A Baekhyun le gustan las fresas, tanto como puede albergar en la punta de su lengua; se rocía el perfume de Chanyeol con el tono dulce cada que puede, ese que le ha costado un ojo de la cara conseguir y en el refrigerador de la casa que comparten juntos siempre hay reservas exageradas de fresas «menos mal que no engordan, o qué sería de mí» es lo que ese pequeño consentido dice cada que vez que mira con culpa el plato vacío con sólo pequeñas gotas de jugo aunado a esa cara de «Dios, qué estoy haciendo con mi vida». Pero siendo de una forma, u otra, Chanyeol siempre busca la forma de complacerle en su agridulce capricho.
La verdad es que no le gustaría Baekhyun de ninguna otra forma, adicto a los productos de belleza, a los tintes de colores, a las fresas, a avergonzarlo delante de sus amigos, (los que aún no superan que son pareja desde hace mucho) en fin, Baekhyun en sus muchas presentaciones.
De hecho es por las fresas y el efecto en su pareja que está haciendo el esfuerzo de levantarse temprano aunque es sábado, uno en donde no tiene que trabajar y Baekhyun no tienen que asistir a la librería.
Chanyeol sonríe cuando al despabilar los ojos, lo primero que visualiza es la figura menuda de su chico de cabellos grisáceos durmiendo junto a él, respirando profundamente, haciendo soniditos de gatito o perrito enfurruñado. Chanyeol no se imagina una vida lejos de esta figura que representa el cielo azul de ese inclemente verano, Baekhyun del color más despampanante del firmamento y del sabor de la dulzura mezclado con el picor de lo ácido, Baekhyun en todo su esplendor.
—Despierta... —susurra muy cerca, besando efímeramente el lóbulo de la oreja de su chico dormido y entre sueños, Baekhyun se ríe y musita palabras inconexas que Chanyeol no puede entender del todo.
—Me duelen las caderas, déjame descansar —refunfuña, Chanyeol se ríe estruendosamente importándole poco que pueda asustar a Baekhyun.
—Sólo quiero que despiertes, ¿olvidas que día es hoy? No quiero pasar todo el día en la cama.
Baekhyun abre los ojos lentamente sonriendo porque en algún momento de su vida ha confesado que ama despertar y encontrarse con la galante figura de Chanyeol sin camisa y con los mechones de pelo apuntando a todas las direcciones posibles. Con pereza se cuelga del cuello del gigante y le besa primero las mejillas y luego la boca a pesar de que el aliento mañanero de ambos no es el más agraciado de todos.
De esta forma se enredan en las articulaciones del otro y disfrutan de una sesión de mimos mañaneros bañados por los rayos de sol que se cuelan fervientemente por la ventana y cortinas que ondea el viento fresco aunque prontamente picoso por el sol. Baekhyun acaricia el torso descubierto de Chanyeol y con sus labios delinea su cuello usando el arte de la finura de sus dedos para arracarle unos cuantos suspiros en el camino.
Aunque tiene los ojos cerrados, Chanyeol con certeza sabe que Baekhyun está clamando victoria porque ama debilitarlo hasta hacerlo un manojo de nervios y ansias locas.
—¿Estás seguro que no quieres quedarte todo el día en la cama? —pregunta con inocencia fingida y sólo así Chanyeol vuelve a la tierra.
Se separa levemente del más bajo antes de que vuelva a caer como hormiga al azúcar. Con un beso en la frente se despide de él en la cama y camina hacia el baño portando la sonrisa de victoria al ver que Baekhyun ha quedado frustrado entre las sábanas con estampados de Pucca (¿Qué? Estaban en rebajas).
