Lizeth y María Cassanova se miraron, pensar que habían compartido la mayor de vida junta y ahora se daba cuenta que habían sido separadas por el mismo destino y las decisiones de una de ellas. Ahora se encontraban una frente a otra en el lado diferente de la moneda, La ladrona y la teniente del FBI. María apretó su vendaje y sacó su arma, le apuntó a su excompañera. Joel desapareció del lugar y Bartolomé se quedó tomando a su esposa mientras lloraba.
-Nunca me imaginé que fueras a traicionarnos...- expresó Liz apuntando también con su arma- Eres o eras como mi hermana. ¿Cómo llegaste a este punto?
-No entenderías lo que estoy haciendo. Tú no has sufrido por amor y no has tenido a alguien que te apoye aunque él esté peor que tú... -Marinette a estas alturas ya había huido con Joel y Rossa Merry. Bartolomé acostó a Gianella en el piso y se echó a correr.
-Amas a ese hombre, solo porque te salvó la vida. Acaso no eres consciente de lo que le hizo a tu familia. Fue su jefe quien los mandó a matar para amedrentarte...-expresó Liz en un tono enojado. Porque ella estaba totalmente enojada, pero la vida era injusta.
-Entonces matamos. Aprovecha que todos sus hombres están aquí y haz explotar esas granadas que tienes en la cintura...-María amenazó casi llorando- Cobarde...
-Maldita estúpida. Apuesto a que está lejos de aquí con Marinette y su hija...-Liz tocó una de las granadas con la yema de sus dedos. Iba a hacerlo, la mataría junto con todos aquí. Era el momento- Heriste a Adrien...
-¡Ja! Sabes que al final se quedaría con Marinette. No tenías oportunidades con él. Y aún las tuvieras, él preferiría a la azabache antes que a ti. Antes que a todos en este maldito lugar...
-Ella es la razón por la que puedo matarme...-dijo con un poco de molestia, tocó su corazón- Solo baja el arma...
-Lo siento...-Puntos de color rojo comenzaron a aparecer en su cuerpo, los laceres de armas de fuego a larga distancia estaban preparado para disparar a la orden de María- Ahora...
-Sí, yo muero, tu mueres conmigo maldita...-dijo ella sacándole el seguro a la granada, en un instante todo el edificio explotó. La guarida de Joel ubicada en el barrio Italiano, terminó hecha pedazos y esa fue la última vez que los visitó el FBI.
ATESTADO POLICIAL N° 0012651456
Según el resultado de la necropsia de Ley, se ha determinado que María Eugenia Cassanova Miliano y Lizeth Kathelyn Abbadie Traynor han muerto debido a la explosión una granada de guerra con código del FBI en la calle 26, Cuadra 2 del Barrio Italiano, Francia durante una guerra civil entre Narcotraficantes y agentes de la antes mencionada organización.
Los documentos entregados por la Señorita Chloé Bourgoeis con fecha anterior a este documento demuestran que, la comandante de las fuerzas especiales internacionales, María Eugenia Cassanova Milliano, quien se encontraba en complicidad con Joel Chao Leng alias "Jyun Zen" intentó huir con la suma de U$$ 1,056,568.00 Dólares Americanos pertenecientes a la pareja de esposos Bartolomé Tabusso y Gianella Tabusso originarios de Italia. Los cuales habrían obtenido este dinero por medio de comercialización internacional de armamento de guerra, drogas y lavado de activos. Así como consta en los documentos recepcionados por la policía de Francia.
Bajo a la cual también adjuntamos cargos como secuestro de la Señorita Marinette Dupain Cheng la cual fue encontrada inconsciente y con heridas leves cerca de la fuente de agua de la plaza central. Un intento de Asesinato al Sr. Adrien Agreste y secuestros a los Menores de Edad, Bridgette Dupain Cheng, Félix Agreste y Rossa Merry Bartolini. De los cuales los dos primeros fueron liberados junto con la Señorita Marinette. Quedando como retenida y sin señales de vida, la menor de solo cinco años, Rossa Merry Bartolini.
Bajo esta medida, se deja claro que:
Lizeth Kathelyn Abbadie Traynor, cumplió con su juramento ante la Ley Internacional de la Organización de las Naciones Unidas y La Unión Europea. Otorgándole el cargo de Martir Policial contra el cartel Tabusso Zen. Y la suma de 83,000.00 Dólares provenientes de la resolución del caso del tráfico de personas heredados a su Madre Adoptiva y Sr. Nathanael Cassanova esposo de la Sra Bourgoeis .
Fiscalía de Francia.
Pasaron dos semanas hasta que Adrien pudo recién moverse. Sí que las había visto verde. A estas alturas sabían que ya no estaban en peligro pero lo que los mantenía tristes era que la hija de Fiorella no apareció más. Fiorella Bartolini intentó buscarla al ver el caso cerrado pero viendo lo inútil de la situación decidió simplemente desistir por un tiempo. Y volver a buscarla cuando creyera que Joel se sintiera seguro de salir a la vida matutina.
