"EL AMOR NO SE OLVIDA" (PAUSA...

By Emyforeveralone

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En el medio oriente, cuya mente en Japón en la ciudad de Tokio. Se encuentran dos personas que no pueden deja... More

Sinopsis
Capitulo 0
Capitulo 1
Capitulo 2
Capitulo 3
Capitulo 4
Capitulo 5
Capitulo 6
Capitulo 7
Capítulo 8
Capitulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 13

Capítulo 12

182 16 14
By Emyforeveralone

Decisión y Recuerdo Amargos

_ Narra Teito _

Luego de que me despedí por segunda vez del señor Tomohisa tome rumbo tras de mi padre, estoy seguro que al marcharme sin dar explicaciones, dejó desconcertada a mi madrina, pero en si...a pesar de haber volteado lágrimas creyendo que me había abandonado aún me pregunto exactamente por qué todavía sigo tras de papá. ¿Acaso lo sigo porque es mi padre? ¿Acaso lo sigo porque dentro de mí lo quiere y perdona sus actos? O ¿lo sigo porque tengo miedo de quedarme solo?

Al llegar vi a papá afirmado en el coche con los brazos cruzados mirando al suelo... ciertamente se lo veía triste más de lo normal ¿eso era por el señor Akiyama? Mire la pañoleta que acudía en mis manos y luego toque mi cuello. Por la razón que lo llevaba puesto era ocultar mi pasado y también porque era un regalo muy preciado para mí... pero ahora... ya no sé si quiero usarlo de nuevo...

− ¿Vas a quedarte allí parado?−

Escuche a mi padre hablar, levanté la mirada notando que a pesar de lo que me había dicho al frente de todos, nada cambio... su mirada indiferente a mí era la misma de siempre, he incluso su tono de voz o comportamiento, eran igual, ese sucio abrazo solo era una maldita actuación para engañar mi tía y el señor Akiyama...

Realmente no sé porque me ilusiono con cosas tan pequeñas... soy un estúpido, me odio a mí mismo por ilusionarme de cosas que nunca van a pasar... tenía ganas de tirarle las llaves del coche en sus pies y salir corriendo a los brazos del señor Akiyama, él por alguna razón es el padre que soñé y sé que estar a su lado estaría bien, porque sé que mi madrina lo aprobaría ya que le tiene confianza y lo ama. Pero... por alguna razón... no lo hice.

−aquí tienes las llaves–

Dije mientras extendía mi mano izquierda con la misma, sin mirarle fijamente el tomo las llaves y saco todos los seguros, sin decir nada estaba por adentrarme al asiento trasero cuando...

–Toma asiento adelante−

Resalto con esa voz fría. Sin decir nada rodeé el coche y tomé asiento donde él quería, cerré la puerta y luego de ponerme el cinturón termine en afirmar mi cabeza en la ventana. Todavía me preguntaba por qué estoy tras de él, cuando tengo a mi madrina, al señor Tomohisa, los gemelos e incluso a... Yuko... aunque... ella...

−Teito...− Hablo a mi padre extrañada mente con un tono de tristeza.

Ciertamente tenía la intuición de que algo quería decirme, pero no me voltee a verle ni siquiera respondí, estaba molesto o mejor dicho estaba decaído, no quería escuchar sus estúpidas excusas y llenarme de ilusiones de nuevo.

Al ver que no le respondí, él solo arranco el coche y salimos de ese establecimiento, sin saber qué rumbo íbamos, quede solo contando los árboles pasar mientras recordaba algo de mi triste niñez, muchos de esos recuerdos eran cuando estaba en una cama de hospital, con sueros y vendajes en todo mi cuerpo... siempre estaba con la compañía de mi tía, pero había raras ocasiones que estaba con Yuko... la pocas veces que me visitaba, siempre me ponía contento en verla, pero ella... sus mirada y silencio lo decía todo... al igual que papá... ella me odia... ¿Por qué? Es lo que me pregunto desde hace años.

