Cap escrito con mucho amor y cariño para mis rayis favoritas
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De eventos improvisados y cosas peores esta era la peor a la que había asistido, no conocía absolutamente a nadie excepto a los muchachos pero ellos se habían esparcido por objetivos de la misión, en los cuales me excluyeron nuevamente, y a mí me habían dejado junto con James, estábamos sentados en unas sillas alrededor de una mesa y veíamos como los demás bailaban la música de salón que tocaban, hasta eso era horrible y James no era buena compañía tampoco, estaba más callado que nunca como si algo le estuviese molestando, bueno, yo tampoco tenía tema de conversación así que era un empate. Tomé mi bolsa y la abrí para buscar mi celular entre las cosas que había traído, no celular, lo olvidé, refunfuñé enfadada y dejé mi cartera en la mesa y volví a mirar a las personas frente a mí, al parecer ellos la estaban pasando bastante bien porque reían en diversión, yo estaba taimada, me sentía inútil y estaba aburrida, también tenía un poco de sueño ya que había bebido demasiadas copas de champaña. ¿Es posible embriagarse con este licor? Si, si lo es.
Me crucé de piernas y apoyé uno de mis codos contra la suave tela del vestido que cubría mi rodilla, descansando mi mejilla en la parte posterior de mi mano. Ladeé la cabeza ligeramente y suspiré, pensando en qué era lo que los demás hacían mientras yo era custodiada por Bucky, probablemente Natasha ahora estaba recolectando información mientras Tony y Steve y los demás pateaban traseros. ¿Contra quién estarían peleando ahora? Tomé un respiro y negué lentamente en mi mente tratando de sacudir mis pensamientos fuera de ésta, no quería pensar que Joseph era el que les estaba causando un mal tiempo, él sabía pelear bastante bien, es lo que pude notar esa vez en el escenario cuando peleó con Bucky.
Levanté la vista, despertándome, cuando un mozo se nos acercó a James y a mí con una bandeja repleta de aperitivos, tomé otra copa de champaña y le agradecí, después lo vi marchándose, volviendo a dejarme al amigo del capitán y a mí solos nuevamente. Tomé un sorbo de tal amargo líquido y lo dejé en la mesa, descansando en la misma posición en la que me encontraba antes. Pronto, vi una mano frente a mis ojos que se inclinaba a la altura de mi mentón, sin tocarlo. Volví a mirar hacia arriba y vi a James... ¿Me estaba invitando a bailar? Creo que notó mi cara de desesperación. Dudé.
-Soy un buen bailarín. –me dijo con una ceja arqueada suponiendo que yo dudaba de su invitación. Al ver que yo no accedía el comenzó a retirar su mano pero yo la tomé y me levanté apaciblemente de la silla en la que me sentaba, parándome frente a él.
Bucky se levantó de la silla también y sujetó mi mano suavemente en la de él, después dio unos pasos hacia atrás mientras se dirigía a la pista de baile donde estaba gran parte de los invitados danzando la melodía de una canción lenta, al parecer no irían a tocar otro tipo de música, incluso después de que Tony dijese que iban a tocar música "punchy-punchy". Sus ojos estaban puestos en los míos profundamente, yo miré hacia otro lado, es que aquellos me intimidaban, luego sentí como tomaba mi otra mano con la suya de metal y la envolvía alrededor de su hombro y cuello, estaba un tanto fría pero eso no importaba, después descansó esa misma mano en mi cintura y me trajo hacia él, mi cuerpo chocó contra el suyo dócilmente, eso hizo que mi respiración se agitase, hizo que me pusiese nerviosa. Volví mi vista a la de James y descubrí que él también me miraba, después tomó el primer paso haciendo que yo me moviese al ritmo que él me indicaba. Miré a los músicos ya que no le pude sostener la mirada a Bucky.
Conocía la canción que estaban tocando y en la que un varonil hombre comenzó a cantar. Se llamaba "Unchained Melody", era del soundtrack de una película que le gustaba a mi mamá y que en uno de esos momentos de comunicación que tuve con ella, me dijo que mi padre se la había dedicado, eso fue hace años atrás pero esa melodía era escuchada hasta nuestros días, sonreí levemente, echo de menos a mamá...