Solo bastaron unas cuantas semanas y Adrien mostraba grandes mejorías. Al final terminaron por darle de arte. Desde el acontecimiento del secuestro un año ha pasado, aunque los pequeños extrañen a Rossa Merry , la vida seguía y era hora de reintegrarse a la sociedad.
-Creo que necesitamos unas vacaciones...-dijo Adrien sonriéndole a Marinette desde la butaca de la habitación de ella- Que tal si vamos a algún lugar, algo soleado, tranquilo. Un lugar donde podamos acordar los detalles de nuestra boda...
-¿Nos casaremos? En estos momentos tan difíciles...-preguntó Marinette observando a Adrien desde el tocador donde se estaba viendo para delinear sus ojos.
-La idea no la di yo, me la dio la propia Fiorella. Dice que ella tendrá paciencia, sabe que su hija está viva...-expresó Adrien levantándose de su asiento y colocándose detrás de él. Besó con dulzura su nuca y luego la abrazó con fuerza cuando ella terminó de ponerse el labial- Te vez tan hermosa...
-Siempre dices eso, Adrien...-aseveró la azabache mirándose al espejo. El rubio tenía las manos más grandes que ella, su cuerpo de un chico de veinte y pico años era perfecto, había estado cuidando su figura en todos estos años, tanto que se tenía tantas fans como arena en el desierto.
-Lo sé, My Lady. Pero yo solo digo la verdad. La total y pura verdad. Estoy casi seguro que cualquier hombre quisiera hacerte suya. Pero lamento desilusionarlos, tú eres mía...
-¿Me estás diciendo que te pertenezco? –Marinette alzó una de sus cejas sonriendo. Mirando los ojos de Adrien a través del espejo.
-Sabes que eso es verdad. Podría decirle al mundo cuanto me perteneces en una conferencia de prensa, pero no lo hago por ti...-dijo él guiñándole coqueto el ojo, mientras ella reía delicadamente.
-Eres un tonto...-dijo él besándole la mejilla a la azabache.
-Pero soy tu tonto y solo contigo...-la abrazó fuerte entre sus musculosos brazos. La meció de un lado a otro hasta que ella comenzó a jugar con sus dedos haciendo un puchero- ¿Qué pasa?
-Hoy no irás al desfile de la tercera línea de ropa que saco para la empresa de tu padre...- Adrien la soltó y se echó a reír. La azabache a veces tenía actitudes inmaduras. Se quedó viéndola un momento mientras ella se ponía colorada de la cólera.
- Bueno, no es que no quiera ir. Estoy en la necesidad de viajar hoy. Mi padre me lo pidió, no puedo negarme...-dijo él cruzando los brazos- Sabes que mi padre está realmente preocupado por lo que pasó con Félix, no desea que el tiempo le gane. El tiempo que quiere pasar con mi hermano es mucho, no quiere perderse nada de la vida de él.
-Está bien. No insistiré más sobre este tema...-expresó la azabache con algo de desánimo- Que tengas suerte en tu viaje y llámame cuando llegues...
-No te preocupes, estaré bien...
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Eran las ocho de la noche, un día en el que se presentaría los diseños de la Línea "Escarlata", modelos inspirados en las rosas rojas, las mariquitas y otros hermosos seres vivos de color rojo. Expresando también lo mucho del amor por esta ropa, porque había cierto diseño que Marinette esperaba usar algún día. Su vestido de bodas. El gran vestido de bodas que llevaba como ramo unas rosas netamente rojas, un gran ramo de rosas rojas. Y para el hombre un traje de gala negro con una rosa igualmente roja en el bolsillo del saco con un pañuelo tan blanco que la rosa y su tallo se veía tan hermoso.
Marinette ultimaba los detalles del desfile, los modelos estaban listos para desfilar la ropa, a cada uno de ellos se le dio un Antifaz antes de salir a la pasarela. Comenzaron a pasar uno por uno hasta que en una de esas salidas al escenario un modelo desapareció. Salió otro en su lugar, otro que le parecía familiar pero por respeto a la reunión y al evento no decidió evidenciar. La azabache seguía narrando los detalles de cada uno de los trajes hasta que la llamaron porque una de las modelos se había torcido el tobillo, casualmente Gabriel tomó el micrófono para seguir describiendo los trajes que venían mientras ella se colocaba el vestido de novia. Sería el plato de fondo. Con ella terminaría el desfile y darían paso al Cóctel.
Sin ninguno otro particular, Marinette esperó a que fuera su turno, no veía al modelo que modelaría el traje de novio. Supuso que entraría después de ella. Así que dejó de preocuparse.