Luego de un rato en silencio, detenidos en un semáforo escuchó que el teléfono de papá suena, al instante se hizo a la orilla a una vereda cercana cuando el semáforo dio el paso y atendió la llamada. Por su tono supe que tras de la línea era el tío Raiden, no sé y tampoco quería saber de cuál era su discusión, lo único que me interesaba en ese momento era esas jugosas empanadas que se veían tras los vidrios de ese simple restaurante...

No era de esperar que ver comida me diera hambre, ya eran pasadas la una, era obvio que me agarraría hambre pero...

−¡¡como sea, es mi problema así que, porqué no te vas tú y ese viejo a la Mierda porque yo no pienso...!!−

Comencé a escuchar los gritos de enfado de mi padre, su vocabulario eran tan primitivo y crueles que no lo soporte y termine saliendo del coche, me afirme un momento en la puerta y mire a la tienda, notando claramente un cartel el precio de la docena, de inmediato urge mis bolsillo buscando si tenía dinero, ya que a veces entre mi ropa siempre guardaba al-menos 100 yenes, pero recordé que lo había gastado al esperar a papá en la empresa, estaba por desilusionarme, cuando recordé que tenía un billete de 500 yenes en el interior de la pañoleta cosa que al llevar mi mano al cuello recordé que no la tenía conmigo ya que... antes de subir al coche la había dejado caer...

– ¿Qué haces afuera? –escuche a mi padre hablar tras mío.

− Nada que te incumba − rodee un poco la mirada notando que estaba a mi lado.

− ¿ahora me vas a tratar así?−

− ¿debería hacerlo mejor, después de todo lo que pasó?−

−No fue mi intención−

−a otro perro con ese hueso−Gire mi mirada a mis pies− eres igual que madre. –

−no me compares con esa bruja−

−se... claro... ¿Cómo no podría compararlos? Cuando ambos me odian, cuando ambos me ignoran, cuando ambos intentaron matarme, cuando ambos me mienten. Los odio a los dos... −

−si tanto me odias, ¿Por qué no te has ido de mi lado? Te escapaste de esa bruja que te dio a luz, ¿Por qué no hacer lo mismo con este diablo?−

− ¿Por qué no hacer lo mismo? Es lo que me pregunto ¿Por qué no puedo dejarte? ¿Por qué no puedo odiarte por completo como odio a mamá? − le miro a los ojos. − ¿Por qué aún sigo teniendo la esperanza de que algún día me vas a querer y llamar hijo cuando se perfectamente que nunca pasara? –siento caer mis lágrimas recorrer mis mejillas− realmente no sé porque no puedo tirar todo a la borda y rehacer mi vida, puedo vivir tranquilo en casa de mi madrina, he incluso el señor Akiyama me abriría las puertas de su casa y me acogería como su hijo, pero... no puedo... ¿Por qué no puedo dejarte? –

Al instante padre sin decir nada, solo rodeo sus brazos alrededor de mis hombros y afirmó una de sus frías manos en mi cabeza, no sabía el porque me estaba abrazando, pero al escuchar su corazón palpitar lentamente, sentí un poco de calma... tenía ganas de rodear mis brazo alrededor de su cintura, pero a la vez no quería llenarme de ilusiones, papá nunca se comportara como el padre amoroso que desde niño desee tener...

−la razón por la que no puedes odiarme, es por la misma razón que yo no puedo odiar por completo a mi padre− Hablo con un tono recio.

Mucho no se dé su reacción de padre e hijo, lo único que sé es lo breve que me contó a la tarde noche, además como solo lo conozco de lejos  a mi abuelo ya que padre nunca me dejo que interactúe con él, no puedo saber si realmente es como él dice. Insiste en que llame al Señor Bastian abuelo y a la señorita Amelia tía, ya que él justifica que ellos son su verdadera familia.

El resto de su verdadera familia los tiene como muertos, pero aún tienen contacto. ¿Será esa la razón de porqué dijo eso? la razón por la que él no puede odiar al abuelo y yo no poder odiarlo, es ¿Por qué después todo somos familia?

No... si realmente fuera de ese motivo, yo no odiaría a muerte a mi madre... aunque... ahora que lo pienso, papá también odia a su madre... nunca habla de ella... y... ¿esto será mi futuro? No... No quiero eso... Al instante termine por empujarlo un poco y quedar mirando a sus ojos.

