The Stripper (Traducción)

By camilipstick

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¿Se han imaginado tener dos vidas? ¿Ser dos personas al mismo tiempo? Apuesto a que si. Pero entre pensar y v... More

Sinopsis
Capítulo 1-"Doble Vida"
Capítulo 2 - "Volviendo a Miami"
Capítulo 3 -"La Stripper"
Capítulo 4 -"Nueva Presidencia"
Capítulo 5 - "Primer día"
Capítulo 6 -"Mas tiempo juntas"
Capítulo 7 -"El baile"
Capítulo 8 -"El beso"
Capítulo 9 - "Perdiendo el control"
Capítulo 10 -"Le café"
Capítulo 11 - "Dulce Ilusión"
Capítulo 12 -"Confusión"
Capítulo 13 - "Regalo, Paseo, Conversación"
Capítulo 14 - Juegos Perversos
Capitulo 15 - Llegada Inesperada
Capítulo 16 - Reencuentro
Capítulo 17 -Conociendo La Familia, Problemas
Capítulo 18 - Un Buen Día
Capítulo 19 - "Un Baile"
Capitulo 20 -Volviendo a la dura realidad
Capítulo 21 -"La venganza"
Capítulo 22 - Perdidas.
Capítulo 23 -"Arriesgarse"
Capítulo 24 -"Fuck you all the time"
Capítulo 25 - "Caminos cruzados"
Capítulo 26 -"Peleas y Reconciliación"
Capítulo 27 "Nueva Alianza"
Capítulo 28 - "Un día diferente"
Capítulo 29 - "Momentos"
Capítulo 31 - "Confrontación"
Capítulo 32 "Torbellino de sentimientos"
Capítulo 33 - "Cayendo en tentación"
Capítulo 34 - "Negociaciones"
Capítulo 35 - "Cosas del Pasado"
Capítulo 36 - "Baile de Máscaras"
Capítulo 37 - "Propuesta"
Capítulo 38 - "Cuestión de saber"
Capítulo 39 - "¿Quién dirige este juego?"
Capítulo 40 - "¿Todo funcionará?"
Capítulo 41 - "Mentir, ¿Si o no?"
Capítulo 42 - "Sorpresa"
Capítulo 43 - "El Vuelo"
Capítulo 44 - "Secretos"
Capítulo 45 - "Irse, ¿Sí o no?"
Capítulo 46 - "Decisión"
Capítulo 47 - "El Lap Dance"
Capítulo 48 - "Jaque Mate"
Capítulo 49 - "Estrategia"
Capítulo 50 -"La Nueva Era"
Capítulo 51 -"Ajuste de Cuentas"
Capítulo 52 -"La Pérdida"
Capítulo 53 - "Nuevos Tiempos"
Capítulo 54 - "La Boda"
Capítulo 55 "El Poder"
La Familia - "Epílogo Parte 1"
Dos Lados - "Epílogo Parte 2"
Querida Stripper -"Epílogo parte 3" Final
¡Aviso!

Capítulo 30 - "El descubrimiento"

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By camilipstick

NOTA: Para una mejor lectura, cuando Karla empiece a bailar, escuchar la canción "Earned It by The Weeknd" :)

Pov Camila

El círculo se estaba cerrando a cada instante para mí. Los secretos se estaban descubriendo y cuando menos lo esperaba alcanzaría a sus oídos. Dios, esto no puede estar pasando, no ahora. Ella era literalmente mía, había conseguido lo que siempre he querido desde el principio.

El amor de Lauren.

Cerré los ojos sintiendo una sensación extraña apoderarse de mí. Una mezcla de miedo, los nervios y la incertidumbre. ¿Qué pasaría si sabía? ¿Si ella sabía que siempre he sido yo? Lauren me odiaría, me despediría. Que estúpido juego en que te has metido, Camila! Todo lo que había planeado estaba empezando a desmoronarse, y yo no podía hacer absolutamente nada.

En este instante Vero Lauren y hablaron con calma en su oficina, tema de que yo daría cualquier cosa por saber. Después de la pelea fea que tuvieron, creo que estaban en el camino correcto para una reconciliación en esa amistad. Necesitaba tiempo para procesar y tratar de solucionar toda esta situación, Alexa no me la dejaría fácil, en cualquier momento le podría decir todo a Lauren y terminar conmigo de una vez por todas.

Lo que me intrigó fue la forma en que lo había descubierto. Las pocas personas que sabían de mi secreto eran incuestionablemente fiables. ¿Dónde me había jodido en toda esta historia? Taipeando con los dedos sobre el teclado del ordenador, escribiendo un mensaje a Dinah que no se tardó mucho en aparecer.

-Oye, Chan! - La mujer habló sentandose a mi lado - ¿Qué le dijiste a esa perra?

Miré a los ojos de Dinah y ella entendió inmediatamente.

-No no no...

-Sí, Dinah, Alexa descubrió todo.

La mujer abrió mucho los ojos, permaneciendo completamente perdida.

Dime que no le dijo nada a Lauren.

-No lo hizo, pero no va a tomar mucho tiempo. Ella simplemente quiere que desaparezca de aquí.

-Si Quieres voy a hacerla desaparecer con unas buenas bofetadas en la cara de perra que tiene.

Sonreí sin el más mínimo sentido del humor.

-Bueno, no me importa. El impulso no me falto para golpear a esa serpiente, pero no puedo.

-¿Y por qué?

-Si lo hago, ella iría a la oficina de Lauren a decirle todo.

-Tienes razón. ¿Qué vas a hacer? - Preguntó con curiosidad.

-No sé, Dinah. Yo quiero saber cómo lo sabía.

-Que Realmente es un misterio. ¿Crees que se unió a Kellen?

-Kellen No sabe que mi nombre es Camila Cabello.

