Mientras Potts atendía a la niña supo varias cosas:
1.- Se llamaba Miriam.
2.- Era la adorada sobrina de Josh.
3.- Tenía una fractura en el pulgar derecho.
4.- La niña lo amaba con locura.
5.- Quería uno de esos yesos de colores. Lo pidió verde fosforescente.
6.- Josh no estaba, ni había estado, casado nunca.
7.-Era una niña muy conversadora, fuerte y optimista, amigable y adorable. Todo un encanto.
Potts sentía que ya la quería y solo había pasado media hora con ella mientras colocaba el yeso en su bracito.
Josh estaba nervioso al punto de querer ponerse a gritar. Quería estar adentro de la sala de yesos con Potts y Miriam, pero las demás enfermeras no se lo habían permitido.
Las demás enfermeras habían interrogado a Josh hasta el cansancio, le preguntaron de donde conocía a La licenciada Amell, desde cuando la conocía, por qué la miraba de esa forma, si la iba a invitar a salir alguna vez y muchas preguntas más. Una más incómoda que la anterior.
Al salir de la sala de yesos con Miriam en sus brazos, Potts miró largamente a Josh sonriéndole. Él le devolvió la sonrisa, sus ojos azules resplandecían.
-Como dice Raquel, uno de los personajes de Maxwell, si pudiera te comería con tomate, con queso, con mango y sal –Todo el mundo en la sala miraba boquiabierto a Potts en la sala.
La cara de Potts era una representación viviente de todas las gamas del rojo que existían y la expresión de Josh era de asombro y diversión, con los ojos abiertos como platos y la boca también abierta, soltó una sonora y sentida carcajada.
Tomó a Miriam en sus brazos y entonces le dio un corto y dulce beso a Potter en los labios.
Todos en la sala los miraban atentamente, como si estuvieran viendo el episodio crucial de su telenovela favorita.
Ya fuera del hospital Miriam iba aún en brazos de su tío Josh
-Tío, ¿sabes que es tu culpa que me haya fracturado mi dedito? –La niña decía esto con una sonrisa en sus labios.
Josh la miraba con sorpresa y miedo, esa niña podía ser muy mala cuando quería.
-Miriam yo no te tiré la piedra en el dedo, ¿sabes? –Dijo Josh tratando de aparentar una tranquilidad que no sentía.
-No tío, pero era tu obligación estar pendiente de mi –La pequeña Miriam seguía sonriendo traviesamente –Aunque si logras que la señorita Potter sea mi tía, o sea tu novia, no le diré nada a mi mami.
Josh se preguntaba cuantas veces iba a quedar con la mandíbula colgando ese día.
***De vuelta a la Range Rover***
Alex y Dharma iban en un silencio sepulcral, ninguno de los dos decía nada. Dharma encendió la radio, porque el silencio la atormentaba, era ensordecedor. Alex la miraba de reojo.
En la radio sonaba Here, de Rascal Flatts, una canción country.
Alex estaba a punto de explotar con esa canción, pero Dharma iba en su asiento, ignorante de los pensamientos de Alex, tarareando la canción:
“God knows I was so caught up in holding what I never thought I’d find. I know now, there’s a million roads I had to take to get me into your arms that way”
Entonces ya no pudo más.
-Dharma… -Su voz sonaba más ronca y varonil que nunca –Quiero que salgamos como pareja, solo Dios sabe que nadie en el mundo me había obsesionado de esta forma, no puedo dejar de pensar en ti. Se que nos conocemos de nada, se que te parecerá una locura y… ¡Joder! Tal vez me he vuelto loco, pero quiero conocerte a fondo, quiero conocer a tu perrita, quiero conocer a tu familia incluso…
En este punto Dharma no sabía qué decir, ciertamente este hombre había enloquecido, conocer a su familia…
«¿Conocer a su familia? No, no, no… Eso era algo que los Dioses no podían permitir. ¡Su familia era un desastre! ¡NO!»
Alex estacionó a un lado de la carretera, se arrodilló en su asiento y dobló la mitad de su cuerpo hacia los asientos de atrás.
«Esta es mi oportunidad para vengarme de este troglodita cavernícola por secuestrarme»
Entonces, contra todo pronóstico, Dharma le mordió una nalga a Alex.
***En un taxi por la ciudad***
Tai iba sumida en sus pensamientos.
«¿Qué salió mal? ¿Por qué no cayó en mi trampa? ¡Esa era la única forma de quitarme a Dave Thomas de encima!»
Tai estaba segura de que si se acostaba con Dave, éste no la llamaría ni la buscaría más. De esa forma no saldría con el corazón roto por hacerse ilusiones con un tipo que al final iba a resultar un imbécil, como todos los demás. Pero no, todo había salido mal de principio a fin.
No se suponía que debía pasarla tan bien con él, no se suponía tampoco que él se resistiera y no quisiera tener sexo con ella. Se suponía que tenía que salírsele lo imbécil por algún lado, al fin y al cabo a todos se les ve la costura.
Iba devanándose los cesos.