− ¿Por qué me miras así?−

−nada−

Esquivé mi mirada, esto claramente era un círculo vicioso, y no quería parar como él, tendría que remendar mis errores, pero... ¿Cómo? Mamá ya no me quiere ver y Yuko... Yuko...

−si no tienes nada que decir, entonces vámonos, tenemos un largo camino hasta el aeropuerto −

− ¿Aeropuerto? ¿Adónde vamos?− mire confundido.

− A Inglaterra...−

− ¿Qué?− resalte pasmado.

−lo que escuchaste... así que sube−

−no hasta que me expliques la razón−

−ya no tengo nada que hacer aquí, ya no tengo a quién recuperar, ya no tengo trabajo con quien distraerme, así que decido regresar a mi tierra natal, para presenciar el funeral de mi padre y tomar su lugar en sus tierras−

−pero... yo... no puedo marcharme, tengo amigos... tengo la escuela, y... ¿Qué hay de mi tía? ¿Qué hay de mis hermanos? ¿Qué hay del señor Akiyama?−

− ¿Qué hay con él?−

−no quiero dejarlo...no quiero abandonar a la única persona que puedo ver reflejado al padre que soñé tener, el me llamó hijo, dijo que era su hijo... dijo que nunca me abandonaría... ¿Por qué yo debería dejarlo así sin al menos despedirme de él?−

−veo que él te gusta ¿no?−

− ¿Qué?− le miró pasmado− no, claro que no− bajó la mirada− él...solo...–

Me quede callado, sabía que responder pero a la vez no sabía qué palabras usar, a lo cual solo sentí su mano helada en mi cabeza diciendo:

−no hace falta que expliques, lo comprendo... si no quieres venir a Inglaterra conmigo, lo aceptaré, de todas forma puedes quedarte con Celina o en mi departamento, de todas forma ya eres bastante entendido para cuidarte solo.−

−no...− esquivó su toque y lo miró de nuevo a los ojos− es verdad que quiero quedarme, pero si realmente quieres que valla contigo entonces no me negaré−

− ¿estás seguro?−

−si... −baje la mirada tristemente, realmente no quería dejar a mis seres queridos y empezar mi vida en otro país que ni me llevo bien con su lengua.

−mentiroso...− le miró sorpresivamente− ¿Cómo puedes decir eso cuando tus ojos dicen lo contrario? – me toca la cabeza− te propongo un trato−lo miró detenidamente − ¿Por qué no vamos juntos al funeral de mi padre? Y luego de eso, nos quedamos unos días como turistas, luego de ese tiempo si no te gusta el lugar, prometo dejarte todos mis vienes de este país a tu nombre para que vivas con Celina como quieras, mientras que yo, regresare legalmente a mis tierras donde ocuparé el lugar de mi difunto padre. ¿Qué te parece? De esa forma ganamos los dos. −

−en pocas palabras, estás diciendo que si no decido quedarme en Inglaterra, tú me abandonarás aquí con la tía Celina y eso no quiero...−

− ¿entonces? – deja de tocar mi cabeza.

−le miró detenidamente− aceptó el trato, pero con una condición...−

− ¿cuál?−

−Antes de que te vayas o vayamos definitivamente a Inglaterra, tú te vas a despedir formalmente del Señor Akiyama−

Al término de mi palabra el me miro sorprendido, supongo que no se esperaba que mencionara eso.

− ¿p-porque esa petición tan repentina?−

−él más que nadie tiene que saber, que la persona quien aún ama cortara todo lazos existente ¿no? –

Me quedo mirando sin decir nada, no tenía idea de que es lo que pasa por su mente pero sí sabía que al decir eso se diera cuenta de mi intención.

−está bien...− resaltó con un suspiro.

− bien, si no hay más que decir, deberíamos irnos ¿no? –

−si... pero antes... ¿quieres comer algo?−

− ¿tú me invitas a comer? −le miro sorprendida mente.

