Que tienes para mi hermoso tiempo, sino soledad y melancolía. Porque en las invisibles agujas del reloj que manejas llevas los pesares de las personas. Si te hubiésemos conocido clemente y atolondrado nuestros errores no serían más que pequeñeces en los corazones de la gente. Pero te conocemos duro y tortuoso, pasas rápido evitando el olvido de los fallos y rememorando el pasado.
Adrien se quedó parado y en un intento fallido de parecer frio se giró y comenzó a cambiarse, simplemente omitiendo que ella estaba allí, se desnudó mostrando el cuerpo esculpido por el propio Ares, cuyos dones de la belleza, sensualidad y simpatía fue otorgado por la misma Afrodita en sus momentos mozos. Atenea le había dado el don de la inteligencia pero también había adoptado el maleficio de la inseguridad y la desesperanza, aquel que Hades le había dado al nacer. Se quedó parado poniéndose los calzoncillos y posteriormente los pantalones. Miró hacia la puerta mientras la azabache no dijo más nada hasta que él se sentó en el filo de la cama.
-Lo siento mucho...-dijo al final Marinette apretando las manos- Traté de evitarlo, sabía que se me confesaría y tenía que rechazarlo. Solo quería que vinieras y le dijeras que estabas conmigo...
-Lo sé...-Adrien se peinó el cabello mientras mostraba su cuerpo semidesnudo- Pero no debiste irte con él. Sé que no quieres lastimarlo, pero a veces tienes que dejarle las cosas claras a las personas o pasa cosas como estas...
-Adrien... déjame explicarte...-Adrien se paró bruscamente de la cama y la quedó mirando.
-Me dijiste que me alejara de María Antonella porque creías que tenía malas intenciones y tú, ¿que hiciste por las malas intenciones de ese profesor?...-tiró su camisa al suelo- ¡Nada, absolutamente nada!
-Pero, entiéndeme no es mi estilo...-Marinette tiritó un poco mientras hablaba- ...Ser mala...
-Ni tampoco lo mío, pero fui malo por ti. Fui terrible haciéndole desplantes a cada chica que se me acercaba a mí en Shanghái y en la preparatoria. Te esperé como el perro fiel que soy y que seguiré siendo para ti. Mientras tú te das libertades que yo no puedo...
-Adrien, cálmate por favor...-Marinette se acercó a él y por primera vez en mucho tiempo tocó su piel desnuda, era suave a su tacto. Pudo sentir como la suya propia se erizaba mientras la yema de sus dedos dibujaban el camino del pecho a su cuello y lo abrazaba a ella- Lo siento mucho...
-Lo sé. Yo también lo siento mucho...-dijo él abrazándola y acariciándole la nuca- Te amo y que otro hombre te toque me enloquece...
Que debía decir Marinette, lo único que hizo fue mirarle a los ojos esmeraldas que brillaban pese a la leve luz del cuarto. Adrien abrió un poco más de lo normal. Porque al ver el rostro sonrosado de su amada no pudo resistirse a dejar ese enojo de lado, le tomó el mentón con delicadeza y le propino un suave beso que la azabache obligó a continuar mientras le acariciaba los marcados brazos. Oh si, Adrien había estado haciendo ejercicio. Sus cuerpos comenzaron a mecerse, ya con diecinueve años no tenían nada que temer a las consecuencias o eso creía.
-Te amo mucho, Adrien...-le dijo Marinette entre besos. Las yemas de sus dedos de Marinette pasaron como suave seda por la espalda de Adrien mientras este le desataba el moño del cabello.
-Te extrañaba mucho...-Confesó el rubio mientras dibujaba la figura de la azabache con las manos hasta llegar a una de sus piernas que no dudó en enredar en su cintura.
-Ya no quiero que nos alejemos....-Marinette lo atrajo a ella dándole otro beso en los labios, un beso intenso, lleno de pasión. La situación lo ameritaba, tenía que demostrarle que ella era solo de él y eso haría.
Por otro lado en la cima de un rascacielos Marianella y Bartolomé miraban la inmensidad de la ciudad mientras sonrían al compás de la música que ella cantaba, la hermosa voz de la ahora no tan gruesa de la InglesoPeruana y su perfecto inglés acompañaron a pasos lentos de una balada donde ambos, Bartolomé y Marianella, demostraban su completo amor.
