Hace varias horas que estoy aquí, esperando algo para poder salir. Trato de romper las cosas de la pared, pero están clavadas muy fuertes. Algo más?
Lo peor de todo creo que es el aburrimiento, y no saber que pasa con Glenn. Apenas entre el gobernador le preguntaré. Y hablando del Rey de Roma...
-Gobernador- sonrío al verlo -Muy linda la venda de tu oreja- digo con burla, el sonríe
-Amalia- saluda y entra
-Dónde está el Coreano?- pregunto y el ríe
-Está en la habitación de al lado- asiento
-Le llegas a tocar un solo cabello...- empiezo a decir, pero me interrumpe
-Tranquila- hace un movimiento de manos restandole importancia -El no me importa, no le haré nada- ríe -Se traumara sólo al escuchar tus gritos de dolor- sonríe y se acerca a mi, se arrodilla, pero a una distancia considerable
-Cobarde, acércate más- digo y me estiro hacia el, pero claro, no llego
-No deberías tratarme así, linda- acerca su mano y acaricia mi cabello, pero la saco bruscamente -Podríamos pasarla bien juntos, ya sabes, ir matando a todos los que se nos pase por delante- miro hacia abajo y luego a el, lo escucho atenta -Tu y yo, podríamos ser imparables- me quedo pensando unos segundos... y luego le escupo en la cara
-Nunca- suelto con asco. El, enojado, empieza a pegarme piñas en la cara, unas 5 veces. Ahora me duele toda la cara
-Bien, tu me vas a morder y después, qué?- pregunta sonriendo -Cómo crees que podrías salir de aquí?- matando, claro -De verdad deberías dejar de luchar, las cosas podrían ser mucho más fáciles para ti- lo miro enojada -Además, no queremos que te rompas las muñecas. Por tu bien, me tomaría un descanso y disfrutaría
-Voy a disfrutar cuando vea tu cuerpo inerte en el suelo, tus ojos... o ojo, viendo hacia el techo con terror, sin esperanzas, sin vida. Y yo en ese momento voy a ser feliz- sonrío, cínica -Qué?- pregunto -Te gusto?- suelto una risita -preferiría comer riñones antes de darte un beso, se ven más ricos que tu- río, su cara de enojo me da gracia, más que todo por el parche en el ojo y la venda en la oreja -Debería matarte, pero es la primera vez que estoy en un dilema cómo este. No se que es más repulsivo, si tu vida, o mancharme las manos con tu asquerosa sangre- río y río, con mi risa que da miedo, el se echa hacia atrás
-Cállate- ordena y yo río
-Gobernador, no hay placer más dulce y dañino que la venganza, devolver el cuchillo que alguna vez te clavaron... todo se paga, y yo siempre cobro el doble- el sonríe
-No lo creo- tira mi pelo hacia atrás -Hoy pasarás la mejor noche de tu vida- río
-Es de noche? Tienes unas horas mas de vida, nuestra gente ya se debió haber dado cuenta de que faltamos- me da una cachetada -Vendrán, pero no te matarán, porque yo lo haré- río y me vuelva a pegar una piña -Cobarde- suelto y me vuelve a pegar. Debo estar irreconocible -Idiota- escupo con asco, y me vuelve a pegar -Te crees muy macho? Sueltame y veremos quien gana- río y me vuelve a pegar
-Haremos algo mejor que eso- sonríe de lado y empieza a tocar mi panza, que asco -Y vas a disfrutar- mierda, me voy a hacer monja luego de lo que pase hoy... sería una monja muy sexy y asesina