Querido Foxy...
¿Recuerdas la vez en la que te dije que pensaba que Golden podría ser mi caballero de armadura brillante?
Resoplaste y me dijiste que tú podrías ser un mejor caballero para mi que él, luego te sonrojaste y creo que yo también.
Nuestras miradas se encontraron y sonreímos. Desde ese momento algo dentro de mí se había despertado y se hacía más intenso cada vez que te miraba.