-Oh, kiss me beneath the milky twilight... Lead me out on the moonlit floor...And lift your open hand... Strike up the band... And make the fireflies dance... Silver moon's sparkling... -Los brazos de Marianella se enredaron en el cuello de Bartolomé mientras se mecía junto con él al compás de su voz y le sonreía mirándole a los ojos- So kiss me...
-So Kiss me...-dijo Bartolomé propinándole un suave beso que terminó en una risa juguetona por parte de ambos.
-Kiss me down by the broken tree house... Swing me upon its hanging tire... Bring, bring, bring your flowered hat... We'll take the trail marked on your father's map...-estiraron sus brazos y mecieron sus manos, Bartolomé hizo girar a Marianella para luego atraerla a su cuerpo- Kiss Me... beneath the milky twilight... Lead me out on the moonlit floor...
- And lift your open hand... Strike up the band... And make the fireflies dance... Silver moon's sparkling... -dijo él sonriéndole mientras la luz de la luna llena reflejaba su rostro y la abrazaba con delicadeza y amor a él- ... So Kiss Me...
-Todo lo que quieras...-dijo Marianella limpiándole los restos de labial que tenía en el rostro Bartolomé y lo volvió a besar con suavidad- Oye, eres un baboso...
-Oh, eso ya lo sé. Y tú eres una idiota –dijo riendo Bartolomé mientras la alzaba cual princesa- No has estado comiendo mucho últimamente...
-He dejado de comer helados durante los fines de semana...-dijo ella riendo un poco- Adrien y el PS4 me han hecho tener otro pasatiempo...
-Podría darte una idea de otro pasatiempo, solo si me das una hora...-dijo él acomodándole el vestido- So Kiss me...
-Oh, Kiss me...-dijo ella mientras le besaba los labios- out of the bearded barley ... Nightly, beside the green, green grass...
-Entonces, seré tu príncipe verde por esta noche...-dijo él mientras le daba otro beso- Corramos tras el alba y despidámonos tras el ocaso...
-Una propuesta Interesante, Sr. Tabusso...-dijo ella mientras se mordía los labios aguantando la risa- Hágame correr al aurora junto a usted... y que el ocaso solo nos sirva para cosas más interesantes que estas...
-Por cierto, Marianella...-dijo Bartolomé bajando a Marianella- ¿Es cierto que para el cumpleaños de Adriano le compraste una caja de condones?
-Jajajaja, no me digas que Orlando te lo contó...-dijo ella mientras se arreglaba el cabello- Ese tío sí que es un pinche chismoso...
-Pero, no dijo nada que no fuera verdad...-dijo Bartolomé caminando junto a ella a la puerta de las escaleras- Eres algo loca para regalarle eso a Adrien...
-Bueno, solo quería verlo perturbado un par de días...-Se meció y miró a los ojos a Bartolomé- Me hubiera encantado regalártelas a ti pero no hubieras tenido con quien utilizarlos...
-¿Me estás diciendo que soy poco atractivo? –Bartolomé se arregló el saco y luego el gorro- Mis fans no dicen eso...
-Tú no tienes fans... -Dijo ella mirándolo algo divertida.
-Que no vayan a joderme a la casa como al Señor Agreste no quiere decir que no las tenga. Soy una figura privada y mis fans lo saben...-Bartolomé le sonrió abriéndole la puerta para comenzar a bajar las escaleras.
-Si usted es una figura privada, debería guardar distancia de mi...-ella comenzó a bajar las escaleras- Desde ahora...
-Espera, no quise decir... Bueno... tal vez con un par de chicas pero....-María Antonella giró con suavidad sonriendo.
-Oh, con un par de chicas... Yo también, podría comenzar a salir...-se meneo un poco- Con un par de chicos y tener sexo con ellos... No era necesario que me dijeras lo de las chicas...
-No, no otra vez...-dijo él golpeando su cabeza contra la pared- Lo siento, no fue mi intensión ofenderte....
