Tomé mi teléfono al escucharlo sonar, esperé un poco y miré a Mingyu que ponía su atención en mí ya que la música no se dejaba de escuchar.
Contesté el celular al ver que se trataba de uno de mis amigos, uno entre las pocas personas que solían hacerme compañía, Chwe Hansol.
-¿¡En donde estás!? -Me gritó apenas contesté.
Volví a fijar mi vista en Mingyu mientras intentaba buscar una respuesta o al menos una buena excusa. ¿Qué se supone que tenía que contestarle?
-¿En dónde estás tú? -Se me ocurrió preguntar para librarme de su interrogatorio.
-¡Dime en donde estás! -Gritó enojado desde el otro lado del aparato.
-Estoy en mi casa -Contesté sin más, con un miedo terrible al pensar que ellos pudieron haber ido a buscarme a casa.
-Qué alivio -Escuché murmurar a Vernon entre un suspiro.
-¿Estás con Boo? -Pregunté preocupándome por mi otro amigo.
-Sí -Contestó y juraría que sonrió cuando lo dijo-. Está aquí conmigo.
Mingyu me estaba haciendo señas en un intento de decirme que saldría por puerta, fui detrás de él mientras que aún seguía conectado con mi amigo.
-¿Y en dónde están? -Pregunté a la vez que salía detrás de Mingyu de la habitación.
-Aún estoy en el club -Me dijo mi amigo entre suspiros. Me asusté inmediatamente.
A través de la llamada escuché como abrían una puerta. Mingyu a mi costado miró hacia atrás, así que yo también lo hice.
Mis dos mejores amigos estaban saliendo juntos de una habitación, a unas cinco puertas de nosotros. Seungkwan miraba a Vernon, mientras que éste cerraba la puerta.
Tomé a Mingyu de la mano y corrí con él aún con el teléfono en la línea de llamada. Me metí por un pasillo junto con Mingyu y no dudé en aplastarlo con mi cuerpo para luego poner mi cabeza en su hombro -solo hasta ahí le llegaba- y miré a la derecha, para que no nos vieran.
Observé mi teléfono y corté la llamada rápidamente, sin preocuparme en despedirme de mi amigo. Presioné mi frente más contra el hombro de Mingyu mientras que escuchaba como unos pasos se acercaban.
-¿Qué haces? -Preguntó el contrario con horror, no le contesté y solo le tapé la boca con la mano.
Cerré los ojos fuertemente mientras que sentía la presencia de los dos chicos a un costado de nosotros, escuché atentamente como sus pasos continuaron sin ningún problema y como bajaron las escaleras, luego todo volvió a estar en silencio.
Dejé salir todo el aire que tenía acumulado y abrí los ojos, encontrándome con un Mingyu que mantenía los ojos bien abiertos, sin dejar de mirar los míos.
Me separé lo más rápido que pude, logrando que mi espalda chocara con la otra pared del pasillo.
-Lo siento -Murmuré un poco impactado.
Sentí un golpe en la sien, lo que hizo que me fuera hacia un lado y quedara levemente agachado. Me afirmé de la pared con una mano mientras que la otra la apoyaba en mi pierna para mantener el equilibrio y no caer al suelo.
-No te me acerques. -Escuché decir a Mingyu, el cual estaba apegado a la otra pared.
Me levanté lentamente y me puse la mano en la sien, un poco de sangre desprendía de mi ceja izquierda y no dude en pasarme la manga de mi chaqueta para quitar cualquier indicio de una visible herida.
Pestañee unos segundo, Mingyu me hizo acordarme de mi padre, y mi padre me hace acordarme de mi madre; la había dejado sola esa noche, por lo que no sabía lo que le podía haber pasado en la casa con ese hombre.
-Vámonos -Me dijo Mingyu en tono autoritario y yo le hice casa, no es como si no quisiera irme de ese lugar.
Bajamos por las escaleras, el delante de mí, mientras que yo presionaba suavemente mi ceja con el dorso de mi mano para que esta no sangrara.
Terminamos de bajar las escaleras y Mingyu caminó derecho hacia la salida pero yo me senté en uno de los escalones. Me estaba empezando a doler demasiado la cabeza y me sentía mareado.
-Te llevaré a casa. -Levanté la cabeza para encontrarme con la mirada seria de Mingyu que estaba a unos metros de mí.
Me levanté afirmándome de la pared y caminé hasta Mingyu, este volvió a caminar y yo fue detrás de él. Salimos del local y avancé detrás de él por las sucias calles.
Nos detuvimos al lado de un grandioso auto, del espectacular auto de Mingyu; este abrió la puerta del piloto y se subió. Fui hasta la otra puerta y también me subí al vehículo.
-No le dirás de esto a nadie, ¿escuchaste? -Gruñó Mingyu con la vista fija en el parabrisas y sin echar a andar el auto aún.
Asentí con la cabeza, tampoco tenía muchas ganas de decirle a alguien que me había acostado con el chico que me golpeaba todos los días que asistía al instituto.
-¿Dónde vives? -Preguntó una vez que puso el auto en marcha.
