Narra Clary
Bueno aquí estoy, atrapada en una familia que no me ama. Desde la muerte de mi mamá, mi padre y mi hermano sólo me utilizan para su beneficio, solamente para ganar dinero. Tengo veinte años y ellos dos nunca demostraron que me querían aunque sea un poco.
*FlashBack*
*hace cuatro años*
Estaba en mi habitación encerrada, hoy había muerto mi mami, ella era la única que demostraba que me amaba en esta familia, mi padre nunca nos quiso, y mi hermano Sebastian siempre fue igual que nuestro padre, muchas veces mi mamá y yo nos teníamos que quedar en la habitación sólo porque mi padre se enfadaba porque no teníamos el dinero que el quería que tuviéramos.
Unos golpes en mi puerta interrumpieron mis pensamientos, esto casi nunca era bueno, mi padre o mi hermano sólo tocaban la puerta cuando querían que hiciera algo a la fuerza. Fui a abrir la puerta y ahí estaba mi hermano parado en la puerta con una botella de alcohol en la mano, el era tres años mayor que yo, asique con 19 años no le podían decir nada por beber. Se quedó mirándome por un largo rato, yo sólo tenía la mirada baja, desde que me había lastimado el brazo hace un año, le tenía una especie de miedo a él y a mi padre. A Sebastian por la cicatriz que me dejó en el brazo, y a mi padre porque no sólo había pasado mi vida viendo como golpeaba a mi mamá, si no que también me golpeaba a mi cuando no hacia lo que el quería.
No se cuanto tiempo pasó, pero luego de un rato Sebastian se fue de mi puerta, yo como acto reflejo cerré mi puerta y me fui a mi cama. Esto muy pocas veces pasaba, pero cuando lo hacia, se podía ver a simple vista el miedo que tenía.
Agarré un libro de la mesita de luz que estaba a lado mío y me puse a leer, desconectarme del mundo en ese momento era necesario, tenía que olvidar mi miedo, no pensar en mi hermano ni en mi padre, sonreír, se feliz por al menos un momento, antes de darme cuenta de mi triste realidad.
En el libro la protagonista encontraba el amor y era feliz, ese era mi sueño, encontrar el amor. Aunque por lo que había visto en toda mi vida, el amor sólo existía en los cuentos y en los libros.
*Fin del FlashBack*
Desperté por unos gritos que venían abajo de mi habitación. Seguro que era mi padre que estaba molesto denuevo por el dinero. Últimamente me hacia trabajar en un restaurante donde la paga no era muy buena pero se la tenía que dar toda a él para que no se molestara
Bajé las escaleras sigilosamente y observé que en la sala estaba mi hermano, borracho, hecho mierda. Temerosa a que me viera y quisiera hacerme algo, rápidamente volví a subir
-Clarissa!- escuche la voz de mi padre gritandome. No le vi otra salida, regrese por donde había subido y me puse enfrente de mi padre- Que haces aún así!?- me grito- ha deberías estar en el trabajo! Hoy tienes turno doble!- me dijo tomando mi brazo y empezando a lastimarme
- Papá me lastimas - le dije y luego mire a mi hermano que nos miraba sonriendo
- No me importa!- me grito y me tiró- ve a cambiarte y luego ve a trabajar!
Retuve las lágrimas que amenazaban con salir, y me alisté para ir al trabajo.
Gracias al Ángel que tenía a Simón como mejor amigo y a Leyla como casi hermana.
Me puse mi uniforme de camarera y baje las escaleras. Mi padre estaba en la sala curando a mi hermano, mi hermano era el favorito de la casa, no estaba celosa, sólo que quería que mi padre me quisiera un poco como lo quería a él.
Salí de mi casa y me fui a trabajar caminando, Leyla y Simón trabajaban conmigo, Simón como recepcionista y Leyla y yo como camareras
Llegué al trabajo justo a tiempo, todo ya estaba listo para abrir el restaurante, Simon ya estaba en su puesto, detrás de un escritorio, y Leyla ya estaba con su libreta de apuntes en mano.
Me dirigí junto a ella.
- Hola Leyla- la salude.
- Hola, llegas justo a tiempo- me dijo- se más puntual o te despedirán.
- Sí- dije- no volverá a pasar.
- Más vale- me sonríe- extrañaría trabajar contigo.
- Yo también los extrañaría- le conteste- ustedes son mis únicos y mejores amigos. Mi vida sin ustedes no sería vida.- le ofrezco una media sonrisa y también a Simon, quien nos estaba mirando desde su puesto.
Simón se acercó a nosotras y nos abrazo, pero creo que se dio cuenta de las marcas que tenía en el brazo.
