The Best Friends ||Adrianette...

Por Shiro-TrueLove

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Marinette ha viajado a la ciudad de Shangai cuando tenía siete años, en aquel tiempo sus padres decidieron v... Más

PRÓLOGO
ELLA
EL SR. Y LA SRA. AGRESTE
LA REVISTA
VIERNES POR LA NOCHE
BONUS: DESPUES DE TI
AMANTES
ROMPIENDO LAZOS Y SECRETOS
BONUS: INFILTRADA DOS
MALAS RACHAS
BONUS: GERENTE DE G.A. ENTERPRESISES - ENRIQUE BOURDEU
EN SU VIENTRE
BONUS: LAS HORMONAS DE ADRIEN
FIDELIDAD
BONUS: MI AMADO MININO
¡HOLA, FÉLIX AGRESTE!
BONUS: HABLANDO CONTIGO
BAJO LA LLUVIA
BONUS: CAFÉ PARA DOS
LAZOS
DECISIONES IMPORTANTES
FLORECER
DOBLE CARA
BODA
RAZONES PARA AMARTE
PRIMARIA
FIESTA DE DISFRACES
PADRE
ESCARLATA
BIENVENIDOS A MÉXICO
BONUS: LA ABUELA [UN SALTO AL FUTURO]
EN TUS AGUAS CRISTALINAS, COLOMBIA.
BONUS: HERMANAS
RICAS MONTAÑAS Y HERMOSAS TIERRAS, RISUEÑAS PLAYAS, ES MI PERÚ
SOLO RECUERDOS DE TI
¿Layla B. Chao o Rossé Mary Bartolini?
NACIDO PARA SER HISTORIA
EPÍLOGO: REINICIO

EL DISEÑADOR Y SU HIJO

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Por Shiro-TrueLove

Marinette abrió los ojos muy temprano por la mañana, tenía en mente lo que debía de hacer en el club de periodismo. Hoy iba a debutar como entrevistadora justo con la persona que admira. Gabriel Agreste, era el diseñador más reconocido en todo París y por ende un gran conocedor de la materia que ella deseaba estudiar saliendo de la preparatoria Francoise Dupont. Tomó un refrescante baño y bajó como todos los días a desayunar con sus padres. Sabine, tenía el desayuno listo, un par de panes integrales con queso, un vaso de leche, jugo de naranja y croissant. Tom, que trabajaba en la panadería de su familia se desvelaba para traer el mejor pan a la mesa y también vendérselo a París, por algo no era el mejor panadero de las celebridades.

-Papá, me alcanzas uno de esos riquísimos Croissant, hoy se ven más apetitosos que otros días...-aplaudió mientras papá se los acercaba y tomaba uno. Se lo llevó inmediatamente a la boca y al sentir crujir de su adorada harina, la llevó al cielo, era exquisito, crocante y sobre todo tenía un sabor salado con mantequilla – ¡¡Tus Croissant son el cielo!!

-Muchas gracias, hija – El padre de la familia Dupain-Cheng era increíble, disfrutaba ver a su hija devorarse cada creación suya como si fuera una niña de diez años.

-Ayer por primera vez vi a Adrien Agreste muy de cerca, estaba jugando básquet en el campo deportivo de la preparatoria – su madre levantó la cabeza, sabía que había escuchado ese nombre en algún lugar, pero ¿en dónde? – Fui a recoger mi libreta de diseño y me golpeó la cabeza con su balón....-dio un suspiro de alegría- Él es tan espectacular...

-Veo que te gusta ese chico, es la primera vez que te oímos hablar así de un chico...-dijo Sabine riendo por las reacciones efusivas de su hija.

-Madre, él es tan perfecto. Quiero decir, tiene unos ojos verdes esmeraldas brillantes, una sonrisa de príncipe de cuentos de hadas y las manos lo suficientemente grandes que si me abrazara me sentiría completamente protegida por él...-suspiró nuevamente pero esta vez con algo de decepción- Pero, tiene tantas chicas alrededor que no tendría ninguna oportunidad de hablar con él...

