Martina.
Le miro detenidamente e intento reprimir la sonrisa que amenaza con salir en mi cara.
No puedo mas.
Jesús empieza a gustarme muchísimo, demasiado.
Pongo mis dedos índice y corazón encima de mis labios recordando el beso que nos dimos.
Él se acuerda.
Y yo también.
Pero ninguno de los dos ha dado indicios al otro de recordar ese momento maravilloso.
Sin darme cuenta, tengo a Carolina al lado.
-Te gusta- suelta sin preámbulo alguno
-¿El qué?- pregunto aturdida
-Jesús, te gusta, y mucho- mis ojos se ensanchan ante tales palabra -eso es que si- aclara por mi reacción
-Pues entonces tengo que disimular mejor joder- niego con la cabeza
-Tranquila, yo he pasado por lo mismo que tu, pero a veces el destino puede sorprenderte- la miro confundida pero con algo de diversión en mi cara
-¿Qué?-
-Nada, no me hagas mucho caso- hace un gesto con la mano e intenta prestarle importancia.
Pero ahora ya me ha dejado con la duda.
******
-Papá- llamo a mi progenitor desde la cocina
-¿Qué pasa?-
-¿Vendrá Rocío a comer por año nuevo?- pregunto por la pareja de mi padre
-Supongo- se encoge de hombros
-¿Y Cati?- nombro a mi hermana mayor
-Supongo que también-
******
Veo a Jesús saliendo hacia la puerta y le miro.
Pienso en una excusa para verle mas rato y hablar con el.
Salgo hacia el supermercado que hay en frente y cuando paso por su lado le veo fumando.
Menos mal que solo ha salido para eso, por un momento había pensado que su turno se acababa.
-Hola Martina- me saluda divertido y después da una calada a su cigarrillo
-Hola Jesús- río.
Saco el paquete de tabaco del bolsillo trasero de mi vaqueros azul y de ahí saco un cigarro.
Viéndole a el me han entrado, por cuarta vez en el día, ganas de fumar a mi también.
Se sorprende pero tampoco dice nada.
-¿Tienes fuego?- cuestiono dándome cuenta de que me he dejado el mio en la mochila.
Asiente y me tiende un mechero rojo con detalles en blanco.
Enciendo mi cigarro y le devuelvo el objeto.
-No sabía que fumaras- dice mirando al vacío
-Hay muchas cosas de mi que no sabes- contesto simple y doy una calada a mi cigarrillo -ni una palabra a mi padre por favor te lo pido- enfoco mis ojos en los suyos, preciosos
-Por mi no se enterará- me guiña un ojo y mi cara se vuelve roja
-Gracias-
******
Entramos en el aula y nos sentamos los cuatro en fila.
A Marco y a Alaska se les ve genial juntos.
Hacen una bonita pareja.
-¿Has hablado con Jesús sobre el beso?- cuestiona curiosa Renata
-No le he dicho nada- contesto mientras saco un bolígrafo de mi estuche
-¿Y el te ha dicho o algo?- pregunta Marco
-Él tampoco ha sacado el tema-
-Pues vaya- interviene Alaska.
Al cabo de un rato, entra nuestra profesora de psicología social y empezamos el examen que teníamos hoy.
******
-Mira que vestido tan mono- le digo a la pelirroja de ojos azules y ella asiente
-Es muy bonito- concuerda conmigo
-Pruébatelo- me alienta la castaña de ojos verdes.
Entro al probador y cambio mi jersey y mis vaqueros por el vestido azul marino que tanto me ha gustado.
Abro la cortina y salgo del cubículo.
Mis dos mejores amigas y mi mejor amigo me miran de arriba a abajo.
-Al, cómprate uno por favor- el castaño de ojos miel le habla a su novia y todas reímos
-Yo tengo algo mejor- le susurra algo en el oido.
Renata y yo rodamos los ojos.
-Chicos, los detalles sucios, entre vosotros- digo yo resoplando.
Marco y Renata ríen y Alaska nos saca la lengua a la pelirroja y a mi.
-Me lo voy a comprar- anuncio dándome la vuelta para ir al probador
-Haces bien- dice Renata -para cuando tengas una cita con Jesusito- me lanza una mirada pícara.
Río con sus palabras y entro a cambiarme.
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24 de Diciembre.
Falta un día para Navidad.
Hoy toca ir a comprar regalos.
Si, soy una vaga por no haber ido antes.
Primero pasaré por el trabajo de mi padre a ayudar un poco.
Me bajo del bus y hago el recorrido desde la parada hasta el establecimiento.
Entro y veo a Mónica atendiendo a una mujer mayor, a Carolina repasando que estén todos los productos y a mi padre hablando con Jesús.
El rubio está de espaldas, y aún asi no puedo dejar de mirarle.
Me acerco con la intención de saludar a mi padre.
-Hola nena- se gira mi progenitor y me da un abrazo
-Hola papá-
-Hola Martina- el rubio me saluda algo sorprendido
-Hola Jesús- sonrío tímida y él también sonríe.
¿Qué cojones tiene este hombre para gustarme tanto?
Por favor, que alguien me lo explique.
Además de gustarme físicamente, me gusta por su manera de ser.
Normalmente no me van los rubios, pero el va a ser la excepción.
Tiene unos ojos preciosos que fue lo que mas me llamó la atención cuando le vi por primera vez.
Hace un mes que le conozco y joder, que mes.
No puedo decir que esté enamorada de él porque sería mentira.
Me gusta, me gusta mucho, pero no le conozco lo suficiente como para decir que estoy enamorada.
A parte está casado y tiene una hija.
No me quiero meter en su matrimonio.
Y no es precisamente por Lara, es por Gaby.
Esa niña no tiene porque ver a sus padres separados solo porque me guste su padre.
Y ni siquiera se porque estoy hablando así, si Jesús me ve como la hija de su amigo y jefe.
Eso sin contar que me saca dieciocho años.
El sonido de un mensaje que llega a mi teléfono móvil, me saca de mi reflexión momentánea.
Renata: Qué haces?
Martina: En el trabajo de mi padre
Renata: Está Jesús? 😏
Martina: Si...
Renata: Quieres qué hablemos?
Martina: Si, me estoy rayando bastante
Renata: Nos vemos en el centro comercial?
Martina: A las 17:45?
Renata: Nos vemos
Renata: Y cielo, no te rayes, porque por lo que cuentas, se ha fijado en ti
Renata: Seguro