Dieciocho años no son nada

Door m_llm11

476K 23.8K 646

Martina, una joven a punto de cumplir dieciocho años. Jesús, un adulto de treinta y seis. Él está casado, y t... Meer

Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Personajes
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 15
Capítulo 16
Capítulo 17
Capítulo 18
Capítulo 19
Capítulo 20
Capítulo 21
Capítulo 22
Capítulo 23
Capítulo 24
Capítulo 25
Capítulo 26
Capítulo 27
Capítulo 28
Capítulo 29
Capítulo 30
Capítulo 31
Capítulo 32
Capítulo 33
Capítulo 34
Capítulo 35
Capítulo 36
Capítulo 37
Capítulo 38
Capítulo 39
Capítulo 40
Capítulo 41
Capítulo 42
Capítulo 43
Capítulo 44
Epílogo I
Epílogo II
Agradecimientos
Aviso
Aviso II

Capítulo 8

12.5K 587 7
Door m_llm11

Martina.

Abro los ojos y un dolor punzante atraviesa mi cabeza.

Me levanto de la cama y directamente me voy al baño.

Me lavo la cara para despejarme un poco y vuelvo a la habitación, donde Gaby se está despertando.

-Buenos días- me saluda con una sonrisa somnolienta
-Hola- finjo una sonrisa.

¿Soy la única a la que le parece que está hablando muy alto?

¿Por qué tengo resaca?

¿Qué cojones hice anoche?

Recuerdo la llamada de Renata, bajar a por agua y ver a Jesús, beber cerveza...

Hostias.

El beso.

Nos besamos, es verdad.

Aunque seguramente el ya ni se acuerde. 

Aparece Lara en la puerta y nos informa de que el desayuno está listo.

Un momento, a él no le subio tanto como a mi.

El se acordará.

Aunque sinceramente, yo preferiría que no lo recuerde.

-¿Cómo has dormido, Martina?- cuestiona Lara cuando ya he llegado a la cocina
-Bien- sonrío falsamente -¿tienes un ibuprofeno?-

Antes de que pueda darme una respuesta, aparece Jesús en la cocina.

-Jesús, dale un ibuprofeno a Martina- le hace un gesto con la mano y el rubio asiente.

Sube las escaleras y yo le sigo.

Llegamos al baño y veo un botiquín, supongo que será ahí donde tendrán a mi adorado ibuprofeno.

Jesús abre la pequeña caja y saca la tabla con las pastillas.

Nos quedamos mirando por unos segundos pero yo agacho la mirada.

Cuando estoy por irme me habla.

-¿Tu te acuerdas de algo de anoche?- pasa la mano por su nuca
-Bajar a beber cerveza y despertarme con un dolor de siete pares de narices- miento y el se queda pensativo -¿y tu?-
-Mas o menos lo mismo que tu. Bajar, tomar las cervezas y poco mas-

Que mal miente este tío.

-Vaya, yo esperaba haber destrozado el sofá o la tele- ambos reímos
-Creo que todo sigue entero- me guiña un ojo y mis mejillas arden.










******










Terminamos de desayunar y yo voy a cambiarme.

Gracias al bendito ibuprofeno me encuentro mejor.

Cierro mi mochila, la cojo y bajo al salón, donde Lara y Gaby siguen en pijama y Jesús al igual que yo, es el único que está vestido.

-¿Te vas?- cuestiona la mujer castaña clara de manera déspota
-Si. Tengo que ir al trabajo de mi padre- contesto seca
-Yo tengo turno ahora, podemos ir juntos- interviene Jesús con una sonrisa
-Vale- sonrío yo también.

Nos despedimos de Lara y de Gaby, y nos vamos a coger el bus.











******










-¿De verdad que no recuerdas nada mas?- vuelve a preguntarme.

Supongo que esperará que le hable del beso, pero si el no lo menciona, yo tampoco.

-No Jesús, recuerdo que me llamó una amiga porque se equivocó de número y después bajar y tomar contigo las cervezas. De ahí recuerdo haberme levantado con un dolor horrible de cabeza- miento omitiendo la parte de ese maravilloso beso.

A ver, las cosas como son, besa bien.

Besa muy bien.

-¿Y tu, recuerdas algo?- le miro a los ojos y el me aparta la mirada
-Bajar a beber cerveza, beberla contigo, llevarte a la habitación y levantarme- en este momento siento mis mejillas arder.

No recordaba que era él, él que había llevado a la habitación.

