Engel (En edición)

Von AlmaMara

339K 28.2K 3.9K

En un futuro no tan lejano, Ada, una joven estudiante con el raro don de predecir el futuro a través de sueño... Mehr

Prólogo
Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 15
Capítulo 16
Capítulo 17
Capítulo 18
Capítulo 19
Capítulo 20
Capítulo 22
Capítulo 23
Capítulo 24
Capítulo 25: POV Dareh
Capítulo 26
Capítulo 27
Capítulo 28
Capítulo 29
Capítulo 30
Capítulo 31
Capítulo 32
Capítulo 33
Capítulo 34
Capítulo 35
Capítulo 36
Capítulo 37
Capítulo 38
Capítulo 39
Epílogo
Los Capítulos Extra De Engel

Capítulo 21

5.3K 627 71
Von AlmaMara


El hospital estaba en penumbra. Los destrozos ocasionados por los infectados habían acabado con los fusibles y sólo podíamos ver con la débil luz anaranjada de las farolas que entraba por las ventanas mezclada con el reflejo del fuego que había en la planta baja. Styan y yo nos sentamos en unas sillas que había en el largo pasillo y suspiramos profundamente al mismo tiempo, lo cual provocó unas breves sonrisas.

—Quién nos iba a decir que íbamos a acabar así cuando nos levantamos por la mañana en la astro-academia, para ir a clase ¿eh?— dijo sonriendo sin gana.

—Sí.

—No me puedo creer que June ya no esté con nosotros.

—Yo tampoco.

—La echo de menos.

Asentí con tristeza. Sentía que Styan me escrutaba con la mirada y empecé a ponerme nerviosa. Él sabía que me pasaba algo y que, fuera lo que fuese no quería hablar. No podía permitir que supiese sobre el cuaderno y su contenido. Bastantes problemas me había causado a mí misma por meterme donde no me llamaban.

Volví a tomar aire y bajé la vista hacia mis manos, que estaban reposadas sobre mis rodillas. Las tenía sucias por el hollín que impregnó las superficies del hospital. Eché de menos la comodidad de mi hogar, en donde me lavaba las manos cuando estaban sucias, dormía cuando estaba cansada y comía cuando tenía hambre. Un súbito agotamiento se apoderó de mí y me di cuenta de que realmente estaba extenuada.

—Tal vez deberíamos dormir un poco. En poco tiempo volveremos a nuestra época y necesitaremos estar despejados— empecé a ponerme en pie, pero Styan me agarró de la mano impidiendo que terminase de levantarme. Perdí el equilibrio y caí sentada sobre sus rodillas. Intenté levantarme, pero me lo impidió.

—Ada, no te vayas. Quédate conmigo— me abrazó y me puse tensa. No esperaba aquella reacción. No era la primera vez que me abrazaba, sin embargo, tal vez por las circunstancias y por mi enorme tristeza, mi corazón palpitó deprisa.

Le devolví el abrazo y pasamos unos minutos así. Él no lo sabía, pero un abrazo era justo lo que necesitaba en aquél momento, con el corazón roto y los sentimientos a flor de piel. Me pareció sentir que unas lágrimas silenciosas mojaban mi hombro.

—Styan...— murmuré preocupada.

—¿Qué vamos a encontrar cuando volvamos? Omega ni siquiera existe ya... Y si vamos a Alfa, es posible que no nos guste lo que encontremos, ahora que sabemos la verdad.

Me incorporé y volví a sentarme en la silla a su lado. Yo era la que buscaba ser consolada, sin embargo, olvidarme de mi propio problema era lo mejor que podía hacer.

—No lo sé, Styan. Lo único que sé es que llegamos aquí por error para salvar nuestras vidas y que debemos volver a donde nos corresponde. Intentaremos salvar la Tierra en nuestra época, ahora que sabemos qué pasó y cómo combatirlo.

Styan suspiró cansado y se puso en pie, aproximándose a una de las ventanas del pasillo. Le imité y me paré a su lado.

—No sé si vamos a sobrevivir a lo que nos espera. Si combatiremos sólos o encontraremos aliados. No sé si moriremos después de ésto...

—Styan no digas eso— le reprendí.

