The Best Friends ||Adrianette...

By Shiro-TrueLove

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Marinette ha viajado a la ciudad de Shangai cuando tenía siete años, en aquel tiempo sus padres decidieron v... More

PRÓLOGO
EL DISEÑADOR Y SU HIJO
ELLA
EL SR. Y LA SRA. AGRESTE
LA REVISTA
VIERNES POR LA NOCHE
BONUS: DESPUES DE TI
AMANTES
ROMPIENDO LAZOS Y SECRETOS
BONUS: INFILTRADA DOS
MALAS RACHAS
BONUS: GERENTE DE G.A. ENTERPRESISES - ENRIQUE BOURDEU
EN SU VIENTRE
BONUS: LAS HORMONAS DE ADRIEN
FIDELIDAD
BONUS: MI AMADO MININO
¡HOLA, FÉLIX AGRESTE!
BONUS: HABLANDO CONTIGO
BAJO LA LLUVIA
BONUS: CAFÉ PARA DOS
LAZOS
DECISIONES IMPORTANTES
FLORECER
DOBLE CARA
BODA
PRIMARIA
FIESTA DE DISFRACES
PADRE
ESCARLATA
BIENVENIDOS A MÉXICO
BONUS: LA ABUELA [UN SALTO AL FUTURO]
EN TUS AGUAS CRISTALINAS, COLOMBIA.
BONUS: HERMANAS
RICAS MONTAÑAS Y HERMOSAS TIERRAS, RISUEÑAS PLAYAS, ES MI PERÚ
SOLO RECUERDOS DE TI
¿Layla B. Chao o Rossé Mary Bartolini?
NACIDO PARA SER HISTORIA
EPÍLOGO: REINICIO

RAZONES PARA AMARTE

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By Shiro-TrueLove

- Me alejaré de él...para siempre...

Adrien estaba listo para lo peor. Por supuesto que se acordaba vagamente de algo y eso era de Antonella tomando del pelo a lo que parecía ser la novia de la fiesta. Se tocó la cabeza mientras oía a los demás interceder por él ante Marinette. Shihiro se mantenía callado pero la novia de Orlando explicaba y re-explicaba los motivos por los cuales ella no debía alejarse de él. Marinette estaba enojada y la insistencia la hacía enojar a un más. Pero no fue lo único que hizo que la azabache acumulara emocionen negativas, sino que en el pasillo que estaba, a maso menos diez pasos de ella estaba esa chica saliendo a caminar con su suero en dirección a la habitación de Adrien. Intentó no mirarla, ni ser evidente de lo que tenía planeado hacer.

Se ocultó entre ellos. Se quedó pegada a la pared mientras Shihiro disimuladamente se ponía delante de ella. Los otros dos se callaron cuando las ruedas de un prendedor de suero sonaron por el pasillo. Se quedó allí a medio pasar. Gianella quedó mirando a todos ellos como si fueran simples peones.

-Lo sé. Han de pensar que soy lo peor. Pero es la única manera que encontré para sacar a una mujer tan hipócrita como ella de sus vidas...-dijo Gianella mientras caminaba- Es tan patética como la novia de Adriano....-el tono Italiano en su voz les hizo tener un tic nervioso a todos.

-No te cansas de hacer daño...-dijo Orlando mientras la miraba con el ceño fruncido- Dejaste como un idiota a mi mejor amigo...-contestó al final Orlando mientras veía a lo largo del pasillo.

-Él me engañó al igual que a ella. Al menos yo no le entregué el trasero mientras era engañada...-dijo Gianella mientras apretaba la varilla donde estaba colgado el suero.

-No hablo de Bartolomé, hablo de Adrien...-Orlando se cruzó de manos mientras su novia lo miraba- ¿Sabes que rompiste una relación?

-Me importa poco si lo hice o no. Adrien solo fue una herramienta para que ella esté donde debe de estar –se rió un poco y luego se quejó un poco debido al dolor que tenía en las costillas- No me interesa si le hice daño a él o no. Me interesa ella y su sentimiento de culpa. Mientras ella esté mal yo estaré feliz...