María Antonella miró al suelo y luego le sonrió y siguió bajando. Tenía algo en mente, seguro alguna travesurilla que no le sería difícil descifrar a su acompañante. Se tronó los dedos y cuando estuvo frente al ascensor se quedó allí hasta que se abrió la puerta. Y ella lo jaló adentro con ella. Cuando estuvieron adentro, presionó el botón para apagar las cámaras y por supuesto detener la energía eléctrica que hacía que el ascensor se moviera y pronto como eso pasó de entre sus pechos sacó un sobrecito plateado.
-¿Jugamos un ratito? –Dijo ella sonriéndole a Bartolomé- Hoy seré tu fan...
-¿Qué tal mi esposa en un par de años también? –Confesó sus deseos el Italiano mientras le besaba el cuello- Hueles delicioso...
Adrien comenzó a propinarles besos en el hombro a Marinette mientras la abrazaba a él. El olor de Marinette era embriagador, la textura de su piel tan suave como el terciopelo al contacto con la yema de sus dedos, lo hacían pensar en infinidad de cosas, la quedó mirando a los zafiros, brillantes como las estrellas del firmamento. La giró con lentitud y le levantó todo el cabello. Le besó la nuca con delicadeza mientras comenzaba a bajar el cierre del vestido con total deleite y lentitud. Adrien comenzó a preguntarse si Afrodita había dejado caer a una de sus amadas hijas del olimpo. Porque esto parecía ser Marinette para él. Una diosa, una reencarnación fiel de la hija de Afrodita bendecida por Atenea y fortalecida por la gracia de Zeus. Mordió la nuca de la azabache con suavidad mientras ella arqueaba su espalda y soltaba ligeros jadeos.
-Marinette...-dijo él en susurro- ¿Estás segura de querer hacer esto ahora? Podría esperarte mil años más...
-No hay tiempo de estar separados, solo quiero que estemos juntos...-dijo ella en susurro mientras sonreía mostrando sus acaramelados labios.
-Prometo no hacerte daño, porque si lo hago me lo haría a mi...dijo Adrien mientras la abrazaba a él, haciendo que la piel desnuda de su dorso tuviera un total contacto con la piel descubierta de Marinette. Se quedaron mirando mientras sonreían y se mecían al ritmo de la música de fondo brindada por la habitación de al lado.
- No tengas miedo a sentir este amor que sentimos. ...-dijo ella mientras le besaba los labios- Podría olvidarte y ten seguridad que te buscaría...
-Yo siempre supe que te encontraría desde aquel día. Desde que te vi llorar cuando nos separaron...-Adrien le tomó el rostro dándole ligeros besos en las mejillas- Podría morir y esperarte una vida.... Por mil años más, mil años más te amaría...
El vestido de Marinette cayó al suelo mientras Adrien le daba un beso en el cuello y ella lo abrazaba palpando cada centímetro de su piel. Como no amarlo, amar al rubio si era la razón por la que respiraba. Los labios con ligeros toques de limón de Adrien la hicieron sonreír mientras se encargaba de sentir todas las sensaciones que él provocaba en ella. La mano de Adrien se entrelazó con la de Marinette mientras se dejaban caer a la cama con suavidad. Sonrieron entonces como niños haciendo alguna fechoría.
-Te amo Marinette...-dijo Adrien mientras la seguía besando y se posicionaba sobre ella.
-Yo también te amo Adrien....-Marinette abrazó a Adrien para apegarlo a ella- Y lo haré millones años más....
En aquel cuarto, con total seguridad ambos habían sanado el hilo que estaba a punto de romperse. Y comenzarían algo nuevo. Algo que determinaría su futuro. Tomarían la decisión de estar juntos o separarse para volverse a encontrar al final de la universidad. Pero ¿Qué decidirían ellos? Nadie lo sabía, no aún y mucho menos ellos. Solo querían permanecer profesándose su amor en caricias y besos y tal vez algo más si ellos decidían que estaban preparados. Aún tenían diecinueve años y esta sería una decisión muy dura y determinante para ambos.
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DECISIONES IMPORTANTES
(BartoloméxMariaAntonella)
(MARINETTE CON EL VESTIDO ROJO)
(ADRIEN EN CALSONCILLOS)
(MarinettexAdrien)