-¿M~me llevaste tu?- pregunto tartamudeando
-No te iba a dejar en él sofá, y ya te estabas quedando dormida- esta vez la que baja la mirada soy yo, joder que vergüenza
-Joder- siseo.

Bajamos del bus y vamos caminando hasta la tienda.

Cuando entramos, veo a mi padre y a Carolina atendiendo a los clientes.

Mi padre termina de atender a una mujer que iba con su hija, y me acerco yo a saludarle.

-Hola papá-
-Hola nena ¿qué tal en casa de Jesús?- menciona al rubio, quien ahora se encuentra en él baño dejando su mochila y su chaqueta
-Bien- sonrío -Gaby y yo hemos disfrutado como dos enanas, y bueno, Lara es maja- vuelvo a mentir.

Hoy es el día de las mentiras o eso parece.

He estado mintiendo a Lara diciéndole que me cae bien y dándole falsas sonrisa, pero en mi defensa he de decir que ella hacía lo mismo.

Aunque la excusa del ibuprofeno era que me ha venido la regla. 

He mentido a Jesús unas cuantas veces diciéndole que solo recordaba haber tomado cerveza y levantarme con resaca.

Pero el también me ha mentido diciéndome que recordaba mas o menos lo mismo que yo.

Ahora estoy mintiendo a mi padre diciéndole que la mujer de su compañero y encargado rubio de los ojos azules, es maja y me cae bien.









******









Nos sentamos los cuatro en las banquetas delante de la barra.

El camarero moreno y con unos ojos que parecen ser verdes, mira a Renata, le guiña un ojo y nos sirve las bebidas que habíamos encargado.

La pelirroja se pone del color de su pelo y todos la miramos queriendo reprimir una carcajada.

Después de un rato de haber ido a bailar a la pista, Alaska no se encuentra bien así que decidimos ir al coche de Marco a que se siente un poco.

-¿Quieres que te acerquemos a casa?- pregunta Marco montrándose preocupado por la de ojos verdes
-No, tranquilo Marco- la castaña sonríe -solo necesito un poco de agua y ya estaré- se recoge el pelo en una coleta
-Voy yo a por un botellín de agua. Marco quédate con ella-

Un leve sonrojo aparece en la cara de mi amiga de los ojos verdes y mi amigo moreno de los ojos miel, se muestra nervioso.










******









Renata y yo salimos del local y cuando nos vamos a acercar al coche del moreno, los vemos a él y a Alaska a punto de besarse.

La de los ojos azules se va a acercar pero la detengo y dejamos que los otros dos se besen tranquilos.

Ellos que pueden.

Cuando ya han terminado de ese largo y profundo beso, nos acercamos.

-Al, ten- le doy la botella de agua
-Gracias- me abraza y yo sonrío.

Después da un largo trago y parece que al cabo de unos minutos ya se encuentra mejor.

Aunque decidimos a casa de la pelirroja y quedarnos a dormir allí.









******











Marco y Alaska han dicho que dormirán juntos por falta de espacio.

Falta de espacio mis narices.

Mientras ellos duermen, Renata y yo nos quedamos hablando.

-¿Qué tal con Jesús?- pregunta recogiéndose el pelo
-Nos besamos después de haber tomado unas cuantas cervezas-
-¿Os habéis besado?- sus ojos se ensanchan hasta no dar mas de si
-Si. Pero el piensa que yo no me acuerdo, y él dice no acordarse, pero se acuerda-
-¿Cómo sabes que no se acuerda?-
-Ren. Estudiamos psicología, hay gestos que le delatan- me encojo de hombros -y el no dejará a su perfecta familia- resoplo
-Nunca se sabe, Martina-

Ga verder met lezen

Dit interesseert je vast

1.2M 22.8K 7
Blair había tenido una vida difícil desde su más tierna infancia. Con un padre borracho del que huír y una madre que dio su vida para alumbrar a su h...
34.1M 2.6M 91
Alexandra Carlin, es una chica recién graduada de la universidad, sin éxito en el campo laboral, es contratada por fin como secretaria del presidente...
143K 7.2K 43
Sinopsis Por una gran deuda que el padre de Audrey tiene, es ella quien tiene que pagar los platos rotos en este momento.......... Para seguir, t...
1.2M 20.6K 13
Sara es una joven secretaria que después de descubrir que fue engañada por su novio, decide que ya no quiere salir con hombres que sólo visten jeans...