-Tan solo fue por eso que lo drogaste y estuviste con él...-La novia de Orlando le habló directamente- Eres una maldita...

-No estuve con él. Solo lo drogué para que su novia le terminara... -dijo ella mientras reía con ironía- Es una estúpida, le dijeron que estaba drogado y ni se lo creyó...

-¿En serio? –dijo la Novia de Orlando mirando sus uñas- Vaya que eres mala...-Marinette hizo paso entre ellos y lo primero que hizo fue tirarle una cachetada que la dejó en el piso. Posteriormente simplemente se metió al cuarto de Adrien.

Aquel acontecimiento había servido para darse cuenta de que las personas podían simplemente herirla. Marinette estaba agotada de estar separada de Adrien, de tener que aguantar todos estos riesgos y al final terminar con el corazón hecho pedazos por personas que ni siquiera valían la pena. Hoy comprobó que cinismo de muchas personas dañaban su relación con Adrien. Al final de cuentas terminó concluyendo que había mucho más personas que los querían ver juntos y si esas personas se mantenían a su lado, ellos lo podían todo.

-Marinette...-la voz de Adrien sonaba tenue, como si recién se hubiera levantado de dormir. Se quedó mirándolo por un par de minutos y luego le sonrió.

-Hola cariño, ¿te encuentras mejor? –Marinette se acercó a Adrien para darle un beso. Definitivamente había mucho que decir en ese momento.

"Si contaran las razones para amarte, serían muchas"

Estaba ella en la celda de la comisaría, la mazmorra donde se quedaría un par de días como castigo a la osadía que cometió. María Antonella, Antonella o MariaNella, como sea que la llamasen, solo quería quedarse allí. Esperando por algo que tal vez jamás llegaría. Por alguna razón se sentía bien estando allí adentro.

--Soy realmente mala, al punto de volverme toxica...-dijo ella mientras pasaba las manos por la sucia pared de aquella mazmorra-Soy tan sucia como esta pared...

-¿Por qué lo dices? No haz robado, no has hecho nada malo...-la voz de Shihiro mientras ella se abrazaba a sí misma y la veía detrás de los barrotes.

-Ella tiene razón. No debí hacerlo con Bartolomé, me dejé llevar por la emoción de que alguien me dijera te amo. Me dejé engatusar y no razoné lo que pudo venir después de esto. He herido a Adrien y con ello a Marinette, he fallado como amiga, como hermana, como mujer...-dijo ella mientras se cubría el rostro- Pero eso no importa ahora ¿verdad?

-No siempre tiene que quedar así. Siempre las cosas pueden cambiar...-El fotógrafo suspiró tomando los barrotes con fuerza.

-Marinette ha decido regresar un tiempo a Francia...-los sientes de MariaNella se apretaron con fuerza. Se puso las manos en la cara comenzando a sollozar.

-Lo siento. Lo siento mucho...-dijo Shihiro apegando su rostro a los barrotes- Adrien no quiere verte... Nunca más...

-Lo sé, no lo culpo. Soy de lo peor...-las lágrimas de Antonella comenzaron a fluir como una cascada. Comenzaron a bañar sus mejillas actualmente sonrosadas mientras que el delineador se derretía por el caliente líquido que emanaban sus ojos- Así que puedes irte...-dijo ella cubriéndose con la manta que le habían dado durante la noche.

-Puedes irte. Esperaré el tiempo que sea necesario para salir de aquí...-dijo ella evitando que su voz sonara patética. Porque así era ella, fuerte pero dolida. Acostumbrada a ser culpable de algo que no tenía culpa- Solo vete, no quiero ver a nadie...

-Nunca pensé que lo que pasó fuera tu culpa...-La voz de Adrien sonó en la puerta de los barrotes- Solo no debí confiar en alguien como ella después de lo que había hecho...

