—Noe, ¿qué sucede? —Me pregunto mi mejor amigo, a lo cual sólo me dediqué a abrazar aún más mis piernas.
—Mamá... Estoy muy asustada, Troye, mamá se ha ido —Suspiré, estábamos sentados bajo el árbol del patio, en nuestro colegio.
—De seguro ella está bien —El tono de voz que utilizaba era dulce, mientras acariciaba mi cabello para calmarme, a pesar de que seguía preocupada.
—No entiendes, temo a que mis hermanos comiencen a pelearse de nuevo —Me voltee para mirarlo a los ojos, aquellos que eran de color negro.
—Sabes a la perfección que todos los hermanos pelean y en más de una ocasión, es algo normal.
Tal vez él tenía razón, pero las peleas entre mis hermanos son un tanto más violentas y groseras. Troye no sabe cómo se comportan sin la presencia de uno de nuestros padres.
—¿Qué te parece si hoy voy a tu casa? Así estarás más tranquila —Un leve sonrojo apareció en mis mejillas, es un tonto, su sonrisa hace que me sonroje aún más, pero a pesar de eso asiento, escondiendo mi cabeza entre mis piernas.
Él no debe tener la menor idea de que estoy tan agradecida del hecho de estar siempre a mi lado, cuidándome.
—Te quiero, Noelle.