-Crees que Candece pudo haber...

-¡Dios! Por supuesto que no, Dinah! Candece nunca me haría eso.

-No Confiaría tanto, Camila. - Dinah habló con recelo.

-¿Con qué razón iba a hacer eso?

-No Lo sé, sólo creo que no se debe confiar.

-No Podemos sospechar de alguien que siempre me ha ayudado.

Dina se rió de una manera irónica.

-Camila, ella se ayuda a sí MISMA. Tú eres la estrella de aquel lugar, sin ti Candece sería nada.

-Ella Ya tenía el club cuando me conoció.

-Y El club estaba en quiebra, ¿no te acuerdas?

-Dinah... -regañé a la mujer, encontrando su idea absurda.

-Pero De todos modos, ¿qué pasará ahora?

Tomé una respiración profunda mirando a Dinah que me miraba con aprensión.

-No Lo sé, el juego está terminando para mí.

- ¿De qué juego están hablando chicas? - Oí la voz rasposa de Lauren demasiado cerca. Juro que en ese instante mi corazón se detuvo. Rápidamente me puse de pie con una sonrisa débil.

-¿Qué? Oh, estamos hablando de quién va a limpiar el apartamento esta semana.

-Sí, la señorita Camila se niega a hacerlo...

Lauren sonrió junto a Verónica.

-Voy A contratar a una sirvienta para usted, señorita Cabello.

-Eso Sería realmente maravilloso! - Dinah dijo rápidamente.

-Dinah! No. - regañé a la mujer de inmediato, haciendo a Lauren sonreir.

-¡¿Qué?! Una criada resolvería nuestro problema.

-Estoy De acuerdo con la señorita Hansen. - Lauren dijo categóricamente.

Dina sonrió con aire de superioridad con las palabras de Lauren.

-Veremos eso más tarde, Lauren.

-Está Bien, señorita Cabello.

Bueno, chicas, para su infelicidad ya me estoy yendo. Te llamaré más tarde, Lauren, de manera que podemos programar todo.

Miré con curiosidad a Vero que se fue con una hermosa y amplia sonrisa en su cara, tomando a Dinah junto con ella. Miré a Lauren con una ceja arqueada, haciendo su sonrisa maravillosamente.

-¿Por qué me mira de esa manera, señorita Cabello?

-¿Qué piensas hacer, Jauregui? - Pregunté con una mirada muy acusativa.

-Nada.

-¿Estás segura?

-Sí, Te voy a decir más tarde de lo que hablé con Vero, ¿ok? Pero ahora nos vamos a ir, te voy a llevar a casa.

La miré fijamente durante unos segundos y asentí. En cuestión de minutos, empecé a recoger mis cosas mientras Lauren esperó al lado de mi escritorio. La mujer miró con atención a los objetos de color en mi escritorio de cristal, hasta que ella se centró en un determinado papel.

-Nunca me dijiste que tu nombre es Karla Camila. - Lauren habló intrigada, recogiendo el pequeño papel que contenía mis dos nombres.

Deje caer los objetos que llevaba en mis manos por el nerviosismo puro.

-¡Maldición! - Hablé rápidamente bajando la voz a mí misma y recogiéndolos.

Lauren se acercó a mí, ayudándome a recoger todo.

-¿Está Todo bien, Camz?

Me quedé viendo sus ojos curiosos y preocupados, y yo solo asentí. Mi corazón latía violentamente en desesperación por el descubrimiento de la mujer de mi nombre.

-Entonces, ¿Por qué nunca me lo dijiste?

-No... No me gusta ese nombre. Yo prefiero Camila. - Hablé con nerviosismo - así evitar hablar de ello. ¿Hay algún problema?

-No, Me gusta Karla. Es un nombre muy bonito y decidido.

-¿Conoces alguna Karla? - Pregunté curiosidad por escuchar su respuesta.

-Sí, Pero eso no importa, Camz. ¿Vámonos?

Asentí y sonreí débilmente.

Caminé junto a Lauren a su coche en total silencio. Hasta ese instante Lauren parecía tranquila, el hecho de que ella se enteró de que mi nombre era Karla no la había intrigado tanto. Por lo menos era lo que ella transmitía, pero viniendo de Lauren todo seguía siendo un secreto para mí. El camino a mi casa paso de la misma manera, hasta que detuvo el coche frente a mi edificio enorme.

-Camila, ¿Qué está pasando? Has estado tensa toda la mañana, bebé.

La miré a los ojos, notando la forma afectuosa en la que me había llamado. Me acerque a la mujer, coloque su cara cerca de la mía, donde deposité un beso con calma en sus labios suaves y calientes que respondían de la misma manera.

-Lo Siento, es sólo demasiados problemas.

Lauren se me quedó mirando sin comprender la situación. Sus ojos estaban muy claros, como el esmeralda. La poca luz del medio ambiente le dejó la cara parcialmente iluminada, poniendo de relieve lo que ya estaba perfectamente resaltado.

-Tengo una sorpresa para ti. - Dijo ella sonriendo.

-¿Qué es? - Pregunté con curiosidad.

-No Puedo decir, sin embargo, si usted quiere saberlo, tiene que venir a mi casa.

Solté una risa divertida.

-¿Es una manera de hacer que me acueste contigo, Jauregui?

Lauren sonrió, mordiéndose los labios lentamente.

-No, Pero esa idea es maravillosa, señorita Cabello.

-No Seas traviesa. Sólo dime.

Lauren sonrió rendida, y cogió un sobre marrón que estaba en el asiento trasero del coche.

-¿Que hay ahí? - Pregunté con curiosidad.

Lauren sonrió feliz y sacó el papel de la envoltura.

-Este documento es la solicitud de la custodia de Sofí. Mi abogado va dar entrada esta semana a la corte. Pero antes, necesito su bella firma, Srta. Karla Camila. Confieso que oír como pronuncia mi nombre con una hermosa sonrisa en su rostro era relajante.

