Maratón
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JungKook
— Pe-pero YoonGi, yo te amo.— comencé a sollozar.
— Pues yo no te amo JungKook, yo amo a Hobi y siempre lo amaré.— Sonó tan frío y convincente, tal y como solía serlo.
Me dolía escuchar esas palabras, en especial si venían del chico que tanto me gustaba.
— YoonGi, yo... yo puedo hacerte feliz...— las lágrimas recorrían cada centímetro de mi rostro.
— JungKook, solo tienes 8 años, eres muy niño para mí, te veo como un hermano, además tú sabías claramente sobre mis sentimientos hacia Hobi y aún...
— ¡Y aún así te amo! Te amo YoonGi, quiero estar a tu lado por favor.— me arrodillé ante él, rogándole que no me rechace.
— Lo siento, olvídate de mí.
Después de eso, salió corriendo y nunca más lo volví a ver hasta aquel día.
— Kookie, te presento a YoonGi, mi novio.— Dijo mi mejor amigo: HoSeok.
Ahí estaba él, con su blanquecina piel, agarrado de la mano de mi mejor amigo.
Aquel día no supe cómo reaccionar al ver al único chico que amé al lado de mi mejor amigo. No era justo, claro que no era justo, yo lo amé primero y yo le pedí para ser su novio primero, pero... pero ahora él lo tenía a su lado y lo único que pude hacer fue esconder todos mis sentimientos y felicitarlos por su noviazgo.
Después de aquellos días, en los que solo veía a esa parejita junta decidí que ya era tiempo de olvidarme de él, de YoonGi; lo único que quería era ser feliz al lado de una persona que me amara al igual que yo a él.
Y luego vino él.
— Ho-hola, yo... yo quería... quería saber s-si tú qui-quisieras salir conmigo.— dijo aquel chico tímido, a quien no había visto nunca, pero quien llamó mi atención rápidamente.
— Claro, ¿Te gustan las películas? podemos ir al cine. — Traté de sonar amistoso con ese chico, que parecía muy tímido, pero lindo a la vez .
— Claro que sí me gustan... — dijo algo animado.
— Entonces paso a recogerte mañana ¿Qué dices? — Sonreí e inmediatamente el chico se sonrojo.— ¿Cúal es tu nombre?
— Me llamo JiMin.
— Yo me llamo JungKook.
Aquel día en el cine pude sonreír sin problema alguno o sin tener que fingir delante de alguien.
Pasaron los meses y aquel chico llamado JiMin se ganó mi corazón, las citas que tuvimos ayudaron mucho, pues conocí mucho mejor al que ahora le pediría para que sea mi novio.
— JiMinnie, yo... yo quiero preguntarte algo.— estaba muy nervioso, no sabía qué decir o cómo decirlo.
— ¿Qué pasa JungKookie? — dirigió su mirada a mi rostro, que estaba totalmente rojo.
— Yo... Yo quería saber si tú, ¿Tú quieres ser mi novio? — lo dije tan rápido que temía que no entendiera mi mensaje. Sin embargo, sí me entendió, pues sus ojos estaban muy abiertos de la sorpresa y sus mejillas estaban muy sonrojadas.
"Por favor di que sí" rogué en mi interior para que este chico de quien me había enamorado sí me aceptara.
— Claro que sí, JungKookie, yo te quiero mucho, pensé qué tú no me querías, pero veo que sí me...
Lo calle con un beso, pues había esperado tres meses para tocar esos labios que se sentían tan suaves ante mi tacto.
Los años pasaron y JiMin y yo estábamos más juntos que nunca, ya teníamos cuatro años de relación, y como cada pareja queríamos dar el siguiente paso.
— Te a-amo de-demasiado ¡Ah!
Con cada embestida que daba, sentía tocar el cielo, pues sí, mi primera vez fue junto a JiMin, a mi novio.
— Ja-jamás olvidaré este... momento.
Me gustó mucho haber compartido ese momento con la persona a quien más amo.
— Yo !Ah! tampoco J-JungKook.
Jamás olvidé aquel momento, lo sigo recordando, aún recuerdo las expresiones de mi novio al momento de hundirme en él, recuerdo el sabor de su piel... aún recuerdo aquel día en el que nos volvimos uno.
Los días pasaron y me enteré que YoonGi, el que supuestamente era el amor de mi vida, se había marchado a China, dejando a HoSeok, mi mejor amigo, con el corazón roto. Me dolió mucho enterarme de aquello, pues desde ese día "Hobi", como solía decirle YoonGi, se volvió más serio, ocultando cada sentimiento de amor o cariño que tenía.
Lo peor fue cuando los padres de HoSeok murieron... No estuvieron presente en nuestra graduación y eso fue lo más doloroso que pudo sentir mi mejor amigo.
JiMin era un año menor que yo, así que se graduó un año después, ese mismo día le propuse matrimonio e inmediatamente aceptó con algunas lágrimas en su rostro.
La boda fue muy hermosa, estuvieron presentes todos nuestros familiares y algunos amigos de JiMin, al igual que HoSeok, quien fue mi padrino y quien se acostó con todas las compañeras de clase de mi JiMinnie.
Los dos primeros años de casados fueron difíciles, pues ninguno de los dos estábamos acostumbrados a compartir o convivir juntos, pero todo cambió aquel día, el día que recibí aquella noticia.
— JiMinnie, mi amor, ya llegué. — ese día había salido de la oficina más temprano que cualquier otro día.
No recibí ninguna respuesta, comencé a preocuparme un poco, así que corrí rápidamente hacia nuestra habitación.
