- ¿Y bien? - Insistió Harvey - ¿No me contarán?
- Pues yo me casé y ahora tengo cuatro hijos - Dijo Jonathan - , además soy el mejor en la empresa en que trabajo.
- ¿Te casaste? - Preguntó Harvey con ojos bien abiertos. - Y ni siquiera me invitaste a la boda...
- ¿Por qué habría de invitar al que traicionó a esta familia?
- Oh, con que nos pusimos agresivos.- Hillary miró a Harvey con admiración.
- Señor, Harvey... - Dijo Dalton. El mayordomo había entrado a la sala. - ¿Quiere venir un momento?
- Como digas, mayordomo. - Respondió Harvey. El hombre fue con Dalton hasta un lugar donde estuvieran solos. - ¿Qué sucede?
- Usted, mejor no haga nada tonto, porque sé de usted. - Dijo Dalton fulminando a Harvey con la mirada.
- ¿y tú crees que no sé de ti? - Respondió confiado.
- ¿De qué habla?
- Hillary me contó tu secretito. - Dijo en un tono un tanto burlesco.
- No entiendo...
- Si entiendes, Dalton. Sé que eres homosexual, y que en el fondo, quieres estar con el borracho del chofer, pero él no te hace caso. - Sonrió maléficamente.
- ¡Cállate! - Gritó Dalton.
- Solo me callaré si te unes a mi.
- ¡Bien, acepto! - Exclamó Dalton enojado.
- Excelente. - Terminó de decir Harvey. El hombre junto al mayordomo, volvieron con los demás al comedor. Hillary se acercó a ellos con curiosidad.
- ¿Qué ocurrió, de qué hablaron? - Preguntó Hillary exasperada.
- Nada, estaba contándole a Dalton lo linda que eres. - Respondió Harvey irónico. Hillary miraba a Harvey mientras jugueteaba con su cabello.
- ¿En serio? Eres tan encantador. - Dijo Hillary mientras reía, con su cara sonrojada. Dalton los fulminó con la mirada.
- Dalton... - Llamó Peter. El mayordomo se acercó - Espero que vigiles bien a Harvey, no debe traer nada bueno entre manos...
- Haré lo posible, señor Peter... - Respondió Dalton.
- No bebiste antes de salir ¿o si? - Preguntó el señor Walter al chofer.
- No, señor... - Respondió Jeremy, algo nervioso.
- Que bien, porque no quiero problemas.
- Y no los tendrá, señor. - Dijo Jeremy tranquilizandose un poco. - Por cierto... ¿A donde quiere ir, que no me contó?
- Quiero que me lleves al recinto de los ojos de tigre. - Respondió más serio. Jeremy frenó de manera brusca.- ¡Hey, frena con más cuidado, idiota!
- Disculpeme, señor.... Pero no puede ir hacia allá, son unas de las mafias más peligrosas, y no me gustaría que le hicieran daño.
-Agradezco que seas tan precavido, Jeremy. Pero es necesario.
- ¿Y qué planea decirles, qué es lo que quiere hacer?
- Necesito quitarme a Harvey de encima...
- Hillary - Llamó Greg. - ¿Podrías traernos un café a todos? Menos a Harvey, claro.
- Que gracioso. - Dijo Harvey. - Traeme un té a mi también, linda. - Hillary no hizo más que asentir y correr hacia la cocina.
Los hermanos no paraban discutir, todos estaban en contra de Harvey, lo insultaban, le criticaban y más. Harvey parecía tomarselo bien, de hecho, parecía no importarle, todo el tiempo miraba a Hillary, sentía que ella era lo único que importaba, se perdía en su mirada. Para Hillary era lo mismo, se perdía en la mirada de Harvey, y le encantaba verlo, se notaba que ambos se querían mutuamente.
- ¡Harvey! - Gritó Jessica golpeando la mesa.
- ¿Ah, qué? - Harvey reaccionó.
- ¿Has escuchado lo que te hemos dicho? - Dijo Luna. - ¿Entiendes el por qué no te mereces la fortuna de papá?
- No, la verdad pienso que ustedes me odian por una estupidez. Ya les dijé que yo no robé nada, mamá fue la que...
- ¡No metas a mamá en esta conversación! Estoy seguro que murió gracias a tí. - Dijo Brandon.
- ¿Qué? Pero... ¿Escuchan lo que dicen? No digan falacias, hermanos, por favor. - Dijo Harvey indignado.
- ¡Ja! Falacias dijo...
- Bien, si no quieren razonar, le diré a papá un par de cosas que no sabe de ustedes - Dijo con una sonrisa maliciosa.