-Oh, Dios mío, ¿de verdad?

- Si, Camz! El domingo me llego por correo electrónico. Yo quería tener contacto con él mismo día, pero pensé que era mejor esperar. - Le sonreí a Lauren, tirando de ella para que le pudiera dar un abrazo fuerte.

-Gracias, Lauren, no sabes lo importante que es para mí. - Hable con lágrimas en mis ojos

-Yo sé que si, Camz, y por eso lo estoy haciendo.

Nos soltamos y me miro con cariño, secándome las lágrimas con su pulgar que insistían en bajar lentamente por mi cara.

-No quiero verte llorar, Camila. Va a firmar aquí.

Lauren hablo indicando donde debería escribir. Por suerte, las rubricas fueron aceptadas en un documento de este tipo, o la misma cerraría aquella noche sabiendo mi nombre completo, lo que con toda certeza seria mi fin.

-Grandioso! - Lauren dijo con una sonrisa, colocando el papel dentro del sobre.- A continuación, el abogado va a redactar el documento con todos sus datos, pero no se preocupe, yo ya le di su número a él.

-Gracias, Lauren.

-No tiene que agradecerme, Camila.

-¿Hablaste con Vero? - Pregunte rápidamente.

Lauren asintió, dejando escapar una sonrisa.

-Sí, conversamos bastante y ella no me odia.- Hablo la mujer con alivio.

-Estoy feliz con eso. Fue muy malo ver como peleaban.

-Culpa tuya.- Bromeo.

-¿Mia? Culpa tuya y de tus celos.

-¿Quién le garantiza que eran celos, Srta. Cabello? - Lauren me pregunto mientras me miraba.

-Su rabia y su forma en como me cogió dentro de aquel coche, Sra. Jauregui.

Me mordí los labios en señal de desafío.

-Estoy bien con ella, pero no quiero que ustedes conversen, ¿hemos entendido? - Su tono era serio y con autoridad.

-¿Cómo Sra. Celosa?

-Camila, Camila.... -Lauren canturreo en un vago intento de contener sus pensamientos por la forma que bromee.

-Estoy muy tranquila. Dime, lo que vas a hacer.

-Vero me invito a ir a su casa en Georgia esta semana. Siempre tuvimos este ritual cuando una de las dos estaba confundida ¿entiendes?

-¿Y usted está confundida, Lauren?

Mi pregunta la sorprendió. Lauren tomo algunos segundos para pensar cómo responder a eso.

-Los problemas con mi padre están siendo difíciles. ¿Tú entiendes?

Yo asentí, e hizo un leve cariño en mi mano.

-Sí, no te preocupe, Lauren.

-¿No te volverás loca si me voy? Es solo que realmente lo necesito.

-Te echare de menos, pero puedes ir. ¿Cuantos días?

-Tres.

-Te comportas, Jauregui.

Lauren sonrió y me llevo intensamente para ella.

-Me comportare, Srta. Cabello. Lo prometo.

-Grandioso.

Dije antes de que me diera un beso voraz.

[...]

El tal viaje que Vero había planeado con Lauren me dejaba nerviosa. Yo no sabía lo que acontecería, y ni lo que ellas irían a hacer. No es que desconfiara de Lauren, yo sabía exactamente con quien sería la única persona con la cual ella me traicionaría. Cerré los ojos, tocando la puerta de mi apartamento. Una vez más, Dinah se había llevado mis llaves por haber olvidado las suyas en casa.

-Pensé que irías hacer el amor en el coche toda la noche. - Dinah hablo abriendo la puerta.

Le sonríe a la mujer y entre. Ally y Normani estaban sentadas en el suelo de la mientras comían palomitas.

-Sesión de película, ¿y nadie me llamo? - Pregunte dejando mi bolsa en el sofá y sentándome en el que estaba al lado.

-Creíamos que tenías mejores cosas para hacer con su mujer que ver una película con sus amigas.- Normani hablo sonriendo.

-Realmente teníamos mejores cosas para hacer. - Hable convencida.

-Estás haciendo que sintamos envidia, y repugnancia. -Normani hablo tirando una almohada a mí. Acertando, provocándome una risa en voz alta.

-No siento envidia.- Dinah hablo tomando jugo. -Tengo Alfredo.

-Alfredo no es Lauren Jauregui.

-"Uhhh" Normani y Ally dijeron en coro.

-Lauren no es todo eso.

-Lo siento, Jane, pero ella es todo eso y más.

Normani y Ally estaban mirando fijamente, dejando la película de lado.

-Esto está mejor que la película - Ally hablo riendo.

-Idiotas - Dinah y yo hablamos juntas.

-Ok, Lauren realmente parece ser todo eso. Pero como yo no voy con mujeres, Alfredo tendrá que ser suficiente.

Sonreí y me senté al lado de las chicas, robando un poco de palomitas de maíz que había en el bote que Normani tenía.

-Tengo miedo.

Las tres me miraron.

-Dinah me dijo lo que paso... Sinceramente, no sé cómo pudo haber descubierto todo, Mila.

-No sé, Mani.

-¿Ustedes la vieron en el Imperium alguna vez? - Dinah le pregunto a Normani que negó con la cabeza.

-Yo estoy hace dos semanas sin ir allá. Vacaciones! - Normani hablo encogiéndose de hombros.

-¿Crees que Lauren sabe? - Pregunto Allyson.

-Yo siento que si... Yo estoy con una sensación extraña, ¿sabes?

-Puede ser nervios por la Alexa.- La menor hablo acariciándome el cabello.

-No sé, Ally todo está muy bien en mi vida... eso nunca dura mucho tiempo.