− ¿acaso tú lo harás con el dinero que no tienes? − Me mira irreverentemente – Sé que puedo ser muy ignorante a tu persona, pero se exactamente que no cargas un peso y de cómo mirabas la tienda hace momento, ¿Qué podría pensar a eso? −

− ¿y cómo estás seguro de que no cargó dinero? − hable con un tono subjetivo.

−no cargas mi Pañoleta−

Lo quede mirando un momento y luego esquivó mi mirada llevando mi mano a mi cuello, nunca pensé que diría eso, supongo que era obvio que no se lo podía evitar notarlo, aunque... ¿Como sabe que guardaba dinero en ella? ¿Me estuvo vigilando?

− ¿Y? ¿No quieres pasar a comer?−

−si... pero...− Me toco una de las cicatrices.

−prometo no molestarme si alguien pregunta por esa herida−

Por un momento me quedé en silencio y luego con una voz baja le dije:

−eso espero−

Encaminamos a la tienda y sorpresivamente padre me dejó pedir lo que yo quisiera, cosa que me sorprendió ya que él es el que decide qué comer y eso nos referimos a que pide comida de calidad, pero en este caso nos encontrábamos en una tienda cualquiera, comprando comida no de su agrado, eso realmente me sorprendía, supongo que quiere pedirme disculpa con esto, aunque... las cosas materiales nunca gana el perdón por completo.

En fin de cuenta teniendo el pedido en mis manos, encamine a la salida mientras mi padre le pagaba a la cajera. Estando afuera encamine al coche, puse la mano en el picaporte de la puerta y no pude abrirla, me di cuenta que padre le había puesto seguro, entonces me afirme en la misma esperando a papá, cuando de la nada veo que él al salir se choca con una chica calculando de mi edad, quien ingresaba, obvio ella le pidió disculpas y padre como siempre le clavó una mirada de fulminación para espantarla, pero ella sinceramente solo se quedó mirándole, pude sentir que no estaba aterrada sino sorprendida. Padre al ver que no la espantó giro la mirada para continuar el camino cuando sorpresivamente se detiene y voltea verla de nuevo.

No entendía, ¿la conoce? La visualice también para saber si era de una de sus colegas de trabajo o mejor dicho alguna hija de las pocas colegas que pude conocer formalmente, pero nada, ¿Quién era esa chica tan linda? Al fin de cuenta el contacto visual de los dos se cortó cuando padre se giró con sensatez encaminando a mi dirección sacándole el seguro que le había puesto, ya con las puertas abiertas, no dude en entrar al asiento delantero mientras ponía el pedido en mis piernas, padre se adentra en su lugar y puso las manos en el volante.

Esperaba que tomara marcha a algún lado, pero nada, solo estaba allí con la mirada perdida, parecía estar pensando o recordando algo, estaba decidido en hablarle para romper sus pensamientos pero decidí solo mirar por la ventana y al hacer eso me paralice al ver a mi madre parada al otro lado de la calle, ella estaba inerte allí clavando la mirada a nuestra dirección, a pesar de que los vidrios eran polarizados, pude sentir como ella me clavaba la vista.

Rogando que no se cruzara y caminara a nuestra dirección, sabiendo que papá la odia a muerte y por coincidente mamá a papá, su encuentro podría sangre derramar, pero gracias a los dioses padre arrancó el móvil preguntándome si quería ir al parque para devorar las empanadas, cosa que mirándole nervioso le dije que sí. Padre asintió con un bueno y arrancó el móvil.

Tranquilamente y en un incómodo silencio padre condujo hasta el parque, donde estaciono el Ferrari al frente del mismo junto en un cartel que decía no estacionar, le reclame a papá de que no podría dejar el coche en este lugar, pero fue como hablarle a la pared, él solo salió del coche y yo por detrás nervioso ya que un policía se nos había acercado, venía con las intenciones de reclamar, cosa que inesperadamente padre sin decirle nada sacó una tarjeta del bolsillo de su camisa, donde este al verlo solo le saludo con una inclinación y dejo que se marchara, papá cruzo la calle y yo me quede allí mirando al policía paralizado, el solo me sonrió y zamarreo el pelo diciéndome que cuidara de mi padre. Lo quede mirando ¿este señor me conoce? Al fin de cuenta cruce la avenida con rapidez ya que papá me esperaba con los brazos cruzados.

