The Best Friends ||Adrianette...

By Shiro-TrueLove

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Marinette ha viajado a la ciudad de Shangai cuando tenía siete años, en aquel tiempo sus padres decidieron v... More

PRÓLOGO
EL DISEÑADOR Y SU HIJO
ELLA
EL SR. Y LA SRA. AGRESTE
LA REVISTA
VIERNES POR LA NOCHE
BONUS: DESPUES DE TI
AMANTES
ROMPIENDO LAZOS Y SECRETOS
BONUS: INFILTRADA DOS
MALAS RACHAS
BONUS: GERENTE DE G.A. ENTERPRESISES - ENRIQUE BOURDEU
EN SU VIENTRE
BONUS: LAS HORMONAS DE ADRIEN
FIDELIDAD
BONUS: MI AMADO MININO
¡HOLA, FÉLIX AGRESTE!
BONUS: HABLANDO CONTIGO
BAJO LA LLUVIA
BONUS: CAFÉ PARA DOS
LAZOS
FLORECER
DOBLE CARA
BODA
RAZONES PARA AMARTE
PRIMARIA
FIESTA DE DISFRACES
PADRE
ESCARLATA
BIENVENIDOS A MÉXICO
BONUS: LA ABUELA [UN SALTO AL FUTURO]
EN TUS AGUAS CRISTALINAS, COLOMBIA.
BONUS: HERMANAS
RICAS MONTAÑAS Y HERMOSAS TIERRAS, RISUEÑAS PLAYAS, ES MI PERÚ
SOLO RECUERDOS DE TI
¿Layla B. Chao o Rossé Mary Bartolini?
NACIDO PARA SER HISTORIA
EPÍLOGO: REINICIO

DECISIONES IMPORTANTES

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By Shiro-TrueLove

ADVERTENCIA: ESTE CAPITULO CONTIENE ESCENAS FUERTES SOBRE RELACIONES INTIMAS. SINO DESEAS LEER. PUEDES VOLVER MAÑANA PARA LEER EL SIGUIENTE CAPITULO.

RECOMENDACIÓN: ESCUCHAR CON LA CANCIÓN DEL ENLACE.

El Amor, una representación clara de la unión de dos almas. Pero, para el ser humano era algo abstracto que se demostraba con actos físicos. Y esto era lo que pensaban Marinette, Adrien, Marianella y Bartolomé cada uno de ellos en los lugares donde estaban.

El amor, regalo de los dioses que el mismo apolo se encargó de regarlo mientras ubicaba el sol en el firmamento, un regalo complejo de aun el mortal de a pie no lograba descifrar. Tan complejo que sus necesidades básicas quedaban completamente pequeñas ante tan bello regalo. Entonces los humanos entendieron el amor entre dos personas de la siguiente manera. Hacer el amor.

Y eso era provocar un baile de cortejo, algo de los cuales todos eran expertos desde nacimiento. Adrien tomó las manos de Marinette y con suavidad las entrelazó con la de ella llevándolas sobre sus cabezas mientras la miraba a los ojos sonriendo. Porque Marinette, era la hija de Afrodita, la más bella de ellas que había sido otorgada a él en ese momento, en el momento justo donde necesitaba un complemento. Porque ambos habían nacido el uno para el otro. Se complementaban tan bien que no dudaron en fundirse en un suave beso mientras sus cuerpos se presionaban contra la cama y sus manos se apretaban con vehemencia de tal manera en que casi era imposible separarlos.

Y como guerrero griego soltó sus manos mientras exploraba el cuerpo de la azabache con la yema de sus dedos. Le tocó el muslo mientras que con la otra presionaba su nuca para que ella no se despegara de él. Y eso parecía agradarle a Marinette porque cruzó una de sus piernas sobre la cintura de él para atraerlo a ella. Mientras que con sus manos dibujaba el camino a la perdición, pasándola desde la espalda alta hasta la cintura de él sintiendo los duros músculos de la espalda de Adrien. Se mordió un poco el labio inferior hipnotizada por lo que tocaba. Adrien descendió sus labios a su cuello mientras sonreía un poco.