-Podemos unirnos y romperle la cara a esa mujer, ¿qué te parece? - Dinah hablo con entusiasmo.

-¡Yo apoyo!

-¡Yo también!

Sonreí con torpeza, las tres era como mis defensoras. Yo sabía que ellas nunca me defraudarían.

Ally, Dinah y Normani eran las mejores amigas que yo podría tener. Ellas sabían absolutamente todo de mi vida, del comienzo al fin y ni en los peores momentos me dejaron. En aquel instante, to me sentía segura para tomar una decisión que cambiaría mi vida, yo no sabía que consecuencias pudiera tener.

-Realmente eres increíble! - Hable melancólica, consiguiendo un triple abrazo de mis niñas.

-Estarás bien, Mila.- Normani dijo depositando un beso en mi cabeza.

-Dios nos ayudara en esto- Ally sonrió.

-Y vamos a golpearla si Alexa dice algo.

Sonreímos todas juntas, y nos sentamos en el sofá para terminar de ver la película de romance.

Pov Lauren

"Karla Camila"

"Karla"

"Camila"

Esas dos pequeñas palabras iban de un lado a otro en mi cabeza como un tic tac de un reloj: Constante y molesto. ¿Es que la vida podría ser más cómica? Camila Cabello en realidad también llamada Karla. ¿Coincidencia o no? Confieso que, a saber ese detalle, realmente me dejo aturdida. No deje que se diera cuenta, después de todo no podía pedir explicaciones a la Srta. Cabello, porque ese nombre me llamo tanto la atención. ¿Qué le diría? ¿Karla era el nombre de mí Stripper en la que tuve un deseo excesivo de poseer? No, no... ¡Ella me mataría! Y yo estropearía todo, estaba demasiado bien. Las cosas con Camila están más del todo correctas, pero yo sentía que me faltaba algo. Mi vida, con certeza, no estaba completa, yo sabía exactamente qué parte me faltaba.

Cerré los ojos acostándome en mi suave y enorme cama, pensando en todo lo que estaba ocurriendo. Masajeé mis sienes delicadamente alejando el dolor de cabeza que tenía. Iglesias tenía razón, tal vez necesitaba un tiempo para mí, lejos de las dos morenas que me hacían perder la cabeza.

Como si pudiera olvidar, por supuesto.

[...]

- ¿Realmente tienes que ir? - Oí la voz dulce de Camila preguntar, mientras ordenaba unos papeles sobre la mesa.

Miré hacia el escritorio donde me miraba con melancolía.

- Sí, realmente tengo que ir, Camz... pero no te preocupes, volveré pronto.

- Muy bien, Lauren, espero que te mejores.

Cerré la maleta con los archivos necesarios y me acerqué a Camila. Delicadamente tire de la chica contra mi cuerpo. Hoy ella estaba con el pelo trenzado, dejando a sus pequeños mechones cayendo sobre su rostro, llevaba pantalones y blusa en color gris, y unos bellos tacones blancos. En la parte delantera, un escote llamativo y delicioso que me ponía celosa.

- Lo estaré. Pero confieso que estar unos días lejos de usted no me agrada, señorita. Cabello.

Camilla sonrió.

- Entonces quédate. - dijo la morena con cara angelical, pero con una mirada de maliciosa.

Camila era lo mejor de ambos mundos: la mujer era dulce y suave, pero al mismo tiempo con sutileza lanzaba ataques tan osados como Karla. Bajé mi mirada desde su boca hasta el valle de sus pechos que se mostraban por la abertura de la blusa blanca que llevaba por dentro.

- No me pidas hacerlo. - Susurré a la misma que se acercaba más cerca.

La latina besó la curva de mi cuello lentamente, provocando me un delicioso escalofrío por todo el cuerpo, deslizando su lengua lentamente sobre mi punto de pulso. Sujete firme su cintura trayendo su cuerpo hacia mí con fuerza. Camila respiro en forma de gemido, sentí mi ropa interior mojada. ¡Maldita secretaria!

- Si me lo sigues pidiendo así no iré, pero tú también no sales de esta oficina hoy.

- ¿Y si no quiero salir? - Preguntó con los ojos en unión con los míos.

Marrones calientes y ardientes.

- Si no quieres salir, Voy a cogerte arriba de esta mesa hasta que tus piernas se tambaleen.

Camila mordió sus labios provocativamente hacia mí. La morena se acercó, inclinándose sobre la mesa de madera.

- Incluso creo que es una buena idea...

Sonreí, atrevida.

Me acercaba a Camilla cuando Vero entró en la habitación, cortando por completo el aura sexual que se propagaba en el ambiente. Camila la miro sonrojada.

- ¿Interrumpí algo? - Vero preguntó desconfiada.

- Por supuesto que no Iglesias, estábamos apenas pasando unos informes.

- ¿Corporales? - La mujer le preguntó con una sonrisa descarada.

- Vero... - Camila la reprendió.

- ¿Qué? Perdón si interrumpí la cogida, si quieren salgo y continúan.

- Cierra la boca Iglesias.

Camilla sonrió de la misma manera y yo sólo desvié la mirada. Cuando alguien más entró en mi oficina.

- Buen día. - Alexa habló con una hermosa sonrisa amplia.

- ¡¿Quién dejó entrar a esta mujer, Dios mío?! - Exclamé enojada.

- Siempre un amor, ¿no es así, Lauren? - Ella dijo, sentándose frente a mí.

Mire hacia Camilla que tenía la mirada perdida, asustada. Me preguntaba por qué la mujer estaría así.

- Hola, ex cuñada, ¿a que debo el honor de su presencia en la oficina de mi amiga? - Vero habló en tono de burla, que odiaba Alexa.

- Nada de lo que sea de tu interés Verónica, quiero hablar contigo en privado, Lauren.

- ¿Sobre qué?