-No tienes la culpa de que ella sea tan...-La voz de Marinette sonó algo dura- Estúpida para hacer cosas como esa...

-Bartolomé está totalmente arrepentido por lo que sucedió...-dijo Shihiro- Manda a pedir disculpas por el comportamiento de su esposa. Su amada esposa...

Las lágrimas de Antonella comenzaron a caer más cuando vio que ellos estaban en la puerta de la celda. Se estaban tomando de la mano y tan pronto como eso sucedió el policía abrió la puerta para que ella pudiera salir. Cuando esto pasó lo primero que hizo Antonella fue arrojarse a los brazos de Adrien que la cargó como si ella fuera un mono. La abrazó tan fuerte que ella no podía respirar, pero eso no importaba. Adrien estaba a salvo y Marinette estaba con él. Habían pasado dos días de que lo habían internado y dado de alta. Tardó mucho en recuperarse y enterarse por la misma Marinette de lo que había pasado.

-Basta mujer, deja de llorar...-dijo Adrien mientras le acariciaba la cabeza- Deja esas lagrimas para después...

-Debes tener hambre. ¿Qué tal un baño y luego a comer?...-Marianella se quedó enganchada de Adrien cual Koala buscando bambú. Marinette rió un poco mientras Shihiro algo incómodo se despidió de él con delicadeza.

-Bueno, debo irme...-dijo él sonriéndole a Adrien, Marinette y la propia Antonella- Nos...veremos luego...-Sonrió algo nervioso con todos ellos mientras comenzaba a caminar.

-Espera...- la voz de Adrien lo detuvo- Ven con nosotros a casa, te invito el almuerzo y la cena...

-Sí, Adrien tiene razón. Te invitaremos a comer...-Marinette lo tomó del brazo acercándolo a ellos- Necesito alguien que me ayude con la comida...

-Solo acéptalo. No te dejarán tranquilo hasta que lo hagas...-Sonrió levemente Antonella mientras se paraba en el suelo. Se le notaba totalmente decaída, débil, pero aún conservaba los ánimos.

Entonces él comenzó a sentir por ella algo que tal vez no debió sentir por nadie. Lastima. Shihiro había adquirido ese sentimiento que ni siquiera se merecía un animal. ¿Por qué ella? ¿Acaso no la había visto hacer todo lo imposible para que nada de eso pasara? Aún recuerda su piel nívea en contacto a la suya, sus músculos flexionados por la orden de él o como olvidar su rostro sonrojado por oírlo darle ordenes. Y ahora veía una mujer más delgada, con la figura maltratada por una abrupta separación. Comenzó la mujer a caminar en los tacones que se había puesto, débil, incapaz de hacerle frente a alguien ahora mismo.

Y como si el destino lo hubiera tramado todo. Bartolomé llegó para verla salir de la prisión. Se chocaron, sus miradas, sus cuerpos impactaron en un leve golpe que traería consecuencias. Aquel hombre casado la tomó de la muñeca y la samaqueo ante la presencia de todos. Adrien fue el primero en entrometerse para separarlos pero en estos momentos Bartolomé era más fuerte. La mirada desorientada de Antonella miró a todos lados sin entender porque él la estaba gritando hasta que escuchó el nombre de la esposa de este.

-... Nos dejaste en ridículo.... Perra...-giró su cabeza para ver a Adrien y a una asustada Marinette que lo levantaba mientras que Shihiro caminaba para ayudarla. Pero lo detuvo con la mirada. Había despertado al demonio.

-....Perra tu vieja...-le metió un puñete en toda la nariz mientras este se echaba para atrás cayendo al suelo. Se enroscó las mangas de su abrigo para cogerlo del cuello y aventarlo con todas sus fuerzas contra los barrotes de la celda contigua- ...Si vuelves a referirte a mí de esa manera...-puso su mano haciendo una pistola- Te hecho a mis sicarios y luego venderé tus órganos en el mercado negro...-le dijo en susurro mientras este sonreía. Acaso la había provocado a propósito.