-Porque no lo intentas, un chico así no se debe dejar pasar ¿No es así Tom? –Sabine, amaba a su esposo y sin duda esta era una expresión clara de ello. Ella tenía veinte años cuando ambos se conocieron en París y luego de un par de años decidieron contraer nupcias. Ella era oriental y él un simple panadero pero ambos tenían un gran futuro por delante.

Al cabo de un año de casados Sabine salió embarazada de Marinette, que muy pronto crecería para ser el orgullo de la familia Cheng. Su amado tío Cheng deseaba conocerla tan pronto como pudiera y fue entonces que decidieron ir a Shangai a vivir en su gran mansión. El tío Cheng adoraba a su amada sobrina nieta, por eso que al fallecer su primer mandato fue que la llevasen a París. Desde ese momento ellos comenzaron a trazar el futuro prometedor de su hija.

-Un chico así debe dejarse pasar si quieres tener éxito en la vida...-Tom sonríe tocando su bigote con la punta de sus gorditos dedos, Sabine lo codeo para que dijera algo positivo- Pero si él es tan perfecto para ti, tienes que acercarte a él. Recuerda siempre que eres una Dupain-Cheng y los Dupain-Cheng jamás se rinden antes las adversidades... Lucha mi querida niña si él es lo que quieres...

-Papá...-suspiró pesadamente y lo miró- ¿Crees que un jugador de Básquet se fijaría en una Nerd como yo?

-No eres una Nerd...-dijo Tom y miró su reloj- Creo que es tarde para ir a la preparatoria...

-¡Oh! ¡No de nuevo! –se paró rápidamente de su asiento y corrió a alistarse. Abrió su vestidor y sacó lo primero que encontró. Su ropa consistía en un Short rosa y una blusa con cuello tipo "v" con un diseño floreado en la parte derecha de aquella hermosa blusa. Cogió su mochila y se despidió de su perra – Tikki, regresaré luego... nos iremos al parque hoy... lo prometo

Corrió lo más rápido que pudo y se dirigió por pequeño transporte. Se paró en la esquina de su casa y como si fuera el destino, Alya paró frente a su casa con un auto convertible. Le abrió la puerta haciéndole una seña para que entrara, con total delicadeza se sentó en el asiento del copiloto Había dos chicos en los asientos traseros que comenzaron a murmurar. Simplemente no quería mirar atrás, sabía que él estaba allí, se reiría, quizás hasta ignoraría, debía quedarse quieta, no llamar la atención.

-Oh. Que descuidada soy...-dijo Alya golpeando su cabeza con su palma mientras manejaba el convertible- Ellos son Nino y Adrien...

-Hola, muñeca...-dijo el moreno mientras le acariciaba la cabeza- ¿Eres nueva en la Francoise?

-Ese muchacho que te acaba de saludar es Nino y es mi novio, es muy extrovertido y le encanta escuchar música. Aquí entre nosotras, mezcla de maravilla...-dijo sonriéndole a Marinette.

-Oh, mucho gusto Nino....- El moreno sonrió mientras arreglaba su gorra y alzaba el volumen de sus skullcandy negros. Ella le devolvió la sonrisa mientras le temblaban las piernas, se suponía que ahora hablaría con él. El sonido de la garganta de Adrien llamando la atención hizo que Alya mirara por el retrovisor del convertible.

-Y ese maleducado de atrás es Adrien Agreste, un chico realmente guapísimo. Y ¿sabes qué? No tiene novia... puedes aprovechar para plantártelo, quiero decir... para ser amigos y así salimos los cuatro...-Acaso ¿Estaba haciéndole alguna especie de treta? Sin pensarlo dos veces miró por el mismo espejo que Alya, curiosamente Adrien levantó la mano para saludarla pero ella simplemente optó por no hacerle caso.

-Tengo cosas mejores que hacer....-Dijo ella mientras se acomodaba un poco la blusa- Hoy tendré que ir a...-Adrien Agreste y Gabriel Agreste, que curioso le sonó por primera vez esos nombres juntos. Acaso ¡¿El chico más genial de la preparatoria era su hijo?!