- Sobre las cosas que no creo te guste compartir con nadie más.

Mire a Alexa, preguntándome cuál sería su nueva historia. La mujer tenía una enorme facilidad para manipular las mentes más débiles, que no era mi caso, por supuesto.

- ¡Lauren! - Camila interrumpió.

- Tenemos que ir, Jauregui - Vero habló rápido.

- Se les hará tarde - Camila habló extrañamente nerviosa.

- La señorita. Cabello tiene toda la razón, por lo tanto, Alexa, a retírate ahora.

Vero camino hasta Alexa tirando de la mujer, obligando la a levantarse de su asiento.

- No me iré de aquí sin hablar con Lauren.

- Cariño, tú no hablaras con ella ahora. Colabora. - Dijo Verónica.

- ¡Iglesias suéltame!

- ¡No! ¡No! ¡Gracias! Sal y no aparezcas aquí para echar a perder el día. - Vero dijo abriendo la puerta.

No podía entender la situación. El nerviosismo de Camilla, la prisa de Vero. ¿Todas se volvieron locas o estoy mal de la cabeza?

POV Verónica Iglesias

Prácticamente arrastré Alexa de dentro de la habitación, la misma que trataba de soltarse de mis manos que la tiraban con cierta fuera impidiendo que se diera la vuelta. La arrastre hasta el ascensor.

- ¡¿Me puedes soltar?! - Alexa gritó furiosa.

Empujé a la mujer en la caja de metal rápidamente.

- Creo que es bueno que salgas de aquí.

Alexa se rio con sarcasmo.

- Lo sabes todo, ¿verdad?

- ¿De qué estás hablando, Ferrer?

- No te hagas tonta, Vero. Tú sabes de la doble vida de la secretaria. ¡También le estás mintiendo a Lauren!

- ¿Has tomado tus medicamentos hoy? Nada explica tu brote psicótico. - Dije irritada.

- No vengas con tus chistes, Vero. Tu sabes todo, ¡por eso me estas echando! ¿Qué es? ¿También te la estas cogiendo tú?

Camila Cabello pronto se había convirtió en una amiga que realmente no podía imaginar. Escuchar esas palabras sucias procedentes de la boca de la mujer frente a mí con toda certeza despertaron en mí una rabia que estaba almacenada.

- Escucha pequeña perra de quinta, lávate la boca para decir algo acerca de cualquier cosa que implique a Camila y a mí. Sólo somos amigas. Y presta mucha atención no vas a hablar con Lauren, o yo veré la manera de deformar esa cara de cobra que tienes.

Alexa se alejó, sus ojos tenían una mirada enojada llena de odio.

- Tú y Camilla caerán en mis manos. Solo espera y mira.

- Tratar de hacer algo y te mato. Te advierto de antemano.

Apreté el botón del ascensor, sin dar le tiempo para que pudiera decir algo más, las puertas se cerraron, con Alexa dentro. Entré a la oficina de Lauren cuando se marchaba junto a Camila, que todavía tenía una cara de preocupación. Estaba pálida y nerviosa.

Le sonreí tanto demostrando que la situación estaba bajo control temporalmente, por supuesto. Callar a Alexa no sería nada fácil. La situación de Camila era delicada, a misma me costó creer la vez que me lo contó en el primer almuerzo que tuvimos juntas. La morena era lo suficientemente valiente para confiarle su mayor secreto a la mejor amiga de la mujer a la que estaba engañando. Yo sabía las intenciones reales de Camila, y exactamente por eso que decidí ayudarla.

- Bueno... ¿vamos? - Preguntó Lauren.

La mujer sonrió y miró a Camilla, tirando de la misma para un beso tranquilo. Ellas no necesitaban estar haciendo en frente de mi, ¿no es así?

- Suficiente, gente, nadie morirá. - Hablé tirando de Lauren.

Haciendo a ambas reír.

- Se cuida, señorita. Cabello, y me llama todas las noches.

Camila sonrió y asintió con la cabeza.

- Compórtate, Jauregui.

- Anotado. Ahora vámonos, y Camilla no te preocupes, ¡todo va a estar bien!

La morena de ojos marrones sonrió débilmente. Y así Lauren y yo nos fuimos.

POV Lauren

- Es que no sé, Vero. Me estoy volviendo loca. - Hablé colocando me ambas manos sobre la cabeza.

Habíamos llegado hace horas a la enorme casa donde Vero solía venir antes. El vuelo en el helicóptero no podía ser más tranquilo. Llegamos y rápidamente nos instalamos en nuestras habitaciones adecuadas tan pronto después, Verónica me llamo para beber y dejar salir el vapor como hace años.

- Amiga, en realidad, esto es complicado. ¿Cómo se puedes amar a dos personas? ¡Es imposible!

Verónica dijo sirviéndose otro vaso de whisky.

- No es imposible, ya sé lo que siento. Yo simplemente no pude prescindir de uno de las dos! Vero, Camila es la mujer que siempre he querido, ella es cariñosa, dulce y sensual. Ella me cuida como nadie.

- ¿Y por qué no la eliges?

- Por qué Amo Karla también. Ella es tan caliente, Vero, todo bien. ¡Sexy!

- Eres una pervertida, eso es lo que eres.

La mujer dijo haciéndome reír. Cogí la almohada que estaba en el sofá y se la tire. En este mismo momento que estábamos tumbadas en los sofás que estaban dispersos en la cubierta de la casa de Vero. Sobre nosotras, solamente había un cielo enorme de negro, cubierto de estrellas casi invisibles. Parcialmente cubierto por capas de nubes. Sería más bien la lluvia de la noche.

- No hables sin sentido, es porque nunca has tenido experiencia con cualquiera de ellas.

- ¿Son buenas?

Le guiñe, recordando las noches que disfrute de las dos hermosas mujeres.