−y bueno... ¿a dónde quieres ir? – aclamo.

−he....bueno− titubee mirando a todos lados.

Buscaba un lugar donde hubiera menos gente posible, ya el lugar estaba muy habitado, me estaba por preguntar por qué, cuando recordé que la tía Celina dijo que abrieron un parque de diversiones cerca de este lugar y que cuyo ella vendría con los pequeños a pasar el día y...

− ¿y que miras tanto? − resalto molesto

−nada− contesté un poco frió− vamos para allá−

Encamine a una dirección contraria donde la gente encaminaba, padre no dijo nada solo me siguió como si fuera el dueño del perro familiar, ya que sentía un gran peso en mi espalda y las personas que pasaba a nuestro lado de inmediato nos esquivaba, ya me imagino la cara de viejo gruñón que estaba haciendo.

Llegamos a un lugar escampado donde algunos jóvenes estaban en el lugar compartiendo unas cervezas, me adentro un poco buscando unos de los bancos de picnic que siempre ponen, pero nada, me quede un momento pensando donde había visto uno por estos alrededores cuando veo a mi padre encaminar a la dirección del gran puente que cruzaba el lago, lo quede mirando como subía por la misma, le estaba perdiendo de vista, supuse que quería ir hacia el otro lado donde acudía un pequeño restaurante, pero al subir solo veo que se quedó en el medio del puente reposando sus brazos en el gran barandal de cemento que le daba vista.

− ¿nos podemos quedar aquí? − me pregunto con un tono dolido.

−he... claro− respondí confundido.

Puse las bolsas de empanada en el barandal ya que por ser ancha serbia como una mesa, y comencé a abrirla, el olor-cito y el vapor se las veía esquicitos, me sorprende que en todo el viaje estuvieran calientes ya que por angurriento me queme la lengua apena morderla. Como no teníamos nada para beber no dude en morder uno de los retazos de limón, ya se pueden imaginar la cara que hice.

Esperaba que mi padre se burlara pero este estaba serio comiendo lentamente una de las empanadas de carne, mientras miraba el panorama presente. Su completo silencio me incomodaba, supongo que al decir lo último sobre despedirse formalmente del señor Akiyama lo dejo pensando, mi intención a esa petición, es reacia a su petición, ya que al despedirse será obvio que el señor Akiyama resaltará mal a eso, ya que lo ama, pero aun así... no quiero que se vaya de mi lado.

−tu sabes que tu petición es muy egoísta ¿no? − habló en voz baja.

− estoy consciente de ello – contesté sin mirarlo.

− ¿dime porque quieres que hable con él antes de marcharme? −

−porque... él aún te ama−

−si ya− contesto irreverente.

−Lo digo enserio, sé que no sé nada de ustedes, pero sí sé que él te extraña, por eso irte sin decirle nada lo lastimarías un más de lo que ya está−

−tú solo quieres que me quede aquí−

–sí, es verdad, para que ocultarlo, pero también porque quiero que sepas que un no tienes la batalla perdida. Cuando lo salve ayer de que lo chocaran, pude ver la inmensa tristeza en sus ojos, era obvio de que algo fuerte había pasado, claro que en ese momento no sabía quién era y luego de verlo de nuevo en la guardería, sus ojos reflejaron el mismo dolor al verte en el lugar, era obvio que sufre por tu culpa, y con la confesión que me dio en el zoológico, estoy cien por ciento seguro de que a pesar de todo, él aún no te puede olvidar u odiar.−

−esperas, ¿estás diciéndome que la campera que cargabas ayer es de él?− me mira sorpresivo

− ¿campera?−le miro confundido un momento y luego me doy cuenta−Oh si... me olvide por un momento de ella, tengo que devolverle...−

−yo se lo daré−

− ¿Cómo? –

−será una buena excusa para poder acercarme a él, es verdad que no puedo estar cerca de él por lo grilletes o el detector en mi nuca, pero con eso podre tener una charla decente antes de marcharme−

− comprendo...− le miro detenidamente notando que seguía mirando a la nada− ¿puedo preguntarte una cosa? −