—Pero antes de hacer nada, necesito escuchártelo decir, Ada— no me miraba. Su vista estaba clavada en la adormecida masa de cabezas que había frente al hospital esperando que el fuego remitiese para poder entrar.

—¿El qué?

Styan me miró con el ceño fruncido, como si no creyese que realmente no sabía de qué hablaba.

—Ada, en el tiempo en que hemos estado en esta época he cambiado mucho. La realidad me ha abierto los ojos y he dejado de ser un idiota inmaduro. Por eso creo que...— a pesar de la penumbra, me pareció observar un ligero rubor en sus mejillas— Ah... esto es más difícil cuando es de verdad... — dijo pasándose la mano por el pelo.

—Styan...

—¡No! Déjame hablar, si no, no sé si voy a ser capaz de decirlo— me interrumpió. Guardé silencio un poco intimidada. Su expresión era diferente. Nunca lo había visto tan serio. Siempre estaba refugiado tras su máscara de bromas y sarcasmos, incluso en los peores momentos, y aquella actitud seria me pilló medio desprevenida.

—Hace seis años, cuando por fin empecé a ser alumno de la academia, estaba muy emocionado. Había estado viviendo allí durante cuatro años, al cuidado de un profesor, que me adoptó como hijo. Todo a mi alrededor había sido una confusión. No sabía de dónde venía, por qué estaba allí, quién era mi familia, pero Esaú me cuidó y nunca me faltó de nada. Al menos yo creía que no me faltaba nada.

—¿Esaú te cuidó? No tenía ni idea.

—Sí, intentamos que no se notara, de lo contrario, no le habrían permitido ser mi profesor.

Styan carraspeó y se acomodó en su silla. No era propio de él hablar de su pasado y estaba bastante incómodo. Me senté a su lado y puse mi mano sobre la suya, intentado infundirle valor. Él, primero sorprendido, sonrió levemente y apretó mi mano suavemente. De nuevo, el corazón se me aceleró. ¿Por qué Styan me hacía sentir así? Debía de estar sensible por culpa de mi corazón roto.

—El primer día de clase, cuando entraste en el aula, te miré y vi la cara que siempre había visto en los tontos sueños de mi mente atrofiada y sin memoria. No me atrevía a hablar contigo. Yo era muy tímido por aquel entonces...

—¿Tú tímido? No me hagas reír— bromeé. Él sonrió, pero su sonrisa era amarga.

—En serio, lo era. Y mucho. Me dedicaba a observarte desde la distancia. Siempre con tu amiga June, siempre sonriendo, siempre feliz... me hacía sentir seguro ver tu sonrisa, y supongo que ocurrió lo inevitable... me enamoré de ti.

Guardó unos segundos de silencio y me miró. Aunque no era la primera vez que me lo decía, no pude evitar sonrojarme. Él sonrió.

—Bueno, esto no va tan mal como pensé que iría— sonrió aliviado—. Pensé que después de lo que hice el otro día me odiarías y no querrías escucharme hablar sobre... ya sabes...

—¿Por qué crees que haría eso?— pregunté sorprendida.

—Venga ya... es obvio que te caigo mal. Siempre discutimos.

—Bueno, sí que es verdad que a veces eres un poco cretino— sonreí—, pero sigues siendo mi amigo... no me caes mal, Styan—. contesté nerviosa.

—Ya...— se rió sin ganas— soy tu amigo y siempre lo seré, ¿no es eso lo que se suele decir?— de nuevo se acomodó. Yo no respondí, porque tenía razón. Siempre lo sería—. Decidí que con mi actitud nunca conseguiría conocerte, y tenía que cambiar. Poco a poco, fui venciendo mis miedos y mis defectos, y me convertí en todo lo contrario, un chico sin complejos, diferente y popular. El hecho de no tener memoria, lo que yo siempre había considerado una maldición en mí, resultó ser muy interesante para los demás, y empecé a quedar con chicas, pero siempre lo hacía para ver cómo reaccionabas. Tristemente, nunca me prestabas atención. Creo que eras una de las pocas chicas que no lo hacía. Entonces intenté olvidarte, pasar de ti, pero no podía. Cuanto más lo intentaba, más pensaba en ti. Soñaba contigo, te observaba en clase... no había manera de escapar de ti...