- Deberías salir de esa casa- dijo Simón mirando mi brazo
- Clary que fue lo que te pasó?- me pregunto Leyla preocupada
- Leyla es obvio lo que le paso- dijo Simón- su padre la golpeó otra vez
- No hablen como si no estuviera aquí- les dije sacando mi brazo de la mano de Simón- y no se tienen que preocupar- les dije
- Cómo quieres que no nos preocupemos por esto?- me pregunto eufórico- te están golpeando, te están dañando Clary.
- Esto es demasiado Clary- siguió Leyla- tienes que denunciarlo a las autoridades correspondientes.
- Ya , paren.- les callé.
- Para tú- Simon alzó la voz.
- Ya!- volví a decir - cambiemos de tema. Vuelve a tu puesto Simon.
- Ok.- se marchó malhumorado.
- No te quedes mirándome así- le dije a Leyla. Ella desvío la mirada y ya no me dirigió la palabra.
Pasamos el día así, Leyla y Simón no me volvieron a hablar, pero en el descanso se sentaron conmigo a comer. Ellos estaban concentrados en su comida y yo los miraba de vez en cuando. Pero esto ya me estaba cansando
- Saben porque no denunció a mi padre?- les dije y ellos me miraron - porque es la única familia que me queda, antes al menos tenía a mi mamá, pero ahora que ella murio, sólo me queda mi padre y mi hermano - Además ellos no saben hacer nada- les dije- la única que mantiene a la familia soy yo, yo soy la que lleva el dinero a casa, se lo tengo que dar a mi padre para que no se moleste, pero si no fuera por este trabajo, ellos no comerían, dependen de mí - les dije
- Pero te hacen daño.- contestó Simon.
- Por el simple hecho de que haces todo eso por ellos- dijo Leyla- no deberían tratarte así.
- Nunca fui la favorita de mi padre, solamente mi mamá me quería, mi papá y mi hermano no me quieren- los mire- pero no importa, es la única familia que me queda
- Y nunca has pensado en mudarte y seguir manteniendo a tu padre y a tu hermano?- me pregunto Leyla
- No podría hacerlo, el dinero que me pagan no alcanzaria para pagar un apartamento y darle lo que sobra a mi padre- les dije- además mi papá siempre se molesta si no le doy todo el dinero que ganó
- Pero no puede quitarte todo el dinero- me dijo Simón
- No tengo opción.- le dije resignada.
- Siempre hay otra opción- me dijo Leyla.
- No todo es negro- continúo Simon.
- Para mi si lo es en mi familia - les dije. Luego miramos la hora y nos dimos cuenta que ya se había acabado nuestro descanso. Volvimos al trabajo, el restaurante estaba muy lleno ese día. Asique todos nos pusimos a trabajar, no tuve muchas propinas, pero cuando estaba tomando la orden de la mesa 13, el hombre que estaba allí creo que me pareció un ángel
- Hola -saludo- qué le sirvo?
El hombre, muy bien parecido por cierto, se me quedó mirando con una sonrisa boba en su rostro.
Carraspeé la garganta y volví a hablar.
- Qué le sirvo? -repetí la pregunta.
El hombre de ojos dorados no paraba de mirarme, aunque no se que es lo que veía, yo no era precisamente una chica hermosa, además por como era este hombre, el debía tener a miles de chicas detrás de él ¿porque se fijaría en alguien como yo?
- Podrías explicarme como una chica tan hermosa como tu, trabaja en un lugar como este- me dijo mirandome y sonriendo, bueno no sólo sus ojos eran hermosos, hasta su sonrisa parecía de Ángel, se le podían ver algunos tatuajes negros, por lo que alcance a ver, eran muy hermosos
- Bueno porque... No sé, necesito el trabajo? -le respondí de mala gana.
- Uuy tranquila -dijo y sonrió de oreja a oreja- una señorita como tú no debería tener ese humor.
- Ok. Lo siento -me disculpé- que desea comer?
- Porque no te sientas un rato conmigo y nos conocemos ?- me pregunto y no pude evitar mirar esos ojos, estaba por responderle cuando Leyla me llamó
- Clary- me dijo viniendo hacia mi- Simón te llama, yo me encargo de esto- me dijo sonriendo, yo mire al hombre y el me miraba de arriba a abajo.
- Esta bien Ley- le dije y me fui, pero sentí la mirada de aquel hombre en mi espalda
Será que era coqueto con todas las mujeres, o por alguna razón solo lo fue conmigo?. No sé por qué estaba pensando en eso, así que rápidamente deseché tal cosa de mi cabeza y llegué junto a Simon.