-Marinette... me detendré cuando tú lo digas... solo tienes que decírmelo...-dijo Adrien. La maestría en sus palabras la hizo sentirse segura- Solo tienes que pedírmelo y lo haré...-la tomó del rostro y la besó con suavidad mientras ella cerraba los ojos para sentir y no ver lo que Adrien hacía.

-Te amo...-susurró ella entre labios, sus manos volvieron a viajar de la cintura a la espalda- te amo muchísimo...

-Yo también te amo mucho...-dijo Adrien sonrojándose lo suficiente como para abrazarla y ocultar su rostro en la curva del cuello de Marinette y quedarse ahí un rato- Lo siento, me emociona que me lo digas así...- la voz ronca de Adrien hizo que Marinette abriera los ojos y lo mirara a los ojos mientras él mostraba esa suave pero seductora sonrisa.

-Me emociona que me hables de esa manera...-Marinette estaba aguantado las ganas de gritar de la emoción de oír a Adrien tan seductor.

-Calla...-Adrien la besó de manera brusca, pasional y amorosa, mientras reía un poco. Marinette comenzó a acariciarle los labios mientras sentía sensaciones extrañas en su vientre y cerca de él también. Prefirió no preguntarse qué era- Te amo...

-Yo más...-era el momento, lo sabía, el hecho de tener a Adrien cerca y bajando cierta parte de su ropa interior y la suya propia. Sintió que se separó de ella. Cubrió partes de su cuerpo con sus brazos, el rubio suspiró algo molesto pensando en quien sabe qué cosa.

-Los preservativos...-dijo él tocándose los bolsillos- mierda, mierda... ¡¡Mierda!! –se alborotó el cabello porque estaba en el éxtasis de lo sucedido. Marinette apretó los labios para no reírse hasta que no aguantó más y se echó a reír por completo.

-¿Revisaste en el tocador? –Preguntó la azabache mientras se giraba para ayudarlo a buscar el sobrerillo plateado, metió las manos debajo de la almohada y encontró algo que tal vez animaría al rubio- Oh, buscas esto...

-Eres grandiosa...-dijo mientras lo tomaba entre sus manos y sonreír algo emocionado- A-Ahora cúbrete los ojos, no es algo que aun debas ver...

-Pero, nos casaremos...-La azabache rió un poco- Algún día te veré desnudo por completo...

-Exacto, pero hasta ese momento debes tapar tus ojos...-el sobrecillo hizo un sonido particular, luego escuchó bultos pesados caer al piso y posteriormente sintió como se mecía la cama mientras Adrien jadeaba un poco- Ya casi termino... Listo...

-Bien....-se destapó los ojos y estiró sus brazos mientras Adrien la abrazaba y la besaba. Era el momento clave, ambos querían esto y se habían preparado casi toda su vida para consumar un amor como este.

Por otro lado, en el ascensor del rascacielos Italiano de la ciudad de Londres dos almas se entregaban a la lujuria, ya estaban desnudas y se brindaban caricias mientras danzaban al compás de sus corazones. Bartolomé tenía cogida de la cintura mientras ella movía sus caderas sobre él y se besaban. De pronto el ascensor comenzó a funcionar y cuando la puerta se abrió mostraron ante los conserjes a dos chiquillos teniendo su primera vez en el ascensor y como era de costumbre llamaron a la policía para que estos exhibicionistas fueran arrestados. Pero eso no importaba mientras ambos estuvieran juntos y solos en una celda de las comisarías de Londres.

Se sentaron cada uno en un extremo de la celda y se miraban desde allí como si el fuego emanara en medio de ellos. Y es que no era lejos de la realidad que separados se miraban a tal punto de provocar un incendio que no se extinguiría hasta que no se tomaran. MariaNella en su éxtasis se acercó a Bartolomé y se sentó sobre él para besarlo, sin darse cuenta y en menos de dos minutos el muchacho osado había bajado las bragas de ella y abierto su cremallera para consumar el acto. Le beso el cuello mientras ella sonreía y sin previo aviso entró en ella para así mantenerse toda la noche, callados, sin hacer ruido. Amándose en silencio como si fueran ladrones saqueadores de tesoros. Se besaron mientras comenzaban a sudar. Ni siquiera se habían sacado las ropas y era mejor así.

