(Nota aclarativa: aunque no sea obligatorio, aconsejo leer antes el fanfic "Tortura" -sólo tiene 3 partes- al contener información que aquí ya se da por sabida. El fanfic "Dolor" sirve para completar información también.)
La noche de Summerslam
"Parece que la escena se ha puesto bastante fea, Tom... la ambulancia se ha tenido que llevar a Sasha al hospital, ese mortal hacia atrás no es algo que estemos acostumbrados a ver. Sea como sea, parece que tenemos a una nueva campeona otra vez, el reinado de Sasha Banks ha durado menos de un mes. Deprimente. Casi tanto como los abucheos con los que reciben a la nueva campeona femenina: ¡Charrrrlotteeee!"
"Uh... BOOOOH.... BUUUUUU... WE WANT SASHA! WE WANT SASHA!"
El público seguía reclamando a la antigua campeona. Ahora, el cinturón rojo volvía a lucir en las manos de la estadounidense, que había estado practicando para jugársela y empujarla fuera del ring. Fuera de esa plataforma los golpes eran más secos, y así fue como aterrizó sobre su espalda. Las noticias acerca de una segunda conmoción cerebral también podrían estarían al caer, pero no le importaba. Charlotte disfrutaba de su reinado como una auténtica princesita con sus vestidos recién comprados, los abucheos la hacían más fuerte. El odio que la gente le brindaba era una negra energía que la luchadora absorbía por los poros como si se tratase de un virus con el que había hecho buenas migas. Lo cierto era que, especialmente en la NXT, esos abucheos y los gritos malintencionados la habían herido muchísimo en sus primeras victorias, no comprendía por qué influía más su carácter que sus acrobacias. Pero cada año que pasaba lograba inmunizarse un poco más. Había aceptado que no le gustaba a la mayoría y poco a poco había aprendido a dejar de importarle. Escuchar el desprecio directo hacia su persona y no desmoronarse era un ejercicio adicional que también requería práctica. Y Charlotte, a diferencia de todo el róster principal, tenía mucha.
Pero ahora había vuelto a ganar su merecido premio, su único anhelo: era campeona femenina y enseguida fue entrevistada mientras la otra mitad de las cámaras seguían intentando entrar en el hospital para ver el estado de Banks. Como era obvio, Charlotte contestó a las preguntas de muy buen humor e ignorando por completo los abucheos, y la clara falta de apoyo. Pasara lo que pasara seguía siendo la estrella en su trabajo.
No fue a ver a Sasha al hospital, no quería mezclarse con el resto de sus compañeras. Se cruzó a la salida con Bayley y Billie Kay y también con Carmella, nueva integrante de la compañía. A ninguna saludó, sólo cargó el cinturón sobre su hombro y se metió en los bastidores que daban al vestuario masculino. Estaba buscando a Zayn.
Camerino de Zayn
La puerta estaba abierta. Antes de entrar, Charlotte palpó su barriga con cierto gesto de molestia: era dura de roer y tenía buena resistencia al dolor, pero una de las patadas que le había dado Sasha le hizo tener arcadas durante el combate. Ahora que había pasado un rato el dolor no amainó. Tragó saliva y trató de ignorarlo, poniéndose recta y retirándose el sudor de la frente. Empujó la puerta y amplió una bonita sonrisa, tratando de encandilar al hombre que iba a buscar.
Pero cuando abrió y vio lo que ocurría, dejó de sonreír y abrió los labios. Los cerró abruptamente, tratando de calmarse. Sami estaba frente a Alexa Bliss, acariciándola de las caderas y manteniendo un beso que por poco le deja sin resuello. Era ella quien le besaba a él como si le fuese la vida en ello, pero Zayn lo ansiaba también. Estaban tan pegados el uno con el otro que sus trajes casi podían mimetizarse en una tela.
Un suspiro compungido alertó a Sami de que había alguien más: al girarse y ver a Charlotte notó un shock tremendo. Estaba quieta, de pie, incapaz de dar un paso y aferrada a su premio. Alexa la vio y sonrió, era una maldad diferente y mucho más cruel. Zayn le siguió el juego y volvió a besarla, esta vez dedicando varios segundos más de espectáculo frente a Charlotte y con los ojos abiertos para asegurarse de que el contacto visual sí que fuera con ella.
La campeona acabó lanzando el cinturón al suelo e intercedió entre ambos, separándolos de un brusco empujón. Su vena impulsiva le hizo pegar a Zayn un fuerte puñetazo en el ojo que lo dejó adolorido... pero rápidamente la tomó de la muñeca y la retuvo a su lado.
Zayn: Dime, ¿te ha dolido? Te ha dolido, ¿no? Eres una hija de puta. ¿Creías que no iba a ver nunca tus conversaciones con Lesnar? ¿Ni con Styles?
