Este es el especial del primer capítulo desde el punto de vista de Chris, espero que os guste. ♡
CHRIS' POV.
Mi alarma sonó como siempre a las seis de la mañana y, como siempre, moví mi mano a tientas sobre la mesa de noche, tratando de apagarla, pero, también como siempre, sólo consiguiendo tirarla al suelo y como resultado, romper otro reloj.
Me incorporé y me rasqué la cabeza, tratando de recordar qué día era hoy.
Giré mi cabeza para mirar el calendario y suspiré. Era el día de las pruebas del equipo de fútbol.
Me levanté, tratando de no hacer ruido para no despertar a mi hermana, y me puse una camisa, una sudadera y unos pantalones que dejé ayer sobre mi escritorio. Salí de mi cuarto, caminé hasta el baño, me cepillé los dientes y el cabello y volví a salir.
Entré en la cocina, donde mi madre estaba haciendo tortitas, y me acerqué a ella para darla un beso en la mejilla derecha.
― Buenos días, Chris. ― despeinó mi cabello con su mano libre y gruñí, bromeando, antes de devolverla la sonrisa.
Me senté en la mesa del centro, donde había un plato con tortitas con chocolate por encima, y empecé a comer mientras mi madre me hacía preguntas innecesarias sobre mi vida amorosa.
― ¿Así que, harás las pruebas para el equipo de fútbol? ― preguntó cuando terminó con su interrogatorio, y asentí.
― No te preocupes, estoy seguro de que entraré. ― respondí, y reí cuando mi madre rodó los ojos, sonriendo.
Cuando terminé, agarré mi mochila y me despedí de mi madre antes de salir de mi casa. Bajé por el ascensor hasta llegar a la última planta, salí del edificio y me dirigí hacia mi coche.
Entré, dejando mi mochila en el asiento del copiloto, y arranqué el coche.
No podía evitar sentirme algo nervioso. Sabía que, quizás, Annie se presentaría a las pruebas para el equipo femenino, la había visto jugar varias veces en el recreo con Luke y otros chicos.
Decidí apartar ese pensamiento y no hacerme ilusiones. Concéntrate, Chris, tienes que pasar esas pruebas.
Cuando paré en un semáforo en rojo, mi teléfono vibró en mi bolsillo y vi que era un mensaje de Madison, así que lo ignoré.
No me malinterpretéis, me gustaba Maddie. Era guapa, popular, tenía buen cuerpo, y dinero, pero había algo en ella que faltaba. A pesar de eso, decidí salir con ella porque, al parecer, había cambiado, y no tenía la suficiente fuerza como para decirla que no. Todos merecen una oportunidad, al fin y al cabo.
Quizás, con el tiempo, conseguiría enamorarme de ella.
Cuando llegué al instituto, aparqué en frente de éste y cogí mi mochila antes de salir de mi coche. Me giré y vi a Annie entrar corriendo en el instituto, por lo que supuse que James también estaría ahí, y me acerqué a su coche, donde estaba apoyado mirando su móvil.
― ¿Qué hay? ― pregunté cuando llegué, y chocamos nuestras manos.
― Me duele el corazón. ― arqueé una ceja y reí. ― Literal, la bestia que tengo como hermana me ha pegado una patada en el pecho esta mañana cuando trataba de despertarla, y luego otra en la cara.
Volví a reír y me golpeó en el hombro, bromeando, y ambos nos dirigimos hacia la puerta del instituto.
***
El timbre que indicaba el final de la clase sonó y salí rápidamente de mi clase.
Saqué la mochila de deporte de mi taquilla y fui por los pasillos hasta llegar a los vestuarios.
Me puse una camisa de manga corta y unos pantalones, luego me puse mis deportivas y salí al campo después de peinarme un poco.
Me acerqué hacia donde estaba el equipo masculino. Éramos muchos en comparación al otro equipo, pero el hecho de que sólo trece de nosotros entraríamos me ponía de los nervios.
Estaba dispuesto a empezar a estirar, hasta que volví mi mirada al equipo femenino y vi a una chica estirando algo separada del resto.
Sonreí para mí mismo y caminé en su dirección.
No, no hacía esto porque fuera un imbécil o algo así. Sabía que, Annie era una persona fría y era difícil acercarse a ella. También sabía que, si tratara de ser su amigo, lo único que conseguiría sería que me rechazara. Así que opté por un plan B: la única manera de acercarse a ella, era siendo su enemigo.
Una idea tonta, pero puede funcionar. Es ahora o nunca.
― ¿Has venido para las pruebas del equipo de animadoras? ― pregunté burlonamente, y la chica se giró a mirarme.
Annie me miró de arriba a abajo y sonreí pícaramente.
― Te equivocas. ― dijo, y imitó mi posición. ― Vengo para las pruebas del equipo femenino. Si es que has perdido el equipo de animadoras y necesitas que te guíe alguien, está por ahí. ― señaló a su derecha por un momento.
