasladaba a un año atrás, un verano atrás. Recordó ese domingo cuando se despertó a las 10 de la mañana junto a su novio en esa enorme casa que tenia en el centro porteño. Recordaba el beso en la mejilla que le dio, para luego bajar y prepararle el desayuno, para sorprenderlo; el momento en que él la abrazo por la espalda besándole el cuello, podía sentir ese beso marcado en su piel.

Recordó la conversación de ese desayuno, las propuestas de ese día y el acuerdo de encontrarse en esa plaza.

Maya recordaba ese ultimo beso de despedida que le dio en la puerta de esa casa, recordaba esa mirada dulce y tierna que le regalo, su perfume, su pelo castaño despeinado y la ultima caricia.

Ella recordaba lo que tenia puesto, como tenia su pelo, su ropa, las cosas que contenía en su bolso al llegar a esa plaza; recordaba la emoción por lo que iba a suceder ese día, la alegría contenida y el cielo completamente celeste. Pudo ver desde otra perspectiva, la cara de ese entonces su novio; algo no estaba bien, sentía que realmente algo no estaba bien... no era el mismo al de esa mañana. Esa mirada no era la misma, podía sentirlo distante, lejano.

Todo se quebró cuando le dijo "no te amo"; Maya abrió los ojos, miro a su izquierda como dormía Riley y pensó con lagrimas en sus ojos:

"¿Dónde quedo esa noche anterior repleta de amor? ¿Acaso era una despedida? Tu forma de decir adiós, tan poco convencional. Y pensar que cuando me besabas, en tu mente estaba la otra, esa otra por la cual dejas atrás cuatro años de relación, cuatro años de una vida."

Maya se levanto y se observo en el espejo que tenia en su habitación; se vio flaca, había perdido un poco sus curvas y su cara con ojeras en sus ojos y el maquillaje corrido. Se soltó el pelo y lo acomodo a los costados, abrió sus ojos grandes, sonrió y se miro de izquierda a derecha: "¿Dónde esta la falla? ¿Dónde esta la imperfección?" pensó y se sintió estúpida.

-¿Qué estas haciendo? – pregunto Riley algo dormida.

-Quiero sentirme linda.

-Si sos linda, estúpida. – dijo su amiga acercándose al espejo. – Mira lo que somos, la rubia de ojos azules y la morochita de ojos almendra. – Maya sonrió. – Que seamos diosas, no significa que nos vaya bien en el amor.

Ambas lanzaron una carcajada y se quedaron mirando en ese espejo, las dos despeinadas, cansadas y con un poco de frío por el aire acondicionado.

-Tengo una idea. – propuso Maya y su amiga la observo intrigada. – Si este fin de semana vamos a salir, tenemos que ponernos más lindas de lo que somos; comprémonos ropa, vamos a la peluquería y nos hacemos la uñas.

-¡Por fin dijiste algo inteligente!

Luego de cambiarse, de cerciorarse que en sus billeteras se encuentren las importantes tarjetas de crédito y de llamar a un taxi, llegaron al shopping mas cercano; comenzaron por ir a varios locales de ropa comprándose distintos vestidos de esa temporada y accesorios para el próximo sábado. Luego se dirigieron a la peluquería a la cual ellas concurrían para arreglarse el color y obtener un nuevo corte. Terminado ese día, se sentían renovadas, mujeres nuevas y fuertes.

································

Finalizada esa semana, Maya había tenido en sus sentimientos altos y bajos; por momentos los recuerdos perforaban su alma y todas las preguntas e incertidumbres sobre su futuro, renacían. También estaban esos días en los cuales se sentía bien, animada y con ganas de que algo bueno aconteciera.

Abrió nuevamente su facebook luego de un año; observo las miles de notificaciones, mensajes de sus hermanas, de su madre y de amigos sin responder, y las solicitudes de amistad de personas desconocidas. Borro algunas cosas de su muro y cambio su situación sentimental por soltera. De un momento a otro se encontró buscando en esa página el nombre de su ex novio; sorprendiéndose al observar que aun eran amigos en esa red social.

-¿Me baño yo o queres ir vos? – le pregunto Riley en la tarde de ese sábado.

-No, anda vos... Yo quiero ver algo en la compu. – respondió mientras abría su notebook en el living de su casa.

Luego de cerciorarse de que su amiga se encontraba duchando, abrió su facebook y tecleo rápidamente el nombre de su ex novio; sabía que en presencia de Riley no iba a ser posible hacer todas sus averiguaciones.

"¿Qué hago? ¿Veo o no veo su perfil? " pensó en el preciso instante en el cual iba apretar el enter de su pc. "Riley tiene razón, me va hacer mal. Pero también me dijo que tenia que eliminarlo de mi facebook y para hacerlo tengo que entrar en su perfil" intento auto convencerse.