-Deberíamos llamar a Adrien después de esto...-dijo Bartolomé mientras le susurraba en el oído y acariciaba las nalgas de ella bajo el vestido.

-No me quites la inspiración...-Marianella mordió sus labios previniendo que saliera un gemido producto del movimiento de caderas de Bartolomé- ...Deja de hacer eso, sabes que no puedo gritar...

-El chiste es que te contengas, Amore mio...-dijo él riendo bajo para que nadie viniera a verlos- Esperemos al alba...

-Corramos al ocaso jun..tos...-aguantó un gemido María Antonella mientras lo besaba.

Marinette, pensaba que Adrien y ella eran una pareja normal. Una de diecinueve años explorándose el uno al otro. En un recuento de lo que hacía, Adrien estaba explorando cada centímetro de su piel. Primero comenzó por sus muslos mientras que con la otra sostenía la espalda de ella para besarla. Comenzó a subir sus grandes manos hasta la cintura. Adrien se deleitó con las finas expresiones de Marinette, pasó uno de sus dedos suave y tortuosamente por su abdomen hasta llegar al centro de los pechos, donde lo esperaron dos manzanas jugosas y acarameladas. Los labios rosados de Marinette se entreabrieron para dejar salir la melodía del santuario de Afrodita, un suave gemido. Adrien sonrió besando su cuello, ella le tomó de la nuca para implorar no se separasen. Las uñas de Marinette se incrustaron en la espalda del guerrero de Ares y sobrino de Apolo, la fuerte y ancha espalda de Adrien fue marcada por las delicadas y fuertes manos de Marinette.

Oh, pero como una mujer podría hacer explotar su ser en mil pedazos y volverlos a juntar todos. Sin previo aviso la depositó con cuidado en la cama dejando su cuerpo completamente tendido mientras con la mano que había dejado de sostenerla bajo hasta su cintura poniéndola a la altura de la otra y juntas bajaron a la cadera de la azabache. Sonrió cuando ella abrió los ojos para prestar atención al rostro del rubio ojismeralda. Tenía los ojos cerrados, sonreía, aspiraba con cuidado para no asustarla mientras presionaba sus manos sobre las caderas de ella.

-Te amo, Adrien...-dijo ella mientras estiraba sus manos y le acariciaba el rostro. Las caderas de Adrien se abrieron paso, en cuanto menos se dio cuenta el ardor llegó por parte de ella, se quedó allí, tiritó de frio, frágil, a merced de ella. Se abrazó a ella con fuerza mientras ella hacía lo mismo.

Porque aquellos dones otorgados por los dioses del olimpo, se neutralizaron para mostrar a dos almas frágiles unidas en una danza, donde ambos unirían sus almas para siempre y hasta que la muerte los separase. Pese al miedo que ambos sentían, comenzaron a explorarse nuevamente. Esta vez Marinette comenzó a contornear la figura de Adrien mientras este le comenzaba a dar sutiles y dulces besos en los labios. La yema de los dedos de Marinette pasaron por la clavícula de Adrien y bajaron por los pectorales, trazando el camino al centro de la perdición. Cuando sus manos llegaron al abdomen ambos chocaron sus frentes suavemente y sonrieron mientras el ardor ya había desaparecido para dar paso a sensaciones placenteras. Adrien comenzó a mover sus caderas y Marinette rasguñaba su espalda en respuesta a lo que él le hacía sentir. El rubio puso una de sus manos en la baranda de la cama mientras se movía al vaivén de las melodías que ellos mismos cantaban producto de su amoroso encuentro.

-Te amo... -profeso él mientras llegaba al fondo de ella- Te amo mucho, Marinette Dupain Cheng de Agreste...

