Era una mañana soleada en Domino, una princesa recién se levantaba, pensaba en el gran día que le esperaba hoy con sus amigas y la mejor de todas era la más emocionada.
Celebraba su despedida de soltera. Si, aquella chica con cabellos rojos se casaba en una semana con nada más y nada menos que el rey de Eraklyon.
Al fin, después de posponerlo tanto tiempo por fin se realizaría tan esperada fecha. Tanto en Domino como en Eraklyon estaban emocionados por tan espectacular celebración, sería la boda más espectacular de la dimensión mágica, aún que la pareja quería algo más íntimo, los padres de los mismos se negaron a hacerla privada, tenían que compartir su felicidad con sus reinos. En 7 días serían conocidos como los reyes de Eraklyon.
—Vamos, vamos, dormilona. ¡Un gran día nos espera!.—Stella entró ruidosamente a la habitación.
—Stella, recuérdame ponerle seguro a la puerta antes de dormir.—pidió sarcástica la princesa de Domino lanzando un bostezo.—¿Puedes venir después? Aun no he desayunado.
—¡De ninguna manera! ¡Llevo planeando este día desde hace meses! Ahora, tenemos que bajar, mi Brandon y tu futuro maridito están afuera con los demás para desayunar todos y luego nosotras iremos al centro comercial.
—¡¿Sky está aquí?!.—Bloom se levantó de la cama rápidamente, dispuesta a ir hacia las escaleras.
—¡Bloom! ¡Te faltó algo!.
La jóven se detuvo sin entender a su mejor amiga. La princesa de Solaria chasqueó los dedos y la pijama de Bloom se convirtió en un lindo vestido azúl. Después de un agradecimiento dieron rumbo a donde estaban sus amigos.
—Espero que no hagan alguna travesura.—advirtió el hada de la naturaleza jugando con la nariz de Helia.
—Oh vamos, Flora. Sabemos que Helia no hará nada malo, pero yo no prometo nada.—aclaró Riven ganando un codazo de Musa.
—Ustedes diviértanse, hacen esto por Sky.—animaba Tecna abrazando a su novio.
—Además, ¿Se perderán una oportunidad de que los dejemos hacer lo que quieran? Es única.—dijo Layla con picardía.
—Luego hacemos algo que no les guste y nosotros somos los malos.—atacó Nex con mirada retadora hacia la princesa de Andros.
—Cálmense todos, es una reunión para nuestros amigos no una competencia de quien...—Flora fue interrumpida.
—¡Brandon!.—antes de que alguien pudiera hacer algo, la pareja ya estaba en el piso.
—Hola, mi princesa ¿Me extrañaste?.—Brandon fue ayudado por su novia a levantarse.
—¡Más que a mi vestido favorito de esta semana! Eso me recuerda que debo traer más ropa al palacio.
—¿Por qué no vamos a desayunar? Muero de hambre.—habló Sky después de saludar a su futura esposa con un beso.
Todos aprobaron esa idea y fueron al restaurante más caro de Domino. Se sentaron en una mesa grande, mientras Timmy, Musa, Brandon y Flora pedían la comida, los demás charlaban sobre las primeras vacaciones que estuvieron separados.
—¿Y que tal el fin de semana en Linphea?.—le preguntó Bloom a Helia, que estaba sentado en frente.
—Bastante bien, después de varios años pude conocer a los padres de Flora, son agradables, dijeron que volviéramos cuando querramos.—contestó en voz baja para que sólo lo escucharan Bloom, Sky y Riven.—Pienso que me insinúan a pedirle matrimonio.
—Eso es una excelente noticia, Flora sueña con eso desde que le gustaste.—confiesa Bloom con mucha alegría.
—Ya me imagino la cursilería que armarás cuando se lo pidas.—ya con los años, todos se acostumbraron a las burlas de Riven, así que ninguno se molestó.
—Aun no estoy listo para pedírselo.—confesó algo decaído.—Yo la amo más que a nada en este mundo, pero un compromiso así lleva responsabilidades y tengo que hacer un plan para el futuro. Para que no le falte nada nunca.
Sky iba a decir algo, pero de nuevo Stella interrumpe, se levanta de su asiento pidiendo atención, algo totalmente común en ella.