Maya apoyo su espalda en el sillón en el cual estaba sentada y cruzo los brazos sobre su cabeza."Ya fue" pensó y rápidamente, luego de presionar la tecla, se redirigió al perfil de su ex novio. Abrió los ojos grandes al observar la foto de perfil, seguía igual a como ella lo recordaba: con el pelo corto, sus ojos café y esa sonrisa compradora. Comenzó a inspeccionar de arriba abajo su muro; publicaciones, canciones, comentarios, etiquetas, fotos y... ella, su novia.

Ahí estaba, ella. Esa chica simple abrazada al cuello de él y dándole un beso en la mejilla. Maya pudo sentir como un sabor amargo bajaba con complicaciones por su garganta, como su corazón latía rápidamente y la bronca, odio e ira por ese ser tan desconocido, se hacía presente en todo su cuerpo. Pero esos sentimientos no le impedían seguir viendo esas fotos llenas de amor entre esa desconocida y el amor de su vida, sino que le pedían más; quería saber por culpa de quien estaba sufriendo tanto dolor.

-¿Qué estas haciendo? – le pregunto Lucía al observar a su amiga sumamente concentrada en su notebook.

-Eeeehh... – Maya se sorprendió lo rápido que se había duchado. – Me vas a matar, pero estoy mirando el perfil de Bradley.

-¿Qué? ¿Vos estas loca? ¿Justo hoy que vamos a salir? ¿Qué tenes que conocer chicos, gente?- contesto Riley mientras se sentaba junto a ella envuelta en su bata rosada y su pelo mojado.

-Mira por lo que me dejo. – dijo Maya señalando la pantalla de su pc.

-Por una trola, obviamente.

-O sea, no es fea. Pero es una pendeja. ¿Cuántos años tendra? ¿19?

-Peaches, es como todos los tipos. Ven un culo, unas gomas y se pierden.

-Si, no se. – dijo Maya observando con indignación y algo de tristeza una de las fotografías.

-Ya esta Maya, no le des bola. Eras y serás mucha mujer para ese tarado. – respondió su amiga eliminando de esa cuenta a Bradley – Ahora concéntrate en esta noche. Vamos a ponernos lindas y hoy vamos a pasarla genial, ¿si?

Maya suspiro y sonrió levemente a su amiga.

································

Eran las 11:45 de la noche y ambas esperaban en la entrada de su edificio a sus compañeros de trabajo Farkle y Zay. Maya había optado por vestir un vestido largo de estilo étnico de color beige de fondo y manchas grandes en color celeste en tonos pasteles con breteles finos que llevaban pequeñas piedras en color chocolate y la espalda abierta con una de las tiras cruzando por el centro de su espina dorsal, además de llevar una mascara estilo antifaz de color azul de encaje y varias pulseras en color dorado. Terminando su look unas chatitas estilo ojotas de color plateado y piedras de color chocolate y azul.

Por su parte, Riley opto por un top cortito animal print blanco y negro, y por momentos algunas manchas en color rosa; acompañado por una mini en color negro de cuero y zapatos de taco aguja del mismo color; todo acompañado por varias pulseras de tachas y un antifaz color rosa de purpurina. Maya llevaba su largo pelo rubio con ondas, hacia un costado y maquillaje natural; su amiga, prefirió resaltar con delineador negro sus ojos verdes y atar en una cola su pelo negro.

-Estos chicos no llegan más. – dijo Riley con su típica ansiedad.

-Ya van a llegar, es temprano todavía. ¿Guardaste todo?

-Si, mi vida. – respondió su amiga sin dejar de mirar la calle. – Ahí están, vamos, vamos.

Al observar Maya que Zay no se encontraba acompañando a Farkle le pregunta:

-¿Zay no viene? -cerro la puerta del auto.

-¡No me digas que hay que pasarlo a buscar!-dijo Riley mientras subía en el asiento del acompañante de forma exagerada.

-¡Nooo! – contesto Farkle riendo por la expresión de su copiloto. – Él va directo para allá con su hermano que se decidió a ultima hora.

Luego de esa respuesta y que de los pasajeros se colocaran los cinturones de seguridad, emprendieron el viaje hacía la fiesta organizada por algunos estudiantes de la facultad de arquitectura y diseño.

Al llegar se sorprendieron por la concurrencia y la magnitud de las casas de ese country privado.

-¿Pero quien vive acá? – pregunto asombrada Maya al bajarse del auto y observar la casa estilo burgués que presidia la fiesta; era de dos pisos con amplios balcones y rodeada de naturaleza, la entrada daba la bienvenida con una enorme puerta de color blanco y dos pilares estilo griego que formaban en ella un techo.