-Vale, ya lo has pillado...-dijo Alya señalando a Adrien mientras se estacionaba- La llave de ingreso al paraíso de la moda obviamente es Adrien, su padre es el presidente de la marca "Gabriel Agreste" y él es modelo de esa marca también, sería genial que él te llevara a hacer la entrevista...

Marinette lo pensó unas cuantas veces antes de responder. Tenía que pensarlo, no debía darse en evidencia. Miró la mano extendida de Adrien y luego a Alya que le sonrió mientras Nino silbaba una melodía que en ese momento escuchaba. Le tomó la mano a Adrien y por alguna razón sintió que ella se arrepentiría de haberla tomado. Las chicas del Club de fans de Básquet no tardaron en llegar y al verlo tomar la mano de Marinette no dudaron en apartarla con brusquedad. Pequeñas chiquillas insulsas, golpearon a la azabache que rápidamente dio tres pasos hacia atrás para alejarse de él.

-Bien Señoritas, que les he dicho sobre molestar al Sr. Agreste cuando ingresa a clase...-dijo Alya tomándose la cintura- Exacto, es mejor que se alejen del perímetro, Adrien no dará autógrafos...

Marinette después de ese pequeño incidente simplemente huyó, tenía que llegar al salón lo más rápido posible o no podría aguantar las ganas de gritar por la emoción de que Adrien le sonriera y le tomara la mano. Suspiró tranquila mientras dejaba su mochila sobre la mesa y se recostó en el pupitre dando un pesado suspiro para calmarse.

Adrien por su parte, enojado por lo sucedido tiró su casaca en el suelo. Como podía simplemente desvanecerse la oportunidad de entablar una conversación con ella. No podía simplemente dejarlo así, Alya pidió calma mientras Nino solo reía un poco.

-Brother, esa mujer no quiere saber de ti...-el moreno habló con franqueza, ¿crees que una mujer podría resistirse a los encanto de Adrien Agreste? –El sonido del zapato de Alya golpeando contra el suelo  llamó su atención – Okay hermano, sé que estás molesto por eso. Quizás... uhmmm... se pasaron un poco las chifladas esas...

-¡Nino! – Alya gritó tomándolo de los hombros- Cierra la boca...

-Maldita sea, no lograré...-Alya tomó una Post Stick y se la puso en la frente, escribió con un plumón grueso el número de la azabache. El rubio, extrañado por la reacción de Alya se llevó la mano a la frente y miró el papel esbozando una sonrisa.

-Sí, la llamarás y la llevarás a hacer esa maldita entrevista...-Este era uno de esos momentos en que amaba a Alya, siempre tenía una solución para sus malditos problemas. Sacó su celular y apuntó el número.

-Eres lo máximo, en serio, te amaré toda la vida por esto...-Alya sonrió triunfante mientras el rubio trotaba en su lugar y luego se fue junto con Nino a sus clases. La morena comenzó a caminar hacia el salón donde estudiaba con la azabache y se topó con Lizeth.

Lizeth, era la presidenta de las porristas junto con Chloe Bourgoeis. Su misión en la vida era hacer menos a las demás chicas, en este caso ya tenían una chica en mente y su nombre era Marinette. Alya las quedó mirando por un breve momento el cual le sirvió para descubrir sus intenciones. Pero ahora no debía preocuparse por eso, corrió con todas sus fuerzas hasta el aula, por suerte aún no había llegado el profesor, ingresó al salón y se sentó a lado de la azabache.

-Ufff eso estuvo cerca...-dijo ella mirando que la azabache estaba con la cabeza apoyada sobre la mesa- ¿pasa algo Marinette?

-No, solo, creo que no podré hacerlo. Entrevistar a Gabriel Agreste es algo emocionante para mí...-rió Alya ante la reacción de Marinette, tenía la corazonada que aquella emoción se llamaba Adrien Agreste - Y estudiar con su hijo...

-Su torpe hijo...-Marinette rió un poco mientras el profesor ingresaba- Será sencillo, él te ayudará si te trabas en alguna palabra. Tengo la sensación de que harán un buen dúo...