-Yo también te amo mucho...-Marinette en un sinfín de emociones comenzó a lagrimear, pero no de dolor o de tristeza. Sino de entera felicidad. Se acomodó en la cama, sus codos soportaron el peso de la mitad de su cuerpo mientras Adrien acomodaba ya otra mano sobre el respaldar de la cama. Se impulsó nuevamente para esta vez llegar aún más hondo de su amada Marinette.

-Te amo, Marinette y no sabes cuánto...-Adrien le mordió suave los labios, ella aprovechó para colgarse de su cuello y sonreír. No podía negarlo. Adrien era un guerrero romano a quien estaba degustando.

-Yo más, amor...-Marinette pasó sus manos por la espalda de él hasta llegar a su cintura. Los movimientos majestuosos de Adrien comenzaron a causar estragos en Marinette, ya para cuando Adrien flexionó sus brazos haciendo que sus músculos se hincharan un poco por tal acción ella estaba a punto de erupcionar en un sinfín de sensaciones.

-Te amo mucho, Marinette...-Adrien arremetió con todas sus fuerzas a Marinette, le comenzó a besar el cuello haciendo que su amada diosa azabache con toque occidental se arqueara. Dio besos por toda la extensión de su cuello hasta quedarse en la curva del mismo sonriendo mientras aún seguía moviéndose.

-Adrien... te necesito...-dulces palabras con un significado tan profundo. La locura embargó a Adrien y la abrazó con fuerza a él mientras sus cuerpos danzaban el último vals, se quedó paralizado cuando en éxtasis más sublime derramó parte de su alma dentro de ella. Y ella al sentirse repleta de él no dudó en soltar el sándalo que provenía de sus entrañas. Algo que su amante adoró mientras se daban el ultimo beso en esa tortuosa pero complaciente danza que los dejó agotados.

Ya no eran unos niños.

Agotados por el despliegue de su danza, Adrien se separó de ella suspirando mientras miraba el techo de la habitación sonriente. La dama azabache de piel blanca había sido suya, al girar un poco se dio cuenta que ella estaba boca abajo observando sus reacciones. Le sonreía mientras él no dudaba en abrazarla. Se quedaron mirándose un par de minutos más mientras Morfeo extendió su abrigo en ellos para hacerlos soñar.

Muy temprano por la mañana el celular de Marinette y Adrien sonaron fuerte. No querían levantarse pero al ver los números no dudaron en responder. El primero en hablar fue Adrien que, durante la noche y no importándole dejó pasar la ausencia de su amiga. Así que al oír la voz de Bartolomé al teléfono supo que algo malo había pasado.

-Adriano, amigo mío... bambino de la mía mama... -escuchó los halagos de su compañero de cuarto mientras oía a María Antonella reír como una loca a través del teléfono- Déjame hablar con él, amore...

-¿Bartolomé? Espera, ¿qué haces aquí? Se supone que irías a ver a tu familia en Italia...-la risa de Bartolomé se escuchó algo nerviosa. La pequeña mentira se hizo evidente.

-Digamos que fue un cambio de planes... -Confesó el mientras suspiraba- Como sea, estamos en la cárcel. ¿Puedes venir a sacarnos?...

-No lo sé, tengo compañía ahora mismo...-Adrien escuchó como se peleaban por el teléfono y luego le sonrió a Marinette que lo miró extrañada.

-Mira baboso, sino quieres que me convierta en la próxima Harley Quinn. Si te expliqué quién es ella ¿verdad? –Adrien rió nervioso a travez del teléfono- Además debería mi hermanito estar feliz por el regalo que le envié. Estoy segura que lo disfrutó mucho... Ahora, ven a pinches sacarme de esta mierda... ¡AHORA! – Colgó el teléfono.

Marinette se encontraba nerviosa. Fiorella le había reventado el teléfono durante la noche. Se quedó callada cuando respondió y olló la voz tenue de Fiorella, aunque parecía estar calmada parecía totalmente molesta. No había planeado quedarse con Adrien toda la noche, de hecho ni siquiera dio el aviso para la salida lo cual daba a concluir que ella estaba enojada por eso. Y cuando la Italiana Bartoloni terminó de hablar ella carraspeo un poco para responderle.

