La campana de la escuela se escucho, la hora de la salida había llegado y una peliblanca en especial tenia encima suyo una de sus muchas sonrisas emocionadas pues, particularmente ese día estaba mas feliz de lo normal.
Tsuna y sus amigos lo notaron desde que las clases comenzaron pero al preguntarle el motivo de su felicidad ella sólo respondió: "hoy es un día muy lindo".
-Doni-chan vámonos- la voz grave y dominante de su hermano se escuchó en toda el aula lo que provoco que mas de uno (si no es que todos) hicieran una reverencia de respeto.
Kusakabe tenia el deber de recoger a su hermana hasta el salón de clases para llevarla personalmente a la oficina de su jefe, el demonio de Namimori no por que debía ser castigada ¿quien castigaría a un ángel como ella? ¿hibari? Ni siquiera puede negarle algo; la verdadera razón por la que ella debía quedarse en la oficina de Kyoya era sencilla: Viernes de último mes. A pesar de que kusakabe sugirió que su pequeña hermana podría irse con sus amigos de salón: Sawada Tsunayoshi y compañía Hibari se negó rotundamente.
-¿nos vemos mañana?- pregunto aun sonriente la peliblanca a la par que colgaba en su delicado hombro la maleta escolar. Tsuna se desconcertó, Donisha hizo un puchero notable al darse cuenta que al castaño se le había olvidado.- Mañana vamos a Tokyo ¿lo olvidaron?-
De nuevo no hubo reacción alguna aún que muy en el fondo Tsuna luchaba con todas las fuerzas de su interior para recordar de lo que estaba hablando su compañera italiana.
-La sesión de fotos- lloro en forma de un berrinche tierno- Es mañana en la tarde, habrá videojuegos, comida, películas, descuentos y muchos famosos irán....¿ya no quieren acompañarme? ¡es el estreno de promoción en Channel, Japón!-
Entonces Tsuna abrió los ojos como plato ¡por fin lo había recordado! Y al hacerlo se sonrojo notoriamente
-lo siento (...)-san, no sabíamos que era este fin de semana- intento tranquilizarla yamamoto con una de sus cálidas sonrisas- por supuesto que estaremos ahí ¿no es así chicos?-
-¡oye friki del béisbol no tomes decisiones por mi!- se quejó inmediatamente el peliplata presente.
-entonces ¿no iras?- el puchero de (...) regreso de una manera extremadamente tierna cosa que sonrojo al mitad italiano
-jamas dije que no iría- exclamo desviando la mirada.
En la entrada el hermano mayor miraba pensativo la escena sin embargo no ponía mucha atención a la platica.
Cornelio lo llamo la noche anterior para recordarle uno de sus pocos eventos este fin de semana que consistían en hacer promoción a un nuevo perfume channel. Donisha sólo tendría que posar unos minutos frente a una cámara con violín en mano para ganar mas de $50, 000 dólares ¡no podía creerlo! El no ganaba eso ni en un mes.
-la limusina pasara por ustedes a las 8:00 en punto de la mañana- culmino la peliblanca anotando unas cosas en una libreta de bolso- sus direcciones ya están apuntadas- y dicho esto les regalo un beso en la mejilla a cada uno y un abrazo a Tsuna, acto que le erizaba la piel a tal castaño.
Al caminar a lado de su hermano este opto por tomar la maleta rosa y colgarla en su ancho y bien formado hombro, Donisha sonrió y lo tomo del brazo. Al irse ambos pareciera que el ambiente se aligeró un poco; si bien kusakabe era mas tranquilo y mas piadoso que hibari no por nada era el vice-presidente del comité disciplinario y por ende su mano derecha. En pocas palabras el también era de temer.
Una vez estando solo el salón de tal presencia Tsuna se apresuró a terminar de guardar sus cosas; apenas había pasado una semana cuando el desafortunado encuentro con Mukuro le hizo ver el tipo de persona de Donisha era y aún así la miraba a los ojos y veía en ella una bondad que no creía verdadera aquel día frente a esas escenas perturbadoras. Recordar el canto de (...) levemente en su cabeza era hermoso y a la vez incomodo pues la paz que lo invadía era, de alguna manera, de temer.
En cuanto a Reborn, como era de esperarse del Hitman más fuerte del mundo no se quedo atrás y en cuanto notó esa extraña presencia y aura poderosa en la peliblanca no dudo ni un segundo en investigar más sobre ella sin embargo nada encontró. Al contrario de encontrar respuestas más preguntas se formularon dentro de su cabeza ¿Quien era de verdad Donisha Venndetti? ¿Quien era de verdad Georgina Joseph Vennedetti?; una semana entera se la paso buscando en lo más recóndito de sus contactos y no había nada más que el historial público en manos: Niña prodigio, hija de una soprano inigualable, músico, modelo...esa niña lo era todo y aún así las habilidades en las que eran necesaria la fuerza bruta no pasaba de gimnasia o patinaje artístico, equitación era la más agresivo se atrevía a decir ¿Donde más buscar? no se sabe nada de su padre real ¿De donde saco ese enorme poder? no había visto nada igual y al parecer (o eso quería creer) (...) Donisha Vennedetti no estaba consciente de lo que llevaba por dentro: un poder inmenso, casi inquebrantable pero ¿Como? ¿COMO? Era la primera vez que Reborn no encontraba lo que quería y eso le frustraba más ¿Como fue capaz de esconder esa información? y sobre todo ¿Quien la escondió?.
