Los días habían pasado y nuestras madres nos habían llevado a visitar las casas que estaban en arriendo para estudiantes. Ellas eligieron por nosotros una casa de cinco habitaciones, con tres baños, una cocina, un comedor y un living; tenía un pequeño patio para tender la ropa. Esa casa recordaba a la mía pero no tenía tantas habitaciones.
Lo bueno es que nuestras padres no pagaban tanto dinero ya que esa casa, era parte de una inmobiliaria que tenía convenio con la empresa de Marco. Si, ahora podemos decir que le debemos la vida a Marco por darnos un hogar.
De Jason no he sabido nada y eso me tiente preocupada, ya que mi madre me dijo que viajo solo y no sé dónde.
—¿En qué piensas cariño? —me pregunta mi madre cuando dejo una caja dentro de lo que iba hacer mi habitación en esa casa.
Si, estábamos en la mudanza.
Nuestras madres no habían encargado días atrás que empezáramos a empacar todo lo que teníamos. No eran muchas cosas, pero sí para que tres jóvenes sobrevivieran.
—Nada, solo me siento cansada con todo esto —le digo cuando la veo entrar con mis cosas.
—Podrás descansar mañana —me dice mi madre.
Hoy era viernes y ninguno de los tres teníamos universidad, eso hizo que facilitará el movimiento de la mudanza.
Salí de mi supuesta habitación para ver a Justin y a Santiago que estaban entrando los muebles. Pattie y Magda estaban ordenando la cocina para hacer algo de comer y descansar, para luego seguir ordenando.
—¿Cuándo llegarán mis primos? —le preguntó a mi madre.
—Depende de cada uno, recuerda que algunos están estudiando y otros están viendo que harán con su vida mientras trabajan —me dice mi mamá—. Eso acorde con tus tíos, que ellos iban a estudiar si o si.
—¿Quiénes están estudiado y quienes no? —le preguntó.
—Me acuerdo de Alonso que estaba buscando trabajo y buscando que hacer, Jorge estaba trabajando y Derek estaba estudiando al igual David y Nicolás —Me dice tranquila sentándose en mi cama.
Si, tenía mi cama de dos plazas.
—¿Y Martín? —le pregunto.
—No está haciendo nada, pero ahora tendrá que buscar empleo y me dijo que quieres estudiar en la noche en tu facultad —Me dice.
—Pero estamos a segundo semestre —le digo.
—Hará algunos cursos para avanzar, quieres estudiar leyes, que sé yo....ahí verán ellos —mi madre se para irse de la habitación.
Para mi mala suerte el baño que estaba con la habitación lo tenía Justin, ya que él era el hijastro de Marco. Yo por mi parte tengo un baño frente a la habitación y el otro baño es para los chicos. Estoy segura que más de uno de mis primos entrara al baño, cuando yo esté haciendo algo de mujer.
Los quiero pero de verdad que son simios.
De hecho la noticia que mis primos se vengan a vivir conmigo por un lado me complica por lo simio que son, pero por otro lado, me siento protegida por esos trogloditas y sé, que no me dejarán sola.
Yo tuve que irme ya que tenía ir a trabajar y después a buscar algunas cosas de la universidad. Agradecí que estuviera mi madre ahí.
—Adiós —le dije a todos.
Tenía la nueva dirección anotada en mi celular y en una libreta que llevaba; así que de ninguna manera me iba a perder.
Mi relación con Justin está más problemática que nunca. Desde el último beso me prometí a no caer en sus redes nuevo, ya no puedo hacerlo.
Discutimos a cada momento y eso a Santiago creo que le molesta, porque en cada pelea está él presente. Aún así Santiago estaba extraño con Justin y conmigo.
La buena noticia es que a Justin se le bajaron los humos, ya que ahora no tenía departamento no tenía auto; es decir que usaríamos el autobús, a mí no me complicaba para nada pero no sé si a él, total igual que quedaba una semana para usarlo, pero Pattie le exigió devolver todo de inmediato.
Llegué a mi trabajo y no me encontré con Leah; de hecho hace varios días que no iba a trabajar, tampoco le iba a preguntar a su madre, ya que supuse como era hija de la dueña podía hacer lo que quería pero ni siquiera podía responderme los mensajes que le dejaba.
Trabajé mis horas normales y hasta que me fui atrás para quitarme las cosas de la cafetería y tomar mis cosas.
—_____ ¿puedes venir un momento? —me pregunta Loren; la mamá de Leah.
—Si, ningún problema —le sonrió amable.
—Gracias —me dice Loren yendo a su oficina.
Cuando estuve lista, tome mis cosas y fui a la oficina de la mamá de Leah.