«¡Por Batman! Qué estará pensando de mi ahora… Ay, la cagado en grande.»
Se bajó del taxi y encontró a Erick saliendo del edificio, con cara de molesto y derrotado.
-¿Es que nada va a salir bien hoy? –Dijo Tai dirigiéndose a Erick.
-Tai… ¿Cómo ha ido tu cena?
-Bien y mal, pero eso no es asunto de discusión ahora. ¿Qué ha pasado con ustedes ahí arriba?
-Irish me ha confundido.
-No te dejes Erick, ella es experta en alejar a la gente cuando siente que corre alguna clase de peligro. Sube ahí de nuevo y demuéstrale que no te irás hasta que no aclaren todo. –Tai estaba decidida a que algo saliera bien y no se rendiría así de fácil.
Subieron al departamento. Tai abrió la puerta y ahí estaba Irish en el mueble con la cara enterrada en un libro.
Cuando miró sobre el libro Tai y Erick observaron como Irish lloraba.
Erick salió corriendo hacia Irish, acribillándola a preguntas
-¿Qué tienes? ¿Por qué lloras? ¿Te he hecho daño? ¿Estás bien? ¡Por favor respóndeme! Di algo…
Tai sonreía.
Irish se lanzó a los brazos de Erick y lo que le dijo lo dejó paralizado.
-La deeeejóóóó, no puedo creer que sea tan ciego, ella lo quiere, por qué él no puede ver eso, ella se lo ha demostrado, ¿qué coño le pasa a los hombres? Ahora ella sufre –Irish hipaba tanto que era difícil entenderle- Noooo quiero que vuelva y se quieran por siempre, ¡QUE MIERDA! Él tiene que volver –Más llanto salía de la garganta de Irish, casi no veía por las lágrimas.
Érick miraba a Tai asustado, mientras abrazaba a Irish.
-¿Que le pasa? –Articuló Erick sin sonido, a lo que Tai le hizo señas explicándole que estaba así por el libro que leía.
Erick comenzó a acariciarle la espalda en un intento de calmarla.
Tai se fue a cambiar y desmaquillar.
Erick logró calmar a Irish.
-Hagamos una tregua, por hoy. Tú lee un rato, para que descubras como vuelven, yo solo quiero estar aquí contigo, mientras tú lees. Es todo lo que quiero por ahora. Recuéstate en mis piernas -Erick la miraba suplicante –¿Te parece?
Para su sorpresa, Irish asintió y se recostó en su regazo.
Al cabo de un rato Tai regresó y vio como Erick le acariciaba el cabello a Irish mientras ésta leía con la cabeza recostada en sus piernas.
Se fue a la terraza con el libro que traía en las manos, para darle algo de privacidad a Erick y Irish. Se puso los audífonos y comenzó con su lectura. Al cabo de un rato había olvidado todo, incluso a los dos que estaban en la sala.
***En el apartamento de Dave***
Estaba volviéndose loco.
«¿Dónde habrá ido? No lo soporto…»
Tomó las llaves de su carro y salió, tan a la deriva como el náufrago, no sabía donde buscarla.
Entonces pensó que debería ir a su casa, si no estaba allí tal vez Irish tuviese alguna idea.
Condujo como un endemoniado hasta que llegó al edificio donde vivía su amiga y también su tormento que era amiga de su amiga.
«¡Que complicado!»
Se bajó del carro, subió al departamento de su amiga y tocó al timbre.
Irish le abrió la puerta con los ojos hinchados, en seguida vio a Erick sentado en el mueble.
No tuvo que preguntar, súbitamente escuchó la voa en gritos de su tormento, venía de la terraza, así que se encaminó hacia allí.
- ¡¡¡¡¡¡QUE HIJA DE LA GRAN PUTA ES JO!!!!!!
-QUE MUJER TAN JODIDAMENTE INSEGURA Y DESESPERANTE
-AAAAAHHH, ME EMPUTA LA VIDA
-¡JODER! COMO AMO A BRADEN CARMICHAEL!!!!!
Dave reía mientras la escuchaba soltar el montón de improperios, no era normal en ella, por lo que se acercó.
Ella lo miró con la cara tan roja como un tomate.
Había olvidado que estaba no sola, tenía los audífonos puestos, por eso no escuchó el timbre mi pudo saber que se acercaba.
El la miraba divertido. Se puso serio, como si se hubiese colocado una máscara.
-Tenemos que hablar.
-No puedo imaginar de qué.
-¿Por qué intentaste sabotear nuestra salida? ¿Pensabas que si me acostaba contigo no iba a querer saber más de ti?
Tai solo lo miraba, no podía creerlo.
«¿Es que este hombre es adivino?»
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Aquí les dejo otro capítulo, un poco corto, pero espero les guste.
Como siempre espero sus comentarios, y si les gusta, también sus votos.
Yo disfruté escribiéndolo, deseo que ustedes disfruten leyéndolo.
Hay un grupo en facebook llamado "Somos las bookwhores" donde hay fotos de los personajes para que les pongan caras y también para que interactuemos un poco más. Luego les dejo el link.
Em.