Baekhyun le sigue luego de un rato y en cómodo silencio limpian sus dientes para luego meterse debajo de la regadera, se miman, juegan, Baekhyun se encarga de afeitar a Chanyeol y éste de lavar con cuidado su pelo gris. Quizá puede que hayan pasado unas cuantas horas dentro del cuarto de baño, pero no se puede frenar el deseo cuando Baekhyun restriega su desnudo trasero contra la pelvis de Chanyeol y éste hace todo posible por no poseerlo de forma bruta porque puede que anoche haya sido un poco brusco y Baekhyun necesita descanso, entonces sólo se encarga de besar un poco por ahí y aquí, y luego sus rodillas están raspando las baldosas y sus labios poseyendo el miembro de su pareja, su pelo siendo tironeado quizá un poco demasiado fuerte pero está bien, es la pasión y que hoy es un día especial.
El fruto del fervor de Baekhyun corre en la lengua de Chanyeol y él suyo propio escurre en el piso; a veces es increíble que sólo escuchando a su novio jadear sea capaz de lograr aquello. Años de práctica, se dice a sí mismo.
—Ahora sí, buenos días.
Chanyeol sonríe cuando su Baek le da un beso en los labios a pesar del sabor y sonríe con esas perlas brillando en todo su esplendor.
Salen más agotados del baño de lo que un aseo como ese puede ofrecer, sin embargo salen más felices. Se visten casual, ropa ligera para el día caluroso que les espera; desayunan con comentarios acerca de que el grupo de amigos de Baekhyun no ha podido asimilar el hecho de que se conocen desde hace mucho, que son pareja y que para rematar el acontecimiento, viven juntos no hace más de dos años, «Con razón nunca has querido que te visitemos» Baekhyun imitó la voz estridente de Jongdae. También se regodea de que gracias al súper plan de celos, Jongin y Kyungsoo están juntos.
—¡Cupido, debes temer de nosotros! —clama Baekhyun terminando de limpiar la nata del café con leche que acaba de tragar.
Juntos asean la cocina y juntos salen de casa porque repito, hoy es un día especial.
La verdad es que Chanyeol ya perdió la cuenta de cuántos años han sido, pero sabe que han sido muchos; años en los que Baekhyun le ha proporcionado la felicidad que nunca nadie le había brindado. Tomado de la mano de su chico mira al cielo; hay pequeños rastros de blanco pero lo demás es azul, como la presencia de Baekhyun en su vida, ese ángel que llegó para quedarse, ese que es como una pintura costosa y fina. Incluso cuando muere la noche y el azul se tintura de un azul más oscuro, cuando las luces mueren es Baekhyun quien ilumina el sendero debajo de los pies de Chanyeol. Son sus manos tersas y pequeñas las que guían sus pasos, son sus besos los que despiertan las más imperantes pasiones, son sus te amo su razón de vivir. Sólo Baekhyun, y no hay antónimos o sinónimos, aunque ángel sigue siendo muy conveniente.
—¿A dónde me llevas, gigante? —pregunta Baekhyun, sus manos unidas columpian, la brisa que evocan los arboles frondosos le ofrece una imagen más viva de aquel chico que oculta sus alas perfectas en su espalda.
—A un lugar...
No es mucho conocimiento, ni siquiera es una pista valedera, pero Chanyeol quiere ser hermético para que Baekhyun se lleve una sorpresa, porque hoy es especial, porque un día como hoy ellos estaban bailando apretujados en una pista, con nombres desconocidos, ochocientos tragos sexo en la playa, y una falda.
Tienen que tomar dos buses porque el lugar es lejano, es especial, pero lejano. Durante el recorrido juegan "veo veo", y Chanyeol es regañado porque muchas veces ha dicho iniciales de palabras que se escriben completamente diferente; también se dan besos pequeños a pesar de los carraspeos sabatinos de las ancianas, que no son muy distintos a los carraspeos semanales. «No importa» se musitan.
—El cielo se ve vacío hoy, ¿no crees? —pregunta Baekhyun vagamente mirando por la ventana, quizá a notado que las nubes han desaparecido totalmente.
—Tengo una respuesta lógica para eso —sisea Chanyeol, de lo más elocuente—. Les falta un ángel, uno que por suerte, está sentado aquí, al lado mío y que milagrosamente no ha querido irse.