—Toma asiento ____ —me dice y la miro rara.
—¿Me va a despedir? —le preguntó y ella me mira sorprendida.
—No —me dice mirándome—. ¿Por qué la pregunta?
—Nunca he venido a su oficina desde mi entrevista —le digo y Loren relaja su rostro.
—No te voy a despedir, quiero hablar contigo —me dice y la miro confusa—. Es por Leah.
—¿Le ha pasado algo? —le preguntó asustada.
—No —me dice tranquila ella.
—Entonces.. —le digo.
—Leah está en casa descansado porque tuvo una de sus crisis —la interrumpo.
—¿Crisis? ¿De qué? —le preguntó anonadada.
Loren suspira pesadamente.
—_____ mi hija no es una chica normal —dice Loren mirándome—. Ella cuando nació le detectaron depresión endogena, es decir, ella nació con depresión y es así hasta que ella fallezca.
Sentí como mi estómago revolvía el almuerzo de Pattie y Magda.
—Lo que pasa es que en la adolescencia empezó con trastorno de personalidad y que desde ahí la han mantenido con altas y bajas —Loren dice cada palabra sería y segura—. Sé que mi hija no tiene amigos y puedo decir que tú eres la única que ha hecho, ya que no se ven tanto y bueno cuando se ven en el trabajo, sé que ustedes tienen una relación de confianza y además que las he visto.
Trago fuerte.
—Quisiera saber cómo es tu relación con ella, me gustaría saber más de mi hija ya que ella conmigo es cerrada, no sé si ha tenido novio o si alguna vez un chico se ha acercado a ella —me dice—. Me gustaría que te acercaras más. Te pagaría incluso ____.
Parpadeo incrédula por la situación.
—Señora Loren no se preocupe por mi amistad con Leah, no es necesario ocupar dinero —le digo inmediato—. Quiero a su hija bastante y parecía raro que ni siquiera haya contestado sus mensajes. No entiendo esta situación, ya que yo no sabía lo que padecía Leah.
—Aún está investigación que padece, ya que es inestable pero a la vez le gusta ser el centro de atención —me mirándome preocupada—. Leah no pudo estudiar tranquila y me gustaría que estudiara como una chica normal.
—Pero ella no está incapacitada —le digo preocupada.
—Leah además de tener esa depresión, padece un trastorno, que no sabemos cuál es pero son dos casos de trastorno que se están evaluando en ella; el primero sería el trastorno límite de la personalidad, es decir, es inestable en las relaciones interpersonales, la autoimagen, la afectividad y una notable impulsividad, que se da en diversos contextos. Puede realizar esfuerzos frenéticos para evitar un abandono real o imaginado, las relaciones interpersonales se caracterizan por su inestabilidad e intensidad de las mismas — En ese momento me acorde lo cariñosa que había sido conmigo a veces Leah—. Y el segundo que sería trastorno histriónico de la personalidad: Emotividad excesiva y demanda de atención, en diversos contextos. De esta manera, no se sienten cómodos en situaciones en las que no son el centro de atención, las interacciones con los demás suelen caracterizarse por un comportamiento sexualmente seductor o provocador, expresión emocional superficial y cambiante o, en su caso, exagerada expresión; utilización del aspecto físico para llamar la atención.
—¿Desde cuándo tiene estos trastornos? —Le preguntó mientras la madre quien Leah reposaba en su escritorio.
—Empezó a principios de la adolescencia —suspira intranquila—. Ella siempre ha sido extraña con las personas que ha he estado a su lado y puedo decir que tú ____, eres especial para ella, no sé cómo pero lo eres.
—Me acuerdo cuando a veces era tan madura para algunas cosas y para otras eran infantil y efusiva conmigo —dije analizando la situación.
—Oh mi hermosa Leah —dice su madre apenada—. Espero que entiendas esa situación y me gustaría que la vieras, pero no creo que sea lo correcto ahora mismo.
—Entiendo —digo mirándola—. Supongo que no la veré por semanas.
—No creo —me dice Loren—. Ella ahora está descansando y creo que será lo mejor ____.
—Dígame cuándo puedo ir a verla —digo levantándome.
—No te preocupes, que te lo diré —me dice Loren mientras veía.
—Adiós —le digo despidiéndome.
—Adiós y gracias por entender —dice Loren.
—No sé preocupe, entiendo —le digo tranquila.
Salí de mi trabajo tranquila mientras caminaba por las calles. Me sentía bastante triste. No quería admitir que Leah tenía algún tipo de transformó y que no me lo hubiera dicho. De algún modo me sentía mal por no saber eso.
Quería ver a Leah, la extrañaba, me hacía falta.
