Cambiando tus Reglas TR#3 ✔️|...

By vhaldai

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PUBLICADA POR PLANETA CHILE. Murphy Reedus es una lectora fanática de los romances juveniles que cursa su pri... More

Cambiando tus Reglas
Tengo una cita
Cuestión de familia
Así comienza todo
Tutorial para arruinarlo todo - Parte 1
Tutorial para arruinarlo todo - Parte 2
Tutorial para arruinarlo todo - Parte 3
La ley de Murphy
El despertar del lobo
Debe ser un malentendido
Destruyendo a Jax
Reducción de personal
Momento de lucidez
Nada pasó
Conociendo a Los Reedus - Parte 1
Conociendo a Los Reedus - Parte 2
Conociendo a Los Reedus - Parte 3
Cuando se cierra una ventana...
Nada es lo que parece
En tierra hostil - Parte 1
En tierra hostil - Parte 2
Un escolta y un qué pasaría
No cruzar la línea
Confesiones y encuentros cercanos - Parte 1
Confesiones y encuentros cercanos - Parte 3
Soy tu Watson y tú mi Sherlock
Solo es Jax
Tu nuevo mejor amigo
El corazón de Spencer
Señor Wilson
Me gustas - Parte 1
Me gustas - Parte 2
Una cabina para dos
Cuentos de niñas
No mires
¿Qué es esto?
Tú eres mi favorita
No tocar
Estoy contigo - Parte 1
Estoy contigo - Parte 2
Yeso, araña y libros
Entre ambos
Feria del Libro - Parte 1
Feria del libro - Parte 2
Tres adolescentes poco convencionales
Esto no lo provocan los relámpagos
No lo hagas
Relatividad - Parte 1
Relatividad - Parte 2
Libérate
Muchas 'eres' y 'emes' antes de Navidad
Capítulo 41: "El corazón roto".
Capítulo 42: "La siguiente página".
Capítulo 43: "Mad Sounds".
Capítulo 44: "Las cosas nuevas que sé de ti - Parte 1".
Capítulo 44: "Las cosas nuevas que sé de ti - Parte 2".
Capítulo 45: "La casa amarilla".
Capítulo 46: "Personaje secundario".
Capítulo 47: "¿Idiota o gentil?"
Capítulo 48: "Terror en las profundidades".
Capítulo 49: "Un día más".
Capítulo 50: "Cada parte".
Capítulo 51: "Catarsis".
Epílogo
Díselo a la luna
ESPECIAL 10M - Parte uno
ESPECIAL 10M - Parte dos
NOTICIA NOTICIOSA

Confesiones y encuentro cercanos - Parte 2

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By vhaldai


**Seré breve porque debo ir a desactivar una bomba D: El capítulo no está corregido y probablemente encontrarán errores gramaticales y de ortografía. Sean buena gente y me dicen dónde :3

PD: Feliz cumple Duque, y a todxs lxs que están hoy :D


Observo la puerta ante mis ojos. Está llena de moho, le falta el último número y hay goma de mascar en el centro del cero. Nadie podría decir que frente a mis ojos está la puerta número 103... ¿O es 104? Bajo mis ojos hasta el picaporte donde un cartelito tiene impresa en letras grandes y gruesas "No Molestar". Giro el cartel para leer qué dice atrás, encontrando el dibujo de dos perros teniendo sexo y más abajo, con el mismo tipo de fuente que la parte anterior del cartel pero más pequeño, las palabras "animales reproduciéndose". Lanzo un bramido que continua con mis ojos en blanco.

No puedo creer que haya llegado hasta aquí por mi cuenta.

Golpeo dos veces y espero mirando con cautela no ser vista por alguien. El frío pasillo lúgubre me da mala espina y en cualquier momento creo que aparecerá un dementor para absorber toda mi felicidad o peor, que aparezca ora vez mi progenitora. Por eso que al escuchar el crujir de la puerta doy un respingo.

—Tranquila, bebé, no muerdo.

Un sujeto alto con una sonrisa ladeada me observa apoyando su cuerpo en el umbral. Parece dichoso de verme de pie frente a él. Carraspeo guardando la compostura y me limito a hacerle una seña con mi mano.