Baekhyun primero abre los ojos grandes, luego las esquinas de sus labios tiran una sonrisa y para finalizar, le besa porque «Sigue estudiando, como poeta te mueres de hambre» pero Chanyeol sonríe con fingida indignación porque a pesar de todo, si es por Baekhyun puede morir de hambre todos los días.
Luego de una pequeña sesión de besos furtivos a hurtadillas, Baekhyun se aferra al pecho duro de Chanyeol y suspira.
—Quedate conmigo sin cambiar... —susurra, y Chanyeol inspira su olor besando la coronilla de su cabeza, su pelo huele a frutas, le encanta.
—Estaré contigo justo como siempre has imaginado —responde, y realmente es todo lo que necesitan.
🍓
Fresas.
Todo lo que se ve en el lugar, a la redonda, a la cuadrada, a la izquierda y a la derecha, son fresas.
A pesar de ser verano, el lugar al que ha llegado tiene los mejores productos a base de fresas, exportaciones de primera le llaman. Hay helados, pasteles, galletas, batidos, la fresa pura, fresas con crema, «es el cielo de las fresas» y Chanyeol nunca sintió algo tan literal como en ese momento.
Hoy se cumple un año más de su felicidad, a pesar de los altos y los bajos, a pesar de todo, hoy celebran, y el dulce que mana de la mirada de Baekhyun le confirma a Chanyeol que esta ha sido su más opulenta idea, simplemente la mejor. El chico no cabe en su felicidad, diciendo cosas como «Sabes, yo había prometido hacer dietas para aplacar la ansiedad por las fresas, pero no me estás ayudando» aún así, lo dice con una flamante sonrisa, y con esa misma sonrisa hace el primer pedido.
—Granizado, y leche..., condensada —dice, y luego mira a Chanyeol con esa mirada de «no me importa que sea un lugar público», mirada que sulfura sobremanera al alto y que sonroja de una forma muy graciosa a la chica que les toma el pedido.
—A mí traeme lo m-mismo —musita Chanyeol a duras penas.
Cuando la chica desaparece de su radar, Baekhyun cruza la línea invisible en la mesa, y sin importar nada se inclina para besar a Chanyeol, y no es un beso casual o rápido, es un beso en todas sus letras, beso real, como quien ha esperado mucho y ha vivido de picos y besitos de media luna, más o menos beso en las letras de «Bien, Esperé Suficiente, Ok» Chanyeol se aferra al menú y gime, la gente murmura, pero le vale tres litros de hectáreas de las cosechas de esas jugosas fresas. Es Baekhyun, y sus labios tienen prioridad en cualquier espacio.
Cuando se separan un hilo fino y húmedo los une todavía, en su necesidad, sus ojos brillan y están a punto de besarse nuevamente pero la chica, más roja que el granizado, les interrumpe.
—Sus ó-órdenes —anuncia a duras penas, le tiemblan la manos, pobre chica.
Baekhyun, sin pudor alguno le recibe y le brinda una sonrisa, la chica se retira sólo cuando es capaz de mover sus piernas, y sin más ellos quedan a solas en esa mesa aunque muchos están mirando.
—Murmuran de nuestro amor homosexual —comenta Baekhyun, es muy casual aunque Chanyeol sabe que se está muriendo por gritar y no precisamente por la gente, sino por el sabor del granizado.
—Hace mucho tiempo aprendí a lidiar con eso —responde el alto, aventurándose a darles material para hablar alcanzando la mano de Baekhyun.
Sonríe.
Y claro, no fue fácil asimilar aquello pero con Baekhyun a su lado, y el hecho de que media facultad asumió de buenas a primeras que era homosexual, ayudó bastante. Nunca imaginó hacerse popular siendo torpe y despistado, la verdad es que es una historia bizarra.
Como era de esperarse, Baekhyun no sólo se quedó con el granizado, probó el helado, también el pastel y por último las fresas con crema, incluso pidió unas para llevar; muchas, de hecho pidió muchas y añadió un «Es que fíjate, yo no te he dado mi regalo.»