-Creo que el presidente del centro de estudiantes, sus padres son arquitectos sumamente reconocidos, suelen trabajar mucho en el exterior. – reconoció Farkle.

-No les dije nada, es mi novio... ¡Pero él no lo sabe! – dijo Riley sarcásticamente logrando que Maya lanzara una carcajada y que Farkle la fulminara con la mirada mientras se dirigían a esa enorme casa junto a varias personas. Maya al observar la cara de malestar de su compañero, le abre grandes los ojos a su amiga que no entendía la situación.

Por momentos Maya no entendía si Riley se hacía la desentendida sobre Farkle que cada oportunidad que tenia las indirectas pasaban al plano de ser demasiado directas; o era un simple mecanismo de defensa que tenía su amiga tomarlo como un juego sin importancia de parte de él.

En parte,Maya entendía que Riley reaccionara de esa manera, su última relación había sido complicada y dolorosa. Ambas habían vivido lo mismo: la infidelidad de parte de ese amor único... pero el caso de su amiga fue mas complejo; esa amante de años apareció en la puerta de su casa con un hijo en brazos. Un bebe fruto de esa relación clandestina que conllevo en la desilusión y en la falta de credibilidad de compromiso en el sexo opuesto en los últimos 3 años.

Pero Maya en esos últimos meses había notado la sinceridad de ese chico alto de ojos azules con esa simpatía y alegría que era capaz de levantar cualquier mal día. Mientras entraban en esa casa y se colocaban los antifaz para quedar acorde a los demás invitados, Maya noto que nunca había planteado ese pensamiento a su amiga. Estaba tan involucrada en sus problemas y en su ex, que se había olvidado de algo importante: la felicidad de Riley, de esa hermana del alma.

-Vamos a tomar algo y a conocer gente. – dijo animada Riley con su antifaz rosa, arrastrando a Farkle y a Maya hasta el centro de esa casa.

Mientras se aproximaban a ese sector mas concurrido, la música sonaba cada vez mas fuerte y las luces del lugar se tornaban de distintos colores.

-¡Esto es genial! – decía Riley mientras se acercaban junto a las bebidas; Maya no se sentía muy a gusto, realmente este tipos de salidas no eran de su preferencia. No le animaba para nada que los hombres del lugar la tomaran de la cintura o la acariciaran, como si fuera un objeto.

-¡¿Vamos a un lugar mas tranqui?! – le pregunto ya un poco cansada de las insinuaciones.

-¡No, Maya! ¡Acá hay mucha gente! – respondió su amiga – ¡Toma, te va gustar!

-¡¿Que me estas dando? ¿No ves que ni se puede hablar?!

-¡Es una caipirinha y deja de quejarte!

Maya luego de poner los ojos en blanco, observo como Farkle perdía la sonrisa por la situación al ver que a Riley se le aproximaba uno de los enmascarados de la fiesta.

-No pongas esa cara. – le susurra a su amigo y compañero de trabajo, luego de tomar un trago de su caipirinha.

-Mejor me voy a buscarlo a Zay. – respondió con cierto desaliento y desapareciendo entre la multitud junto a dos botellas de vino espumante.

Maya sintió pena por Farkle; hacia un año que lo conocía y durante ese poco tiempo supo ver un ser genuino que siempre hacia reír a su amiga, se podía ver esa forma especial que tenia ese chico en mirar a Riley, de siempre estar atento a ella... Maya sentía que algo debía hacer, tal vez no era el momento, ni la situación; pero no lo dudo y la tomo de un brazo separándola se de ese desconocido y llevándola hasta el jardín que se encontraba a pocos metros del lugar en el que se encontraban.

-¿Qué te pasa? ¿Te hizo efecto la bebida? – le pregunto sarcásticamente Riley hundiéndose por sus tacos en el césped.

-¿Acaso no te das cuenta que hace meses Farkle esta muerto por vos? ¿Encima vos bailando con ese tarado que obviamente solo quería...?

-¡Para un poco! – la freno su amiga haciendo unos pasos hasta llegar al borde de la pileta que se encontraba en el centro de ese jardín y poder así, dejar de hundirse en el césped y defenderse de esas acusaciones – Se perfectamente lo de Fakle, pero estoy segura que es algo momentáneo... los hombres solo quieren una cosa de mi...

-No digas eso, no generalices. Hace 3 años que estas sola y él es un amor de persona... ¿No te diste cuenta como te mira? ¿Cómo presta atención a cada uno de tus detalles? ¿Cómo siempre esta presente cuando necesitas algo?

