Magnus Bane Lightwood, hoy es un día especial.
No soy un hombre de muchas palabras, pero creo que en estos años te he regalado unas cuantas.
¿Recuerdas la tarde en que recibimos a nuestra hija?
Tan pequeña, tan feliz, tan viva.
¿Podemos hablar de ese instante como el inicio de nuestras vidas?
¿Recuerdas el día en que llene de pistas la casa? ¿Ese mismo que te pedí que fueses mi esposo? Bueno, hoy festejamos el aniversario de ese momento.
Uno de tantos.
Ya no estoy seguro de que regalarte, ni con que sorprenderte. Intentó hacer lo mejor de mi, porque cada año encuentras nuevas formas de deslumbrarme. ¿Por qué lo haces Magnus?
Sí tus ojos me entregan todo cada día que pasó a tu lado. Si tus brazos son el mejor regalo que jamás he recibido, y el mejor refugio que podría encontrar.
Intentó escribir todo lo que siento por ti como regalo este año, pero ahora comienzo a pensar que puede no ser un buen regalo. Las palabras parecen ahogadas en mi corazón por la presión de un amor tan grande que no puede escoger las precisas para demostrar lo que siente.
Jamás creí que existiese alguien para nosotros en un lugar preciso de este mundo.
Pensaba en el amor como algo efímero. Creí que tarde o temprano te hartarías de mi, o yo de ti, que la relación se haría monótona, aburrida. Quizás lo bueno de nuestro amor es que nunca acabó de conocerte, con todo lo que has vivido. O que cada detalle en ti se ve hermoso ante mis ojos. O que te entregaste a mí como nadie nunca lo había hecho, y me permitiste entregarme a ti como jamás pensé hacerlo.
Puede que tenga que ver con que siempre me has cuidado.
Hemos tenido nuestros desaciertos, nuestras equivocaciones, pero nos cuidamos.
He confirmado que la única persona que necesito, es la que todas las noches duerme a mi lado.
La que me entiende, la que me quiere, la que intenta esperarme despierta cuando tengo un día largo de trabajo y es recompensado con los mismos esfuerzos cuando es su caso, la que me ha consolado en diversas ocasiones, la que no me juzga, la que practica conmigo esta tarea tan difícil y tan hermosa que hemos elegido: la de ser padres.
Sé que eres mi compañero para toda la vida, simplemente porque una marca tuya siempre llevara mi corazón.
Te quiero agradecer, Magnus. Por serlo todo, serlo conmigo.
Te ama, Alexander.