DRACO P.V.O
Es tal el estado de nervios de las chicas que el director ha decidido suspender las clases. Hoy es el "gran" día y andan todas como gato escaldado. Me da repelus sólo de verlas. Me he metido en mi cuarto a estudiar un poco el funcionamiento de los armarios evanescentes. Tras mi última prueba fallida, he decidido primero empaparme más de su historia y funcionamiento antes de intentarlo de nuevo. Aunque no me importaría que alguno de los amiguitos de mi padre acabase como la manzana que utilicé para la prueba.
Estaba absorto en la lectura cuando unos golpecitos en la puerta me han sobresaltado. Zabini me ha pedido permiso para entrar.
-No hace falta que seas tan ceremonioso, pasa.
-Es que me tienes preocupado .-Se ha sentado en mi cama- Llevas todo el día aquí encerrado y ni has desayunado ni comido. Y hoyo no hay cena, si lo recuerdas.
-¿Ya es de noche? -Al mirar por la ventana he visto que el cielo estaba oscureciéndose rápidamente sobre el Bosque Prohibido- Lo siento. Me he metido tanto en la lectura que ni me he dado cuenta. De todas formas no tengo hambre.
-Te entiendo -no he podido evitar reirme al ver su cara de martir- Ríete, ríete. Pero Pansy es lo más molesto que me he encontrado en mi vida. Ahora entiendo tu afán por darle esquinazo desde principio de curso.
-Puede llegar a ser bastante molesta, sí. -Le observé unos minutos. Vestía un esmoquin negro con camisa blanca y corbata plateada- Asi que Pansy va de negro y blanco.
-¿Cómo lo sabes?
-Por tu ropa. Le encanta que las parejas vayan conjuntadas. Da gracias que no le gusten los colores chillones.
Desde la sala común nos llegó el grito de Pansy. Zabini se ha levantado a toda velocidad. Antes de salir me ha sonreido tristemente.
-Deberías ir vistiéndote. No creo que a tu pareja le guste que llegues tarde.
-Nosotros iremos cuando ya estén todos allí. Queremos hacer una entrada triunfal. A más de uno le va a dar algo.
-Me das miedo cuando pones esa cara, Draco.
Cuando me he quedado solo no he podido evitar reirme a carcajadas. Esto va a ser realmente divertido. Antes de empezar a vestirme, le he enviado un pergamino hechicazo a Granger, dándole instrucciones.
HERMIONE P.V.O
-Hermione, por favor, ¿Me ayudas con la cremallera del vestido?
Gynni estaba en el pasillo, intentando llegar a su espalda. Cuando he terminado de ayudarla, se me ha quedado mirando. Aún estoy con el pijama y mi pelo parece un nido de pájaros.
-¿Al final no vienes? -Le he tendido la nota que me acaba de llegar- ¡Ah! El Huroncito se está aficionando al correo clandestino. Trae, a ver que pone. "Espera a que tu torre esté vacía para prepararte. No quiero que la sorpresa se fastidie. Media hora después del inicio del baile pasaré a buscarte por tu sala. Necesito la contraseña, pues la Señora Gorda y yo no andamos en muy buenos términos. D.M PD: Estoy deseando ver cómo te queda." Madre mía, Hermione. Si no le conocieramos tan bien, pensaría que te está tirando los tejos.
-Jajaja. Vamos que te ayudo con el peinado y el maquillaje.
Mientras preparaba a Ginny, Lavender se me ha acercado tímidamente. He de reconocer que va muy guapa con ese vestido rojo fuego.
-Hermione.... sólo quería pedirte disculpas por....
-Ron es libre de ir con quien quiera -Creo que he contestado demasiado bruscamente- Lavender, yo solo soy su amiga, ni su novia ni su dueña. Está muy bien que seas tú su novia. Por lo menos te conozco bien.
-Gracias. Esta situación me tenía un tanto...
-Pues olvídalo. Y dile a Ron de mi parte que no se lo tenga tan creído que no es el centro de mi universo.
-Es que como no vas a ir al baile....
-¿Quién dice que no voy a ir? -me encanta la cara que a puesto la chica-lapa- Lo que pasa que necesito un monton de encantamientos para domar esta mata de pelo, por lo que bajaré cuando la fiesta ya haya comenzado.
-¡Que alegria! -Lavender me ha dado un abrazo y se ha ido. Ginny me estaba mirando con ojo crítico- ¿Qué?
-Tienes razón. Si yo fuera tú me iria enseguida a peinarme y empezar a prepararme. Creo que el Huroncito no es de las personas a las que le gusta esperar.
He salido pitando a mi cuarto. Después de darme una ducha rápida he comenzado con el encantamiento para alisarme el pelo. Me ha llevado mis buenos cuarenta minutos. Una vez liso, me he recogido una parte en complicados rizos y he dejado la otra suelta por encima de uno de mis hombros. Luego me he maquillado con mucho cuidado: tonos plateados y dorados muy suaves, sutiles. Después de ponerme el vestido, las sandalias y la gargantilla, me he sentado sobre la cama a esperar a Malfoy. Espero que no tarde. La sala común ya está vacia desde hace un buen rato.