- Vamos a jugar un juego, ¿de acuerdo?

- ¿Qué juego?

- Voy a continuar mi show, voy a bailar para ti, pero tienes que prometer que no me tocaras.

- ¿Me estás tomando el pelo Karla? - mi voz era firme.

- No, puedes aceptar y dejar que continúe, o simplemente me puedes parar y dejarme ir, la elección es suya.

Inteligente, y jugadora. Karla sabía exactamente lo que quería, sabía que sería casi imposible para mí no tocarla. Pero me gustaría demostrar que era lo suficientemente fuerte, y la iba a ganar este peligroso juego de Stripper.

- Acepto.

Su sonrisa diabólica que iba a mí dirección, camino delante de mí, me miró durante unos segundos y luego poner una de sus pierna entre las mías. Karla descendió y se sentó en mi semi-desnudo muslo, levanté las manos para sujetar la cintura pero a la vez me regañó.

- Oye, nada de eso...

La maldije mentalmente, y bajó las manos. La morena comenzó a moverse de nuevo, el ritmo que dictaba la música. Ella sólo podría estar tratando de volverme loca. Karla prácticamente me frotó.

- Maldita sea, tienes que estar de broma...- le dije a la mujer y sonrió.

La mujer se levantó y me dio la espalda, sentándose de nuevo en mi regazo, ahora entre mis piernas comenzó moverse, frotando su enorme culo en mí.

¡Maldita sea! ¡Maldita sea! ¡Maldita sea!

Sentí que mis bragas empapadas, ya no tomaría mucho tiempo, tenía que tocarla. Lo siento.

¡Oh, cielos!

Se meció mas rápido, frotando con fuerza, apreté los dedos en la silla donde estaba sentada. El deseo de tomarla allí en esa mesa. ¡Oh, maldición! Al menos un azote que me gustaría darle a la piel suave y voluminosa de su trasero.

- Usted me va a pagar por ello, Karla. Susurré en el oído de la mujer, sonrió.

Negué con la cabeza dejando que la otra mujer se apoderara de mis pensamientos.

Lleve las manos a la cuerda que ataba su abrigo y sin apartar los ojos de Camila, lo dejo caer a nuestros pies. Camila me miró profundamente a los ojos tan intensamente que podía sentirme débil. No sabía si estaba bien, acabo de hacer lo que realmente quería esa noche.

- Si tú no quieres, me detengo. - Le dije, inclinándome para aspirar lentamente a la piel de su cuello.

Ella tenía un buen olor... una mezcla dulce con la frescura de la que acababa de salir de la ducha. Besé su cuello y lleve las manos a la cintura atrayéndola con fuerza contra mí.

- ¿Quieres esto, Camila? - Le susurré, y ella cerró los ojos para sentir mis labios sobre su piel. - Sé mía esta noche. Dime, ¿quieres esto?

- Si quiero. - Camilla susurró casi en un gemido.

Viaje por la línea de su cuello, donde enlazo suavemente los dedos en sus cabellos oscuros tirando de su cara hacia la mía. Tomé el cuerpo desnudo de Camila contra la pared fría, haciendo a la mujer jadear sintiendo mi cuerpo presionado contra el suyo.

- Yo sé lo que quiere, no es necesario decir nada más. Sólo siente. - Susurré lenta y sensualmente en su oído.

[...]

Dejé que uno de sus muslos, y deslice mis manos por su abdomen para llegar a uno de sus pechos, que apreté suavemente, tomando el pezón entre mis dedos. La mujer gimió con mucho deseo, me sentía débil, que me podría venir sólo con escuchar sus gemidos tan sufridos, y al mismo tiempo agradables. ¡Por Dios, era mi fin!

- Más rápido... Por favor! - Dijo la morena en agonía. Sus manos, tarde o temprano se apretaron a la piel de mis hombros.

Lamí una vez, dos veces, tres veces su sexo lentamente. Con las yemas de los dedos separé los pequeños pliegues que dan masajes a la vez sin prisas. Las manos de Camila descansaban sobre las sábanas blancas, su pecho se elevó en un fallo en el pesado y la respiración.

- Dime, ¿quieres más? - Le susurré.

Camila asintió rápidamente, sin decir absolutamente nada.

- ¡Habla! Dime lo que quieras.

La morena me miró, sus ojos estaban oscuros y ardientes. Que durante algún tiempo me acordaron a Karla. Pero pensaría en ella ahora, Camila estaba allí.

- ¡Dime! - Dejé escapar un pequeño soplo de aire en su palpitante sexo.

- "Oh, Dios, cógeme Lauren! Por favor..."

Abrí los ojos dejando que esas imágenes se desvanezcan de mis pensamientos involuntariamente.

- Son más que buenas, son perfectas.

- Si sigues hablando de esa manera, voy a querer las dos para mí.

Me reí.

- Serías la mujer más feliz del mundo. En cuestión sexual no tengo absolutamente nada de que quejarme.

- ¿Camila es tan bueno en la cama?

- Ella es incansable, Iglesias. Y también Karla.

- Así que por eso estas como: loca.

- Ellas son el cielo y el infierno de mi vida, Vero.

- Estás jodida.

Sonreí y tome otro sorbo de bebida caliente en mi copa. Casi no sentía más efecto. Estaba completamente perdida, no quería elegir, yo no quería sólo una. Yo quería a los dos para mí. Y me gustaría tenerlas.

Me levanté del sofá, tomando lo que quedaba del whisky en el vaso. Vero me miró con desconfianza, sin entender nada. Yo llevaba mi abrigo negro, ajustado a mi cuerpo.

- ¿Qué crees que vas a hacer, Jauregui?

- Voy a ver Karla.

Los ojos de Iglesias se abrieron.

- ¿Estás segura de tu elección?

- Esa no es mi elección.