Riley no decía nada, solo miraba hacia ningún punto fijo la fiesta. De un momento a otro se saco su antifaz y se sentó en uno de los sillones que se encontraban cercanos a esa pileta, Maya la siguió con la mirada y espero una respuesta.

-Tengo miedo Peaches. – sus ojos se cristalizaron – Siento que... no soy suficiente para nadie, ni siquiera para él.

-No seas tonta – Maya se sorprendió por esa declaración, se arrodillo ante su amiga – Somos mujeres que sufrimos mucho en el pasado, creo que si ese pensamiento, es lo que te imposibilita para comenzar una relación, sos una tonta.

Riley rió junto a su amiga.

-Pero es la verdad Maya. Me siento así...

-¡No existe mujer mejor que vos Riley! Farkle seria la persona mas afortunada en este mundo con una novia así de hermosa; mira lo que sos... Dale, – la zamarreo un poco – dale aunque sea una oportunidad, si las cosas no funcionan, no funcionan...

Ambas quedaron en silencio, pero esa sonrisa picara de Riley, dijo mas que las palabras que podría llegar a pronunciar. Abrazo a su amiga y luego de un "te quiero", se coloco su antifaz y salió decidida a seguir a su corazón. Maya sonrió mientras observaba alejarse a su amiga y pensó que hace tiempo tendría que haber pronunciado esas palabras.

································

Maya, por su parte, se sentó en uno de los sillones que se encontraban en los alrededores de la pileta, siendo uno de los mas alejados le posibilitaba observar en plenitud lo hermosa que era esa casa y como los invitados disfrutaban de la música que tenuemente Maya podía oír.

Luego de tomar el ultimo sorbo de su bebida, recorre con la mirada las personas que se encontraban en ese jardín y algo le llama la atención... Uno de los enmascarados, que se encontraba a metros con un grupo de amigos, la miraba fijamente.

"¿Tanto me va a mirar?" pensó irritada y desvió la mirada "Mientras no se acerque... todo bien, pero incomoda que me este mirando tanto"

Al observar tímidamente que esa persona no tenia ningún afán de dejar de mirarla, Maya decide darle la espalda y tomar de su pequeño bolso cruzado su celular para disimular estar ocupada; pero esa estrategia no funciono, una voz algo rasposa le hablo sobre su hombro:

-Discúlpame... ¿Por qué tu novio te deja tan sola? ¿Acaso no se da cuenta de lo envidiado que es?

Maya pensó, " Soy un imán de situaciones bizarras" y luego giro sobre su asiento para observar que ese desconocido que no dejaba de mirarla, estaba sentado enfrente suyo.

-¿Discúlpame?- pregunto arrugando su cara.

-Discúlpame vos a mi, – dijo él sonriendo tímidamente – me desubique metiéndome en la relación que tenes con tu novio.

-Te equivocaste de persona, yo no tengo novio. – respondió ella intentando reconocer ese rostro que llevaba un antifaz a lo Batman.

-Te voy a ser sincero, – dijo acercándose un poco a ella – desde que llegaste que me llamaste la atención, pero como vi que estabas con un pibe supuse que era tu novio. – dijo ese chico mostrando sus dientes, Maya podía notar el nerviosismo de él.

-Ah, es un amigo... No es mi novio. – respondió restándole importancia y observando los ojos verdes de ese desconocido que resaltaban por el color negro de su mascara.

-¿Cómo te llamas?

-No me interesa comenzar una conversación con un extraño.

-Esta bien, esta bien... – dijo él riendo – me presento yo primero; mi nombre es Lucas, soy de acá, de Nueva York. Estudio diseño, este es mi ultimo año y tengo 26 años. – Maya lo observaba confundida – Y realmente... me alegra que estés soltera, me enloqueciste desde que pasaste por esa puerta – dijo señalando y sin dejar de mirarla – Se perfectamente que no nos conocemos, pero hay algo en vos que... ¿como explicarlo?, me atrae, me interesa. Y no estoy hablando de tu belleza, que es algo que suma, pero no lo más importante o trascendental. Es tu ser, entraste e iluminaste el lugar...

Maya se sentía nerviosa, su corazón latía apresurado. No sabia si creer en esas palabras, la situación no acompañaba su declaración que seguramente era por el efecto del alcohol y el horario, y las ganas de ese chico de no terminar esa noche solo.

-Creo que... – empezó diciendo ella – mejor me voy. Seguro tenes varias que iluminen tu noche.

Terminada la frase, se paro para buscar a su amiga y luego irse a su casa sola o con Riley. Pero antes de que pudiera hacer el segundo paso, la mano de el llamado "Lucas" la detiene.

