- ¿Qué haces aquí? - sin poder evitarlo mi tono de voz salió tosco.
-Yo... lo siento - agacho la vista. Tratando de buscar en su mente las próximas palabras - Enserio quería salir contigo. Pero se me presento un inconveniente y no pude venir. Me sentí muy mal y quise hacer algo para recompensarte.
- Y... ¿Cuál fue tú idea? - levanté una ceja interrogándolo.
-Bueno es de noche, entonces solo pase por una pizza.
-Bien - me levanté de mi cama - Iré por platos - Salí de mi habitación y camine hacia la cocina.
No podía creerlo. Él me dejaba plantada y yo lo perdonaba fácilmente solo porque aparecía en mi ventana con una pizza en manos. ¡Soy una tonta! Una tonta que está feliz con verlo en mi habitación pidiendo perdón por haber faltado a nuestra... ¿Cita? No, solo iba a ser una salida común y corriente.
Volví a mi habitación con los platos y él se encontraba con un cuaderno en las manos... ¡Oh no! ¡Mi cuaderno!