Mordí mi labio inferior y pude notar la rabia desde su mirada. Esta chica es realmente difícil.
― No me intimidas, Parker. No soy quien te imaginas.
Bajé los brazos y sacudí la cabeza, sonriendo.
― En ese caso, buena suerte, princesa. La necesitarás.
Dí media vuelta y me fui en dirección a mi equipo.
Misión cumplida, Chris. Oh, si pudiera me aplaudiría ahora mismo.
Justo antes de que llegara hasta donde estaba mi grupo, alguien me dio un par de golpes en el hombro y me giré, confundido.
― Vuelve a llamarme princesa y te tragas el cuento.
Antes de que pudiera analizar lo que estaba pasando, me dio una patada que fue directamente a mi entrepierna y caí al suelo, agarrándome la parte donde me acababa de golpear.
Auch, vale, eso no me lo esperaba.
Se dio la vuelta para volver con su equipo y me levanté, pasándome una mano por el cabello.
¿En qué estaba pensando? Sí que era un idiota.
Oí un silbato a mi espalda y supuse que iba a empezar la prueba, así que me acerqué al entrenador de mi equipo.
Me coloqué donde me indicó, que era el puesto de delantero, y le dí gracias por eso porque ser defensa no era lo mío.
Tuve que golpear varias pelotas y tratar de meter gol, y, a pesar de que sólo entraron nueve de diez, eso era suficiente para pasar.
Después de una hora, todos habíamos acabado las pruebas y volvimos a los vestuarios.
Me duché rápidamente en las duchas del vestuario, me puse lo mismo que llevé aquella mañana, agarré mi bolsa y salí al pasillo, donde me estaba esperando Madison.
― ¡Chris! ― gritó al verme, y sonreí cuando se lanzó a abrazarme.
― Hola, Maddie. ¿Entraste al equipo de animadoras? ― pregunté cuando se separó de mí, y sonrió también.
Llevábamos saliendo dos meses, cosa que me extrañaba, y al parecer no era el único.
― Sí, he entrado. Y quizás me nombren capitana, ya sabes. ― rió y me apoyé en las taquillas que estaban a su lado.
Noté que alguien me estaba mirando y miré a mi derecha sólo para encontrarme con Annie, la cual enseguida se giró para hablar con una chica pelirroja.
Oh, si, Diana. Lo único que sabía sobre ella es que estaba al lado de Annie cuando la vi por primera vez, que iban a la misma clase y que al parecer odiaba a todo el mundo. O eso creía.
Ambas empezaron a hablar de algo, y luego sonrieron y se fueron con sus almuerzos en dirección contraria. En ese mismo momento, James y el resto de nuestro grupo de amigos pasaron por nuestro lado y me despedí de Madison, dispuesto a irme con ellos.
Nos sentamos en una de las mesas del fondo y miré mi móvil mientras mis amigos hablaban sobre alguna chica del equipo de animadoras.
Era gracioso como, de todo mi grupo de amigos, era el único que no iba de cama en cama, junto con Luke. No sólo porque ahora estaba en una relación con Madison, también porque era incapaz de hacer eso desde que Annie llegó al instituto. Simplemente, algo dentro de mí me lo impedía.
― Ah, ¿y tú, Christian? ¿Qué tal con el equipo de fútbol? ― alguien preguntó y aparté la vista de mi móvil para encontrarme con seis pares de ojos sobre mí.
― Perfectamente. ― respondí, y miré hacia mi derecha, donde Annie estaba fingiendo no mirarme. ― Y creo que este último año va a ser el mejor. ― le guiñé un ojo y reí cuando arqueó una ceja.
Sonreí cuando el resto de sus amigos miraron en mi dirección, y James hizo lo mismo.
El resto del recreo estuvimos hablando sobre cosas sin importancia, y cuando sonó el timbre, volvimos cada uno a nuestra clase.
***
Unas horas más tarde, sonó el timbre que indicaba que habían terminado las clases y salí, ignorando a la profesora de Ciencias que seguía mandando deberes.
Me dirigí a mi taquilla, cogí mis cosas y me despedí de mi grupo de amigos antes de entrar a mi coche.
Dejé mi mochila en el asiento del copiloto de nuevo y, cuando vi a Annie correr hacia el coche de James, tuve una idea.
Saqué mi móvil para enviarle un mensaje a mi madre diciéndole que llegaría más tarde hoy y arranqué el coche.
Seguí otro camino hacia la casa de James y, al llegar ahí, aparqué mi coche justo detrás del suyo.
Al salir de mi coche, llamé al timbre y, segundos después, James abrió la puerta, sonriendo.
― ¿También te has escapado de la clase de Ciencias? ― reí y abrió más la puerta para que pudiera entrar.
― No me culpes, no me interesa en lo más mínimo la fotosíntesis. ― me encogí de hombros y volvimos a reír a la vez.
Oí a alguien bajar las escaleras y ambos nos giramos para mirar a Annie.
Sonreí de lado. Gracias, Karma.