El Gen Alpha. [✓].

Bởi ComandantePrim

501K 40.3K 3.4K

[Ganadora de Los Premios Laurel 2016 en la categoría Hombres Lobo/Vampiros y Ganadora Total de la misma edici... Xem Thêm

Prólogo.
El Gen Alpha.
Especial 100k + Booktráiler
Capítulo 1: Hacer nudismo en el bosque.
Capítulo 2: Yo seré tu Stiles.
Capítulo 3: Dichosas hormonas.
Capítulo 4: Resaca de Luna Llena
Capítulo 5: Licántropo.
Capítulo 6: ¡Mi pobre e inocente esponja!
Capítulo 7: Omega.
Capítulo 8: ¿Quién es Hanry?
Capítulo 9: Tú lo has querido.
Capítulo 10: ¿Recién mordida?
Capítulo 11: Que asquerosidad de vida.
Capítulo 12:¿Por qué sentía que estaba apunto de cometer una locura?
Capítulo 13: Beta.
Capítulo 14: Yukee marcado.
Capítulo 15: Era real.
Capítulo 16: Don Críptico
Capítulo 17: ¿Ahora resulta que tenía que saber volar?
Capítulo 18: Portadores.
Capítulo 19: Nuevo corte de pelo y un hombre lobo con malas pulgas.
Capítulo 20. ¡Corred!
Capítulo 21. Superando barreras mentales
Capítulo 22: Un infectado.
Capítulo 23. Instinto sobrenatural.
Capítulo 24: Pseudo día normal -Parte 1
Capítulo 24: Pseudo día normal -Parte 2.
Capítulo 25: Alfa.
Capítulo 26: Una epifanía y una intoxicación por acónito.
Capítulo 28: Viaje con malas pulgas.
Capítulo 29: La historia de Lyha.
Capítulo 30: Emboscada.
Capítulo 31: Superando expectativas.
Capítulo 32: POV Luke.
Capítulo 33: Por el bien mayor.
Capítulo 34: Un acuerdo.
Capítulo 35: El Fin (Parte 1)
Capítulo 36: El Fin (Parte 2)
Epílogo.
Extra: Gifs no usados - Parte 1.
#FiebreSobrenatural
Extra: Reencuentro + Opciones.
Capítulo extra: Super Luna.
Ruby Tiger + Especial 1 año.
Thara.

Capítulo 27: Falta de auto-control.

6.9K 644 49
Bởi ComandantePrim

Capítulo 27.Falta de auto-control. 

El estruendo de la lámpara fragmentándose contra el suelo me arrancó momentáneamente de mi crisis nerviosa. Dos segundos después volvía a estar encogida sobre mi misma jadeando y sintiendo los músculos arder conforme más intentaba posicionarme en contra de los evidentes signos de transformación.

Cerré los ojos aguantando un grito que quedó a medio camino entre mi garganta y mis labios, siendo solo un gemido ahogado. El mundo giraba a una velocidad vertiginosa a mi alrededor, moviéndose y sacudiéndose como si tuviera viva propia.

Calambres de enorme magnitud me convulsionaban los músculos mientras intentaba ralentizar el errático ritmo cardíaco que empujaba la sangre a una presión demasiado intensa para ser humana.

Gruñí en alto incapaz de sobreponerme y rajando la alfombra con las garras curvas que habían sustituidos mis cortas y descuidadas uñas. Abrí los ojos desesperada.

Luke me había dicho que resistirme podía no ser la solución.

Que intentara negociar.

¿Negociar con qué o quién?

Ahí solo estaba yo, sucumbiendo a mi propia sangre sin ser capaz de encontrar ningún ente con el que acordar nada. No quería perder el control justo ahora, tenía que dejar de ser uno de los problemas que nos acosaban, además ¿no se supone que era Luna Nueva? ¿Por qué cuando los hombres lobos estaban casi sin fuerzas mi lobo interior parecía dispuesto a salir de marcha?

Me incorporé tambaleándome sobre mis inestables rodillas y me sujeté a la pared sin evitar mirarme las manos deformadas.