—Suena a una obsesión— dije tímidamente. No sabía cómo encajar sus palabras, y la sangre empezó a subirme a la cabeza, enrojeciendo violentamente mis mejillas.

—Posiblemente así era— se encogió de hombros, con naturalidad, como si me estuviese diciendo la hora—, por eso, un día, en la clase de habilidades, me di cuenta de que siempre te quedabas sola nadando en la piscina, y como yo tampoco tenía que asistir a esa clase, en vez de perder el tiempo por ahí, decidí aprovechar esa hora para hacerme tu amigo.

—Recuerdo ese día— sonreí—. Yo estaba intentando batir mi récord de largos sin parar a descansar.

—Intenté llamar tu atención— se rió. Cruzó los brazos sobre su pecho y echó la cabeza hacia atrás.

—¿Poniéndote en mi calle y chocando conmigo? Sin duda, lo conseguiste— dije pasándome la mano por la cabeza, recordando el daño que me hizo aquel golpe— tragué más agua de la que había en la piscina— le reproché. Él se rió.

—Sí. Conseguí que salieras del agua y mantuvieras una conversación conmigo.

—Y yo te perdoné porque creí que fue un accidente. Si lo llego a saber...— bromeé enarcando las cejas.

—Ya ves— se encogió de hombros—. Los hombres a veces también podemos ser manipuladores.

—¡Eh! ¿Quién es manipulador?— dije fingiendo estar ofendida.

—Tú no... eres demasiado simple— de nuevo se rió, aunque débilmente.

—Idiota— choqué mi hombro con el suyo, pero no estaba molesta. Me gustaba la comodidad que había entre nosotros en aquel momento. Él me miraba a los ojos, pero esta vez no sonreía. Su respiración estaba acelerada y parecía bastante nervioso. Bajó la mirada y se pasó la mano por el pelo de nuevo. No me había dado cuenta de que lo hacía a menudo cuando estaba nervioso. En la academia nunca habíamos sido sometidos a tanta presión y estábamos descubriendo cosas de nosotros mismos que ni siquiera sabíamos. Entonces volvió a sonreír y a poner aquel gesto burlón que yo conocía tan bien.

—Continué saliendo con chicas, pero tú seguías sin prestarme atención, así que intenté ser un poco menos discreto y empecé a pretenderte. Demonios, eres tan inocente que aunque te lo decía a la cara, te limitabas a sonreír y agradecer el cumplido— sonrió negando con la cabeza, pero a mí no me hizo gracia. No protesté. No dije nada. No sabía cómo sentirme. Quizá tenía razón—. June ya se había dado cuenta. Lo sabía todo y a pesar de eso, en una ocasión me dijo que yo le gustaba, pero la rechacé... La apreciaba como a miga y no quería hacerle daño, sabiendo que nunca podría quererla como se merecía. Ella era lista e intuyó que era por ti, y lo aceptó, aunque yo sabía que ella se enfadaba mucho cada vez que se enteraba de que yo había salido con otra chica. Lo que ella no entendía era que no podía hacer con ella lo mismo que con las demás. Siendo tu mejor amiga, probablemente me apartaría de ti.

—¿Y por qué no me lo dijiste directamente, en vez de jugar a ser un Don Juan?— pregunté extrañada.

—Me daba miedo.

—¿Qué? ¿Que yo te daba miedo?— me burlé.

Se rió con una risa apagada. No reconocía aquella actitud suya. Él negó con la cabeza.

—No. Me daba miedo perder tu amistad. Era poco, pero suficiente, y ya que me permitía formar parte de tu vida de algún modo, no quería arriesgarme a perder eso y me conformé.

—Pero ahora sí te has arriesgado— dije bajando la mirada. Él asintió despacio y suspiró. Parecía tranquilo, a pesar de todo lo que me decía. Tal vez había tomado confianza en sí mismo tras ver mi reacción. Yo, en cambio, estaba nerviosa y bastante ruborizada, todavía en estado de shock tras lo que acababa de escuchar. Me gustaba oír las cosas que me decía, y me gustaba el cosquilleo que sentía en el estómago y eso era lo que más me desconcertaba de todo.