- Sí? -pregunte, esperando a que me dijera la razón de por qué me necesitaba.
-Quería decirte que mi padre te puede ayudar con el tema de que te golpean- me dijo
-Simón no quiero escuchar más- me dije cortante, el pareció entender ya que no dijo nada, cuando volví para ver si el hombre aún estaba en la mesa, me di cuenta que estaba con una mujer.
Todas las ideas que había tenido con el, se fueron al caño, aunque no podía esperar otra cosa, era obvio que el tenia novia y era feliz. Talvez sólo fue así de coqueto porque no estaba esa chica morena con el.
- Clary, lleva la orden de la mesa 13 -me indicó Leyla y me paso la bandeja de comidas para aquel hombre de ojos dorados y su despampanante chica morena.
Tome la orden y me fui hacia la mesa 13, el hombre cuando me vio creo que se quedó petrificado, ya que dejo de hablar con la chica morena. Yo solo me limite a llevarle lo que había pedido. Aunque cuando puse el plato delante de él, me tomó de la mano y la acaricio
Se me olvido respirar y sentí que las piernas me temblaban.
Cuando retiré la mano de él, por alguna extraña y loca razón, me sentí triste, sentí un vacío.
Como sea, sabía que si me quedaba ahí parada, seguro que podría incómoda a la chica. Reprimi mi deseo de mirar los ojos dorados del chico y me fui al baño. Ahí me lave la cara y moje un poco mis brazos.
Salí del baño y me dispuse a seguir trabajando, aunque no podía evitar desviar mi vista hacia la mesa en la que estaba el chico
Algunas veces mi mirada se encontraba con la del chico y entonces yo la desviába rápidamente.
Y la noche pasó así, yo trabajando, pensando y mirando cada segundo al chico de la mesa 13, y él ahí, alegre, pasando una noche genial junto a esa muchacha.
- Por qué miras tanto a ese muchacho?- me preguntó Leyla.
- Qué? De dónde sacas eso? -pregunto nerviosa.
- Te observo amiga- me responder- y tú comes con los ojos a ese muchacho.
- Es que es muy atractivo- le dije- y nada más. Tema cerrado.
- Mmm -hizo una muca- de acuerdo.
Llegó la hora en la que teníamos que cerrar el restaurante, pero hoy tenía que quedarme a hacer la limpieza. Aunque los días como este eran una buena escapatoria para no llegar a casa temprano y tener que aguantar los golpes y gritos de mi padre. Cuando ya no había absolutamente nadie en el restaurante, me puse a limpiar las mesas, llegue hasta la mesa 13 y en ella había una pequeña nota.
Leí la nota con una sonrisa en mi rostro, luego la di vuelta y ahí estaba el número telefónico del chico, se llamaba Jace Herondale. Pero de pronto vino a mi mente la imagen de la chica que lo acompañaba, seguro que era su novia o su esposa. Pero de igual manera guarde la nota, era linda y la podía guardar en mi libro favorito.
Termine de limpiar el restaurante demasiado temprano para mi gusto
Leyla y Simon se acercaron a mi preguntándome si me gustaría ir a dar un paseo con ellos, para desestresarnos.
- No, no creo -comenté dudosa- mi padre se enojará si llego tarde.
- Tienes veinte años Clary- me dijo Simon- ya eres mayor de edad, creo que puedes salir con tus amigos
- Además sabes que nosotros no nos divertimos sin ti- dijo Magnus, el dueño del restaurante. Era nuestro amigo así que técnicamente todos eramos como una familia en el restaurante
-Aaamm...no sé.
- Andale Clary-dijo Leyla- di que sí.
-Esta bien- respondí con una sonrisa.
- Que tienes ahí?- me pregunto Leyla mirando la nota qué tenía en la mano
- Que?- me hice la tonta
-Esto -dijo agarrando la nota de mis manos.
-Hey! Es mío -le dije e intenté agarrar la nota pero ella la alzó arriba y no pude alcanzarla.
-Qué intentas ocultar Clarissa? -dijo mirandome sospechosamente.
- Nada Leyla- le dije enojada- devuélvemelo, es mío.
-Ok...-dijo y bajó lentamente la mano y cuando lo estaba por agarrar, Simon lo coge y se lleva el papel riendo.
-Simon! -le grité- estúpido, devuélvemelo.
Leyla y Magnus se ríen a carcajadas y Simon a lo lejos, se para y comienza a leer la nota.