—Alto —musité como si mis infructuosos esfuerzos se vieran culminados por una ridícula palabra. Tragué saliva —he dicho que alto, estúpido Gen.

Y... oficialmente me había vuelto loca.

Ahí estaba, hablando conmigo misma mientras una criatura intentaba hacerme sucumbir. Gimoteé cayendo hacia atrás.

Era imposible y luchar demasiado doloroso como para aguantar por mucho más.

Suspiré cediendo finalmente y presionando los párpados dejando que poco a poco mi parte racional se fuera apagando para dar paso a un animal que le había cogido el gusto a mi cuerpo.

—¿Thara?

Demonios.

La puerta se abrió de golpe. Aún lo suficientemente cuerda giré la cabeza para ver a tres borrosas siluetas que identifiqué como Luke, Ryan y el famoso Kaleb.

Abrí los labios pero nada coherente salió de ellos, solo un gruñido gutural.

—¡Thara!

Y eso fue lo último que escuché antes del gran apagón que dio pasos a unos parámetros más rudimentarios.

...

—¡Thara!

Abrí los ojos del golpe. Inmediatamente solté un gemido por un punzante dolor en la nuca. Aún sin estar totalmente despierta me llevé los dedos a la zona que me palpitaba con fuerza.

La humedad de la sangre me dio la evidencia que necesitaba.

Poco a poco fui enfocando mi entorno. Parpadeé para terminar de acostumbrarme a la luz infernal que tenía a escasos centímetros de mi cara.

—¿Luke? —Pronuncié desorientada.

Para mi pasmo seguíamos en la misma habitación donde había perdido el control. Un agotado Luke me miraba alerta aún con los ojos reluciente en un potente ámbar. Al verme en ese estado pestañeó y tuve de nuevo dos claros iris enfocados en mí.

Suspiré de alivio y se pasó las manos por la cabeza, mostrando un feo arañazo en el antebrazo.

Se me encogió el estómago de la angustia.

—¿Eso te lo he hecho yo?

El chico bajó la mirada a la herida.

—Sí, pero tranquila no es muy profundo. A fin de cuentas es lo que puedes esperarte cuando acorralas a un animal enfadado. Además —se estiró antes de sentarme a mi lado en el suelo. La alfombra estaba salpicada por sangre y el tejido comenzaba a hincharse en los pequeños puntos, absorbiendo el líquido rojo —estoy en poca forma.

Lo miré con aprensión sin alcanzar a disculparme por todos los quebraderos de cabeza que ocasionaba. Con cuidado extendí los dedos y rocé el brazo del chico que ahogó un quejido.

—Lo siento — me disculpé— por todo. Te prometo que intenté controlarme, hacer un acuerdo. Pero no sé como — suspiré derrotada —y ahora para colmo te he hecho daño.

Luke hizo una mueca.

—No te preocupes, se curará.

Negué con la cabeza.

—Lo sé, pero no tuve que hacerlo. Dices que el lobo es racional. Bueno, pues yo nunca te haría daño —aseguré.

Estaba claro que mi otro ser solo era un animal salvaje que a veces parecía un poco lúcido pero que siempre estaba igual de desquiciado. Escaneé la habitación comprobando el pésimo estado que presentaba. Otro éxito del Gen. Perfecto. No podía creerme como no habría arrancado los barrotes con los dientes y había salido por ahí a comerme a algún crío.

—Deja de hacer eso.

Bajé la vista sorprendida mirándome las manos que Luke me había separado. No era consciente pero me estaba clavando con tanta fuerza las uñas en la palma que tenía cuatro finos surcos de un rojo escarlata brillante.

Apenas sangraron antes de que la piel adquiriera un tono rosáceo y luego uno blanquecino que dio paso a una cicatrización rápido y sin un ápice de explicación científica.

—Thara, no te preocupes por lo del brazo, ¿ves? — me mostró el corte que empezaba a cerrarse —no es nada. Mis hermanas durante la Luna Llena me han hecho lesiones mucho peores. No eres la única que pierde el control. Solo que eres demasiado fuerte, sino fuera por Kaleb no podríamos haber sido capaces de detenerte.