Una extraña sensación recorriendo mi cuerpo que hacía nudos en mi estómago provocaba que cometiera torpes pasos como por ejemplo pisar a James en un par de ocasiones, a él no le importó siquiera, seguía bailando conmigo como si estuviese disfrutando de este breve momento. Diferente a mí, él se movía bastante bien, me era imposible no preguntarme dónde aprendió estos pasos, no creo que haya sido en el campo de batalla en el cual estaba confinado con sus compañeros en esos años, tampoco creo que haya sido con una chica de su época o quizás sí, quizás si era así. A pesar de nuestras diferencias no podía negar que Bucky es atractivo y si no estuviese con ese dispositivo que Tony le instaló, muchas chicas ya se le hubiesen acercado para pedirle el número, me hubiese reído en sus caras, no me imaginaba a Bucky usando un celular, el pobre ni siquiera sabía lo que era una limusina ni la televisión portátil. Pero volviendo al tema anterior, James se ve como esa clase de hombres que luce como actor de cine, que le hace un poco al crack y que es un mujeriego, también se notaba que ese hoyuelo que tiene en el mentón se trae algo entre manos y sus ojos tan penetrantes, inquietándote, éstos eran tan azules que asustaban. Por un momento me pregunté cómo sería volver a esos años en los que este hombre en frente de mí era un galán con las chicas, cómo se comportaba, si mis predicciones eran correctas o no. Resolver el misterio tras el misterioso James Buchanan Barnes alías Robocop.
No me di cuenta cuando James alzó nuestras manos y separándose un tanto de mí, hizo que girara así como bailarina profesional y después me volvía a tomar en sus brazos para que nuestros cuerpos se volviesen a juntar y nuestras caderas se movieran a un compás lento. Sus manos descansaban en mi cintura y las mías alrededor de sus hombros ahora. Sentía su vista sobre mí pero yo tenía la mía en nuestros zapatos, no había bailado mucha música lenta anteriormente y esta ocasión era especial. Eran pasos de dos o de a tres los que Bucky hacía y después nos daba la mitad de un giro para que nuestros cuerpos sigan con el vaivén, dejándonos llevar por la música.
Suspiré profundamente al sentir a James junto a mí, mi respiración seguía agitada ya que el constante roce entre nosotros hacía que me sintiera incómoda aunque no de mala manera.
-Te dije que era un buen bailarín. - ¿Acaso acaba de sonreír? Lo miré a los ojos y reí.
-Aún prefiero a John Travolta... -bromeé mientras comenzamos a balancearnos en nuestra posición.
-¿Quién? –una divertida sonrisa se dibujó en sus labios mientras esperaba entusiasmado por mi respuesta.
-Nadie... -volví a reír nerviosa ya que sentía sus manos jugueteando con mi cintura, acariciándola mientras me llevaba más hacia él.
-Estás bastante loca... -se rió coquetamente.
-No intentes seducirme, James... -reí, eso definitivamente era la champaña hablando.
-No, créeme que no quiero a alguien que me bofetee y busque romperme los tímpanos con esa música horrible. – El champan también le estaba haciendo efecto a él.
-Al menos mi música tiene ritmo... -murmuré graciosamente.
-¿Cómo bailas eso? ¿Saltando? –este muchacho era bueno.
-Tiene más sentimiento que la música que tú escuchabas antes. –lo miré a los ojos, ya no me intimidaban. Él seguía guiando nuestros pasos mientras nuestros cuerpos se pegaban más. Mis zapatos de tacón permitieron que pudiese descansar mi sien contra su hombro, después de todo, esta no era la primera vez que lo abrazaba.
Cerré mis ojos por unos breves segundos para poder disfrutar este momento que pasaría como una estrella fugaz, rápido, probablemente nos ignoraríamos al día siguiente y eso estaba bien por mí, no podía forzar las cosas.
Ahora que estoy junto a Bucky puedo notar lo que la primera vez que lo abracé no hice, su aroma, una mezcla de vainilla y menta que al parecer es natural porque dudo que los hombres utilicen este tipo de jabones en la ducha. También puedo darme cuenta de que tiene una prominente espalda y fuertes brazos, hasta sus dedos hacían los movimientos indicados alrededor de mi cintura.
-¿Qué sucede? –James me preguntó suavemente en un tono de voz varonil, no podía dejarle saber lo que estaba pensando.
-Nada... -sonreí mientras abría mis ojos para mirarlo. El traje le encaja bien.
Dirigí mi vista a los rincones de la habitación mientras sonreía sobre lo delicado que puede ser Bucky a solas y sin ser manejado pero ese fue el peor error que pude cometer
En una esquina, donde estaba una de las puertas de entrada, había alguien observándome de ahí, un hombre un poco más alto que yo y de cabellera color rubio, Joseph... me estaba saludando con una sonrisa de ironía en sus labios. Se había aparecido de la nada, en carne y hueso, estaba en shock pero no podía demostrarlo, ahora daría un gran debut fingiendo tener ganas de ir al baño para escapar de James. Entonces era cierto, Joseph está vivo. Y no... éste no era Charles ya que Berta me había dicho que irían al cine esta noche.
-¿Qué pasa? –Bucky me preguntó una vez me despegué de él, no podía dejarle saber lo que estaba pasando, me detendría y jamás podría hablar con Joseph.
-Iré al tocador. –le dije como excusa mientras le dedicaba una tierna sonrisa.
-¿Segura que no te escapas de mí? –se rió.
-No tomes más champaña, vaquero. –le guiñé uno de mis ojos y salí por la otra puerta del salón.
Tenía que encontrarlo, tenía que ver a Joseph.