Cuando empezamos a escribir, es muy común que cometamos el pecado de generalizar demasiado. Terminamos creando personajes estereotipados, acartonados y con muy poca profundidad.
¿Cuándo estamos estereotipando?
Cuando creamos un chico malo que se comporta "como todos los chicos malos se comportan", cuando creamos un personaje homosexual que se comporta "como todos los homosexuales", etc.
Tengamos en cuenta que cada persona es única. No todos los chicos malos son iguales, ni todos los homosexuales lo son (y podríamos dar miles de ejemplos más).
Al crear personajes, intenta hacerlos únicos. No caigas en los estereotipos.