-Pero, ni siquiera lo conozco...-los gestos de Marinette la delataban completamente, Alya ya entendía dónde iba esto. Si el nerviosismo le ganaba era porque Adrien la ponía nerviosa y si la ponía nerviosa era porque ella sentía algo por Adrien ¿Pero qué?

-Tranquila, Adrien no muerde. Puede ser popular pero no tiene malas intenciones...-Marinette estaba pensativa, solo decidió prestar atención a las clases.

El tiempo pasó tan rápido que llegaron al final de las clases y por tanto al inicio de las reuniones en los clubs de la preparatoria. Marinette abrió la puerta con timidez, había varios chicos, entre ellos uno de cabellera roja que se sonrojó al verla. Nathanael era su nombre, le encantaban las artes plásticas y en el club de Periodismo era el gerente creativo en el caso del diseño del Periódico o Revista. Le gustaba también tomar fotografías así que siempre que tenían que sacar un número especial él era el indicado para fotografiar a las modelos estudiantiles, clubs de deporte y por supuesto a la plana docente que se encargaba de realizar eventos académicos de vital importancia.

Marinette ingresó a aquella habitación y se encontró con una Alya que repartía el trabajo a todos los demás miembros. Hasta que llegó a ella y dio una breve pausa.

-Chicos, ella es Marinette Dupain Cheng y será nuestra nueva periodista. Iniciará con el estelar de la revista de esta semana. Irá a entrevistar al Sr. Agreste, uno de los principales benefactores de la Francoise Dupont...-Nathanael se levantó de inmediato, él había querido la entrevista desde hace meses, ¿por qué a ella?- Sé que ella recién ingresa al club pero créanme cuando digo que es la más indicada para entrevistarlo.

-Una de las nuevas...-La morena le tapó la boca a Nathanael, obviamente el pelirrojo estaba dejándose llevar por su cólera y Alya no iba a permitir que se propasara con los comentarios, no le convenía.

-Bien...-dijo ella entregándole una grabadora y una libreta- Este es tu material de trabajo, rígete a las preguntas de la libreta y todo saldrá bien...

-Alya pero...-el celular de la azabache no tardó en sonar. Contestó rápidamente sin siquiera ver el número- ¿Hola?

-Hola, Marinette...- La azabache se quedó helada mientras Alya reía un poco- Te estoy esperando en el parqueo de autos, no tardes por favor...

-Bueno, parece que ya han venido a recogerte – La morena la empujó hacia la puerta y después de darle un beso de despedida, la botó del lugar para que fuera con el rubio – Solo tráeme esa entrevista...

Adrien estaba en el parqueo de la preparatoria justo con el auto de Alya, tenía las llaves, tenía la licencia pero aun así se sentía inseguro, por alguna razón no dejaba de pensar que no le agrada a Marinette. Pero ¿Acaso las personas pueden cambiar mucho en tan poco tiempo? , suspiró entonces mientras alzaba su mirada al cielo y comenzó a pensar en lo bien que se sentiría hablar con ella más fluidamente, sintió entonces que una mano jalaba con delicadeza la manga de su casaca, bajó la mirada para ver de quien se trataba. Era ella, Marinette, la chica de los ojos azules como el cielo, la sonrisa brillante y de delicados movimientos. Una total princesa.

Marinette desvió la mirada cuando este la miro fijamente a los ojos, su rostro se tiñó levemente de rojo, por alguna razón sus mejillas ardían como si fueran a quemar. Dejó con delicadeza la manga de Adrien, había una sensación de cercanía, como si hubiera esperado eso toda su vida. Adrien abrió la puerta del convertible y de inmediatamente ella ingresó en él, sin decir nada.

-Bien, parece que la siguiente parada es... -Adrien ingresó al carro dando un salto por sobre la puerta- Gabriel Agreste Enterprises...-sonrió el rubio poniéndose unos lentes negros ochenteros y encendió el auto para retirarse del parqueo.

