En la mañana me levanté temprano, la casa estaba un poco desordenada y no creí que Piera estuviera contenta si llegaba y se encontraba con eso por lo que decidí acomodar aprovechando que ella llegaría pasado el medio día como había informado Rocco el día anterior.
No quise despertar a Rocco porque él lucía demasiado bien durmiendo, así que puse mi pantalón y empecé por la cocina donde lavé los utensilios tratando de hacer el menor ruido posible; puse a hervir agua para tomar un café mientras barría el pequeño lugar y cuando me giré para continuar con el living vi a Rocco recostado contra el marco de puerta utilizando sólo su bóxers.
-Pensé que te habías ido.
-No quería que Piera se enfade por el desastre que teníamos –digo pasando por su lado dándole un beso para ir por mi remera que aún yace en el piso. Él se adelanta y toma la prenda para ponérsela; lo miro alzando una ceja y él sonríe.
-Creo que me queda mejor que a ti.
-Efectivamente te queda mejor, pero necesito vestirme.
Me acerco a él y trato de desnudarlo pero se resiste buscando un beso de mi parte que no tarda en encontrar, pero luego lo detengo observándolo fijamente por largos segundos.
-Debemos ordenar si es que quieres que tu hermana me deje seguir viniendo.
-Ella no podría prohibirte la entrada –asegura pero sin embargo me da mi remera y pone la suya. Va a la habitación y pone el resto de su ropa antes de volver y ayudarme con el orden y la limpieza que terminamos antes del medio día.
Rocco preparó una sopa de verduras y nos sentamos almorzar mientras esperábamos a sus hermanas que habían avisado que no tardarían en llegar en unos minutos más.
-Tomás –dice Piera en cuanto me ve, le sonrío y ella me responde con incomodidad. –No sabía que estabas aquí.
-Pasé la noche con Rocco, no quería dejarlo solo.
-Aww –suspiró Lucy y recibió un giño de mi parte, pero Rocco la miro de mala manera. -¿Te quedarás hoy también?
-Sólo durante la tarde, tenemos tareas que hacer.
-¿Tenemos?
-Sí... te dije ayer pero no me oíste.
-Oh... ¿Y después que harás? –insistió olvidándose de las muchachas que nos observaba interesadas.
-Debería ir a dormir a casa, mamá ya está un poco preocupada –me excuso, porque ya hacía tres días que no dormía allí. –Pero puedes venir si quieres.
-Claro, si Piera no tiene problema –dice con sus mejillas coloradas y consiguiendo un asentimiento por parte de la chica y otro "aww" por parte de la pequeña.
Durante ese sábado terminamos las tareas que teníamos pendientes y luego fuimos a casa donde Dana se encontraba con tres amigas que empezaron a murmurar en cuanto cruzamos la puerta. Miré a mi hermana suspirar de mala gana pero no dijo nada y aún esperaba que no lo hiciera porque sería un gran problema para Rocco quien no quería que supieran nada acerca de su homosexualidad.
Nos encerramos en mi habitación y nos recostamos en la cama para buscar alguna película online que acompañaríamos con empanadas y cervezas que habíamos pasado a comprar antes de ir allí.
-Oye... entonces ¿Irás conmigo?
-¿A dónde? –quiere saber distraídamente sonriendo ante un broma de los protagonistas. Se encuentra con mi mirada suplicante.
-A estudiar. A la gran ciudad.
-Oh... no lo sé, no quiero que me presiones con eso tampoco –responde incómodo dándole pausa a la película porque evidentemente era algo que no se quería perder.
-Lo lamento.
-No es por eso, de verdad quiero ir pero hay muchas cosas que debemos solucionar antes –suspira apoyándose en mi hombro. –Aún no sé qué pasará con Fidel, o qué pasará con Lucy... no sé si tenemos el dinero para que pueda ir aunque él haya dicho que haría lo posible para ayudarme a continuar los estudios. No sé muchas cosas... entonces no quiero que me presiones ahora porque me pongo a pensar de más y a la única conclusión que llego es que debería terminar lo que tenemos porque sino será aún más doloroso después.
-Oh... -eso era malo, quizás sí debería dejar de insistir. –Lo lamento, sólo no hablemos de esto hasta que llegue el momento ¿De acuerdo? –asiente y busca mis labios para un beso. –Pero recuerda que te amo y aunque no puedas ir conmigo podremos mantener lo nuestro.
-Sí... -suelta poco convencido dándole play nuevamente. –Ojala sea así.
-Lo será.
-¿Qué hay de los demás? ¿Ellos irán?
-Sabes que Nano ya dijo que no lo hará, pero Ignacio dijo que sí así que no me sentiré tan solo si tu no vas.
-¿Qué hay de Tiziano?
-¿Qué hay con él?
-¿Irá? –me encogí de hombros. -¿Nunca volverán a llevarse bien?
-Mientras él siga comportándose como un idiota será difícil que nos llevemos bien.
-Pero tú sabes que él te aprecia bastante ¿No? –vuelvo a ignorarlo. –Siempre dice que solían llevarse muy bien hasta que él se metió con Dana, algo de lo cual no está para nada orgulloso.
-No fue el hecho de que haya estado con ella, eso a mí no me importa, pero que le haya dado la espalda cuando más lo necesitaba fue lo peor que pudo hacer en su vida.
-Él está arrepentido.
-¿Eres su abogado ahora?
-No. Somos amigos y hemos hablado bastante, nunca me pidió que me meta pero creo que ustedes dos deberían solucionar las cosas porque si a ti todavía te duele es porque te importa.
-Tiziano no dejará de ser un idiota a pesar de que hablemos, tú sabes eso.
-¿Por qué no puedes ser un poco flexible por una vez en tu vida? –quiere saber con molestia y lo miro de reojo. –Sólo quiero que aprendan a llevarse bien porque tú eres mi novio y él es mi amigo.
-Oh...
-¿Qué?
-Sonó lindo oírte decir "novio" –digo buscando su rostro y juntando nuestros labios. –Dilo de nuevo.
-Muérete.
-No, no eso.
-Eres un idiota –insiste tratando de soltarse de mi agarre pero imposibilitado de disimular su sonrisa.
-De acuerdo, lo haré –accedo soltando su cara. –Sólo por ti hablaré con él.
-No quiero que lo hagas por mí. Quiero que lo hagan por la amistad que alguna vez tuvieron.
-Sí, llámalo como más te guste. Hablaré con él y solucionaré nuestras diferencias –finalizo levantando el volumen de la película para que no continúe con él tema. Rocco sonríe pareciendo bastante contento y se acomoda más cerca de mí invitándome a abrazarlo.
-Gracias.
-Cuando quieras.
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