—Vengo a ver a Jax.

—¿A Wilson? —pregunta otro chico con la misma sonrisa de surfista que el que me abrió.

Jax había mencionado que sus otros compañeros eran mucho peores que él, y así parece. No puedo evitar mirarlos como si fuesen unos jotes hambrientos de chicas. Comienzo a comprender un poco todo el embrollo de mujeriegos universitarios que hay acá. Papá se volvería loco si viniera y supiera cuanta "fornicación" ha ocurrido dentro de esas paredes y probablemente a Saya le daría un paro con el asqueroso baño. Esto es como un circulo vicioso, o la mismísima cárcel, todos se complementan con todos. No me calza porqué Spencer es tan diferente de sus compañeros de piso.

—¿Por qué quieres a Wilson si nos tienes a nosotros? —curiosea el primero.

Resoplo acomodando mi mochila sobre mis hombros. Como el profesor Flickher no ha ido a la universidad todos lo de la clase salimos temprano, solo tuvimos que firmar la hoja de asistencia y marcharnos, así que mi cargo de consciencia me ha obligado a hacer un buen acto y visitar a Tenorio.

Tengo que carraspear de nuevo para responder. Un dolor en mi garganta me ha molestando todo el santo día.

—Esas cosas no sirven conmigo, no le funcionó a tu amigo enfermo y no funcionará contigo... —miro al segundo chico— o contigo.

—¿Cómo estás tan segura, Rojita? —curiosea el segundo chico meneado sus cejas— Apenas son conoces.

Ya dales un puñetazo.

Calma.

—Porque no me gustan los hombres. Ahora, ¿puedo pasar?

Como lo haría un caracol —o la anciana de la florería— el sujeto uno abre la puerta a regañadientes, enseñando el interior del departamento que tanto escalofríos me da. Todo está igual de desordenado que antes, con la diferencia que ahora hay muchas cervezas por donde se mire. Con una sonrisa amable entro al departamento y me aseguro de pisar el pie del sujeto con sonrisa de surfista.

—Ups, lo siento... tengo el pie grande.

Un quejido de dolor y una mirada hostil es todo lo que el sujeto me da antes de girar en dirección al pasillo. Espero que esos sujetos se marchen porque no quisiera tenerlos cerca nunca más. Spencer había dicho que salían los viernes, rezaré porque sea así.

Frente a la puerta del cuarto de Jax, lanzo un suspiro. Tengo una idea mental que desarrollé de camino aquí sobre cómo debe estar. Obviamente ayer tenía los ánimos suficientes para correr hasta una maratón, pero eso no es lo que me preocupa en realidad, sino la forma extraña que adoptó cuando vio a aquella enfermera. No lo conozco de toda la vida, pero Jax es lo suficientemente predecible como para pensar que reaccionaría con alguna sonrisa coqueta o sus disparatados comentarios; no obstante, todo lo que hizo fue agachar la cabeza y volver a mirar por encima de mi hombro. Cuando me giré para preguntarle a la enfermera si debía irme ella ya no estaba. Se había esfumado, así como la personalidad juguetona de Jax. Quise preguntar qué rayos le pasó, pero no son mis asuntos. ¿Alguna ex novia, tal vez? ¿Alguna amiga o nueva conquista? Preferí dejar pasar cada una de las posibilidades.

Giro el pomo de la puerta y asomo mi cabeza hacia el cuarto, echando un vistazo hacia su cama. Jax está recostado en su cama, no logro verle el rostro, sino que parece estar bien envuelto entre las tapas. Haberlo visitado ya no parece una buena idea.

—Unineuronal... —le llamo en voz baja para comprobar si está dormido— Tenorio...

Nada más que un feroz ronquido. Achico mis ojos y entro, cerrando la puerta mi espalda con extremo cuidado para que ésta no emita un sonido. Lentamente me quito la mochila y a tomo entre mis manos al tanto me voy acercando a un lado de su cama. Parece estar durmiendo plácidamente, sin nada que lo complique e interrumpa. Esbozo una diminuta sonrisa y le lanzo la mochila encima de su castaña cabeza.

—No finjas que estás durmiendo, ya me di cuenta que no lo estás por tu ronquido.