-Reborn...- murmuro un castaño- ¿Desde cuando estas aquí?- si bien el bebe no se había hecho presente en el aula no quería decir que no estuviera al tanto.
-No mucho- murmuro él saltando a la cabeza de su torpe alumno- Escuche que irán con donisha a su sesión de fotos- Tsuna ya sabía que Reborn no faltaría y eso le preocupaba pues mas que nadie sabía el serio comportamiento de su tutor en toda la semana.
-(...) estaba muy contenta- sonrió yamamoto uniéndose a la plática- No creí que la emocionara tanto nuestra compañía- se dijo más a él mismo que a los presentes cosa que lo sonrojo.
-Reborn ¿Que tanto piensas?- se aventuro a decir el Peli-plata, al parecer el único que se atrevió.- Llevas una semana así.- A pesar de que Gokudera también vio el drástico cambio de Donisha ese día en Kokuyo dejo de tomarle importancia al verla tan...¿Tranquila?, ciertamente no se volvió a sacar el tema, como si ella lo hubiese olvidado.
-Es extraño que no pueda encontrar nada de ella aún- declaró en tono tranquilo y pensativo el bebe hitman posando su mano en su mentón- nada más que lo que los demás saben.-
-¿Crees....- pregunto Tsuna en un evidente corte de voz- ¿Crees que Donisha tiene algo que ver con la Mafia?- Temía verdaderamente por la respuesta. A decir verdad Gokudera también estaba invadido por la curiosidad mientras que el silencio repentino del bebe confundió más de lo que ya estaba a yamamoto que no había sido puesto al tanto y realmente no pregunto por su propia cuenta.
-Creo que es algo más Tsuna- afirmó por fin Reborn. Esto los hizo tensar.
-¿Algo más de que Reborn?- volvió a preguntar el castaño esta vez temiendo al doble por la respuesta que el Hitman pudiera darle-
Reborn lo miró, no era esa mirada que erizaba la piel pero tampoco era necesario ser sabio para darse cuenta que nada estaba bien.
-Algo más peligroso-
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-Kusa Fratello, ¿Donde esta Hibari?- pregunto la sonriente chica. Esa felicidad que tanto la caracterizo desde el inicio del día aún no se había desvanecido.
-Esta en la sala de juntas; tu esperaras en su oficina hasta que yo salga.- explicó paternalmente, Donisha al escuchar esto ultima hizo su característico puchero; kusakabe evitó el contacto visual de inmediato.- Ordenes de Hibari-
-¿Por que no puedo estar en la junta?- pregunto ella buscando, al contrario que su hermano, un contacto visual al darse cuenta de ello kusakabe opto por cerrar los ojos. Sabía que si la miraba no podría negarse.
-Por que es aburrida- una tercera voz los interrumpió, esa voz que hacia temblar a muchos y que, sin embargo se dirigía con una dulzura inexplicable hacia la peliblanca. Ella no dudo en mirarlo y acercarse a él con el mismo puchero que hizo a su hermano.
-No importa, quiero estar..- aseguro. Hibari tenia los ojos cerrados y se encontraba recargado en la entrada de la sala de juntas, sala que queda muy cerca a su oficina si no es que casi eran cubículos vecinos. Al percatarse de la cercanía abrió sus ojos serenamente y se encontró con un angel y su arma secreta: CHANTAJE.
A pesar de ser igual de vulnerable como cualquier herbívoro ante ese rostro angelical y..tierno mantuvo la calma y suspiro. Kusakabe por su parte miraba la escena con una gota de sudor en la sien, le sorprendía lo calmado que era su jefe ante su pequeña hermana y no sabía si temer o alegrarse o...simplemente llorar.
-Como quieras- afirmó después de un rato el pelinegro; al escuchar esto la chica dejo atrás su puchero y en su ligar apareció una sonrisa de oreja a oreja.
-Gracias Kyo-sama..- el primer paso para entrar a la sala fue interrumpido de nuevo por la fría y arrogante voz del oji-gris.
-Lástima que el helado que esta en mi oficina se derretirá por una aburrida junta.- La peli-blanca se detuvo como tempano de hielo al escuchar esto, miro sonrojada a Hibari y se enderezo. -Un litro de helado de Menta..-
-¡Lo siento kusa Fratello!-Kusakabe sentía que una tonelada de concreto le caía encima al ver que tan fácil accedió su hermana- ¡Un helado de menta me espera!- y así como su voz se dejo de escuchar su presencia desapareció entrando rápidamente a la oficina del demonio de Namimori. Al estar solo kusakabe miró desconcertado a Hibari.