—Quiero proponer un brindis, por las maravillosas amigas que tengo, porque todos estamos aquí reunidos después de tantas tragedias y oscuridad, ya saben que yo prefiero el sol.—guiña un ojo y todos se ríen.—En fin, ustedes son mi familia, nunca tendré amigos tan grandes como ustedes y quería decir que...—se le corta la frase y empieza a derramar lágrimas.—los quiero a todos, a unos más que otros, está claro, pero igual los quiero. Mi vida no estaría completa sin ustedes y... ¡Dios, se me corrió el maquillaje!.—reía entre lágrimas intentando limpiar su rostro con unas toallitas húmedas.
Brando se levanta de su asiento y abraza a su bella novia. La escena conmueve a los presentes: Musa toma la mano de Riven y éste la abraza por los hombros; Tecna y Timmy se miran completamente enamorados, Nex acaricia las mejillas de Layla para luego darle un corto beso; Flora se recuesta en el pecho de Helia y él la abraza con fuerza y por último, Bloom y Sky unen sus frentes dando paso a un gran beso.
Unos minutos después, la comida llega y todos se concentran en devorarla; sobretodo Stella que parecía no comer en días.
—De acuerdo, ¿Qué haremos nosotras? Porque no estoy al tanto de nada.—exigió Musa dándole un sorbo a su bebida.
—Tú no te preocupes, Musa. La vas a pasar genial; soy la mejor organizadora de despedidas de soltera que la dimensión mágica haya visto.—Se halagó a si misma la princesa de Solaria.
—Stella, por favor, nada de tonterías.—suplicó la comprometida un tanto preocupada.
—Tranquila, Bloom. Conocemos a Stella, por eso Layla y yo nos encargamos de organizar todo lo mejor posible.—Tecna saca su teléfono y nuestra una lista digital.
—Me siento ofendida.—la rubia se cruzó de brazos.
—Esa era la idea.—se burló Layla con una gran sonrisa.
—¿Quién organizó mi despedida? A ver si tengo que asustarme o alegrarme.—pidió el rey de Eraklyon mirando a sus amigos.
—Al principio iba a ser Brandon, ya que es el padrino.—inició Timmy acomodándose los lentes.
—Pero el tarado no tenía ideas, así que le pedimos ayuda a Nex. Él conoce varios sitios.—termina Riven recibiendo como siempre un codazo de su novia.
—Yo creo que deberías asustarte.—le susurró Bloom a su futuro marido con una risita.
(...)
Eran pasadas las 5 cuando las chicas empezaron a arreglarse para la gran noche. Después del desayuno se despidieron de sus novios para luego hacer unas compras—a petición de Stella.—algo normal y entretenido para un día de chicas.
Tecna le compró un regalo a Timmy por su aniversario, que se estaba aproximando y quería que fuera especial, Musa adquirió una guitarra nueva, Flora aprovechó y compró el vestido que usaría en la tan esperada boda, Layla solo se comió un helado y Stella bueno, casi compra todo el centro comercial.
—Aun no puedo creer que sólo miraras las tiendas.—dijo a modo de reproche el hada del sol y la luna.
—No veía algo que me llamara la atención.—Bloom se encogió de hombros retocando por última vez su maquillaje.
—Oh, Tecna. Es muy lindo lo que le compraste a Timmy.—halagó Flora mirando con ternura el objeto.
—Gracias, espero que le guste.—agradeció con preocupación.
—¿Estás loca? Lo amará y mas porque se lo darás tú.—la animó el hada de la música buscando su bolso.
—Bueno, chicas. Es hora de la acción, por lo menos me dejaron escoger el lugar de la noche.—comenta la mayor de las Winx terminando de arreglarse.
—Pero si hicimos las cosas que a ti te gustan.—replicó Layla cruzándose de brazos.
—Si, pero no en los lugares que a mi me gustan.
—Por favor, nada de discusiones. Estamos celebrando la despedida de soltera de Bloom, no me gustaría que peleen en estos momentos.—Flora se mete en la discusión de forma pacífica.
Ambas princesas por petición de Musa se disculpan y salen rumbo a una discoteca muy famosa ahí en Domino.