DRACO P.V.O
La Señora Gorda debía de haber comenzado la fiesta por la mañana porque ni me ha pedido la contraseña. Con un "pasa guapo" lo ha resuelto todo. Dumbledore tendría que llevarla a una terapia para cuadros a los que les gusta demasiado empinar el codo. No da muy buena imagen. He pasado a la sala común de los leones con mucho cuidado. Menudo marrón si me llego a encontrar con alguno. Pero no. Ya están todos en el Gran Salón. Mientras le daba un tiempecito a Granger para que terminara, he paseado por allí. Tanto dorado y rojo marea, pero por lo menos es más acojedora que mi sala común, en las mazmorras y bajo el lago. Y luego se extrañan de que tengamos unas personalidades tan sombrías. Si parecemos gusanos bajo tierra. Junto a la chimenea hay un tablero de ajedrez. Las negras daran el mate a las blancas en dos movimientos. Ese jugador es bastante bueno. ¡Basta de curiosear! Cuando he llegado a las escaleras de las chicas, éstas se han transformado en un tobogán. Buena medida, pero inutil. En mi casa hace años que ese encantamiento dejó de funcionar. Murmuré el contrahechizo y subí despacio. En el primer rellano hay cinco puertas, pero la que me interesa es la primera. "Hermione Granger. Prefecta". He entrado sin llamar.
-Creí que me habías dado plantón, Huroncito.
Me he quedado sin habla. Literalmente. Ahí, enfrente mío, estaba la chica más guapa que he visto en mi vida. He tardado tres minutos en darme cuenta de que se trataba de Granger. ¡Cielos! El vestido le queda perfecto, como si hubiese sido confeccionado exclusivamente para ella. Las sandalias la han hecho ganar unos quince centímetros. Mejor, porque sin tacones apenas me llega al hombro. La gargantilla de mi tatarabuela queda impecable en su largo cuello. Cuando he llegado a la cara me he vuelto a quedar sin aliento. Granger se ha maquillado de la manera más sutil que he visto nunca. Toques de oro y plata en los ojos, un leve rojo en los labios.... Y un peinado de impresión.
-¿Sabes como se respira, Malfoy?
-Lo siento. -Le he tendido el brazo, pero ella se ha limitado a girar la mano, para que de una vuelta sobre mí mismo. Creo que es justo, pues yo la he examinado como si fuese una pieza de museo.
-No está nada mal, Huroncito. Pantalones negros, camisa negra, chaleco dorado y... ¡mira que bien, corbata roja y dorada! Parece que hemos cambiado de casas. Espera, tengo algo para tí.
Me ha tendido una caja pequeña. Cuando la he abierto, me he encontrado con unos gemelos de plata con una pequeña piedra verde y un alfiler de corbata con forma de serpiente.
-Ya que vas a llevar mis colores, tendremos que hacer gala también de los tuyos. -Me ha ayudado a ponerme los gemelos y el alfiler. Tenerla tan cerca me ha hecho ponerme nervioso de repente. Granger me ha sonreido mientras me miraba fijamente a los ojos. Y ahí se ha quedadado de nuevo.
-Granger... -La he cogido por los hombros y la he separado un poco de mí- Si te mueres ahora nos quedamos sin sorpresa.
-¡Ufff! Lo siento. Pero es que tienes unos ojos impresionantes. Nunca he visto un color así. Porque tus padres...
-Azules. Los tienen azules. Soy el único en mi familia con este color de ojos. ¿Alguna otra pregunta sobre mi maravillosa genetica? ¿No? Pues andando.
HERMIONE P.V.O
Antes de entrar en el Gran Comedor me he tenido que parar a tomar aire. Lo que vamos a hacer nos traerá consecuencias. Y puede que casi todas malas. Él es el Lider de Slytherin, mientras que yo soy la cerebrito de Gryffindor, la sangre sucia a la que desprecia. Malfoy me ha mirado con algo parecido a la preocupación.
-¿Te encuentras bien, Hermione? -Me ha llamado por mi nombre. Es la primera vez en seis años que lo hace. Y ha sonado tan bien...- Si quieres damos la vuelta y que les zurzan.
-No. Con lo que me ha costado peinarme, no pienso volverme atrás.
-¡Cielos! -ha puesto una cara muy graciosa- Toda una sala llena de gente que posiblemente se nos lance al cuello y a ella solo le preocupa que no puedan ver su peinado. Granger, hay algo más en tí que un simple peinado. Te ves espectacular.
-Gracias, Huroncito.
Cogiendo aire hemos entrado en el comedor. Inmediatamente se nos han quedado mirando todos. Podría haber sido muy incómodo, pero Malfoy ha caminado entre todos ellos como si estuviesemos solos en la sala. Me ha llevado directamente al centro y ha comenzado a bailar un vals. ¡Madre mía! Ser llevada por él es como flotar. Baila muy bien. Me ha sonreido de esa manera suya tan particular.