-¿Helado de menta?- preguntó intrigado. ¿Como sabía el helado favorito de su hermana? Hibari lo miró, sonrió tenebrosamente de lado y sin decir más entro a la sala de juntas. El trauma de Kusakabe no era, en ningún aspecto capas de describir.
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Donisha apenas entró a la oficina del jefe de su hermano cuando visualizó un litro de helado de menta en el escritorio y una cuchara a su lado; no pudo evitar saltar y de un brinco tomarlo como si no hubiera mañana. Tranquilamente se sentó en el escritorio de hibari y comenzó a comerlo con una delicadeza que solo ella conocía y sabía hacer.
-Hibari, hibari- un pájaro amarillo voló de inmediato al hombro de la visitante y se pego ligeramente a su cuello, (...) sonrió al sentir sus suaves plumas acompañado de un ligero cosquilleo.
-Hibird, ¿También te han olvidado?-
-Hibari, Hibari- contestó de manera automática aun que por supuesto ella no entendía nada no era la primera vez que fingía hablar con el. Miró el reloj electrónico que estaba a un costado del computador y luego miro frente a ella otro reloj analógico pegado en la pared "Kyo-sama es muy exigente" pensó divertida el ángel sin dejar de comer de su delicioso helado.
No era la primera vez que veía la oficina de hibari, múltiples veces había entrado en compañía de su hermano y aun que kusakabe se negará ambos sabían que Donisha gozaba de privilegios que su hermano mayor ni en sueños se hubiera imaginado como por ejemplo: Usar la computadora de hibari (cosa que ni el director tenía permitido hacer).
En el centro de los sofás cómodos que solo su oficina podría tener se encontraba la mesa de té. Una mesa que desde que ella había llegado no solo estaba ocupada por una taza si no por dos o hasta tres; ella sonrió al recordar el comentario que su hermano le hizo una noche, después de regresar de clases. Resultaba que ese día (...) no había desayunado por culpa de la impuntualidad de su hermano por ello su estomago rugía en cualquier minuto cosa que Hibari escuchaba divertidamente (aun que no lo demostrase) así que le había dado permiso de tomar su desayuno en la oficina saltándose la primer clase para ello.
"Tu la consentida de Kyo-chan" se quejaba su hermano de forma celosa.
Es verdad que Hibari la consentía sobre todas las cosas, y de ninguna manera le parecía real las cosas que sus compañeros decían "Es un demonio" "no tiene corazón" "cuidado" definitivamente ella quería a Hibari Kyoya sin importar las advertencias que muchos le daban.
Su helado iba a la mitad cuando miró, por fin después de tanto tiempo, el piano abandonado que estaba en el fondo y no dudo dos veces antes de pararse y acercarse a él. Hibird en todo momento se quedo a su lado. Al llegar Donisha abrió la caja de teclas y toco un La, definitivamente el La más desafinado que en su vida había escuchado y eso que ya había oído a kusakabe cantar.
Abrió la caja principal pues el piano era horizontal con cola y tosió un poco al darse cuenta del polvo en el interior pues en el exterior no estaba tan sucio; de seguro kyoya si lo limpiaba de vez en cuando, con su dedo indice paso la yema de su dedo ligeramente por las cuerdas de todo el piano y una mueca divertida dio a lugar, la razón: estaba completamente desafinado y para un oído absoluto como el de Donisha esto era espantoso.
Poso su helado entre sus piernas y comenzó a afinarlo con un destornillador improvisado. Sabía que Hibari no podía enojarse con ella por eso. Al fin y al cabo la junta tardaría una hora en acabar.
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Los asuntos que se tenían que ver ese día no eran nada diferentes a los de otras semanas, a pesar de la situación por la que el comité acababa de pasar el orden en la escuela seguía siendo optimo gracias a las estrictas y muy bien dirigidas ordenes de su jefe: Hibari Kyoya.
-Los planes de trabajo estarán el lunes a primera hora- y así fue como se dio por concluida la junta. La voz fría y calculadora de hibari era algo que muchos en el comité ya estaban acostumbrados a escuchar por lo que le respondieron con una reverencia.
Hibari fue el primero en salir y al escuchar un piano proveniente de su oficina se paralizo discretamente cosa que no hizo kusakabe.
-Donisha..- él sabía a la perfección que el piano de Hibari no debía ser tocado por nada ni por nadie. Hibari en persona lo había declarado y amenazó con muerte a todo aquel que lo intentará. Preocupado miro por el rabillo del ojo a su jefe y le heló la sangre sentí el aura endemoniada que provenía de el.-Kyo-sama..-
Kyoya tomo caminó rápido y abrió la puerta de su oficina. Se perdió se las delicadas manos que dominaban con gracias el piano que por años dejo en el olvido. Ahora estaba afinado y Donisha Vennedetti lo tocaba.