—Tú eras y eres diferente del resto de chicas que he conocido. Así que, por estar siempre cerca de ti, me conformaba con ser tu amigo. No podía tratarte como a las demás. Es imposible. Para mí eres especial, Ada.

Sin querer, de nuevo lloré al escucharle hablar así de mí. Después de saber que Dareh sólo pretendía jugar con mis sentimientos, sentir que era especial para alguien significó mucho para mí. Me gustó oírlo. Me gustó mucho...

Una traviesa lágrima se escapó de mis ojos, y Styan se sobrecogió de repente.

—¿Estás llorando? ¡Por todos los cielos, Ada! ¡Lo siento, no quería hacerte llorar! Yo...

—No, no has sido tú— sonreí—. Bueno, tal vez has influido un poco— le agarré la mano agradecida por hacerme sentir querida, importante y necesaria.

—Desde que Dareh ha aparecido, siento que te estoy perdiendo, Ada...— dijo bajando la voz, por si el híbrido nos escuchaba—. Es como si me apartase de ti a propósito, y no estoy dispuesto a aceptarlo...

—No, él nunca lograría hacer algo así.

—Te equivocas. Nunca antes me había sentido tan lejos de ti como ahora. Y si tengo que hacer esto para recuperarte...

Se acercó a mí y puso su grande y cálida mano en mi mejilla. Me sentí reconfortada.

—Vales demasiado para que me rinda sin luchar.

Un suave beso rozó mis labios, disparando mi corazón por las nubes. No tenía nada que ver con el beso robado que me había dado anteriormente. Este tenía sentimiento. Este era especial.

Fue un beso fugaz e inocente, pero desencadenó un torbellino de emociones en ambos que no pudimos reprimir más. Styan me agarró con más fuerza y me besó más apasionadamente, entrelazando sus dedos entre mi pelo. Él era un maestro en aquel arte, pues había tenido una larga cola de voluntarias que le habían enseñado diligentemente los pasos a seguir, pero para mí era descubrir un mundo nuevo. Una serie de sentimientos raros para mí y contradictorios, corrían atropelladamente por todo mi cuerpo. No me podía creer lo que estaba haciendo. ¡Estaba besando a Styan! Sentía que estaba mal, pero a la vez, estaba muy bien...

 —¡Ada!— la fría voz de Dareh me atravesó como una lanza y la culpa se estrelló contra mí como un bofetón. Me separé estrepitosamente de Styan, que miró furioso al intruso. Ambos respirábamos agitadamente y yo sentí que el corazón se me iba a parar en cualquier momento, no sabía si por la emoción de besar a Styan o por la impresión de haber sido sorprendida por Dareh.

************************************************************

Y como no podía ser de otra manera, aquí cortamos el capítulo. Espero que lo hayáis disfrutado. Sí, lo sé, demasiados "momentos" con Styan, pero hay que dar un poco de todo no?? jajaja

En breve el enfrentamiento entre Styan y Dareh y la vuelta a su época... ¿Qué encontrarán allí? ¿Qué narices pasa por la cabeza de Ada para dejar que pasen esas cosas?

Todo esto y más en el próximo episodioooo (parezco un presentador de la tele XDDD)

Weiterlesen

Das wird dir gefallen

50.9K 2.9K 28
Nadie dijo que la vida de un ángel fuera fácil, nadie menciono que Laura tenía que ser ese ángel. Cada milenio se escoge un alma de la tierra para qu...
117K 5.1K 20
Katheryn Levis está más confundida que nunca. Al haber aceptado irse a vivir bajo el mismo techo del sensual y amenazante Thorsten Staggs, el mismísi...
45.4K 6.8K 41
AVENTURA EN OTRO MUNDO CON MI ENCICLOPEDIA DE BRUJERÍA. 581 Capítulos Sinopsis Yu Su, que murió durante la era apocalíptica, se vio transportado a u...
2.4K 180 25
🎖Finalista de los Premios Watty 2023🎖 Asheville, un pueblo maldito. Habitada por un ejército de demonios y otros seres sobrenaturales. Forman parte...