- Entonces, ¿qué diablos está pasando a ese club? - Pregunta la mujer nerviosa.

- La quiero esta noche, la necesito.

- Lauren, piensa en Camila. ¿No la quieres?

- La quiero, pero ¡Quiero a Karla también!

- ¿Te quedaras con las dos? Camila no se lo merece.

Yo sabía que tenía razón Vero. Pero no podía hacer nada, no ahora. Mi cuerpo estaba gritando por la Stripper. Yo no podía ir en contra del deseo carnal que consume cada célula de mi cuerpo.

- Vero, este será nuestro secreto.

- Lauren, no...

Sonreí, y me retire dejando a Vero sola.

El helicóptero estaba todavía en el gran jardín de césped. Una vez que el conductor me vio, se acercó a abrir la puerta.

- Vuelve a Miami. - Pedí.

El hombre asintió con la cabeza, preparando todo para llevarme a mi destino.

[...]

En cuestión de horas mi helicóptero estaba aterrizando en las Industrias Jauregui. En Miami cayó una llovizna leve, por lo que me acaricie mis propios brazos para entrar en calor.

- ¿Quieres que la lleve a casa, señora? - Preguntó Alfred educado.

- Ve a casa, Alfred. Conduzco esta noche.

- ¿Está segura, señorita?

- Absolutamente.

Él asintió con la cabeza pacientemente, y me entregó las llaves del auto. Baje por el ascensor principal al garaje donde encontré mi auto. Y en poco tiempo, estaba Parada en frente de la enorme discoteca. Cerré los ojos y apoyé la cabeza en el volante preguntándome si era lo correcto de hacer, y la respuesta fue clara.

No, no lo era.

Yo pensé en Camila, y en como herida ella estaría. Pero yo simplemente no podía, yo no era capaz.

Salí del auto y caminé debajo de la lluvia hasta la entrada. El hombre de traje negro solo asintió y me dejó pasar. El club estaba lleno, el clima dentro del lugar era totalmente diferente. Demasiado caliente.

Yo caminé despacio analizando la idea de salir de aquel lugar e ir a los brazos de Camila. Pero algo me hizo seguir adelante.

- Un whiskey, por favor. – Pedí a una chica rubia que asintió con una sonrisa.

No tardó mucho para que la mujer rápidamente me entregara el vaso con la bebida. Bebí el primer trago, y caminé hasta una de las mesas próximas del escenario donde ahí bailaría, pero yo no me mostraría allí. Esa vez, yo no sería la primera de la fila, yo asistiría todo de forma oculta, donde la mujer no pudiese verme. Hasta que las luces se apagaron.

"Señoras y Señores, sean bienvenidos al Imperium de Karla Estrabao"

Una voz masculina y ronca habló. Yo me senté, bebiendo un poco más de la bebida cuando el gran foco se encendió sobre la Stripper.

¡Joder!

(Earned it)

Con los sonidos lentos de la música, la mujer caminó lenta y con gracia hasta a barra, rodeándolo lentamente. Mirando a la audiencia con su pose prepotente y puramente sexual. Karla, esa noche, estaba con una fantasía de aeromoza, una falda muy corta que podríamos ver el color de su lencería, que era negra. Una blusa que tenía un escote muy llamativo y deseoso, en sus pies unos tacones altos y rojos. Su pelo estaba suelto con rizos que la dejaba más salvaje, y claro, en su cara estaba su inseparable máscara negra. La mujer rodeó la barra una vez más hasta quedarse de espaldas, y bajarse rápidamente hasta el piso, y levantarse despacio. Karla sonrió sarcástica, mordiendo los labios en señal de provocación. Trague en seco, viendo sus movimientos tan osados que me dejaban al borde del precipicio.

La mujer, con fuerza, se suspendió en la barra elevando su cuerpo de forma tan rápida y habilidosa que yo sabía que solo ella podía hacer.

Los espectadores se conmovieron con cada movimiento que a mujer sabía hacer, y yo era uno de ellos. Karla bajo, rodando despacio, moviendo su cuerpo, mientras lo mismo rozaba sin parar en la barra de pole dance.

Sus manos deslizaban por su cuerpo de arriba para abajo con un deseo que yo guardaba en mí. Quitando los botones lentamente de la blusa mientas rodaba sensualmente para quienes asistieron. El hombre, en la primera fila, tocaba su cuerpo, provocandome una ira que yo no podía sentir. Karla quito la blusa totalmente jugando para el rubio que la miraba, dejando solamente la visión de sus pechos aportados por un sujetador negro de rienda.

"Folla conmigo esta noche, Karla!"

" Usted es tan hermosa!"

" Voy a enseñarte una lección, baja aquí!"

Reprimí la ira que dominaba mi cuerpo y continúe mirándola. Karla sonrió diabólica, pasando las manos por su pelo sedoso, mientras la audiencia la bañaba de dinero. Era este su poder, Karla con una simple danza secaba los bolsillos de los más importantes empresarios de la región. Ella nos llevaba al su mundo praderoso en solo un toque. Dios. Aquella mujer era el inferno.

La Stripper giro de espalda, y entonces quitó la minúscula falda que cubría su cuerpo. Mostrando la pequeña braga, que casi no cubría su sexo. Por una fracción de segundos yo pensé en Camila, alguna cosa en ellas me era familiar. Los ojos, el cuerpo, ¿todo? Yo cerré los ojos y negué

Mentalmente. Sería una locura, ¿ver alguna cosa familiar entre ambas? Yo no podía evitar, a veces en mi interior yo podría imaginar que las dos serian una. Nada explica el poder que ambas ejercen sobre mí.

Karla me miró, pero yo tenía certeza que ella no conseguía verme. Ella rodó en perfecta sincronía con la música sensual que tocaba para la misma seducirnos. Deslizando las manos por sus pechos, abdomen hasta pasar lentamente por su sexo. Yo me sentía caliente, en brasas. Karla simplemente estaba en llamas.