-Yo he estado con Adrien. Yo simplemente no podía dejar las cosas así, entonces vine hablar con él...-dijo ella esperando que Fiorella explotara pero en vez de eso solo escuchó un suspiro.

-Cuando regreses hablamos...- el sonido de un teléfono colgado hizo que Marinette entrara en pánico. Ingreso a ducharse mientras Adrien escogía la ropa que se pondría y encontraba una bolsa de ropa que en su abertura colgaba un papel muy mono escrito a caligrafía perfecta. "Marinette" decía aquel papel, cuyo remitente era Marianella, abrió la bolsa y encontró una ropa totalmente casual, incluso dentro de esa bolsa había ropa interior nueva y un par de zapatos.

-Parecía que ella tenía todo bien pinche planeado...-se mordió el pulgar son suavidad y caminó al baño dejando la ropa sobre la tapa del escusado- Mira Marinette, ropa para ti....

-No me digas, ¿ropa prestada de María Antonella? – Asintió Adrien mientras se acercaba a darle un beso suave en los labios.

-Que la disfrutes. Ella tiene buenos gustos...-Marinette vió la bolsa y siguió bañándose. Adrien suspiró cuando terminó de sacar la última prenda de su conjunto actual.

-Listo, que tal quedó...-dijo Marinette dejando ver su vestimenta.

-Perfecta...-Adrien se acercó a ella y le dio un suave beso, ella lo tomó de la cintura y sonrió feliz – Le diré a papá que me mande a Londres...

-Tu padre se molestará...-dijo ella acariciándole la clavícula- Nos castigará por desobedecerle...

-Aún tengo hasta las vacaciones de Navidad. Buscaré la forma en que me comprende. Déjamelo a mí... -Marinette suspiró aliviada. Lo abrazo a ella mientras Adrien acariciaba el cabello de ella con complacencia – Me casaré contigo apenas terminemos la universidad. Está decidido...

-Ve a bañarte, te espero aquí...-Marinette empujó a Adrien hasta el baño. Cuando hubo cerrado la puerta tomó el teléfono de este y marcó a María Antonella. La entrada de la llamada, la dejó algo incomoda. Cuando ella contestó se formó un silencio entre ambos teléfonos. Se habían reconocido por completo. María Antonella pronunció el nombre de Marinette con suavidad mientras ella respondía en una ligera confirmación.

-¿A qué se debe tu llamada? – dijo María Antonella que se encontraba abrazada por Bartolomé que escuchaba todo.

-Gracias por lo de hoy y ayer... No sé qué hubiera hecho si lo perdía...- oyó el golpe de uno de los barrotes en el teléfono y se quedó petrificada para escuchar la voz de María Antonella.

-La próxima vez, trata de no excederte con tus amistades. La próxima vez no abogaré por ti ante Adrián...-dijo ella enojada- La próxima vez te destruiré... Por cierto, la ropa que llevas puesta y la ropa de anoche es cortesía mía...

-Te devolveré cada dólar o franco que gastaste en él. Yo te devolveré todo...-dijo Marinette insistiendo.

-Prefiero que cuando termines tu carrera, diseñes mi vestido de novia...-propuso María Antonella- Ese será mi regalo de bodas... y la devolución del favor...

-Hecho...-dijo ella sonriendo- Iremos a verte en media hora...

-Dile que no se demore tanto o le golpearé mucho cuando lo vea...-Bartolomé rió, fue escuchado por la azabache- Deja de reírte, estoy muriendo de calor y necesito un baño de burbujas...-colgó mientras discutían. Marinette quedó sonriente y notó que Adrien había abierto la puerta.

-Dame dos minutos para ponerme los zapatos...- El rubio salió con la toalla alrededor de su cuello y ya cambiado.

No pasaron ni dos minutos, ellos ya estaban en el ascensor. Se quedaron mirando, sonriéndose como una pareja normal. Salieron del hotel tomaron un taxi para ir hacia la dependencia policial donde se encontraban los otros dos metidos. Al llegar ahí el policía explicó a Adrien lo que había sucedido. Marinette no podía aguantar la risa al oír el relato del mayor.