- A veces me pregunto por que la vida es tan bella- dijo Simón leyendo la nota en voz alta, yo se la intente sacar pero Magnus me detuvo- ahora se la razón. Porque estás tú en ella
- Simón damela!- le dije y alcance la nota pero no se la pude sacar, sólo que ahora la tomo Leyla
- Y atrás esta su número telefónico- dijo Leyla sonriendo
-Quién es el afortunado? -pregunto Magnus.
-Oh, aquí dice su nombre -comento Leyla- Jace Herondale.
Me ruborizé hasta más no poder, me sentía muy avergonzada.
- Uuuh-dijo Simon- Clary tiene novio.
Todos se rieron y yo me sentía súper mal.
- Ya, basta! -grité.
- Clary tiene novio- empezaron a cantar los tres
- No es mi novio!- les dije y tome la mira- ni siquiera lo conozco
- Pero parece que te gusta- dijo Magnus sonriendo
- No niego que es lindo...-dije pero Leyla no me dejó seguir
- Lindo? Te lo comes con la mirada- dijo sonriendo
- Ah, tú lo conoces? -preguntó Simon.
- Algo así -respondio ella- es cliente de acá.
- De seguro entonces que lo conosco -dijo Magnus
- Puede ser, es muy atractivo- le dijo Leyla- no creo que pase desapercibido
- Hey ya basta- dije y guarde la nota en mi bolso, pero luego note que mi padre me estaba llamando, no vi otra salida así que atendí
*Llamada teléfonica*
- Papá- dije con temor
- Clarissa Morgenstern! donde carajo estas!?- me grito
- En el trabajo-le contesté- dónde más?
- Y por qué no has venido aún?
- Aún no terminé -mentí- en seguida voy.
- Más te vale -me amenazó- cuando salgas de tu trabajo, derechita a casa.
- Por supuesto -contesté temerosa.
Colgué el teléfono y lo guardé en mi bolso
Magnus y los demás me estaban mirando callados
- Tengo que irme- les dije tomando mi bolso
- Suerte- me deseo Simon y Magnus.
- Es injusto lo que vives Clary -me dijo Leyla.
- Lo siento -les dije y me fui.
Salí del restaurante y me di cuenta que ya se había hecho de noche, la noche era solitaria y fría. Pero de pronto empezó a llover, genial, esto no se podía poner peor. Me puse mi capucha y me fui caminando hasta mi casa, aunque sentía que alguien me estaba siguiendo, me di la vuelta y mire si alguien me seguía o no, pero nadie me seguía, debían ser mis nervios.
Llegue a casa y abrí la puerta, cuando entre mi padre y mi hermano estaban parados en la puerta con los brazos cruzados y con una mirada asesina en los ojos
-En donde demonios estabas !!! -grito mi padre
-No has visto que hora es , acaso eres tonta o que? - dijo mi hermano
- Yo lo siento -dije asustada , mi padre comenzo a acercarse y yo trataba de retroceder
-Cállate niña estúpida - dijo dándome una bofetada , trate de contener mis lágrimas , pero falle cuando una resbalo por mi mejilla
- La unica razón por la se me ocurre que estas llorando es que lamentas el día de tu nacimiento igual que nosotros - dijo levantando la otra mano para darme otra bofetada pero...
Una mano apareció de la nada deteniendo la mano de mi padre, yo mire a la persona dueña de esa mano, pero estaba toda encapuchada, lo único que logre ver fueron unos ojos dorados
Mi padre trataba con todas sus fuerzas zafarse, pero mi hermano lo ayudo.
El hombre encapuchado logró darle, con la otra mano, un puñetazo que lo derribó al suelo a mi hermano.
- Quién eres? - demandó mi padre.
- Alguien que te matará si vuelves a tocar a esta chica -contesto y derribó también a mi padre con un puñetazo, tan fuerte que lo dejó inconsciente.
Yo me quedé viéndolos en el suelo y luego mire al chico que estaba frente a mi, el me tomó la mano y me llevo a afuera
- Quién eres? -le pregunte- qué quieres de mi?
- Solo quiero salvarte -me dijo- y soy...sólo alguien que no quiere que te pase nada malo
Se alejo de mi, pero yo lo seguí y le agarré del brazo.
- Espera -le dije.- me salvaste, deja al menos que te agradezca.
- No hay de qué -sonrió. Tenía una hermosa sonrisa, quería verle la cara. Lleve mi mano hasta su capucha, pero me agarró la muñeca suavemente y me la beso.
- No, aún no -me detuvo- En otro momento.
- Significa que nos volveremos a ver? -le pregunte.
- Tenlo por seguro.
Y se fue, corrió y pronto desapareció entre las sombras de la noche. Yo me quedé ahí tratando de procesar lo que paso e imaginandome mi próximo encuentro con él.