Iba a la universidad para ir a buscar unos portafolios con calificaciones del primer semestre y para distraerme un rato, ya que no quería estar en casa porque estaba Justin.
Llegue tranquilamente para ir a administración a recoger las cosas. Como todos viernes, habían pocos estudiantes.
—Gracias —le dije a una secretaria de administración cuando me paso mis portafolios.
Se suponía que iba a ir en seguida pero me quedé viendo algunos eventos que se acercarían.
Me fijé en uno especial, una fiesta donde estarían las dos facultades, de seguro no podría ir ya que habrían exámenes.
—¿Qué ves? —Reconocí esa voz
Me giré y vi a Chase.
—Folletos —le digo tranquila—. ¿Qué haces tú aquí?
—Terminé mi ensayo y vine a dejar las llaves del salón —me dice cruzándose de brazos —. ¿O pensabas que el universo nos unió?
Me mira con una ceja alzada.
—Que gracioso —le digo sarcástica—. Me hiciste reír.
Chase forma una sonrisa.
—Yo hago reír a todas —me dice y rodeo los ojos.
—No deberías ir con tus amigos —le digo.
—Y dejar a una ñoña como tú en peligro, ellos no me lo permitirían —me dice y lo miro con los ojos entrecerrados.
—Eso lo más absurdo que he oído, se supone que las ñoñas nadie la toma en cuenta —le digo.
—Todo lo que sea mujer a mí me gusta —me sonríe egocéntrico.
—Serás idiota —le digo caminado
Di algunos pasos antes que Chase me dijera algo.
—¿Tienes algo que hacer? —me pregunta y me giro.
—¿Por qué? —le pregunto.
—¿Salgamos un rato ha hablar? —alzo una ceja—. Oh vamos no me mires de esa forma, como amigos.
—¿Cómo amigos? —lo miro.
—Si, como amigos —me dice y le sonrió.
—Está bien —le digo.
Chase acerca a mi.
—No te enamores de mí ____ —me dice.
—No caería tan bajo —le digo y Chase forma una linda sonrisa.
Chase me guía hasta la cafetería para que compráramos unos cafés y nos sentáramos.
—Esto es inesperado, no lo pensaba de ti —le digo.
—Nadie piensa nada de mi — me dice tranquilamente.
—¿Por qué ahora estás tan gentil conmigo? —le preguntó sorprendida por la situación.
—Porque de alguna forma tú me haces sentir bien y no me refiero a que te vea con otros ojos —dice Chase—. Además que te ves patética detrás de tu ex.
—Yo no estoy detrás de mi ex —le digo.
—Se nota que estas necesitadas de él —me dice y fruncí el ceño—. Lo que me parece raro es el chico que está al lado de él, el castaño.
—¿Santiago? —pregunto.
—No sé cómo se llama —me dice.
—Debo suponer que es él —le digo.
—Dime con la verdad ¿Tú amigo está detrás de ti, sabiendo que tú tienes onda con tu ex? —me pregunta y lo miro confusa.
—Santiago solamente es mi amigo de niñez y Justin es mi ex, punto —le digo tomando el café.
—Te poner nerviosa....juraría que tuviste algo con ese chico —me dice Chase.
Rodeo los ojos.
—Antes que llegara Justin, me gustaba mucho Santiago —Chase alza las cejas de sorpresa—. Yo en eso todavía era más niña de lo que era en esa edad, estoy hablado que ni siquiera sabía algo de belleza.
—Continúa —me dice Chase.
—Santiago me hacía bullying y a me gustaba desde mucho antes. Pero llego Justin y me logro seducirían impresionante y como lo ingenua que era, caí —le dije. Chase forma una sonrisa.
—O sea el chico que ahora es tu amigo era tu enemigo —le asiento—. Ahora tú no tienes sentimientos hacia él, ya que tienes sentimientos a tu ex.
—Claro —le digo bebiendo.
—Que irónico —dice bebiendo su café—. Juraría que ese chico le gustas demasiado para su bien.
Chase forma una sonrisa sensual y lo miro confundida por su revelación.
—¿A Santiago? No lo creo —le digo tranquila—. Santiago me vio en toda la transformación y además que peleábamos.
—Te apuesto que tu ex es quien marcaba el límite —me dice.
—¿Qué me estás queriendo decir? —le preguntó alzando una ceja.
—Que sigues siendo la misma ingenua, que trata de jugar a juegos de adultos —me dice—. Despierta ____, tu ex tiene comiendo de su palma.
—No es así —le digo—. Además ¿por qué me dices eso?
Chase se queda en silencio unos segundos y luego responde.
—Porque me recuerdas a Amanda, si a la puta hermana de Jared y que fue mi ex novia, aunque tú eres demasiado buena.