Pero, las imágenes de Camila, a cada instante, se hacían más presentes en mi cabeza.

"Camila tomó la pequeña flor, poniéndola sobre su oreja, cerca de su pelo castaños. Yo miraba cada movimiento suyo, de forma admirada. Aquel momento podría ser lo más cliché, pero era bueno.

Luego después arreglar la flor que la dejo más linda aquella mañana, la morena me lanzo una sonrisa. Aquella con la lengua entre los dientes, haciendo su nariz arrugar levemente.

- Me dejas débil por ser tan bonita. ¡Dios!

- ¿Lo hago? – Ella arqueó una de las cejas.

- Mucho.

Camila sonrió con maliciosa. Moviéndose cuidadosamente para sentarse en mí regazo. Dios, ella estaba completamente desnuda.

- Si te quedas ahí por mucho tiempo, no es el desayuno que voy comer.

Camila deslizo la lengua sobre los labios y sonrió.

[...]

Camila tenía una mirada misteriosa e intensa. Sus ojos castaños tan calientes y familiares escondían secretos que un día yo descubriría.

Ella mordió los labios en provocación. Y yo analicé cada movimiento suyo. Acerqué mi cara a ella, sosteniendo nuestra mirada por algunos segundos mientras una de mis manos arreglaba su pelo que insistía en cair de su cara.

- Usted es tan hermosa, Cabello.

Yo miré fijamente en sus ojos, que me miraban de la misma manera. Yo me sentía feliz, yo sentía mi corazón latir rápidamente, yo sentía mi respiración cambiar lentamente. Una mezcla de sensaciones desconocidas me dominaban. ¿Ustedes pueden entender? Yo veía en aquella mujer mi futuro a su lado, a través de su iris castaño yo la veía a mi lado. Mierda, yo estaba perdida. Yo la amaba.

- Camila...

- ¿Si? – la mujer preguntó con esperanza, como quien supiese lo que yo quería decir.

Yo respire hondo, sentido mi corazón dar un vuelco. ¿Sería ahora el momento correcto? Yo cerré los ojos, y los abrí nuevamente delante de ellos.

- Yo te amo."

Yo negué con la cabeza y me levante, yo no podía me quedarme allí, yo no debía. Deje el vaso de lado y camine en dirección a la salida del club. El viento frio me obligo prácticamente a usar un abrigo, la lleva aun caía. Me apoyé en la pared del lado de fuera, comprando al guardia una cajetilla de cigarrillos, yo necesitaba de aquello. Necesitaba liberar la tensión que me dominaba.

Encendí el cigarro, poniendo el mi boca. Sintiendo la nicotina relajar los músculos tensos. Yo me estaba volviendo loca, yo ya no conseguía más quedarme cerca de Karla sin sentir culpa por estar traicionando Camila. Y cuando estaba con Camila, yo echaba de menos Karla. Será que esto empeoraría?

Solté el humo, que se dibujaba por el frio. Yo creo que me quede casi una hora allí fuera, pensando si debería o no volver allá y hacer del cuerpo de aquella mujer mío nuevamente. Pero, decidí simplemente irme.

Entre en mi auto me quedando más algunos minutos parada, algunas personas salían y otras entraban en el club. Yo solamente encendí mi auto, saliendo de aquel lugar que ya no era más mío.

Encendí la radio del auto, y conduce lentamente por las calles. En aquel momento yo solo quería quedarme sola, organizar mis ideas y mis decisiones que con certeza no eran nada fáciles. Moví el cuello de un lado a otro intentando relajarme, cuando vi una silueta familiar caminando más adelante, Entrecerré los ojos para intentar ver mejor, pero la persona que parecía familiar caminaba cubierta con un gran abrigo, la capucha cubría su pelo. Pero yo no podía estar equivocada con quien imaginaba ser. En sus pies, los altos tacones rojos, el cuerpo a pesar de estar cubierto resaltaba en sí muy bien con el abrigo.

Era Karla.

"¿Sería el destino?" Pensé sonriendo. Yo no me acerqué, continué mirando a la mujer de lejos que caminaba rápidamente debido a la lluvia que caía. ¿Dónde será que la mujer estaba yendo? El auto se movía despacio, y en una buena distancia para que la Stripper no percibiese que estaba siendo vigiada. Con la lluvia vino un leve viento, haciendo que la capucha de la morena cayera para atrás. Dando certeza de quien estaba allí, el pelo rizado de Karla estaba como antes siendo mojados por las gotas de agua que caían sobre lo mismo. ¿Quizás era hora de ayudarla, no?

Yo decidí acercarme con el auto cuando la mujer cruzo la calle, yendo en dirección del gran edificio del otro lado. Yo rápidamente paré.

Espera...

Yo conocía aquella calle, y conocía aún más aquel edificio.

Por una fracción de segundo mi corazón se aceleró, podía escuchar los latidos en los oídos. Una sensación extraña se apoderó de mi cuerpo, un frío intenso dentro de mí. Ese edificio era de Camila. Aparqué el coche mirando a la mujer que se acercó a la puerta, sacando las llaves pequeñas de su bolsillo, y con dificultad se las arregló para abrirlo. La morena se fue, cerrando la puerta, pero antes de que pudiera ver su rostro, y ahora que ya no tenía la máscara que ocultaba.

Yo no lo podía creer.

Era ella...

Karla Estrabao no era nada mas que Camila Cabello.


¿Quienes querían mas actualización? Bueno, ahí lo tienen, ahora sufran ahr. Subiremos dos por semana es lo mínimo (mucho ah) que podemos hacer, nos vemos el otro fin de semana. Siento mucho dejarlo ahí.

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