-No lo tomes como un chamuyo... En serio me paso eso con vos, se que no es algo coherente lo que te estoy diciendo... Pero para ciertas cosas, no existen limitaciones.

-Vos mismo lo dijiste... – dijo Maya soltando su mano y acercándose un poco – estas diciendo incoherencias.

-¿Me vas a decir por lo menos como te llamas?

-Maya. – dijo y comenzó el trayecto hacia el interior de esa casa. Se sentía extrañada por lo sucedido, un cosquilleo invadió su cuerpo y no podía dejar de sonreír "¿Qué te pasa?" pensó en ese instante.

································

Pero antes de que pudiera analizar cualquier respuesta, se sorprendió con la situación que se encontró: Riley hablando muy animada y pegada a Farkle. Internamente Maya pudo sentenciar victoria.

-Hola... – dijo saludando con su mano y sonriendo a ambos.

-Peacheeees... – dijo su amiga – ¿Conociste a alguien? – le pregunto animada.

-Vos sabes que no me gusta conocer personas en estas situaciones... Ustedes, ¿Qué onda?

Ambos se miraron picaros: -Estuvimos hablando. – dijo Riley.

-Si, hablando de todo. – respondió él sonriendo.

-Mira a la bella señorita que me vengo a encontrar acá. – sintió Maya que le decían mientras se acercaban por su espalda.

-¡Zay! ¿Cómo andas? – contesto saludando a su amigo.

-¡Feliz! – respondió con una botella en su mano

-Mas que feliz, borracho. – sentencio Farkle.

-Cierto que el señor toma poco... – todos rieron y Zay recordó: – ¡No te presente a mi hermano rubia!

-¿Cómo se llama?

-Se lla...

Antes de que pudiera terminar la respuesta, un grupo de chicos empujan a Zay dando comienzo a una batalla campal entre ambos grupos de amigos. Maya, por ese fuerte empujón termina, por efecto domino, en contra de la pared lastimándose la muñeca de su mano derecha. Intenta buscar a su alrededor a su amiga, pero le era imposible...

-¡Riles! ¡Riles! – comienza a gritar – ¡¡Riley!!

Una mano la toma fuertemente de la cintura y la separa de ese tumulto de gente que se encontraban a los golpes. Maya se saca su antifaz que le imposibilitaba ver y sin entender como, se encontraba en la puerta de entrada de esa casa. Olvidándose de quien fue ese extraño que la saco de semejante situación, se concentra en su amiga, que la buscaba con la mirada entre toda la multitud que salía de esa casa.

-¡Riley, acá estoy! – dijo Maya acercándose a Riley.

-¡Hay pensé que no te encontraba mas!... – dijo agitada, llevaba el pelo revuelto y su maquillaje corrido – Vamos que Farkle nos esta esperando el auto.

································

-¿Como saliste de todo ese quilombo? – le pregunta Rileymientras comían helado en el balcón del departamento de ambas.

-Te juro que no se... – respondió su amiga sorprendida – de un momento a otro, alguien me toma de la cintura y como no podía ver por que se me corrió el antifaz, no reconocí quien era. Fue muy raro... – termino su corto relato tomando una cucharada de helado – Pero vamos a lo importante, – recordó sonriendo – ¿Que paso con Farkle?

-Hablamos... – dijo Rileysonriendo – le dije que me interesaba, pero que vayamos de a poco y bueno... él me dijo cosas muy lindas, que las voy a reservar para mi. Y bueno... – sonrió picara concentrándose en su helado.

-¡Me pone tan feliz lo que me estas diciendo! Yo se que va a funcionar, van a ser una pareja preciosa... Y cuando se casen acuérdense a quien le tienen que agradecer. – dijo Maya guiñando su ojo derecho y sin perder la sonrisa.

-¡Sos una exagerada! – reconoció su amiga.

-Soñar es gratis y yo puedo soñar todo lo que quiero.

-Se, se... pero soña con cosas que te involucren a vos. – luego de las sonrisas que invadieron la conversación, Riley recordó – No me dijiste si conociste a alguien...

-No conocí a alguien, en una fiesta de esa índole, es imposible conocer a alguien. – dijo Maya concentrándose en su helado de frutas.

-Ajaaaaaaaam... Pero, ¿hablaste con alguien?

-Eeemmmm... puede ser. – respondió sin importancia.

-¡¿Y no me ibas a contar?! ¿Como era? ¿Como se llamaba? ¿Era lindo? ¿Estudiaba?

-¡Para un poco! Era un chamuyero como todos los que van a esas fiestas, no se como era por que tenia un antifaz que imposibilitaba verle la mitad de la cara... – Riley la observaba con los ojos entrecerrados – Se llamaba Lucas – respondió ella poniendo los ojos en blancos.