Nuevamente hicieron camino hasta el bus, dos veces, nuevamente jugando "veo veo", otra vez Chanyeol siendo regañado, besos, murmullos de los intolerantes, columpio de manos por el parque, una vista al cielo muriendo de día y finalmente el estruendo de la puerta cerrándose y ellos tropezando con todo lo existente en su propio hogar en busca de fricción.
De día Baekhyun puede ser un ángel caído del pintoresco cielo, incluso una nube por su blancura, pero de noche es una estrella brillante, la potencia de una constelación, de la vía láctea misma. Cuando la ropa cae al piso es sin duda el mejor regalo que aquel trozo de firmamento pudo brindarle, un obsequio divino que no sabía que merecía. Cuando su propia ropa cae es tiempo de inhibir las distancias, de pegarse como una sola carne, de buscarse y anhelarse. Hacen el recorrido por el pasillo pero antes de siquiera avanzar Baekhyun se separa, jadeante y extasiado.
—Las fresas, gigante, las fresas.
Chanyeol está tan nublado de placer que no tiene idea de lo que habla hasta que minutos más tarde es el plato principal de Baekhyun, literalmente. En su pecho tiene un camino de fresas con crema gordas y jugosas y Baekhyun a la par que su lengua absorbe el jugo escurriendo en su piel. Deja unas cuantas en su pelvis, en su miembro, también pone dos en cada nalga, gracioso, pero no sólo muerde las fresas.
—Ah...
El gemido es sincero, no porque sea placer en sí, sino porque Chanyeol adora que Baekhyun le muerda sin fuerza sus zonas sensible y el trasero no es la excepción.
Con el sabor del agridulce de las fresas, más agrio que dulce, Baekhyun besa y deja entonces que Chanyeol se haga cargo de los asuntos necesarios, como penetrar el placer, quebrarlo. Hacer a Baekhyun un lío de gemidos pasa a ser la labor más importante, hacer que se corra la segunda, y decirle que lo ama por sobre todas las cosas, la tercera pero definitivamente la más importante.
—Mi ángel...
—Los ángeles no follan, gigante —Chanyeol se ríe, adora todo lo filosa que puede llegar a ser la lengua de Baekhyun, cortando las mejores notas.
—Tienes razón, no follan —sisea—. Hacen el amor.
Cuando las luces de la ciudad se apagan, y el cielo resplandece con el poder de la luz lunar más allá de su ventana, Chanyeol resuelve que no importan las cosas, el ángel más importante, la estrella más incandescente del cielo está a su lado, justo entre sus brazos.
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Que no se note mi obsesión por Heaven 😂
Les cuento un secreto ¿? Heaven es mi canción preferida del álbum sí, pero no sé, cada vez que la escucho siento algo en el corazón, me dan ganas de llorar así como de felicidad, es extraño, es la primera vez que me pasa con una canción; creo que es el «Hello ángel» de Jongdae, o puede ser la voz del Baeksoo que es hermosa, también el rap de Chanyeol que se ha ganado mi corazón en este comeback (sólo su voz, eh) y ni hablar de mi esclavo Sehun 💕, también me gusta la armonía de la voz de Xingmin y no lo digo como otp sino como me gustan porque ellos dos solitos crean una armonía bastante sonante en mi oído. El medio puente de Joonmyun me hincha el corazón y el «geuge baro neonikka» de Jongin me hace decir «Ay, Jonginnieeeeee~ 😭😭😭» es mi canción, definitivamente.
No fue difícil hacerla Chanbaek mezclado con el Método Baek.
Todos recuerdan las fresas, y que se aman 😂🍓
Bueno, muchas gracias por leer esta cosa, de verdad, este es mi escrito 199
además celebro que hace días llegué a los 3k seguidores y que Patito llegó a las 100k
y que hoy (o ayer) fue el día de los cuates del chanbaek. Muchas cosas qué celebrar 🙆💕
👌