-Con ustedes presentaré un vestido de novia de blanco con incrustaciones de hijos bañados en plata e incrustaciones de imitaciones de rubíes. Este vestido como podrán ver, goza de una elegancia única debido a la caída de lo que es la cola de la novia...- Marinette giró para que vieran su cola y luego volvió a caminar al centro de la tarima.
-Estimados caballeros, están reunidos aquí para ver una de las mejores líneas antes inventadas de toda la historia de la empresa Agreste- esa voz era familiar. Pudo reconocerla al instante, giró para tener la certeza de que ese hombre de traje de novio era Adrien- Si ustedes me lo permiten y no están en oposición, hoy quiero pedirle a la mujer de traje de novia...
Los que asistieron a la fiesta comenzaron a murmurar. El hombre con el antifaz del gato negro había osado pedirle a Marinette que fuera su esposa. ¿Qué diría Adrien de todo esto? El murmullo paró cuando Adrien se sacó el antifaz. Todos comenzaron a aplaudir cuando el rubio caminó hacia ella, se inclinó y puso una de sus rodillas sobre el piso de la pasarela. La azabache estaba pálida, ¿qué iba a hacer? Respiró profundo, vio lo que tenía en las manos y al abrir una cajita mostrándole un hermoso anillo con dos piedras adheridas en su centro. Rodhonite y Cat's eyes. Era perfecto, amaba ese anillo. Quedó deslumbrada.
-¿Te casarías conmigo, Marinette?...-Adrien le sonrió, la quedó mirando con insistencia hasta que logró hacer el contacto visual debido y volvió a repetir la pregunta- ¿Te casarías conmigo, My Lady?
-Sí, me quiero casar contigo, ¡¡Gato idiota!! –Comenzó a llorar de la emoción mientras el público aplaudía alegremente.
-Me puedes dar un beso, entonces...-Marínette no se hizo esperar y se aventó sobre él para besarlo.
-Te amo...-dijo ella mientras él lagrimeaba debido a la emoción del momento. Entre el público muchas de las personas que habían visto a lo largo de su vida. Unos casados y con hijos. Otros tomados de la mano e iniciando una vida plena, llena de futuro, exitosa. Otros, esperando la llegada de ese alguien especial y el resto simplemente observando y sintiendo el amor.
Gabriel se sintió, como aquella vez que su esposa le dio el sí. Recuerda que saca su primera línea de ropa y era ella la modelo de vestido de novia. Después del desfile y en camerinos se arrodilló en medio de la multitud, le confesó su amor. La rubia mujer, también tenía noticias, ella a pesar de aún no estar casada con Gabriel esperaba a Adrien. Aún recuerda que cuando su mujer se lo dijo fue la razón por la cual decidió ser mucho más de lo que era y desde ese momento, fue el gran GABRIEL AGRESTE.
Aplaudió cuando Adrien cargó a Marinette hasta los camerinos y prosiguió con el desfile. La noche pasó con normalidad. Sin nada que incomodase a los presentes.
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-Mamá no está. ¿Por qué mamá no está con nosotros ahora? –preguntaba la pequeña morena. Se miraba las manos sucias mientras su padre hacia la cena en un lugar alejado de París. Si, estaban en China.
-Pues, Mamí va a casarse con Alí. Ella querrá tener otros hijos y tú te quedarás conmigo...- explicó él. Le estaba rompiendo el corazón a su hija pero era necesario para mantenerla cerca de él.
-Mamá no haría eso...-dijo ella en respuesta casi llorando. Rossa Merry sabía que su madre no era capaz de olvidarla, sabía que posiblemente la estaba buscando.
Joel puso dos platos en la mesa oriental, mandó a Rossa a lavarse las manos y sentarse a comer. Siempre tenía un as bajo la manga. Sacó una foto de su bolsillo y la puso sobre la mesa mientras Rossa tomaba el tenedor para comer su comida. Curiosa tomó el papel de la mesa y miró fijamente que dentro de ella se encontraba Fiorella Bartolini y Ali, esperando casarse, con una gran sonrisa. Omitiendo su ausencia, siendo o pretendiendo ser felices.
-Mi madre...-dijo ella llorando un poco- Está con él, se olvidó de mí...
-Ella está siendo feliz con él... porque no eres feliz tu conmigo- Volveremos a Francia cuando acabes la primaria... y podrás recuperar tu vida si así lo deseas...
-¿Me dejarías volver cuando acabe la primaria? –Preguntó ella con inocencia, la inocencia de una niña que esperaba por un gran regalo- ¿Podré ver a Félix y a Bridgette?
-Podrás verlos si eso es lo que deseas...-dijo su padre arreglándole el cabello para que no callera dentro de la comida- Para ese entonces deberás tomar una decisión importante. Cuando llegue el momento te explicaré sobre el tema...