Al llegar, lo primero que hacen es sentarse en una mesa a charlar, pidieron unas cuantas bebidas mientras se reían de cada anécdota chistosa. Flora no era amante de las bebidas alcohólicas, así que decidieron que si las cosas se ponían complicadas, el hada de la naturaleza sería la "chica de seguridad" en caso de que las demás no tengan sus sentidos del todo bien; la chica de vez en cuando le mandaba fotografías a Helia y este le mandaba mensajes sobre lo que hacían los chicos.
—Helia, no seas aguafiestas, toma otra cerveza y dejanos ver las fotos.—decía por quita vez Riven ya algo pasado de tragos.
—Le prometí a Flora no mostrarles nada, voy a cumplir mi promesa.—sentenció guardando el celular.
—No se vale, de seguro te mandaron una foto de todas bailando y no la quieres compartir.—reprochó Brandon volviendo a mirar a las bailarinas de una tarima a pocos metros de ellos.
—¡Queremos más cerveza!.—gritó Nex alzando las manos.—Timmy, es tu momento de brillar.
—¿Mi qué?.—preguntó totalmente confundido.
En ese momento llega una mesera muy atractiva y deja otra docena de cerveza en la mesa. El chico de lentes tragó en seco.
—Fondo.—exclamó el rey de Eraklyon con mirada cómplice.
A partir de ahí todos le siguieron la corriente, gritando repetidas veces "fondo" esperando a que Timmy se tomara todo el líquido de la botella. Al terminar, gritó como "un hombre" mientras que sus amigos festejaban la gran hazaña.
Mientras tanto en la discoteca de las Winx, Musa y Layla fueron a bailar un rato, se les veía muy contentas, Tecna tomaba muchas fotos para subirlas después a las redes sociales; Bloom, Flora y Stella rechazaban las pedidas de baile por parte de chicos muy guapos. Stella si quería bailar con ellos, pero luego recordaba a su amorcito y se le pasaba.
—Tecna, voy al baño ¿Me acompañas?.—pidió Flora con amabilidad.
—Seguro.—respondió la nombrada con una sonrisa.
Ambas chicas se fueron después de comunicarles a sus amigas a donde iban. En ese momento, Bloom se dió cuenta de que su mejor amiga no había tomado nada desde que llegaron, lo cual le pareció extraño ya que le gustaba bastante este tipo de cosas.
—Stella, ¿Te ocurre algo? No has probado los cócteles.—le recordó preocupada.
—Lo sé, no puedo tomar nada de alcohol.—afirmó aburrida.
—¿Estás tomando algún medicamento o algo?.—preguntó confundida.
—No, nada de eso.—negó riendo un poco, la pelirroja alzó una ceja pensando que su amiga estaba chiflada, Stella se dió cuenta y empezó a reír a carcajadas.—Espera a que lleguen las demás y te cuento.
Después de un rato, Layla y Musa se sentaron a descansar, contaron que unos chicos se acercaron a ellas y bailaron todos juntos, en ese momento también llegaron Flora y Tecna riendo.
—Cuidado, Musa. Recuerda que Riven tiene un mal carácter, sobretodo en estas situaciones.—le advirtió el hada del sol y la luna con expresión pícara.
—Si Riven puede hacer lo que quiera hoy, yo también.—bufó molesta recordando lo celoso que es su novio.
—Parece que otra vez la pareja está en guerra.—se burló Layla riendo.
—Creo que somos la pareja más disfuncional que existe.—comentó el hada de la música rodando los ojos.
—No te preocupes, Musa. Él te ama y tengo el presentimiento de que escucharemos campanas de boda, y no precisamente las de Bloom.—Flora empezó a tararear la marcha nupcial haciendo que su amiga se sonrojara y las demás rieran.
—Eso ya lo veremos, apuesto que el siguiente será Timmy.—aseguró Musa.
—Error, si Tecna tuvo que esperar un año para que Timmy se le declarase, imagínate una pedida de matrimonio.—dramatizó Stella negando con la cabeza.
—Según mis cálculos, la que muy pronto llevará anillo de compromiso será Flora.—afirmó muy segura la chica del pelo rosado.
—No creo que sea el momento de ellos,—opinó Bloom incómoda, recordando su conversación con Helia.—es decir, ninguno tiene el peso de un reino, no tienen que apresurarse. En cuanto a Stella,—señaló a la nombrada.—Brandon se tiene que poner las pilas. Además, tenías algo que contarnos ¿No es así?.