−dime−

− ¿Cómo ustedes terminaron en esta situación? O mejor dicho ¿Cómo lo has conocido? Claramente lo omitiste esa parte cuando me contabas de tu vida anoche−

−es verdad... lo omití descaradamente, ya que no quería hablar de él y porque no te incumbía, pero como ahora estas relacionado, supongo que al menos tendría que contarte algo ¿no? –

−por favor−

−bueno por dónde empezar...−come una empanada− lo conocí a él indiferentemente en una plaza para niños, ¿Qué yo hacía en ese lugar? No lo recuerdo, como sea, él me chocó sin querer y como odio a mediomundo una regañada se llevó, pensé que nunca más vería a ese niño tonto, pero luego de unos días, Sergei me lo presentó formalmente y obvio al verle de nuevo, no dude en odiarlo de inmediato. −

− ¿Quién es Sergei? −

−el hermano mayor de Tomohisa y mi ex segundo mejor amigo... −baja la mirada− para serte sincero él era la persona quien quería ciegamente, pero tenía novia y sabía perfectamente que no le gustaba los homosexuales, entonces para no perder su amistad solo me quede callado−

− Entonces como no pudiste estar con él, ¿fuiste tras de su hermano? –

−¡¡Claro que no!! − Me mira molesto− Sergei era todo para mí, después de que me separe de Celina creí nunca volverme a enamorar pero él rebozo mi corazón. Cuando Tomohisa comenzó a vivir en mi casa, él descubrió en los primeros días de que me gustaba su hermano, y a pesar de que éramos como perros y gatos, él apoyaba con todo esmero mi amorío, pero...−

−espera un momento, no entiendo una cosa, ¿el señor Akiyama comenzó a vivir en tu casa? ¿Cómo?−

−por hacerle un favor Sergei, te dije que él me lo presentó formalmente, en esa presentada me pidió el favor de hospedar a su hermanito en mi departamento por un corto tiempo, ya que él estaba pasando un mal momento económico y no podría pagar la renta de su departamento, al escuchar eso le sugerí vivir conmigo, pero él se negó diciendo que era demasiado pedir que su hermano tenga un techo donde poder seguir estudiando. Entonces reciamente acepté su petición.−

− ¿entonces como pasó para que tus sentimientos cambien por el señor Akiyama cuando amabas a su hermano? −

−ese tiempo que él vivía bajo mi techo, descubrió mis sentimientos que tenía sobre Sergei, en un principio me cuestionó con la dura verdad, pero en si eso no fue mi impedimento, los días pasaban y de apoco Tomohisa fue más curioso sobre ese tema, preguntaba tonterías y cada dos por tres me decía que era una pérdida de tiempo amar a alguien quien ni me miraba con los mismos ojos, pero me recusaba. Pero... en fin de cuenta Tomohisa tenía razón en decir que saldría herido si no renunciaba a él pronto−

− ¿Qué paso?− le miro curioso.

−todo se derrumbó cuando Sergei me presentó formalmente a su novia mientras me decía que se iban a casar y que esperaba que fuera su padrino de bodas, esa noticia me tomó de golpe, lo único que hice en ese momento fue solo felicitarlos diciendo que estaba muy emocionado por el gran paso que había dado, abiertamente le prometí ser su padrino he incluso pagar todos los gastos para su boda, sería como un regalo de mi parte. Pero a pesar de las risas estaba llorando por dentro, al final luego de un corto tiempo fingiendo felicidad sentí que mis lágrimas estaban por caer, a lo cual no dude en despedirme de ellos e irme de ese lugar con la excusa de que tenía trabajo que terminar. – mira de nuevo la empanada− Solitariamente por esas calles vacías, se encontraba un único idiota caminar y romper todo a su paso bajo la misma tormenta de esa noche. Estaba tan frustrado y destrozado que no dude en quebrarme en lágrimas, luego de un rato tirando todo mi odio con un poste de iluminación pegando piñas hasta que mis nudillos sangraron, termine en encaminar a una pequeña plaza donde me senté en uno de los columpios. Al final de unos minutos pensando en lo idiota que era, dejo de sentir el agua caer en mi espalda, a lo cual al levantar la mirada, noto que era Tomohisa con un paraguas, diciéndome que su hermano era un idiota al no darse cuenta de la gran persona que era. En ese momento me levanté y abracé con fuerza mientras me quebraba de nuevo. Luego de que me calmara nos fuimos a la casa. Desde entonces Tomohisa estuvo a mi lado tratando de animarme con sus tonterías de niño. Algunas me hacían gracias otras me enfadaba pero al final cuando menos me di cuenta nos habíamos unido. −

