Marco se levantó temprano, estaba ansioso por empezar sus clases. Star se levantó mucho después, vio el ánimo de su amigo, cosa que la contagió, comenzó a sonreír y correr para preparar a Marco para su primera clase.
–Primero debemos arreglar tu vestimenta, y tratar de hacerte pasar por una mujer.– Dijo Star pensativa, con una mano en su mandíbula de forma misteriosa.
Abrió los ojos de par en par y se fue corriendo a hacer quien sabe que y quien sabe en donde , Marco extrañado se quedo inmóvil en su lugar, esperando la locura que haría su amiga.
Como suponía, a Star se le prendió el foco y corrió escaleras abajo para comenzar a hacer arreglos a una de las prendas que había comprado. Después de unos minutos (Que fueron eternos para el castaño) llegó la chica con las ropas en sus manos. Corrió donde Marco y lo empujó para que fuera a cambiarse, mientras esperaba, llamó a una de sus amigas para un detalle importante, salió rato después y era igual que ver a una chica con el cabello corto.
Marco llevaba unas leggins negras, su trasero resaltaba por lo apretado que era esa prenda. Donde esta el "amiguito" del castaño había una clase de acolchado, que hacía parecer que no hubiera nada de hombre ahí dentro. Usaba una musculosa rosa que tenía relleno en los pectorales para simular pecho, junto a una chaqueta delgada verde que hacía juego con la demás ropa, y unas zapatillas celestes con negro.
La llamada que había hecho Star, era para Janna, esta le traía extensiones de cabello, mucho maquillaje y accesorios para Marco.
El chico sabía como sufriría, pero lo valía por adelgazar, ¿no?
Después de unas horas por fin Marco estaba listo, su cabello largo recogido en un moño hacia el lado y un lindo maquillaje, que le hacía resaltar sus ojos.
Star y Janna se llevaron a Marco a su primera clase, quedaba en un gimnasio cerca de el centro de la ciudad. Al entrar al establecimiento se veía perfectamente como las señoras con sobrepeso y algunas normales se preparaban para bailar. Marco se arrepintió de tomar esa clase.
–Oh, me surgió un inconveniente... ¡adiós!– Marco abrió la puerta encontrándose con unas señoras coqueteando con un joven de cabellos rosados que tenía aire de galán, el mayor fijó su vista en el pequeño castaño.
–¿A dónde vas, preciosa?– Pasó un brazo por los hombros de Marco, dándole un escalofrío.– La clase comenzará enseguida, es mejor que me acompañes.–
Y el chico tomó la mano de Marco y lo llevó a la primera fila. Para que el instructor tuviera una mejor vista de su nueva alumna.
–Mierda.– Susurró en voz baja para esperar que la música comenzara y el instructor bailara.
No se tardó en escuchar una mezcla de reggaetón con electrónica. El mayor de cabellos rosas comenzó su sincronizado baile, mientras que todas la señoras y adolescentes hicieran lo mismo, entre ellas, Marco trataba de seguir los pasos con lo poco de coordinación que tenía, le funcionaba un poco, pero no tanto como para hacerlo perfecto.
–Esto no es como bailar Just dance...– Pensó Marco.
El instructor comenzó un tipo de perreo incitando a las mujeres a imitarlo mientras él las veía. Y como Marco no tuvo opción, movió sus caderas de forma sensual y provocativa hacia los pocos hombres que yacían allí esperando a sus esposas. El instructor quedó deslumbrado con tal movimiento la sexy de caderas.
Las canciones seguían, y el aliento del castaño se iba, ¿Cómo esas gordas señoras no se cansaban de bailar tanto?
La clase había terminado y Marco inmediatamente fue donde sus cosas a secarse el sudor con su toalla y tomar mucha agua. Star feliz, aplaudía eufórica, su amigo vendría aquí siempre.
–¡Hey! No las había visto antes, señoritas.– La voz del pelirrosa se escuchó detrás de los chicos, que se voltearon algo incómodos.
–¡Si! llegamos hoy.– Habló Star, para cubrir a su amigo.– Por cierto, ¿Cuál es tu nombre?
–Me llamó Tomás.– Sonrió a los chicos y les guiñó un ojo. Se acercó a la oreja de Marco.– Pero tu, dulzura, me puedes llamar Tom.– Canturreó coqueto el chico, ganándose un gran sonrojo por parte de Marco.
–Eh... yo soy Marcia y ella es Star.– Habló Marco con la voz más aguda que pudo para parecer una chica, cosa que resultó algo extraño.
–¿Vendrás la próxima clase? Espero que si, y podríamos tomar algo al salir.– Soltó Tom mirando a Marco, Star estaba por morir de carcajadas.
–Bueno, les doy privacidad. Marci, te veo afuera.– Gritó Star para irse corriendo dejando a los chicos solos.
–Supongo que estaría... bien..–Se encogió de hombros y soltó una tierna risa, cautivando al mayor.
–¡Genial! Bueno, debo irme, ¡Nos vemos la siguiente clase, Bon- Bon!– le sonrió dejando un beso en la mejilla del castaño para después irse.