Le dije la dirección y me recosté en el asiento mientras cerraba los ojos; ya no me sentía mareado pero aún me dolía la cabeza, aunque es más probable que haya sido por todo lo que había tomado la noche anterior.
Sentí como el auto bajaba la velocidad, abrí los ojos para encontrarme con la calle de mi casa. El solo ya había salido por lo que las personas caminaban por las calles y regaban sus jardines.
-Es aquí -Murmuré hacia Mingyu para que se detuviera en una casa cualquiera.
Se detuvo de un tirón y yo abrí la puerta para salir del auto sin decirle alguna palabra, pensé que ya habíamos hablado de todo lo que teníamos que hablar.
El auto siguió andando y yo suspiré de alivio. Caminé hacia mi casa y saqué las llaves del bolsillo de mi chaqueta para abrir la puerta, encontrándome todo en silencio. Caminé hasta las escaleras y las subí lentamente, pendiente de los sonidos que podían haber en la casa.
Pero no se escuchaba ningún sonido. Fui hasta la habitación de mi madre y ella aún seguía durmiendo, fruncí el ceño extrañado porque ella normalmente se despertaba muy temprano.
Me dirigí hasta mi habitación para dejarla dormir. Me saqué la ropa mientras caminaba hacia el baño de mi habitación y entonces me miré en el espejo.
Los chupetones seguían ahí, bueno... no es como si se fuera a ir en solo unos minutos. No me acordaba de nada y eso solo hacía que mi cabeza doliera aún más.
Acerqué mi cara al espejo para ver la pequeña cortada que me había hecho Mingyu en la ceja, solo algo superficial que sabía que sanaría en unos días.
Me metí a la ducha en cuanto terminé de sacarme toda la ropa y dejé que mi cuerpo se relajase entre el agua tibia, no tenía ganas de pensar pero me obligaba mentalmente a dejar a mi mente torturarse por la nueva pregunta que iba a hacer mi vida un gran problema.
¿Qué hice con Mingyu?
Ahora me haría la vida imposible, estaba seguro de eso, pero... ¿qué es lo que debería hacer?,¿simular que nada había pasado?
Todo esto me estaba carcomiendo la cabeza y eso lo odiaba, tenía bien en claro que resolver todos los problemas que había creado con Mingyu tenía que ser mi mayor prioridad, eso y mi madre.
Terminé de ducharme y me vestí sin ganas de hacer nada más que dormir un poco, y eso hice. Fui hasta mi cama y me tiré en esta, me metí debajo de las sábanas y me propuse dormir.
[...]
Desperté al sentir una caricia en mi mejillas, pestañee unas cuantas veces y abrí los ojos para ver a mi madre sentada a un costado de la cama.
-¿Cómo estás, amor? -Me preguntó dándome una tierna sonrisa.
-Bien -Le dije sonriendo y sentándome en la cama para tener más comodidad-. ¿Cómo estás?
-Estupendo -Contestó con una sonrisa, para mi sorpresa se veía más feliz que cualquier otro día.
-¿Por qué estás tan feliz? -Interrogué con una sonrisa sincera, sintiéndome feliz por ella.
-Tu padre -Dijo soltando una risilla y bajando la mirada sin cambiar su expresión risueña.
-¿Qué pasó? -Pregunté preocupado mientras me acercaba un poco más a ella.
-Ayer... no me... no me... -La tomé de las manos en un intento de tranquilizarla.
-¿No qué...? -Apreté cariñosamente sus manos a la vez que sentía la preocupación consumirme.
-No me golpeó -Susurró suavemente sin quitar su pequeña sonrisa-. Llegó del trabajo y se sentó en la mesa, se comió toda la cena, me dijo que estaba muy buena y que tenía una muy buena noticia pero lo quería decir delante de toda la familia así que lo dirá hoy.
Mierda... no quería que mi madre se ilusionara con que mi padre estaba cambiando para algo bueno. Nunca era sincero.
Asentí con la cabeza hacia mi madre, no pensaba darle otra oportunidad a mi padre o estar tan confiado de su 'cambio'.
Mi madre se levantó de la cama con una sonrisa y salió de la habitación, me recosté en el respaldo de la cama mientras que pensaba en que había añadido otra pregunta a mi lista.
No tenía ni idea de que iba a hacer con todo esto que estaba sucediendo. Lo de Mingyu me tenía muy preocupado, no sabía cómo es que iba a reaccionar en el instituto. De seguro todo sería normal, me agarraría a golpes, después se reirían de lo patético que soy y luego se iría, como siempre hacía.
Y creo que prefiero que sea así, sabía que si Mingyu se comportaba de manera distinta conmigo se crearían los rumores.
Me volví a recostar mejor en la cama y me tapé hasta la cabeza, intentando desaparecer entre las sábanas de mi cama.
-¡Wonwoo! -Gritó mi madre desde la planta baja de la casa con una alegría que hacía que mi corazón diera un salto de felicidad-. Llegó tu padre.
Se pudrió todo.
Fantastic - Rap Monster (feat. Mandy Ventrice)