All Was Golden (Ryden)

By secret_kingdom

952 166 185

Siglo XIX au en el que Brendon y Ryan son chicos burgueses que solo quieren hacer música. Disclaimer: Los pe... More

Nine in the afternoon
Northern Downpour

When the day met the night

268 53 36
By secret_kingdom

¡Oh! ¿Seguís ahí? ¿Qué venís a oír como sigue la historia? ¿Qué historia? ¡Ah! ¡Brendon y Ryan! Sí, sí. ¿Dónde nos quedamos? Oh, pero si es mi parte favorita. Dejad que os ponga en situación.


Había pasado un mes desde que Brendon y Ryan se escaparon de casa en busca de la aventura musical de sus vidas. Su primera semana consistió en ocultarse de los hombres que habían enviado sus respectivas familias a buscarlos, pero eso fue más un entretenimiento que otra cosa. En su segunda semana habían conocido a otros dos jóvenes como ellos, Spencer y Jon, y habían decidido seguir juntos los cuatro.


Tal y como Brendon había previsto, allá donde iban eran aclamados por la audiencia, y a menudo convidados a su estancia, cena y múltiples bebidas. En ocasiones, su fama viajaba más rápido que ellos mismos, y en los pueblos los esperaban con emoción aún sin haberlos oído antes.

Pero no era exactamente como el joven Urie lo había previsto. Oh no, aquello era mucho mejor. Tenía unos amigos que lo acompañaban, tocaban con él y hacían que todo fuese como un sueño. Y el amor de verano...


Quizás al principio tubo sus dudas, él nunca había sentido nada parecido por un hombre, pero, al fin y al cabo, él nunca había sentido nada parecido por nadie.

¿Es esto la amistad más verdadera? -se preguntaba. Pero probablemente ni la amistad más verdadera incluía el deseo de besar a alguien cada vez que lo mirabas, ni las ganas de despertarte junto a esa persona cada día del resto de tu vida.

Por supuesto, ni se planteó decirle nada. Probablemente pensaría que era un enfermo y no querría saber nada más de él. Y si había algo que Brendon sabía que no podría soportar, eso era perder a Ryan.


Hacia mediados del verano, los dos chicos estaban más cercanos que nunca.

Aquella tarde acababan de dar un concierto en la plaza central de una pequeña aldea no muy lejos de Manchester. Los rayos de Sol tornaban el horizonte de un brillante color dorado, y la temperatura era agradable. Una ligera brisa removía los cabellos de los dos chicos.

-¿Quieres dar un paseo? -preguntó Brendon de repente.

-Claro. -contestó Ryan sonriente.

Brendon les hizo un gesto a Jon y Spencer, indicando que iban a dar una vuelta, y estos contestaron con otro gesto, dándose por enterados.

La aldea era tan pequeña que en un par de minutos estuvieron al final de esta, en la linde de un pequeño bosque. Se adentraron en silencio entre los árboles, hasta llegar a un claro, donde Ryan se paró a observar como el Sol se ponía.

-Es una lástima que se acabe el día. -comentó.

Brendon negó con la cabeza.

-Me gustan más las noches.

-¿Las noches? ¿Por qué? Todo es oscuro.

-No todo. Se ven mejor las cosas que brillan. -lo estaba mirando fijamente, pero Ryan no lo advirtió- Creo...bueno, te parecerá estúpido.

-No lo hará. Dime.

-Creo que tú estas hecho para la noche. La luz de la Luna te ilumina el rostro de un modo que nada más puede lograr.

-Es curioso. -dijo Ryan sin dejar de mirar al horizonte- Pasa algo parecido contigo y el Sol. Te favorece. Por eso no quiero que se acabe el día.

-Entonces -dijo Brendon, mirando al suelo para intentar ocultar el rubor de sus mejillas- este es nuestro momento, ¿no? Cuando el día y la noche se encuentran.

Ryan asintió.

-Todo es dorado en el cielo.

-Deberíamos tocar cada día a esta hora. -bromeó Brendon- Así saldrá mejor que nunca.

Ryan tardó un momento en contestar.

-No

-¿No?

-No. Este momento ha de ser nuestro -y, por primera vez en la conversación, se giró a mirar a Brendon- sonará egoísta, pero a veces quiero que brilles sólo para mí.

El corazón de Brendon iba tan rápido que creyó que se le saldría del pecho. ¿Qué significaba eso?

-N-no me suena egoísta en absoluto. -dijo, mirando a su amigo a los ojos.

Ryan sonrió ligeramente.

-Bien.


No hizo falta decir nada más. Despacio, los dos chicos juntaron sus labios, y fue tal y como debía ser. Suave, cálido, agradable, igual que el atardecer al que habían dejado de prestar atención.


Pero ¿quién tiene tiempo de mirar el atardecer, cuando está ocupado creando uno?


Para Brendon, aquello ya era el paraíso. No sólo estaba viviendo su sueño, además tenía con él al que, estaba seguro, era el amor de su vida.

No necesitaba más para ser feliz, que a su voz y a su Luna.


Todos los días, al atardecer, los muchachos se escapaban juntos bajo los cielos de oro, y paseaban por ciudades desconocidas, bailaban en prados repletos de flores y hacían el amor frente al mar, con las olas enredándose entre sus piernas, y sus dedos enredándose en el pelo del otro.