−Valla...− quede pasmado− entonces... el cuarto que tengo prohibido entrar era del señor Akiyama ¿verdad?−

−si, a pesar de que por años fuimos pareja seguíamos teniendo una habitación cada uno, no podíamos alzar sospechas de Sergei, pero en fin casi siempre dormíamos juntos en mi alcoba, ya que mi cama es grande y allí podíamos...−

−¡¡no quiero detalles!!−Resalte un poco sonrojado

−...jugar a al bingo, que mal pensado eres, ¿Quién te metió esas cosas en la cabeza?−

−y pregunta el que escribe novelas eróticas−

− ¿y para que lo lees? − sonríe maliciosamente.

−Mira no me hagas hablar− termino de comer mi empanada haciendo puchero.

−está bien...− le escucho reír− ¿quieres saber algo más de mi vida?−

−mmm bueno... aun no me contaste de cómo fue su separación, dijiste que fue por el hermano del Señor Tomohisa, pero ¿Cómo se enteró de ello? −

−bueno... luego de 6 años de pareja, nosotros...−

Al instante me comenzó a contar todo con sumo detalle de lo sucedido. Ciertamente no lo podría creer, pero a la vez comprendía todos los rumores de las brujas que tengo como vecinas, también comprendía por qué el señor Tomohisa se negó a contestar, la historia de su pasado era triste y dolorosa, él al igual que papá pasaron por muchos golpes duros, por causa de un amor prohibido.

Al final de su narración, dijo con tristeza que volver a la vida que tenía con el Señor Tomohisa iba hacer difícil, le pregunté por qué y el me señalo en donde miraba. Voltee mi mirada y no alcance ver nada ya por mi estatura, así que me trepe con cuidado en la gran baranda y me senté en la misma donde estando en lo alto pude ver a mi madrina besando los labios del señor Tomohisa, haciendo que este se sonrojara.

Pasmado por lo que estaba viendo gire la mirada a papá notando como este reflejaba una inmensa tristeza, sus ojos brillaban. En esta situación no sabía qué decirle, no sabía qué es lo que estaba pasando, sabía que ella gustaba del padre de los gemelos, ya un día me lo confeso, pero ella sola se decía a sí mismo que no tendría chance, ya que él estaba enamorado de otra persona, pero... ¿Qué está pasando aquí?

−Nunca pensé que Celina me hiciera esto− hablo mi padre con un tono triste− ella más que nadie sabe lo que siento por él- noto que aprieta sus manos con fuerza a las envolturas de las empanadas− esa traidora−

− ¡no le digas así a la tía Celina!− resalte− eso debe ser una coincidencia o solo algo pasajero, pero aunque fuera así... dudo que funcione−

− ¿Cómo estás seguro de eso? − me mira a los ojos.

−ya te lo dije antes, él todavía te ama−

Sin decir nada más, solo quedamos mirándolos como ambos charlaban y jugaban con los niños, en eso que los deleitaba ver, escucho la voz de Mizono, me cuelgo un poco para ver dónde estaba cuando la veo corretear tras algunos niños, al parecer estaban jugando a la pilladita, me quedé un momento deleitando su belleza, hasta que vi a Franchello ponerle una flor en su cabello haciendo que ella sonriera y le diera un beso en su mejilla. Al ver ese acto, solo esquivé la mirada, sabía que no tenía posibilidad con ella, pero aun así ver que mi primo también gustaba de ella... me lastima.

−esos pequeños son iguales a él, con la diferencia de que sus ojos son verdes y no azules, supongo que sacaron los ojos de su madre, me preguntó de quién habrá sido y porque no está con Tomohisa en estos momentos ¿se habrán divorciado?−

− ¿Cómo? – le miro confundido.