-Ehmm t-tu padre querrá... quiero decir... ¿nos querrá recibir? –dijo ella acomodándose el cabello mientras el retrocedía el auto para salir a la autopista.

-Sí, papá siempre tiene tiempo para este tipo de cosas. Digamos que en ciertas ocasiones es buen padre...-dijo él sonriendo y entrando a la autopista -...Gabriel y Rosalía trabajan mucho pero se dan tiempo para este tipo de cosas cuando las requiero, por eso no te preocupes. Todo está previamente arreglado...

-Supongo que es porque Alya iba a ir...-dijo ella mirando al otro lado de la autopista, los carros pasaban con rapidez y se perdían entre los otros. Sonrió cuando vio a un par de niños saludarle desde otro auto- Supongo que está bien que vaya...

-Si, a decir verdad, me encantó la idea que fueras tú...- Marinette abrió los ojos como platos, ¿Acaso eso había sido un coqueteo directo? - ...si hubiera sido otra chica quizás mis padres se hubieran negado...

-¿Acaso saben sobre mi existencia? –Marinette lo quedó mirando seriamente y luego él simplemente la miró de reojo por los lentes- Es por las calificaciones, ¿verdad?

-Sí, de hecho saben quiénes serán becados por las universidades cuando acabemos la preparatoria...-dijo él sonriendo mientras daba un giro en una esquina y se estacionó en una esquina- Hemos llegado...

Gabriel Agreste Enterprises, la empresa perteneciente a la alta sociedad de modistas de todo el mundo. La gran y reconocida marca que hacia tendencia hasta en las sociedades bajas de París, abría las puertas al hijo del presidente de aquella compañía y a Marinette. La recepcionista rápidamente marcó el número del despacho principal y cuando él estuvo en la recepción simplemente los guió hasta donde Gabriel los recibiría a ambos. La nerviosa mujer abrió las puertas y los hizo pasar con total amabilidad.

-¿Gusta que les traiga algo, Sr. Adrien Agreste? –la joven mujer sonreía mientras miraba a Marinette de pies a cabeza, quizás la nueva conquista del joven hijo de Gabriel Agreste.

-Una Pepsi y para Marinette...-dijo mirándola- ¿Un helado? ¿Un café?, pide lo que desees....

-Solo un vaso de agua por favor...-Marinette giró a ver a Adrien y en un movimiento rápido le sacó los lentes dejando a la vista sus hermosos ojos verdes – Podrías guardarlos, estoy segura que tu padre te mataría por los trapos que llevas puesto ahora mismo...

-Se lo he dicho innumerables veces, Señorita Dupain-Cheng...-la voz gruesa de un hombre dirigiéndose a ella la hizo voltear. Aquel estilo de vestir, caminar y expresarse era muy peculiar. Sin duda, ese debía ser Gabriel Agreste. Los ojos de Marinette brillaron como si hubiera visto un milagro frente a sus ojos, era increíble estar frente a la persona que más admiraba en todo París – Espero que le enseñes a vestirse, Adrien solo ama a ese estúpido equipo de Básquet y por ende solo lleva ropa relacionada con el color de su uniforme de deporte. Lo veo tan limitado...

-Yo también... pienso lo mismo Sr. Agreste... -sonrió ella apretando la grabadora para comenzar a grabar cada palabra que diría el adulto rubio que llegaba a la tercera edad con una figura espectacular – ¿Podría hacerle unas cuantas preguntas?

-Soy todo suyo, Señorita Cheng...-Gabriel, tomó asiento en la silla de gerente que tenía frente a su escritorio y como todo buen caballero la invitó a tomar asiento- Dígame, en que la puedo servir...

-Papá, hemos venido a hacerte una entrevista para la Francoise Dupont. Mamá quedó en que te contaría el asunto...-dijo él sonriendo algo carismático- Solo termina con esas preguntas rápido y luego...-extendió su brazo por el hombro de Marinette- Me iré a tomar algo con...