No era fácil para ellos disimular. Por supuesto, Spencer y Jon lo sabían.

-De hecho, ya empezábamos a pensar que tardábais demasiado. -comentó el último.

En cuanto al público, no tenían mucho tiempo para preguntarse por qué esos hombres cantaban tan juntos, o por qué parecía que se recitaban mutuamente las palabras de amor, pues enseguida quedaban tan embelesados con el espectáculo que olvidaban todo lo demás.

Así, lo máximo que se llevaron fue algún improperio por la calle por "comportamiento afeminado", por ejemplo, llevar florecillas en el pelo.

Para alivio de Brendon, eso no impidió que su novio se las siguiera poniendo cada vez que tenía la oportunidad.


Y así, entre flores en el pelo y besos furtivos tras el escenario, pasaron días, y semanas. Y ninguno de los dos quería afrontar que el verano llegaba a su fin.


Por un lado estaba Brendon, lleno de incertezas. ¿Qué pasaría cuando volvieran a casa? ¿Estaría su padre muy enfadado? Era cierto que habían conseguido juntar una buena suma de dinero que, incluso dividida entre cuatro, seguro que impresionaría a su padre. Pero ¿y si no era suficiente? Después de todo lo vivido, a Brendon le parecía imposible dedicarse a otra cosa.

No quería pensar en lo que podía pasar al volver. No sabía que haría si le quitaban la música, o peor, a Ryan.


En cuanto a este, no daba grandes muestras de preocupación, pero en ocasiones parecía muy afligido, lo que preocupaba profundamente a Brendon.

Una vez, se lo encontró llorando.

-¿Qué te pasa? -preguntó Brendon con la voz cortada.

Pero no logró sonsacarle ninguna respuesta.


De todas formas, el verano aún no había acabado, y sus últimos días de aventuras fueron de los mejores que habían vivido.


Fue en su última noche, en la que decidieron que valía la pena gastarse parte de sus abundantes ahorros en una cena y una estancia como Dios manda, ya en Londres.


-¡Por este magnífico viaje! -dijo Spencer, alzando su copa- ¡Y por los que vendrán!

Todos brindaron con alegría.

-El futuro es nuestro, chicos. Y, ¿sabéis qué? Si en mi casa ya no me quieren, huiremos de nuevo. De todas formas, ya lo hemos hecho antes, ¿verdad Ry?

Ryan asintió, sin mucho entusiasmo. En general, parecía algo mustio. Pero a Brendon no le dió tiempo a preguntar lo que le pasaba, pues Jon gritó:

-Lo que me extraña es que en tu casa te quisieran antes, Urie.

-Oh, no te atrevas.

Ambos, que ya llevaban encima varias copas, se pusieron de pie y empezaron a fingir una encarnizada pelea, para deleite de Spencer y Ryan.

-¡Ya está bien! -les advirtió la dueña del hostal- ¡Dejad el alboroto!

Aunque sus advertencias solo sirvieron para que Brendon empezara a cantar una canción obscena a todo volumen.

-Discúlpele -dijo Ryan- no sabe beber.

Aquella noche, en su alcoba, Ryan parecía triste.

-Eh, ¿qué te pasa? -a Brendon ya le había bajado el alcohol- Anímate, mira que cama tan grande tenemos, solo para nosotros...

-Tienes razón. Deberíamos usarla.


Había un toque de desesperación en el modo en que Ryan le arrancó las prendas y lo empujó sobre la cama.

-Relájate, esta no será la última vez que hagamos esto. -rió Brendon.

Ryan se acercó a su oreja.

-Pues voy a hacértelo como si lo fuera. -le susurró.

-De eso no me voy a quej-

No pudo terminar la frase, pues los labios de su amante se lo impidieron. Y Ryan cumplió lo prometido. Le besó y acarició como si quisiera aprenderse de memoria cada centímetro de su piel.


Y mientras Brendon contemplaba a Ryan dormir plácidamente a su lado, pensó que ni brillando durante mil años, o un millón, o lo que tiene de viejo el Universo, la Luna conseguiría brillar tanto como lo hacía él en aquél instante. Decidió que no dormiría, se quedaría mirándolo hasta que el Sol volviese a salir, guardaría esa imagen en su corazón el resto de su vida.


También se dió cuenta de que no tenía miedo. No sabía adonde lo llevaría el camino, ni lo que pasaría hoy al volver, siempre que tuviera a Ryan, nada podría pararlos.


De acuerdo, de acuerdo. Esta es una hermosa historia. Pero ¡esperad! ¡no os vayáis! Esto no termina aquí. Brendon y Ryan volvieron a casa. ¿Queréis saber lo que pasó? Falta el desenlace de todo este asunto. Quedaos aquí si queréis oírlo.


"When the moon fell in love with the sun, all was golden in the sky. All was golden when the day met the night."

Continue Reading

You'll Also Like

538K 62.7K 15
Harry había pasado por varias injusticias a lo largo de su vida. Había perdido y amado; preguntado y respondido. Pero aquella vez, cuando sabiendo qu...
986K 104K 142
1era y 2da temporada ♥️ Sinopsis: En donde Jimin es un Omega mimado y Jungkook un Alfa amargado, los dos se casan por sus propias conveniencias. ⚠️...
825K 123K 101
Toda su vida fue visto de menos y tratado mal por las personas que decían ser su familia, estaba cansado de que todas las noches llorara por aunque s...