-Su amiga ha mantenido relaciones sexuales en un espacio público. Los conserjes de aquel hotel donde estaba hospedado su acompañante los acusaron de averiar las cámaras de seguridad y el ascensor mismo para tener la privacidad necesaria. Y es así como están acá y se quedará aquí hasta el mediodía.

-Pero, ¿no pueden salir antes? –Dijo Marinette sonriéndole al policía- Ellos son jóvenes y...

-Ustedes son jóvenes y no los veo fornicando en un ascensor...-dijo el mayor comiendo su rosquilla- Pero puedo hacer una excepción esta vez...

-Eso me parece razonable...-dijo ella mientras cogía del brazo a Adrien- Usted es genial, Mayor...

-Señorita... podría esperarlos sentada a lado de su novio. Vendré en unos cuantos momentos con ellos...-El mayor sacó las llaves y se dirigió al pasadizo donde los tenían presos.

Al final fueron liberados, por primera vez MariaNella y Marinette se conocieron, se quedaron observando detenidamente mientras Bartolomé y Adrien se preparaban para separarlas por si se presentaba una pelea. Al final rieron ambas y todos se quedaron tranquilos. Omitiendo lo que había pasado.

-Bien... espero que esto no vuelva a suceder. La próxima vez no tendrás a un Agreste para salvarte – María Antonella quedó mirando a Adrien mientras este hablaba.

-La próxima vez no tendrás a una Quéa que se preocupe por ti...-dijo ella haciendo un puchero- Te odio...

-Yo te odio más...-dijo Adrien cruzando sus brazos mientras era observado por Marinette- Haz sido una chica mala, muy mala. Mereces un castigo...

-Hey, no seas tan duro con ella Adrien...-dijo Marinette abrazándolo- Después de todo, gracias a ella nos hemos amistado...

-Entonces, no ha sido tan mala después de todo...-dijo Adrien sonriéndole a Marinette- Que tal si vamos a comer algo...

-Buena idea, me muero de hambre...-Bartolomé se sobó el estómago mientras abrazaba a MariaNella- Que tal si comemos algo de...

-Pastel de chocolate...-dijo María Antonella con brillos en los ojos- o quizás unos Croissant francés...con poco de café pasado...

-Oh eso sería genial...-dijo Adrien saboreando lo que ella había dicho en su mente...

-Tengo un lugar en mente que les encantará...-Marinette y Adrien se cogieron de las manos mientras los otros dos comenzaban a caminar cerca el uno del otro y se sonreían.

Un comienzo del día fue muy productivo. Marinette y Adrien se habían amistado, las promesas que se habían hecho se fortalecieron. Ahora sabía que nada ni nadie los separaría. Lo mejor de todo es que su amor vio nacer otro amor. Un amor que no era lógico, sino físico e irracional como Marianella y Bartolomé.

-Creo que teñiré mi cabello de negro...-dijo María Nella mirando a Bartolomé.

-¿Y eso por qué? –Bartolomé miró su cabello- Se ve hermoso...

-Quiero que veas mi verdadero yo...-le sonrió mientras miraba de reojo a Marinette y a Adrien- Sin tintes ni ondulaciones... Quiero que conozcas mi antes de ti...

"El amor está en el aire"

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FLORECER

[ADRIEN X MARINETTE RUMBO A LA DEPENDENCIA POLICIAL]

Nota de la Autora: Bien. Cierta minoría no quería lemon pero debo decir que no me pudo resistir al menos a poner un lemon no explicito (como es costumbre en mi) para determinar el lazo entre ambos personajes.  Pero ¿Por qué? ¿La historia se fue a la mierda.? No señores, es el capitulo con menos lemon que he hecho. No he sido explicita ni un poquita como estoy acostumbrada así que espero disfruten.

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la tipica historia de universos viendo otros universos atraves de pantallas flotantes que aparecerán en sus mundos aunque también agregare otras cosa...