-Me gusta verte así, fuerte, fiera... -Bartolomé la tomó de la nuca y cuando creyó iba a poder besarla ella le tomó del brazo y lo hizo ponerse contra los barrotes.

-No quieres que me aleje de ti. Aléjala a ella de mí, no sabe con quién se ha metido aún... Me importa una mierda que ambos sean hijos de una organización de venta de narcóticos. Me da igual todo eso, no despierten al demonio...-dijo ella haciendo sonar sus huesos- Ahora vete...

Shihiro tenía una razón, razón por las cuales estaba comenzando a amar a esta mujer llamada Antonella. La razón era sencilla. La primera y la más grande razón que tenía para amarla era su fuerte e indomable personalidad, incapaz de amilanarse ante el mandato de alguien. Se quedó viéndola, por unos impactantes cinco segundos donde el rubio y la azabache terminaron aplaudiendo. Por alguna razón ninguno de ellos tomó en serio lo que ella dijo. ¿Sería cierto? Prefirieron ignorar que dijo.

Se limpió los labios y terminó sonriendo mientras las lágrimas corrían por su rostro. En un acto de simpatía por si misma ella se sintió libre del amor que había tenido con Bartolomé.

Y si hubiera otra razón por la que Shihiro terminaría amándola sería, ella siendo simplemente ella misma. Una combinación de estados de ánimos incomprensibles. Dos razones muy sencillas que lo obligaron a despejar su mente, el sentimiento de lastima había desaparecido.

Adrien y Marinette rieron mientras tomaban a Antonella para retirarse del lugar y ser seguido por Shihiro. Dejaron solo a Bartolomé. Lo dejaron solo pensando en que había perdido a una mujer, una mujer que sería capaz de destruirlo si de eso se trataba. Bartolomé ahora estaba comprometido y prácticamente a un año de terminar la Universidad ya se veía envuelto completamente en el negocio ilícito familiar. Decidió irse, alejarse de todos.

Al terminar la tarde, Antonella estaba dormida en el sofá de la casa Universitaria. Había comido y dormido. Para ese entonces Adrien y Marinette gozaban de un momento para ellos. Algo intimo que en ese momento nadie se lo podría quitar. Tenían sus manos fuertemente tomadas mientras Adrien se acercaba para besarla. Pero ello lo detuvo.

-Todos pensaron que me había vuelto una tonta...-dijo ella mientras le acariciaba los labios- Sé perfectamente que no me harías eso. En lo único que dudé fue en lo de Antonella. Temí que ella estuviera mintiéndonos...

-No tiene malas intenciones. Siempre ha sido tan jodidamente sincera con respecto a nuestra relación. Aún recuerdo cuando te vió correr tras nosotros en Francia. Me dijo que pudo ver en tus ojos el amor que me tenías y que atesoraría esa mirada para siempre. Porque ella quiere a alguien que corra tras ella y la tome de la mano, tal cual tú lo hiciste aquella noche.

-Entonces puedo confiar en ella...-Marinette embozó una sonrisa mientras se acercó a besarlo pero él la detuvo.

-¿Estabas celosa por lo de Anto? Pensé que...-Marientte le tapó la boca en un intento desesperado de tapar lo evidente- Marinette... ¿Celosa de mí? ¡Eso es tan hermoso!

-N-No... bueno... quiero decir que... -No sabía cómo explicarlo. Pero era verdad. Ella estaba enamorada de Adrien y se sentía celosa de que Antonella viera aspectos de él que ella misma desconocía.

-Lo siento...-Marinette lo vió al ostro. Se quedó viendo un momento al rostro de Marinette y ambos se besaron- Te amo...-dijo Adrien en susurro. Eres mi perfecto pedazo de mundo...

-Y tú el mío...-Rió la azabache. Lo volvió a besar mientras el viento soplaba haciendo bailar sus cabellos.