Todas miraron a Stella esperando a que diga eso tan importante que tenía que contar. La rubia respiró profundo y sacó un aparato de su bolso. Era algo anticuado para Tecna pero entendible para todas, que miraron con sorpresa y emoción a su amiga, esperando a que lo confirme.
—Estoy embarazada.—afirmó con una gran sonrisa.
Las Winx gritaron y saltaron de la emoción, era una noticia maravillosa. Todas se abrazaron dándole sus mejores deseos a la madre primeriza.
—¡¿Brandon lo sabe?!.—fue lo primero que se entendió luego del abrazo.
—Claro que si, Layla. Él tenía que ser el primero en enterarse, hubieran visto su cara.—empezó a reírse muy fuerte.
—Bueno, ahora tenemos otra cosa que festejar.—dijo alegremente Musa alzando su copa.
—¡Sigamos celebrando!.—exclamó la princesa de Domino levantándose de la mesa, rumbo a la pista de baile.
(...)
—Stella, necesito una mano.—pidió con esfuerzo Flora mientras auxiliaba a una Layla tirada en el suelo.
—Flora, te recuerdo que estoy embarazada, no puedo hacer esfuerzo físico.—comenta la rubia limandose las uñas.
Eran las 3 de la mañana. Bloom, Tecna, Musa y Layla estaban tan borrachas que no podían caminar solas. La pobre de Flora se encarga de llevarlas al palacio sanas y salvas mientras que Stella sólo le sigue el paso.
—¡Quiero ser una princesa!.—gritaba Bloom caminando con dificultad.
—Pero, Bloom. Ya eres una princesa.—aclaró Tecna sentada en la acera.
—¡Es verdad!.—exclamó emocionada.—¡Soy una princesa y todas están envidiosas!.—se burló sacando la lengua.
—Saben... Creo que voy a t-terminar con Ri... Riv... ¿Como es que se llama?.—preguntó Musa con los ojos entrecerrados mirando la luna.
—Riven.—respondió Stella sin mirarla.
—¡Él! ¡Lo amo!.—y con eso se puso a llorar, haciendo que Flora se preocupe más por la situación de sus amigas.
—Stella, ¿Qué hacemos?.—miró asustada a su única amiga cuerda mientras intentaba despertar a Layla.
—No lo sé, ¿Me ves cara de que lo sé todo?.—Stella estaba harta del numerito que hacían sus amigas y más por Bloom, que daba una mala imagen a su planeta.—Llama a los chicos, de seguro vendrán a ayudarte.
—Están en Solaria, tardarán mucho en llegar.
—No pierdes nada con intentarlo.—aconsejó encogiéndose de hombros.
Flora tomó su teléfono y marcó el número de Helia, se mordía las uñas esperando a que su novio atendiera.
—¿Hola? ¿Helia?.—escuchaba música, gritos y cosas rompiéndose. Pensó que tal vez su novio tenía problemas peores.
—¿Que tal, preciosa? Vi la foto del contacto y estás muy linda.—la voz de Riven se escuchaba del otro lado, supuso que estaba más borracho que todas sus amigas juntas.
—Riven, ¿Puedes pasarme a Helia?.—pidió muy asustada.
—¿Para qué? Si me tienes a mi. Ojo, no se lo digas a Musa.—el bastardo empezó a reír como maniático.
—¡Riven! ¡Dame mi teléfono!.—se escuchaba al fondo la voz de Helia intentando arrebatarle el aparato al otro chico.
—¿Qué está pasando? Pon la videollamada.—propuso Stella asombrada por la pelea que se escuchaba del otro lado de la línea.
Flora activó el vídeo para que ambas presenciaran el caos. En efecto, los chicos parecían unos salvajes, mientras Riven corría con el celular de Helia, se podían ver los demás: Sky y Timmy cantaban canciones de despecho encima de una mesa, parecían los menos borrachos, Nex estaba disfrazado de hawaiana haciendo un baile tradicional de la Tierra y Brandon se le veía muy cariñoso con una mesera muy atractiva. Eso último enfureció a Stella, aventando el teléfono quien sabe donde.