Aparta la mochila y me mira con uno de sus ojos, frunciendo el ceño.

—Apuesto a que contaste los minutos para verme —Se sienta sobre la cama y agita la mochila—. ¿Qué me trajiste?

—Unas galletas que hizo la abuela especialmente para ti y un libro, aunque no sé si sabes leer.

Un estornudo evita que pueda ver su expresión. Paso mi dedo por debajo de la nariz para disipar la repentina picazón que me ha dado. Tenorio me mira como pidiendo permiso para abrir la mochila, a lo que respondo con un simple movimiento de hombros. Una vez abierta, mete la mano y saca una bolsita cerrada con un alambre que tiene colgando una notita rectangular.

—"Para Jeremy" —lee.

—Vaya, si sabes leer.

—Estás de buen humor... Je, bueno, este rostro contenta a cualquiera.

Diferir de su arrogancia no está en mis planes hoy. Me prometí ser lo más tolerante hacia Jax para no quedar en deuda con su persona, después de hoy todo volverá a ser normal. Nada de actos caritativos hacia el unineuronal.

Dejo caer mi peso sobre la cama sentándome a su lado. Él ha sacado una galleta que me da a ofrecer. Reniego con la cabeza y observo su rostro; está mucho mejor que ayer, hasta se parece al antiguo Jax.

Su celular vibra sobre el velador. Con una galleta entre sus labios lo revisa y vuelve a dejarlo sobre el velador. Se echa la galleta a la boca y se levanta de la cama.

—Iré a mear —dice con la boca llena.

Hago una mueca cuando noto que está en bóxer y con sus dedos lo arregla como si fuese lo más normal del mundo. Sé que lo he visto en con menos ropa pero no quiere decir que después de eso tenga la confianza de mostrarse así... Bueno, es Jax, después de todo. Observo el celular y mis dedos inquietos cual araña se mueven hasta el velador para tomarlo. Está desbloqueado y, por consiguiente, muy indefenso.

Activo el bluetooth y busco en mi bolsillo el celular de papá. Podría jugar que escuché una canción bastante vergonzosa como para vengarme por el horroroso tono de llamada que puso en mi celular.

Que en paz descanse donde quiera que se encuentre... ¡Nunca te olvidaremos!

Cuando la puerta se abre y Tenorio entra tarareando una canción, finjo revisar la hora.

Hoy tengo que ir al Clarckson y no tengo la menor idea de cómo haremos Tony y yo para cuando nos encontremos. Ya saben que me rechazó indirectamente. Todo es un caos en mi cabeza al tener retazos de ese momento, no sé qué me duele más; el que me haya rechazado o la forma en que lo hizo. Sé que no lo hizo con la intención de hacerme sentir mal, pero hubiese preferido que respondiera de forma directa para que los ápices de esperanza esparcidos por mi corazoncito no me hagan sufrir más de la cuenta. Tengo miedo, tengo mucho miedo de lo que pasará hoy.

Actuar como si nada hubiese ocurrido en una opción, pero no es mi estilo.

—Me sorprende que todavía estés aquí, Suicida.

Jax vuelve a la cama. Rebusca en mi mochila el libro que traigo conmigo y lee en voz baja el título.

—¿Qué me darías si te consigo una firma del autor que escribió esto?

—Dudo mucho que consigas una firma de tal escritor. —Una extraña sonrisa traza el rostro de Jax, salta de la cama como si fuese un niño pequeño y busca en una repisa alta de papeles—. Según sé está en Los Ángeles escribiendo su próximo libro.

—Las personas como yo, cariño, tenemos ciertos privilegios.

De la repisa tira unos cuantos papeles al piso y saca el libro mismo libro que tengo en mis manos. Me lo extiende con una tonta sonrisa traviesa. Dejo de lado mi libro y recibo el libro. Lo abro encontrando en la primera plana el título "El gato que se enamoró del pájaro" y una dedicatoria abajo.

«Para Jax.

Sé que no lo leerás y posiblemente lo subastaras
en algún sitio de internet, pero aquí lo tienes, lobo inescrupuloso.

Espero que alguien pueda domar a la bestia,
Atte. Mika McFly.
»

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