¿Kaleb? Y ahora que lo mencionaba, ¿dónde estaba? ¿Y Ryan? ¿Les habría hecho algo peor que ese arañazo?

Me mordisqueé los labios con culpabilidad.

—Te prometo que lo intenté —murmuré en voz rota con un nudo en la garganta.

¿En serio? ¿Ahora tenían que aparecer las dichosas lágrimas? ¿No podía llorar como una niña en la intimidad tapándome con las sábanas?

Tragué saliva intentando manejar la repentina inundación.

Entreabrí los labios de nuevo.

—Pero... no puedo... yo lo intentó... duele tanto...

De pronto estaba presionada contra el pecho de Luke. Aguanté la respiración desorientada por unos cortos dos segundos mientras los brazos del chico terminaron de anudar el abrazo. No dijo nada, solo comenzó a acariciarme la espalda con ademán tranquilizador.

Y fue demasiado para mi auto control.

Las lágrimas escaparon irremediablemente de mis ojos empezando una vergonzosa carrera sobre mis mejillas que no tardaron en encharcarse. Me sacudí ante los espamos de los sollozos.

Berreaba como una niña pequeña en los brazos de Luke.

Solté hasta la última lágrima que mantuve retenida. Todas la horas de tensión, las penas amargas de ver todos mis sueños en llamas, el miedo que me había dejado bloqueada, la rabia ante mi incapacidad de controlarme. Un millar de emociones salieron a la luz dejándome vendida a merced de los sentimentalismos.

No quería ni imaginarme lo que estaría pensando Luke en aquellos momentos acerca de mí. Pero el continuaba manteniéndome firmemente presionada contra su pecho y deslizando sus manos por mi espalda.

El frío que me congelaba desde dentro fue cediendo por el calor corporal del chico hasta que, durante unos escasos instantes, me sentí realmente bien.

Y lo sé, suena endiabladamente fuera de lugar en aquella situación. Pero a pesar de estar llorando y de todo lo que había ocurrido y lo que ocurrirá durante unos momentos me sentí gratamente reconfortada.

Luego me acordé del gran montón de mierda mata-Tharas que era mi vida y todo sentimiento de paz se esfumó.

Poco a poco moví los brazos y me separé del chico, cuando por fin la fuente se secó.

—Yo confío en ti. Lo conseguirás, no tengo ninguna duda. Y creo que me merecía que me atacaras por haberte dejado abandonada aquella noche. Fui un gallina.

Una tímida sonrisa floreció en mis labios.

—La verdad es que sí —concedí complacida.

Luke me devolvió una genuina sonrisa.

—En mi defensa... pensaba que estabas chalada. Y mira, terminaste por confirmarlo.

Lo golpeé en el brazo con fuerza frunciendo las cejas con indignación.

—Repite eso y yo misma te arrancaré los testículos.

Luke se carcajeó.

Sacudí la cabeza en negativa a su actitud pero sin enfadarme lo más mínimo. Seguíamos considerablemente juntos cuando caí en la cuenta de un hecho que comenzaba a formar parte de mi caprichosa rutina.

Sí, estaba desnuda entre sus brazos.

Un fuerte rubor me escaló hasta las mejillas y me obligó a apartar la vista. Aunque tendría que haber superado ese tipo de línea con el hombre lobo que tenía delante no podía dejar de sentirme abochornada ante eso.

Pero Luke no parecía darse por aludido ya que tenía sus manos aún sujetas en mi espalda.

—Kaleb quiere hablar con nosotros tres.

¡El que faltaba!

¿No había nadie más que quisiera unirse?

Miré resentida a Ryan apoyado en la puerta. También estaba despeinado y tenía un corte en la camiseta a la altura del abdomen. A pesar de lo tersa que se mostraba su piel entre los jirones de tela estaba convencida de que hace menos de una hora estaba sangrando por un feo arañazo similar al que tuvo Luke en el antebrazo.