-Lo siento, papá me están esperando en casa...-Bateado en una sola oración. Adrien agachó la cabeza decepcionada mientras Gabriel procuraba aguantar la risa. Su amado padre, sabía quién era la chica. Tantas historias contó Natalie sobre ella que no pudo olvidarse de alguien tan importante en la vida de Adrien – Bueno Señor Agreste. Dígame ¿Desde cuándo le gusta la moda? ¿De dónde viene esta pasión?

-Desde que tengo uso de razón. Recuerdo ir de compras con mi madre, que siempre ha sido una gran consumidora de moda además de mi musa. Mi prima también estudió diseño de moda así que me ayudó a convencer a mis padres sobre estudiar algo relacionado con ello. Y aquí me tienes. Tengo una empresa, esposa y un hijo – Marinette estaba maravillada, bajó la mirada y buscó la siguiente pregunta en la libreta.

-Bien. La colección que presentó en Venecia se denomina "Style in Venice". Cuéntenos, ¿en qué se inspiró al diseñarla?

-Siempre me ha gustado inspirarme en conceptos. Para esta colección me inspiré en el fresco aire de Venecia, sus lugares románticos y el ambiente de confraternidad que se respira en sus calles. Después de todo, son el segundo lugar más romántico en el mundo después de París...-Marinette sonrió divertida y luego miró la última pregunta de la libreta.

-Oh, esta es la última pregunta... ¿Algún día admitirá una aprendiz en su empresa? –Se puso completamente roja, el dibujo de una carita guiñándola en la libreta revelaba las intenciones de esa pregunta.

-Solo si la persona que va a hacer aprendiz tiene dos cosas. La primera es el amor por la moda y lo segundo es creatividad... -Adrien la quedó mirando, sus ojos al oír esas palabras le brillaron por completo, ¿acaso esa respuesta la contentó mucho?

-¿Puedo hacerle una pregunta más? –Dijo ella tímida tomando la grabadora- Si demostrara tener todas esas características cuando termine la preparatoria, ¿me dejaría aprender el arte de la moda con usted?

-Demuéstrame ser una de las mejores y entonces lo pensaré...-Adrien estaba comenzando a ponerse celoso de su propio padre, como es que un hombre como él podía cautivar a chicas como Marinette de una manera tan sencilla.

-Marinette, tenemos que irnos....-Adrien se levantó con brusquedad de su asiento – Tengo que llevarte a casa...

-Oh, lo siento –Marinette cerró la libreta y guardando la grabadora se levantó con suma delicadeza- Muchísimas gracias por la entrevista Se-Señor Agreste...-sonrió, Adrien la miró de reojo y un rebuzno de enojo se oyó en el cuarto.

-Marinette, en serio...-dijo él tomándola de la mano- Tenemos que irnos...

Marinette lo miró a los ojos, estaba enojado. Pero ¿Por qué?.

Adrien la tenía tomada fuertemente de la mano sacándola de la oficina de su padre quien simplemente negó con la cabeza el mal actuar de su hijo. La azabache simplemente caminó rápido hasta que estuvieron afuera de la gran empresa de los Agreste. Adrien suspiró, estaba casi a salvo de su padre. Estaba casi seguro que por sus palabras iba a comenzar a preguntar o decir cosas incómodas sobre él, no deseaba que nada perturbara una potencial relación con la azabache.

-Lo siento...-dijo Adrien girándose- es que...

-No tienes que decir nada, creo que me excedí en las preguntas...-dijo Marinette dándole una leve sonrisa- Bueno, será mejor que vaya a casa...

-Yo te llevo...-Adrien le dio el alcance cuando ella comenzó a bajar por las escaleras - ...recuerda que tengo el auto de Alya, vamos por ella y Nino. Luego por una pizza y luego a tu casa... no tardaremos mucho ¿Aceptas? - el rubio extendió su mano sonriendo esperando que la azabache se la tomara como aquella vez en el estacionamiento.

-....Está bien...-dijo ella tomando su mano, otra vez, esa familiaridad. Marinette estaba más que feliz y Adrien no podía creer que ella estuviera tomando su mano fuertemente.

"Marinette. Por favor, ¡no te enamores!"

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NEXT CHAPTER : ELLA

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