—¡¿Como se atreve a hacerme esto?! ¡Ya va a ver! ¡Nadie se mete conmigo! ¡Esto es indignante!.—insultaba una y otra vez caminando en círculos hecha una furia.—¡Voy ahora mismo a detenerlo!.
Sacó su cetro mágico, dispuesta a armar una escena en Solaria, pero Flora la detuvo.
—Stella, calma. No podemos dejar a las demás aquí.—razonó observando a cada una de sus amigas.
—¡Bien!.—y con esto, la rubia las teletransportó a la habitación de Bloom en el castillo.
Algunas cayeron en la cama y otras en el suelo. Flora estaba atónita, pudieron haber hecho eso desde un principio, pero ella no sabía que su amiga seguía usando su cetro.
—Ahora, ¡A darle una lección a Brandon!.—abrió un portal para ir exactamente al bar donde se encontraban los chicos.—Y tú vienes conmigo.—jaló de la muñeca a la morena y ambas entraron.
En segundos llegaron al dichoso bar, Stella aterrizó elegantemente de pié, mientras que Flora se tropezó y cayó boca abajo, un poco aturdida por el repentino cambio de lugar.
Observaron el entorno, y si por teléfono se veía horrible, en persona era mucho peor. Timmy, Nex y Riven estaban peleando, era algo inofensiva pero podrían lastimarse gravemente, Helia intentaba pararlos mientras que Sky le hablaba sin parar. Brandon, por otro lado, seguía coqueteando con la misma chica.
—Chicas, ¿Qué hacen aquí?.—Helia se alarmó al ver a su novia en ese lugar, podría salir lastimada.
—Pues...—Flora como siempre no pudo terminar su oración por culpa de la rubia.
—¡Se supone que debes estar cuidando a los chicos! ¡No dejar que se les insinúen a chicas como esa!.—gruñó señalando a su amorcito.
Todo eso se estaba saliendo de control, el hada de la naturaleza fue corriendo a ayudar a su novio a retener a los especialistas, utilizó enredaderas para retenerlos y Helia cubrió la boca de Sky, ya estaba harto de su parloteo.
—¡Vas a ver, bruja! ¡Nadie se mete con la princesa de Solaria!.—Stella estaba a punto de lanzarle un hechizo a la mesera cuando Flora crea un campo de fuerza y desvía el ataque.—¡Flora! ¡Se supone que viniste a apoyarme!.
—No te dejes llevar por las hormonas, estás sensible.—trató de tranquilizarla, pero como siempre, la terquedad puede con todo.
—Mis hormonas están bien, lo que no está bien es que la defiendas.—espetó indignada.
—No estoy defendiendo a nadie, hago lo correcto y lo correcto es que todos descansamos.—sentenció con voz diplomática.
(...)
—Esperemos que esto funcione.—dijo Flora poniendo la última taza en la mesita junto a la gran cama.
Después de unas horas, la morena hizo razonar a su amiga y evitó una tragedia. Su siguiente problema fue el hecho de que los chicos estaban inquietos, los únicos tres aún cuerdos buscaban una forma de hacerlos dormir; Stella con su cetro los llevó a la habitación real de Sky, Helia los intentaba acomodar para que se acostaran pero nada funcionaba. Flora tuvo la idea de prepararles un té mágico que los pusiera a dormir en un segundo.
No fue fácil dárselos, pelearon por media hora hasta que sacaron de quicio a Stella, que le ordenó a su amiga volver a atarlos y obligarlos a beber el té.
Ahora mismo todos los chicos—a excepción de Helia.—dormían plácidamente en la cama y muebles que habían regados por la estancia. Stella hizo aparecer un espejo mostrando a las demás Winx que estaban en la misma condición que sus novios. Flora suspiró aliviada y se dejó caer en el suelo agotada.
—¿De qué te quejas? Yo hice todo el trabajo pesado.—aclaró la rubia indignada.
La morena sólo le siguió la corriente y le dijo que fuera a dormir, milagrosamente obedeció y se acostó al lado de su amorcito.
—Tú también deberías dormir.—aconsejó Helia tendiendole una mano y acostandolos a ambos en un sofá con almohadas.
—Ni las Trix me daban tanto trabajo.—bromeó soltando una risita.
Helia le sonrió para luego besar su frente y abrazarla hasta quedar dormidos.