-Mi madre me enseñó a bailar piezas clásicas cuando tenía seis años. Siempre ha dicho que un hombre debe hacer que su pareja de baile flote.
-Tendría que darle las gracias. Lo haces francamente bien. -No hemos podido evitar reirnos. Por el rabillo del ojo he visto las caras de mis amigos. Ginny tenía una sonrisa gatuna de oreja a oreja. Cuando se ha dado cuenta de que la estaba mirando, ha levantado el pulgar. ¡típico de ella!. La cara de Harry era todo un poema. Al principio se ha quedado blanco, luego se ha puesto verde y ahora está de nuevo blanco. Ginny le ha dicho algo al oido y ha sonreído. ¡Gracias, Ginny!. Pero la cara que más me ha gustado ha sido la de Ron. No se podía saber donde acababa el pelo y empezaba la piel. ¡Está furioso!. Draco ha seguido mi mirada y ha sonreído malevolamente.
-Creo que Comadreja Weasley va ha tragarse la lengua. -Giró en dirección contraria para mirar a sus compañeros- C y G siguen en su mundo. Entre los dos no suman ni media neurona. De esos no tenemos que preocuparnos. Pansy... si se muerde la lengua, muere envenenada. A Zabini parece que le hemos hecho gracia.
-Menos mal, por lo menos hay una serpiente que no nos va a morder.
-Es mi único amigo. Él me entiende y no me cuestiona. -Me ha llevado hasta donde estaban mis amigos, y besándome la mano me ha dejado con ellos- No te vayas muy lejos, preciosa, que aun nos quedan muchos bailes.
En cuanto se ha alejado, Harry me ha asaltado a preguntas.
-¿Te ha hecho algo' ¿Te ha lanzado una maldición o te ha amenazado con hacer daño a tus padres?
-Tranquilizate, Potter -No he podido evitar sonreirle. ¡Por lo menos se preocupa por mi!- He venido con él por voluntad propia. Además, este vestido y demás cosas me las ha regalado él.
-Si, sus colores de mierda -Ron estaba a punto de ahogarse por la rabia. Me he cotenido para no cruzarle la cara.
-Sí. Y él lleva nuestros colores de mierda tambien, por si no te has dado cuenta -Ginny se ha encarado con su hermano.- Aunque me cueste creer que estoy defendiendo a MAlfoy, te voy a decir una cosa, hermanito: por lo menos él la está tratando como a una princesa, mientras que tú llevas años utilzándola para tu beneficio e ignorándola el resto del tiempo. Y si Herm ha decidido venir con él es para restregarte por la cara que él es mucho mejor que tú.
Nos hemos quedado de piedra. Harry ha pasado de la sorpresa a reirse a carcajadas. Me ha cogido de la mano y me ha llevado a la pista de baile.
-Espero que a tu serpiente no le importe que baile por lo menos una vez contigo.
He mirado hacia donde estaban los de Slytherin. Draco nos ha lanzado una mirada bastante fría, pero enseguida se ha girado, pues Pansy estaba empezando a montar el numerito.
DRACO P.V.O
Bueno. San Potter no se lo ha tomado tan mal como yo esperaba, pero ver al pelirrojo casi ahogado por la ira y a su hermana pequeña abroncarle por defenderme a mí ha merecido la pena. Cuando he llegado junto a Zabini, este sonreía socarronamente.
-Ahora comprendo tanto secretismo. Dando sorpresas eres único, Draco.
-No pareces muy molesto.
-Viendo el milagro que has hecho con la sangre sucia, merecía la pena. Nunca pensé que debajo de toda esos harapos y de esa maraña de pelo hubiese alguien así.
-¿Tú tambien, Zabini? -Pansy se ha materializado de la nada a nuestro lado. Zabini casi se muerde la lengua del susto- Pansy, no te había visto. Voy a por un poco de ponche.
¡Cobarde! Me ha dejado solo con la arpía. Pansy está que hecha humo. Se ha quedado ahí plantada, mirándome fijamente, como si estuviese indecisa. Indecisa entre arrancarme la cabeza o patearme.
-¿Cómo -te- has-atrevido-a-cambiarme-por-esa-sangre-sucia?
-Porque es menos molesta que tú, no me agobia como tú, porque sabe estar callada cuando debe y porque a ella le queda mejor el vestido que a tí. -¡Qué a gusto me he quedado! Llevaba años deseando decir aquello.- A ver si te queda claro, Parkinson. No eres mi dueña. Y creo que ya no eres ni mi novia.
-¿Me vas a cambiar por ella? -ha señalado a Granger con la cabeza. Cuando me he girado me han entrado ganas de ir hacia ella y estrangularla. ¡Está bailando con San Potter! Cuando nuestras miradas se han cruzado he visto temor en sus ojos. Hace bien temiéndome. Pansy me ha interrumpido- ¡Cuando te hablo me miras, Draco! Estoy cansada de que me ignores.
-Pues no seas tan pesada, Pansy.
Me he alejado de ella y he ido a la mesa donde estaba la comida. Tengo hambre. Zabini tenía razón. No es bueno perderse el desayuno ni la comida.