Charlotte no logró mantenerse indemne hacia aquello: pronto notó cómo el estómago se le revolvía fuertemente, y sus labios temblaban. Sin aún haber abierto la boca respiraba agitada: iba a llorar, a desprender lágrimas por el dolor que le producía la escena recién asimilada. Sabía perfectamente que había sido la peor novia del mundo; sus infidelidades hacia Sami habían sido muchas y muy seguidas, nunca fue capaz de mantener la promesa que se hicieron antes de forjar su relación. Le costaba horrores mantenerse fiel. Pero habiendo visto aquello le dio igual. Miró su cinturón en el suelo y esnifó rápido, limpiándose la boca. No iba a dejar que ninguno la viera así; lo dejó allí y volvió corriendo por donde había entrado, escapando de cualquier mirada que pudiese verla. Era curioso, ni un millar de personas podían derrumbarla. Hizo falta que su hombrecito se la jugara en su propia cara para perturbar su impenetrable corazón.
WC
Al llegar al inodoro Charlotte comenzó a vomitar. Se sentía horriblemente mal, física y psicológicamente. Se había contenido tanto las lágrimas aquellos treinta segundos que la garganta no parecía dar tregua, le dolía mucho. De su boca salió algo de sangre, pero sabía que provenía de las patadas de la pelimorada.
Cuando tiró de la cadena y se puso en pie sintió un mareo y tuvo que sostenerse de las paredes con las manos. Al lograr salir del servicio se lavó la boca, pero seguía escupiendo saliva rosada. Se lavó también la cara, retirándose el sudor y las lágrimas.
AJ Styles: No entiendo por qué usas tanto maquillaje. Así es como más guapa estás, ¿te lo han dicho?
La mujer se puso recta rápidamente, mirando el porte del Fenomenal. Había entrado al servicio de mujeres. Pero no se sentía capaz de contestarle en esos instantes. El luchador se acercó, tocándola de la mejilla. Desprendió una de las perlas que adornaba su ojo mientras la examinaba atentamente.
Styles: Has estado increíble ahí fuera. No es necesario que te aplaudan para comprobarlo, mírame a mí —sonrió, y cayó en cuenta de algo— ¿y tu cinturón?
Charlotte: No lo sé —mintió.
Styles: Claro, porque es algo que se pierde con mucha facilidad. ¿No?
Charlotte: Lo siento, AJ, pero ahora no tengo ganas de hablar, estoy cansada.
Styles: Lo sé —asintió, separándose de ella para cerrar la puerta. Charlotte movió los ojos hacia la misma, frunciendo ligeramente las cejas. Cuando el ex integrante del Club volvió hacia ella dio algunos pasos atrás— oh, vamos, no te alejes. ¿Crees que voy a hacerte algo malo?
Charlotte: No, pero acabo de decirte que estoy cansada. Además, me duele todo. No quiero pagar mis platos rotos contigo.
Styles: Siempre me dejas tú derrotado a mí. Ahora podrían cambiar las tornas —sonrió— pst, venga ya. Es tu noche, cambia esa cara. Has ganado de nuevo.
Charlotte: Tú no puedes cambiar nada. Estoy así también por otros motivos.
Styles: Ya puedo imaginármelos —dijo, llevando una de sus fuertes manos al abdomen de Charlotte. Éste pareció contraerse en el acto, por los nervios. De repente apretó la palma con tanta fuerza que la rubia dio un quejido, apartándose deprisa. Sintió como si el dolor provocado por Sasha se incrementase varios niveles.
Charlotte: ¡¿Eres imbécil?! —se alejó, pero AJ volvió a acorralarla y puso ambas manos en su cara, mirándola fijamente. Sus alturas, prácticamente iguales, hacían que los labios estuvieran enfrentados. Styles pasó el pulgar por su mandíbula, acercándose tanto a ella que Charlotte se sintió tentada de cerrar los ojos— No quiero hacerlo otra vez.
Styles: Lo necesitas. Estás deseando algo de cariño, ¿no es verdad?
Charlotte: ¿Eres ahora mi psicólogo? ¿Fingiendo preocuparte por mí para conseguir un poco de sexo regalado?
Styles: ¿Y acaso lo que tenías con Zayn era diferente?
Charlotte: Era diferente porque él me quería. Y sigue haciéndolo.
Styles: Claro, claro... por eso hace un rato vi cómo se daba el lote con Alexa. Es tan tierno...
Charlotte: No sabe lo que hacer, está confuso porque descubrió que le engañé.
Styles: Te has quitado un peso de encima, créeme. Es demasiado santo para ti —rio, hundiendo sus dedos en el pelo platino de la estadounidense— y mírate, lo preciosa que eres... esa zanahoria no sabe lo que se pierde.
Charlotte: No quiero equivocarme otra vez. Y no tengo fuerza ni ganas para lidiar contigo, así que apártate por favor.
Styles negó con la cabeza. Aún seguía reteniéndola con las manos. Sus ojos azules devoraban el cuerpo de la luchadora, aún vestida con la ropa con la que había salido al ring. Su top azul con perlas y el escaso pantalón, siempre luciendo aquellos marcados cuádriceps. Se acercó peligrosamente y tocó la nariz femenina con la suya, rozando sus labios. Charlotte empezó a empujarle del pecho, pero los brazos le flaqueaban bastante tras el partido, y ahora no podía con él.
Styles: Mereces ser feliz, ¿no crees? Es tu gran día, vamos a celebrarlo como se merece —dijo susurrante, abriendo la puerta del servicio más cercano y cerrándola tras de sí.