Rossa se secó las lágrimas y comenzó a comer todo lo que le habían servido. Desde ese momento viviría en Asia, quizás nadie la iría a ver pero estaría lo suficientemente lejos de su madre para hacerla sufrir por su ausencia. Para castigarla por haberla dejado ir con su padre, por haberse casado con ese hombre. Ese hombre que no le agrada ni un poco, decidió ser paciente.
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Habían pasado ya un par de semanas, todos los familiares de Marinette y Adrien los iban a despedir en el aeropuerto. Iban a viajar para relajarse y luego acordar el día de la boda. Los equipajes eran muy pocos y los viajes y escalas eran muchos. Mientras esperaban la llamada al primer avión. Nathanael y su pequeña hija estaban en el aeropuerto mientras Chloé se mantenía abrazada al brazo de Adrien. Marinette se sentía incomoda.
-Adrienkisss... no te olvides de mandar recuerdos. Traer souveniers y otras cosas...-dijo ella haciendo un pico- Mi hija también lo pide...
-Nathanael sabe...-se acercó a su oído-... que es para molestar a Marinette...
-No deberías hacerlo...-dijo Adrien tratando de zafarse del agarre de ella- Últimamente no está de muy buen humor...
-Al menos dime a donde irán...-sonrió ella alejándose de él- Espero que sea realmente bueno...
-Sur America...-dijo la azabache mostrando los boletos de avión- Un tour recomendadísimo por mi querida Antonella...
-Antonella se está equivocando. Sur America es un lugar muy inseguro...-dijo ella tomando a su hija en brazos- Solo procuren cuidar bien sus cosas. He oído que en esos lugares de America matan por un celular como el de Adrien...
-Eso ya lo sabemos...-dijo Adrien- Bueno, nos tenemos que ir...
-Por favor, cuida bien a Marinette...-expresó Félix abrazándose a su pierna- Te estaré esperando...
-Lo sé, me tendrás que enseñar lo que aprendiste este último mes cuando llegue de vacaciones...- El rubio le acaricio la cabeza a su pequeño hermano y luego se lo dio a su padre que le palmoteo el hombro en señal de despedida. Luego un abrazo fuerte a los padres de Marinette.
-Marinette...-dijo Sabine mientras le tomaba de las manos- Haz crecido mucho... tanto que nos has sobre pasado. Te has convertido en una persona de éxito, plena y perfecta. Ahora que tienes todo lo que quieres, no te conforme, sigue escalando...
- Volveré a casa, madre...-dijo ella dándole un abrazo a su padre y madre- Papá, cuida de mamá y de Bridgette...
-Eso hago...-dijo Tom con lágrimas en los ojos- Mi pequeña está creciendo tan rápido...
-Oh vamos papá, tengo veintitrés años...-dijo ella sonriéndole- No siempre seré una niña... Bueno tengo que irme...
-Nos vemos, los estaremos esperando...-Gabriel le dio un abrazo y le sonrió- Cuida de Adrien, es un atolondrado...
-Lo sé , por eso iré con él...-Marinette se acercó a Adrien y le tomó del brazo.
-¡¡Espera!! –Dijo Antonella corriendo hacia ellos mientras Shihiro tenía a su hijo en brazos- Necesito darles algo...
Ambos se detuvieron, esperaron que ella llegara y luego la quedaron mirando algo extrañados. ¿Qué iba a darles? Antonella sacó dos boletos de su bolsa, eran boletos a Perú postergados. Estaba todo incluido, desde el avión, hasta la estadía y el tour en la ciudad llamada Cuzco. Cuzco, habían escuchado hablar maravillas de ese lugar. Marinette tomó los boletos entre sus manos mientras Antonella apenas terminaba de respirar de manera agitada.
-Por favor...-dijo ella mientras tomaba de los hombros a Marinette- Úsenlos con sabiduría. Esos boletos, son una puerta abierta a un mundo como es Perú, lleno de diversidad y sobre todo lleno de cultura. Tómenlo como un preregalo de bodas....-les guiñó el ojo.
-Gracias, Antonella...-Adrien la saludó desde los lejos y ella corrió a abrazarlo.
-Oye, men... En serio, tienes que ver las cosas de ese lugar, utiliza los conocimientos que te di y disfruta el viaje...
-Hecho...-dijo Adrien abrazándola muy fuerte- Te adoro, Antonella...
-Y yo... a los dos... -Jaló a Marinette que estaba cerca y los abrazó a ambos con fuerza- Los estaremos esperando...
La azabache y el rubio se alejaron de Antonella. Era hora de dar su primera parada en América. Subieron al avión con total normalidad, esperando que este viaje los llenara de relajo y sobre todo de muchas cosas por aprender.
América, mi querido América...
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BIENVENIDOS A MÉXICO