Otro largo año pasó. Para aquel entonces cuando todos se encontraron Shihiro estaba saliendo con Antonella. Aunque a ella se le veía siempre fría a Shihiro se le notaba enamorado. El patrón de comportamiento era la siguiente. Ella se mostraba fría con él pero Shihiro siempre la seguía. No le rogaba, simplemente le demostraba que la amaba y ella siempre arrojaba sus sentimientos al suelo. Ella no tenía sentimientos, estaba hueca, sin nada en quien confiar. Se había vuelto cuidadosa y selectiva y se había mudado a Francia por orden de sus padres. Comenzó a Administrar una empresa llamada Villian Rouge. Una cadena de Hoteles donde ella era Gerente de la asociación. Brindaba entretenimiento a los viajeros de otros países y ciudades alejadas a París.

Actualmente Marinette y Adrien se habían preocupado más por mejorar la empresa Gabriel Agreste Enterprises. Era una ardua labor que con mucho esfuerzo comenzaba a dar frutos. Los conocimientos de Adrien y la experiencia en el campo de la moda de Marinette hacían que lo propuesto e implementado funcionara.

Félix Agreste, actualmente tenía unos cinco años de edad. Estudiaba con Rosse Mary, hija de Fiorella Bartoloni y Bridgette Cheng hija de la tía de Marinette. Una hermosa niña de cabellos azabache azulados y una sonrisa muy hermosa. Con ellos sucedía lo siguiente. La más grande era Rosse. Había nacido primero que Félix y por tanto la responsabilidad según ella era cuidar del pequeño rubiecito que ya desde corta edad parecía ser un niño que cubría las expectativa de su padre. Félix por su parte pensaba que su papá sería feliz si le daba lo que él quería y así lo había hecho desde sus cortos cuatro años. No le encantaba estar rodeada de niñas y esas cosas. Su meta era, ver a papá Gabriel sonreír. Bridgette, la más pequeña del grupo se refugiaba en él, por dos motivos, el primero era porque le gustaba Félix y lo segundo era porque él era su único amigo.

Y la sorprendente María casanova se mantuvo oculta todos estos años tras la muerte de Liz.

Lizeth, una mujer de buen temple, fuerte carácter y habilidades que una chica de su edad quisiera tener. Según el parte policial de hace cinco años decía que había muerto producto de una balacera con un aficionado a químico farmacéutico dedicado a la elaboración de camuflaje de drogas. Todos la dieron por muerta, Nathanael la dio por muerta pero María Cassanova no lo hizo.

Aquel día Adrien ingresaba a la empresa como era costumbre. Primero pasó por la oficina de su futura esposa. Marinette Dupain Cheng que, actualmente tenía un anillo de diamante en forma de gato en uno de sus dedos. Demostrando que Adrien Agreste sería el nuevo hombre en su vida después de su padre. Estaban felices porque se casarían el año que venía. El primer día del Año sería el día que ellos se casaran y comenzarían una vida juntos. Plena y saludable.

Al ingresar al pasillo que lo llevaría a su despacho, una risa tenue pero conocida llamó su atención. Adrien actualmente tenía 23 años de edad y una carrera exitosa por delante. En estos momentos no se imaginaba lo que estaría a punto de pasarle. Cuando abrió la puerta se encontró con María casanova sentada en una de las sillas donde recibía a los visitantes y en la silla de Gerente, su silla, había otra persona. Que fue girando poco a poco hasta dejar a la vista a aquella persona.

-Hola, Adrien Agreste...-Adrien palideció mientras veía a María Casanova.

-Tú... ¿aquí?...-Fue lo que escucharon todos en ese despacho, Adrien intentaba digerir la situación. ¿Era un mal sueño todo esto o en realidad estaba pasando?

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PRIMARIA


(SHIHIRO)

(ADRIEN Y MARINETTE)

(ESTO QUE ESPERAN)


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Todas las personas se cansan. Junior lo sabía y aun así continuó lastimando a quien estaba seguro que era el amor de su vida.