-¡Hablaste entonces!

-Él hablo Honey, me dijo que era de acá y que estudia diseño, o no se que cosa...

-Por lo visto... lo escuchaste atenta y te intereso.

-No, nada que ver.

-Te conozco picarona, ese chico... te gusto.

Maya sonrió y negó con su cabeza lo dicho por su amiga. La noche prosiguió con charlas sobre como había termino la fiesta y la incógnita de quien era el hermano de Zay; hasta que la mañana de ese domingo se hacia presente y ambas decidieron descansar.

································

-Peaches... Peaches...

-¿Que pasa? ¿Que hora es? – pregunto confundida.

-Son las 4 de la tarde. Me voy al cine con Farkle, dentro de un rato vengo.

-Aiiiii, ella... – contesto estirando los brazos, logrando que su amiga se ponga colorada – Que lo pases lindo, yo tal vez también salga.

-¿Sola? – pregunto Riley arrugando su cara.

-No, sola no... con mi música y mis patines – respondió sonriendo.

-Tonta – dijo por último su amiga desapareciendo de la habitación.

Maya se recostó nuevamente en su cama y pudo observar como el sol iluminaba la ventana de su habitación. Extrañamente en sus pensamientos, no apareció su ex novio; sino ese desconocido que la madrugada de ese domingo, había aparecido en su vida. Recordaba esa sonrisa que resaltaba con el bronceado de su piel y sus ojos verdes que pudo distinguir detrás se esa mascara. "Solo sé tu nombre... Lucas... Lucas..." pensó luego y su nombre retumbo por todo su cuerpo haciendo que aparezca ese extraño cosquilleo subiendo por su espalda.

Luego se sentó en su cama y apoyo su mentón sobre sus rodillas intentando recordar cada detalle de él. De un momento a otro se sorprendió sonriendo por un desconocido, algo inusual y extraño en ella. Sacudió un poco su cabeza intentando borrar cada pensamiento. No entendía que le sucedía, sentía una extraña felicidad al levantarse de su cama, como hacia tiempo no sucedía.

Se vistió apropiadamente para salir junto a sus patines luego de merendar, tomo su i-Pod y salio rumbo hacia un camino sin planeamiento previo.

Al llegar a Central Park, sintió como el sol la hacia renacer, como si fuera una persona nueva; como si todo lo vivido en los últimos días pareciera algo lejano. Observo la naturaleza que la rodeaba mientras patinaba y su mente volvía a tener esa percepción inspiradora que pensó que había perdido. Comenzó a sacar fotografías con su celular y pensó "Volví a ser yo"

Observo la hora y se sorprendió al ver que ya se aproximaban las 8:30 de la noche, decidió volver tranquilamente a su casa acompañada del poco sol de ese atardecer. Al llegar, aun Riley no había regresado de su cita con Farkle, eso sorprendió a Maya que supuso que las cosas entre ambos estaría tomando un rumbo positivo y emocionante.

Luego de guardar sus patines y ducharse para deshacerse del calor y cansancio por la actividad del día; se sienta en el sillón de su casa en busca de una película. Luego de pasar varios canales sin interés para ella, una escena de un beso apasionado la hace detenerse y en ese instante, se perdió en sus pensamientos: "¿Que habría pasado si me hubiera besado?" inevitablemente volvió a pensar en él "Lucas" dijo en voz alta y apago el televisor. "¿Porque invades mis pensamientos? No te conozco, ni te conoceré y estas presente... ¿Tan tonta soy? ¿Tan inestable estoy con mis sentimientos que el primero que me dice cosas bonitas me conmueve y atrae hasta la médula?" dijo en voz alta sonriendo. Se recostó en ese sillón decidida a no volver a pensar él, era un desconocido que nunca mas vería con palabras bonitas, pero seguramente sin ningún sentimiento real.

Toma su celular y comienza a pasar una a una las fotos que ese día había sacado, no eran de muy buena calidad, pero representaban lo que ella era, su punto de vista y esa manera tan inusual y única de ver arte en la cotidianidad.

································

El despertador suena y algo confundida, Maya toma su celular de la mesa ratona que se encontraba al lado del sillón en el que estaba dormida. Eran las seis de la mañana de ese nuevo comienzo de semana y luego de observar en sus pies una de sus mantas, se levanta a toda velocidad hacia el cuarto de Riley.

Abre levemente la puerta y se encuentra con una imagen tierna y a la misma vez graciosa, Riley y Farkle juntos en esa misma cama de una plaza vestidos y abrazados para evitar la caída de uno de los dos. Maya  riendo por lo bajo, cierra la puerta y con una amplia sonrisa se dirige al baño y luego a su habitación para terminar de arreglarse.