− hablo de la mujer que le dio hijos, si esa mujer no está con Tomohisa ¿eso quiere decir que se divorciaron? −

− ¿acaso no lo sabes? −

− ¿Qué cosa? −

−el señor Tomohisa es viudo, su esposa falleció en el parto con uno de los niños en brazos−

− ¿Cómo? – me mira sorprendido.

−como sabes, yo ayudo a mi madrina en la guardería, y muchas veces ordenó los registros y habló con los niños, y ellos me cuentan todo, he incluso ella me instruye del pasado de cada niño, es así como se la triste verdad de ellos, la tía Celina me contó que él estaba muy feliz al saber que iba a ser padre de tres criaturas, pero su esposa tuvo complicaciones y en el parto falleció con uno de los recién nacidos, quedando así el desamparado con dos criaturas en su poder. –le miró− pensé que sabías al menos de eso. ¿Acaso no trabajaban en la misma empresa? Rumores o charlas debiste escuchar de ello. –

−bueno... capas que si hubo rumores, pero tú sabes que cuando estoy trabajando solo me encierro en mi mundo y no escucho a nadie. −

−eso es verdad... entonces ¿Qué piensas de ello?−

−nada relevante, solo que conociendo sus emociones, estoy seguro que sufrió mucho...−

Lo mire un momento y luego quedamos sin decirnos nada de nuevo mirando el paisaje. Ya faltando una empanada, le ofrecí a mi padre que la agarrara para sí llevar todo a un bote de basura cercano, a lo cual el la rechazo diciendo que la tomara y al término de ella continuaremos con el viaje, con un okey, pille la empanada y baje del barandal con un salto, pille la bolsa y guarde todos las envolturas en la misma, donde luego encamine escalera abajo.

En los últimos escalones no me he fijado y choque con una persona quien subía, rápidamente me he disculpado preguntándole si estaba bien, y él con una sonrisa me dijo que no pasaba nada. A pesar de que me sonreía este azabache me clavó la mirada, no me importo mucho que lo hiciera, ya que muchos me visualizan mal ya por mi apariencia no muy común. Un albino no es muy visto en estas tierras y más cuando me parezco al mismísimo Dawson Ayes, tengo todo su atributo físico menos su personalidad y eso es un alivio, o eso es lo que agradecen quienes me conocen.

Como sea le retome de nuevo las disculpas a este hombre y continúe mi camino. Por suerte había un basurero cerca del puente, donde atando bien la bolsa puse todo cómodamente, me sacudí un poco las mano y me regrese al puente, subiendo de nuevo las escaleras y llegar casi donde estaba mi padre, noto de nuevo a este señor discutiendo mal con mi padre a lo cual no dude en preguntar:

− ¿Qué está pasando aquí?−

−gracias a dios que apareces− resalto mi padre− vámonos de aquí− pasa a mi lado molesto.

−he claro... pero...− miro un momento a este hombre.

−¡¡¡TEITO!!!−

− ¡ya voy papá! − contesté un poco aterrado.

− ¿papá? − pregunto este hombre− ¿eres su hijo?−

−volteo a verlo− he si... esto−

−¡¡ TEITO!! − Grito de nuevo

−lo siento, debo irme−

Rápidamente comencé a bajar las escaleras para no perder su paso y en una de esas por no fijarme donde pisaba termine resbalandome donde comencé a rodar escalera abajo, en las vueltas y golpes no vi con quien había chocado tan bruscamente, cosa que al abrir mis ojos he notado a mi padre tirado en el suelo.

− ¿papá? –le muevo un poco y noto algo que me altero− ¡¡ papá, papá!! − grité desesperado.

Mi cordura se había ido a la borda al ver que sangre le brotaba de su cabeza. No paraba de gritar y de moverle, quería que despertara o solo moviera sus párpados para saber que estaba vivo, pero nada. Me altere mal, ni el señor Tomohisa quien apareció a ayudarnos podía detenerme. Claramente... ¿Qué es lo que había hecho?

Continuará...

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