—¿Y en que parecería a ella? —le preguntó.
—Al principio Amanda era una chica ingenua, más que tú y bueno la vi, dese el primer segundo la quería para mí y todo lo que hizo tu ex contigo, yo lo hice con Amanda —me dice tranquilamente tomando su café—. ¿nunca te has preguntado por qué me llevo tan mal con Jared?
—Si, pero es como obvio que es por Amanda —le digo.
Chase ladea su cabeza entre un sí y un no.
—La mitad Amanda y la mitad otra chica —alzo mis cejas sorprendida.
—¿otra chica? —le preguntó y Chase asiente.
—Jared en el primer año llego con una chica, era su novia y él estaba enamorado —dice Chase tranquilamente—. Yo en eso ya era un capullo.
—No me digas que te acostare con ella —le digo.
—Claro que si. Yo no sabía que era la novia de él y en eso la chica me dijo que había roto con su novio y yo como bien samaritano le di lo que quería —Chase forma una sonrisa y toma un sorbo.
—Serás cerdo —le digo y Chase se ríe.
—Pasó hace mucho —se encoge de hombros—. Jared se enteró y empezó la guerra entre los dos. Al año siguiente llego a Amanda y jure que nunca había caído tan bajo.
—Te enamoraste a primera vista —Chase me asiente.
—Caí bajo, en lo más profundo —dice Chase—. La vi el primer día parada en dirección y jure que quería quitarle lo ingenua.
—Se lo quitaste —le digo.
—Si, pero ahora es una perra diabólica —me dice—. Eso no me gusta además que el interés por ella, era más obsesión que amor.
Levante una ceja.
—Podría jugar que mi relación fue así, pero recuerdo que no soy como Amanda y se me pasa —le digo y Chase forma una sonrisa.
Chase mira a los lados y luego a mí.
—Si Adam aquí me viera contigo, se volvería loco nuevamente —me dice.
—¿Por qué lo dices? —pregunto.
—Porque nos vio besándonos y la tarde que llegue a mi casa trato de golpearme —abro los ojos sorprendida—. Si el nerd mi hermano le gustas demasiado.
—Pero Adam y yo dejamos de ser amigos, además que su cambio de look le atrajo muchas chicas —le digo y Chase niega.
—No, Adam trató de sacarte celos alguna forma y también aprovechó la oportunidad Amor eterno no te iba a dar pero quizás le gustas demasiado.
Chase se encoja los hombros.
—Lo bueno es que tú le dejaste las cosas bien claras y nunca tuviste nada con él —me acorde del beso mientras bebía el café—. ¿o sí?
Chase me mira por segundos y lee mi rostro. Cierro mis ojos y escucho.
—Te besaste con él —dice tranquilamente y lo miro.
—Si, fue un día que se golpeó con Jared y desperté confusa en enfermería —le digo.
—Ya me acuerdo —me dice Chase tomando su vaso de café vacío—. Así que mi hermano no fue tan idiota como pensaba.
Miro a Chase quien jugaba con su vaso.
—Por eso le atraes más —me dice Chase—.No debiste hacerlo.
—Me dolía la cabeza y estaba confundida —le digo—. Además él me beso.
—Aún así tú se lo correspondiste —me dice Chase.
Chase y yo nos miramos. De pronto nos fijamos que pasa Sean y nos mira del otro lado del casino. Se detiene unos segundos hasta que se va.
—No lo había visto en días —le digo a Chase.
—Yo lo vi en la mañana —me dice eso y me giro hacia él—. Ahora no importa él.
Miro a Chase y de pronto me toma la cintura para acercarme a él
—¿Qué haces? —le preguntó sorprendida por el gesto.
—Quiero saber si los besos de Adam son mejores que los míos —me dice.
—No te besare —le digo.
—Pero yo si —Chase se empieza a acercar.
—No puedo besarte —le digo.
Le asiento mirándolo.
—Tu quieres vengarte de él y yo necesito besarte ¿No crees que lo mejor? —me mira.
—¿Cómo sabes que quiero vengarme? —le digo mirándolo.
—Porque sé que tu ex casi se acuesta con alguien y tú solamente besaste, créeme ____ que sé más de lo que tú piensas —me dice y recuerdo todas aquellas cosas.
—Aun así dijiste que era el último beso que me dabas por el del otro día —le digo mirándolo algo molesta por recordar a Justin con alguien.
—Pero no sabía que te habías besado con Adam —me dice y de pronto siento sus labios buscar los míos.
—Chase —gimo entre el beso.
—Shh —mete su lengua para seguir besándome.
Oh Chase me gustatambién tus besos.