Cuando se dirigía a la cocina para desayunar, ese chico alto salia del cuarto de su amiga.

-Buenos días Farkle– lo sorprende por la espalda Maya.

-Buenos días Maya... – dijo algo nervioso – ¿Como dormiste?

-No estés nervioso, – respondió sonriendo – creo que mas cómoda que vos, seguro – dijo mientras caminaba hacia la cocina.

-¿Queres que te ayude con el desayuno?

-No, vos anda al baño y arréglate así cuando se despierte Riley, vamos los tres al trabajo.

Dijo y Farkle desapareció de la habitación. Mientras tanto, Maya preparaba el desayuno para 3; como se esperaba una jornada calurosa, hizo jugo de naranja acompañado por cereales y distintas frutas. Luego de arreglar la mesa del comedor, aparece su amiga acompañada de Farkle, la situación resultaba un poco incomoda para Riley.

-Hola Maya...

-Buenos días... – respondió ella con una enorme sonrisa.

-¿Por que tenes tan buen animo? – le pregunto Rileymientras desayunaba.

-No se... me desperté, – dijo pensativa – renovada. Ayer que salí a patinar, tome algunas fotografías y volví a ser yo.

-Eso hace el amor. – dijo Riley guiñándole su ojo derecho.

-Y vos sabrás de eso... – respondió sarcástica Maya.

Farkle en ese instante se puso colorado y comienza a toser luego de ahogarse con un poco de jugo de naranja. -No te pongas nervioso – dijo Maya– Somos amigos, no hay razón para que estén incómodos.

-Pero es que resulta, no se... – contesto pensativa.

-Raro. – concluyo Farkle mirando a Riley.

-¿Raro? ¿Pero por que resultaría raro? Si ustedes se quieren y a mi me encanta que sea así... No hay nada de raro.

Luego de ese comentario, los 3 se sintieron mas relajados y desayunaron con normalidad hasta que el reloj marco las 6:30 de la mañana. Farkle propuso llevarlas a ambas en su auto.

································

Luego del corto trayecto, llegaron a su lugar de trabajo. Las chicas se colocaron sus uniformes y a continuación de un "Después te cuento que paso ayer" de Riley, Maya comenzó a buscar lo necesario para el comienzo del día laboral en la cafetería. Pero la normalidad del turno matutino, se vio quebrada cuando un desconocido entro antes de que la misma abriera y se dirigió a Maya.

-Hola – dijo él con su voz algo rasposa y Maya algo extrañada, respondió:

-Buenos días, aun no hemos abierto.

Ese extraño sonrió de lado y sin dejar de mirarla fijamente a los ojos, contesto:

-¿No te acordas de mi?

-Disculpe, no lo conozco. – comenzó a sentir como el nerviosismo invadía su cuerpo y como su corazón presentía saber realmente quien era.

-Es entendible que digas eso... – sus miradas se conectaron – Soy Lucas, el chico que conociste la otra noche. Vos no me viste completamente la cara, pero yo si.

Maya quedo atónita, no sabia que decir. Si decía que lo recordaba, indirectamente él podía pensar que ella estuvo pensando en él, y eso no era algo que quisiera demostrar; pero por otro lado, no podía decirle que no, ella no sabia como ese desconocido reaccionaria. En ese instante, se sintió una niña de 15 años con esos pensamientos invadiendo su cabeza. "¿Que hago? ¿Que hago?" se repitió incontable veces a ella misma.

-¿Me vas a decir algo? – dijo él luego de un silencio que pareció eterno. Maya volvió a la realidad y resolvió actuar de forma madura.

-Emm si, discúlpame. Estaba haciendo memoria. – pudo ver que sus manos temblaban debajo del mostrador "¿Que te pasa?" pensó y apareció ese cosquilleo subiendo por su espalda haciendo que se encogiera de hombros. Lo miro detenidamente, pudo ver que vestía una camisa blanca y su cuerpo era atlético, observo que su pelo era rubio y lo llevaba muy corto. Pudo sentir como esos ojos verdes de ese extraño la examinaban de la misma forma que ella lo hacia. Algo nerviosa, aparta la mirada de él y con un tono algo desinteresado le pregunta:

-¿Que necesitas?

-Necesito, emm... déjame pensar – dijo Lucas haciéndose el pensativo – Ah si, ya recuerdo por que vine. Necesito que me digas que si.

-¿Que? – arrugo su cara.

-¿No fui claro? – dijo él sonriendo – Necesito que me digas que si; quiero salir con vos y esa simple palabra seria la gloria.