—Por cierto, me alegra verte de nuevo, preciosa. Vaya horas que nos has dado —sonrió— me figuraba que tenías garras pero no era consciente de lo bien que podías usarlas.

Puse los ojos en blanco y me incorporé intentando taparme lo mejor que pude con los brazos.

—Dame cinco minutos.

En realidad me hicieron falta siete y estuve de nuevo vestida con la melena más o menos decente caminando cabizbaja al despacho del alfa.

Me inquietaba la seriedad que reinaba en el ambiente y por la luz azulada que se colaba por las ventanas estaría amaneciendo. Pronto tendríamos que partir pero ¿a dónde?

Nuestro siguiente destino era sin duda un gran enigma para mí. Al menos teníamos información acerca el último lugar donde se dirigía la manada de Luke y teníamos alguna posibilidad de encontrarlo.

Kaleb nos esperaba sentado sobre la desgastada butaca de cuero con gesto aburrido. Tragué saliva sintiendo una repentina angustia con respecto a mi arranque en su casa. No en vano le habría destrozado la habitación anti-hombres lobo y él mismo tenía que haberse ocupado de intentar frenarme.

—Buenos días —saludó haciendo un gesto hacia las sillas colocadas enfrente del escritorio.

Titubeante tomé asiento en una, entre Luke y Ryan. A pesar de las malas vibraciones que se percibían aún entre los dos me sentía más protegida ante la incisiva mirada del alfa.

—Os preguntaría que tal habéis descansado, pero sospecho conocer la respuesta —comentó en tono jocoso en un fallido intento de bromear— bueno, esta noche he investigado con respecto a los que os conté y traigo nuevas noticias. Creo que deberíais ir a la Sede. Muy probablemente Thalia esté allí. Y de paso el Consejo dictaminaría que hacer respecto a Thara.

Arqueé las cejas sorprendida.

—¿Qué quieres decir?

Los ojos castaños de Kaleb se deslizaron a mi rostro.

—Ahora mismo eres objeto del deseo de los delirios de grandeza de Hanry, no nos conviene que se haga contigo. Por tanto el Consejo debería decidir sobre ti. Así podría aceptarte dentro de la comunidad y tendrías más protección que estos dos.

—¿Y por qué me quiere? —Pregunté cabezona.

Kaleb se encogió de hombros.

—Sería una victoria parcial contra el Consejo. Si tuviera en su poder al Portador se habría guardado estratégicamente las espaldas.

Arrugué la frente más perdida que hace unos segundos.

—¿Podrías ser un poco más conciso? Divagar me da dolor de cabeza.

—Seré conciso: si Hanry se hace contigo, gana.

¿Ganar? ¿Ganar el qué? ¿Por qué parecía tener tanta importancia? El corazón me dio un vuelco al recordar las palabras de mi padre.

Yo era la respuesta.

Ahora tenía que averiguar cual era la pregunta.

#FiebreDeHombresLobo, #FiebreSobrenatural ¿qué tal mis lectores? ¿Qué os ha parecido el capítulo? Como siempre no me he podido resistir a publicar, esta historia es un mal vicio.

#ElGenAlpha

#Thara

#Luke

#Ryan

#Kaleb

#TeamShipperAquí

#HipótesisAquí

#MeGustaríaQuePasase

#QueremosMás

#HastaPronto 

Đọc tiếp

Bạn Cũng Sẽ Thích

134K 7.2K 29
Arrogante, Odiosa, mal hablada, grosera y violenta es como Leonardo describe a Jace, la mujer que con un golpe le robo el aliento.
585K 6.6K 4
Un reino escondido Un amor imposible Cuando Bell decidió pasar sus vacaciones en medio del bosque de un pueblito pintoresco de Inglaterra jamas imag...
569K 23.8K 22
Una chica deseada por todos, con el mejor novio del mundo y repleta de amigos. Es no era yo. Pero adivinen cuando me vine a dar cuenta. Cuando qu...
2.7K 295 19
Tenía ante ella la oportunidad de su vida, ganaría el treinta por ciento de las ventas, vendiendo su alma al diablo. Escribir un artículo enteró sobr...