Encontré a JiMin acostado en nuestra cama con un pequeño oso en brazos, me pareció algo extraño, pero aun así me dirigí hacía él y me senté a su lado .
— Amor ¿estás bien? — lo miré un tanto preocupado, pues mi esposo estaba muy pálido.
— Toma.— me entregó el pequeño oso.
— Amor ¿Qué sucede? — estaba algo confundido por la situación, hasta que lo vi.
El pequeño oso que tenía en manos contenía un sobre adherido a su barriguita. Agarré el sobre y lo abrí lentamente; apenas leí el contenido, me di cuenta que eran unos resultados... resultados de embarazo.
— ¿E-es cierto? — comencé a sollozar, eso era muy bueno.
— Sí, mi JungKookie, seremos padres.— comenzó a sollozar, al igual que yo.
Iba a ser padre, padre primerizo. Estaba muy emocionado y a la vez aterrorizado.
Los 9 meses al lado de un JiMin embarazado fueron algo atemorizantes, pues sus antojos y cambios de humor eran constantes. Algunas veces solía golpearme, pero luego se disculpaba.
— ¡Ah! ¡Ma-maldito!
Ahí estaba mi querido esposo en labor de parto, me asusté mucho, pues JiMin estaba muy molesto.
— Amor, inhala y exhala. — comencé a imitar algunos de los movimientos que vi en las clases para padres primerizos.
— Todo es tu culpa, tú, maldito narizón.— apretó mi mano, que por cierto se encontraba entrelazada a la suya.
— ¡Ay! Amor, duele.— me quejé.
— ¡ESE DOLOR NO ES NADA A COMPARACIÓN DE LO QUE YO SIENTO!
— Amor, tranquilo.
— ¡Ah! ¡Eres un idiota! juro que ya no te dejaré tocarme, todo esto es tu culpa ¡Ah! ¡Por tu maldita calentura!
Dejé a mi esposo solo después de que entraron a la sala de parto, dejándome a mí en la sala de espera.
— Jeon JungKook, puedes dejar de dar vueltas. — me gritó mi mejor amigo, quien había llegado unos minutos después que yo.
— Hoseok, no confío en esos doctores, de seguro no saben co...
Dejé de hablar en el momento en el que el doctor salió, entregándome la gran noticia de que ya era padre, de que ya tenía una linda niña a quien cargar.
— Es una hermosa niña.— dije al momento que entré en la habitación de JiMin.
— Sí, tiene tus ojitos.— no terminó ni de hablar, cuando ya se encontraba sollozando.
— JiMinnie, no llores, amor.— lo abracé con mucho cuidado.
— ¿Cómo se llamará? — me preguntó, mirando a la pequeña bebé.
La verdad no había pensado en ningún nombre, pero claro que no podía decírselo.
— A-amor... yo... — ya me encontraba nervioso y suponía que lo mejor sería decirle la verdad.
— Sandeul.— musitó.
— Es perfecto.— ciertamente el nombre sí me encantó.
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Sandeul era una pequeña muy inteligente y linda a medida que iba creciendo.
Pensé que ya lo tenía todo, pero la vida te entrega sorpresas.
— ¡Sandeul pide un deseo! — dije más que emocionado al ver que mi pequeña ya cumplía cinco añitos.
— Deseo tener un hermanito.— sopló la pequeña velita y yo rogué en mi interior porque ese deseo no se cumpliera.
— Tal vez se cumpla mi amor.— JiMin parecía muy confiado en sus palabras y eso fue lo que más temor me dio.
Mi pequeña bebé disfrutó de su cumpleaños numero cinco, algo que agradecí mucho, pues adoraba mimar a mi única princesa.
— Jungkookie, podemos hablar.— JiMin susurró, tomando mi mano y alejándome de la habitación de Sandeul.
— Claro que sí, mi amor.— Sonreí y me dirigí hacia nuestra habitación.
— JungKook ¿Nunca has pensado en tener otro bebé? — se sentó al lado mío y nuevamente tomó mis manos entre las suyas.
— Amor, recuerdas como sufriste en el parto de Sandeul, no creo que quieras volver a pasar por eso o ¿sí?
Sonrió, logrando achicar sus ojitos y dándome a entender la respuesta.
Oh no, esto solo se significa algo y al parecer tendría que ver con sufrir nuevamente los insultos de mi esposo.
— JiMin, tú estás...
— Estoy esperando otro bebé, Kookie.— se lanzó encima de mí, abrazándome.
— Yo... Yo...
— Tú estas feliz ¿Cierto, amor? — me miró, esperando una respuesta.
— Sí, estoy más que feliz.— forcé una sonrisa, pues tenía miedo, mucho más miedo que la primera vez .
Todo miedo se desvaneció al ver tan emocionado a mi esposo, al gran amor de mi vida y también al haber escuchado algunos consejos de HoSeok.
Lo único de que me di cuenta en todos estos años en los cuales estuve al lado de JiMin fue que el amor no siempre está en la persona que tú esperas, a veces el verdadero amor se encuentra en la persona más cercana o la menos indicada.
Ahora, solo puedo decir que estoy completamente enamorado de JiMin, lo amo más que a mi vida, me ha dado una hija maravillosa y me dará un futuro hijo con quién estaremos más que completos.
Y aquí se acabó la maratón. Siento haberme tardado tanto, pero es que tuve un percance el día que pensaba actualizar. Perdón 🙇🙆lxs amo ❤
Nota actual:
Maratón 3/4