-¿Por que aceptaría? – pregunto Maya haciéndose la desinteresada y terminando de acomodar algunos pasteles.

-Creo que... fundamentalmente por que soy el hombre de tu vida y un dato no menor, te voy a cocinar la mejor pasta vegetariana que hayas probado.

-Para, – dijo ella de forma extrañada – ¿Como sabes que soy vegetariana?

-Yo soy el hermano de Zay, tu compañero de trabajo. – dijo él sonriendo.

En ese instante en que recibió la respuesta, dejo a un lado lo que estaba haciendo y lo miro aturdida por la información recibida.

-¿Me estas jodiendo? – Lucas rió por lo alto ante esa pregunta.

-No, es verdad. Y me enoje mucho con él por no decirme lo linda que era y es su compañera. – Maya sintió como su cara se volvía acalorada – Discúlpame no mido mis palabras.

-Asi que sos el hermano de Zay ¿Va a venir? – pregunto retomando nuevamente la actividad que había dejado de lado.

-Eeeehh... no, no va a venir. Tuvo un fin de semana muy movido, así que hoy y mañana va a descansar. – ella pudo sentir la voz de desconcierto de Lucas.

-Ah, si, me imagino – no lo miraba.

-¿El gerente donde lo encuentro?

-Anda hasta el fondo y a la izquierda hay una puerta que lleva al sector de almacenamiento, Daniel debe estar ahí.

-Gracias, ya vengo. – respondió Lucas haciendo unos cuantos pasos hasta llegar al lugar indicado; mientras tanto, Maya lo observaba "Sos lindo..." pensó luego sin darse cuenta que su amiga Riley se aproximaba.

-Te flasheo mal ese bombon.

-Es él, el que te conté que me hablo el sábado. – dijo en voz baja y con mucha sorpresa.

-¿Como que es él? ¿Y que hace acá? ¿Te encontró? Para... ¡¿Te siguió?! – dijo Riley, gritando lo último.

-Baja un poco la voz... No, él es el hermano de Zay. – respondió observando atenta la puerta donde se encontraba Lucas.

-¡¿QUE?! ¡¿Semejante bombon y en todos estos años nunca lo presento?!

-Ahi viene, cállate. No digas nada... – dijo Maya al observar que se aproximaba él junto al gerente.

Lucas la observaba fijamente y no perdía la sonrisa, Maya prefirió hacerse la distraída acomodando las ultimas cosas que le quedaban antes de abrir. De un momento a otro, observo que salia del local, "No te despediste... " pensó con cierto pesar "Son todos iguales, vienen se hacen los machos, los sexy's y luego se van así... sin decir nada" continuo diciéndose así misma mientras se ataba su pelo de espaldas a la entrada por la cual él había salido.

-Discúlpame... – escucho que le decían a su espalda, girando sobre sus talones Maya le contesta:

-No abri... – se sorprendió al observar que Lucas se encontraba parado frente a ella con una rosa roja.

-Por favor acéptame la invitación a cenar – dijo él entregándole esa rosa que llevaba en sus manos, Maya la tomo delicadamente envolviéndola entre las de ella. Estaba sorprendida, no sabia que responder ante esa situación. Miro a su derecha que a unos metros se encontraba Riley asintiendo enérgicamente.

– No se... – respondió Maya bajando la mirada y concentrándose en la rosa que tenia entre sus manos, podía sentir como el aroma de la misma inundaba a sus fosas nasales, algo que le recordaba a la naturaleza y lo viva que se había sentido el día anterior... ¿Acaso Lucas era el causante?

-Por lo menos no fue un no... – un silencio entre las partes hizo que sus miradas se conectaran – No se como haces, pero iluminas mi día, mi vida. Hay algo en vos, algo que irradias... No se que es, pero es como si me envolviera y me sentiría, no se, vivo. – Maya lo miraba sin comprender – Yo se que es raro lo que te estoy diciendo, pero entendeme a mi... Vos me provocas y me provocaste eso el sábado pasado, y nunca me había pasado, es aun mas raro para mi.

-No se que decirte.

-Solamente me tenes que decir que si. Una sola salida te pido, nada mas...

Maya observo fijamente esos ojos verdes, sintió que se adentraba al alma de ese desconocido y extrañamente vio sinceridad, sintió que las palabras de ese chico eran sinceras, era como si hubiera entre ambos una confianza y seguridad de años.


Continuara...


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Nueva historia!

Espero que les haya gustado el capítulo, esta va a ser una historia corta, máximo 3 capítulos.

Gracias por leer :)

Dejá tu comentario! quiero saber su opinión!! 

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